Cap4: La llamada
Narración.
—Tenemos que hablar.
Esas simples palabras bastaron para inquietarle al castaño.
—Si, si... ¿sobre qué quieres hablar? —trató de decir lo más relajado que pudo.
—Kai, sabes que me preocupo por tí, me inquieta el no saber a donde vas, en serio necesito que me lo digas —pidió este alzando su rostro con seriedad.
—No es nada importante, Lloyd.
—Entonces no habrá problema en que me lo digas si de verdad no importa —se levantó de la silla y dió unos pasos para quedar cara a cara con el mayor, pudo percibir un olor leve a alcohol, eso lo decepcionó más. Posó sus manos en el pecho del castaño—Por favor.
—Iba a ver a mi amigo, pero ahora él se irá de la ciudad, si quieres mañana podemos salir y te explico todo ¿si? —al menos quería darle a entender que ya no iría, aunque implicase decirle otra mentira.
Mala idea.
—Entiendo... —lo soltó y se dio la vuelta mientras asimilaba lo que haría en ese momento.
—¿Qué tienes? —se acercó a él acariciando sus brazos por detrás, luego pudo sentir como los retiraba soltando un pequeño suspiro.
—Si ibas con tu amigo, ¿qué hacías en un bar a media noche? —hizo una pausa volviendose a verlo a los ojos notando cierto temor en ellos, era verdad —¿... y con Skaylor?
—¿C-cómo tú...?
—Traté de confiar en tí Kai, pero tú mismo hiciste que dejara de hacerlo ¿y sabes? Me sentía culpable porque pensé que era yo quien traicionaba tu confianza si es que no descubría nada, pero ví más de lo que esperaba... ¿es eso lo más importante para tí? ¿acaso con ella fuiste la primera vez?
—Y-yo...
—No me digas más mentiras Kai, solo respóndeme... ¿acaso pensaste en mí cuándo la veías? ¿pensaste cuántas noches incluso no dormía preocupado por tí? —a Kai se le heló la sangre, tenía razón, ya no le podía seguir mintiendo.
—Perdóname Lloyd, debí decirtelo antes y...
—Ahórrate tu discurso —lo cortó colocando sus manos en frente en señal de alto —Esto no va a funcionar... no pienso aguantarlo más.
—¿Q-qué? ¿Qué quieres decir con eso?
—Lo que escuchas —se alejó de él pero sin dejar de verlo —Termino contigo —hacía un esfuerzo por querer no llorar en ese momento.
—¡No por favor! ¡Ya te dije que lo siento! ¡Todo será diferente ahora! —el castaño empezó a entrar en pánico al escuchar esas últimas palabras, lo tomó por los hombros con desespero —¡Por favor dame una última oportunidad!
—¡Lo intenté, Kai! ¡Te dí varias oportunidades para decirme la verdad, pero siempre me dabas una maldita excusa! ¡Pudiste contarme de que ibas a verla porque yo tendría confianza de que es tu amiga, pero al parecer ni en eso puedo estar seguro!
—¡Pero déjame explicar, ella...!
—¡¿Qué me dirás?! ¡¿Fue un beso de amigos?!
—¡No, yo...!
—¡No me puedes negar nada, yo sé lo que ví! ¿me dirás que pensabas en mí cuando lo hacías? Que estúpido.
—¡YA CÁLLATE! —finalmente esos tragos de más no tardaron en hacerse notar, cuando le terminó pegando una bofetada dejándole en el suelo. Entró en consciencia al verlo tirado con la mirada en el suelo mientras tenía una de sus manos puesta en su mejilla, donde le había golpeado —¡L-lloyd!
Se tiró al suelo quedando de rodillas a su costado, este ni le fijaba la mirada, apretó lo ojos con fuerza. Esa fue la gota que derramó el vaso.
—¡Por favor perdóname! ¡No era mi intención! —de repente el rubio se levantó del suelo y salió corriendo de la habitación sin darle tiempo a Kai para reaccionar —¡No, Lloyd, espera!
También se levantó del suelo y salió corriendo siguiendo al chico, pero fue cuando escuchó el azote de la puerta proveniente de los pasillos, se había encerrado en su habitación. Llegó y estando apoyada en esta comenzó a golpear la puerta llamando desesperadamente el nombre del ojiverde.
—¡LO SIENTO, LLOYD! ¡POR FAVOR DÉJAME ENTRAR! —seguía golpeando con los ojos humedecidos, estaba consciente de lo que había hecho y se arrepentía completamente por eso.
—¿Kai? ¿qué está pasando? —preguntó su hermana somnolienta saliendo de su habitación al igual que el resto de sus amigos al escuchar los gritos —¿Qué tiene Lloyd?
—¿Qué hiciste? —dijo ahora el azabache, ya todos temían la respuesta.
—¡Fue mi culpa, por favor ayúdenme! —les pidió este.
—¡¿Kai, qué hiciste?! —le reclamó el pelirrojo acercandose a él para poder hablarle de frente —¡Al menos déjalo solo! ¿no crees?
—¡Es que no entienden, debo hablar con él, tengo que disculparme antes de que haga un locura! —dió un último golpe a la puerta el cual fue suficiente para abrirla y entró a ella rápidamente con el resto por detrás —Lloyd yo...
Pero la habitación estaba vacía, no solo en el sentido de que él no se encontraba presente sino que también los cajones estaban abiertos y sin nada en ellos. Nya al darse cuenta de esto, fue la primera en reaccionar y se agachó para poder ver debajo de la cama del rubio, en donde normalmente se hayaba su maleta pero no estaba.
—Él se fue —mencionó el nindroide mirando a la ventana abierta por la cual entraba el aire frío de la noche, se asomó a esta pero ya no notó rastro de su dragón.
—¡¿Qué demonios le hiciste?! —preguntó enojada la Ninja del Agua hacia su hermano que se quedó inquieto por toda esta situación. Todo por su culpa...
Lloyd no había dejado ni una nota, ni una pista, solo se arrodilló para recoger una bufanda de su color característico que estaba tirada en el suelo. Las lágrimas cayeron.
—¡QUE IMBÉCIL QUE SOY! —gritó dando un fuerte golpe a la pared, espantando a los que estaban presentes —¡ÉL SE FUE POR MI CULPA!
[…]
Pasó un día.
Kai les había contado el motivo de sus salidas sin excluir el detalle de Skaylor, les contó sobre la pelea con Lloyd y sobre de que lo había abofeteado. Todos se enojaron demasiado con él, incluyendo el Sensei que había llegado temprano de otro viaje y ahora veía decepcionado al castaño, solo se fue sin decirle nada... pero eso no le importaba en lo más mínimo, solo pensaba en donde podría estar ahora, si es que estaba bien y lo peor era que se dieron cuenta que ni celular había llevado. Se encontraba escuchando los reclamos que le valían rotundamente.
—Antes... tú me decías que te preocupabas por él, que lo amabas y que no lo dejarías por nada en el mundo... ¿dónde quedaron esas palabras? ¿también fueron mentiras? —seguía Nya con el sermon viendo a su hermano cabizbajo con esa bufanda en sus manos.
—No, nada fue mentira, yo lo amo en serio, no sé porque tomé esa estúpida decisión.
—Que mal hermano, ni siquiera te preocupabas lo más mínimo por él al verlo —dijo Cole acompañando las palabras de la joven.
—¿A qué te refieres?
—No puede ser... ni enterado estabas —hizo una pausa —Lloyd ha estado actuando raro este último mes, se mareaba constantemente y parecía enfermo pero al parecer ni siquiera te diste cuenta por estar ocupado en tus salidas.
—N-no lo había notado.
—¡Chicos! —llegó el pelirrojo con el celular del rubio en mano —¡Lloyd había dejado un mensaje!
Jay se acercó a ellos y colocó el celular en medio para poder reproducir el audio que ni el mismo había escuchado.
—Fue grabado ayer, al parecer antes de irse —mencionó dandole play.
—Chicos... siento el tener que dejarlos así, pero quiero tomarme un descanso de todo, no quiero que se preocupen así que les digo que voy a ir a quedarme con mi mamá por un tiempo, por favor no traten de contactarme de ninguna manera... quiero estar solo... Por favor... —terminó el audio.
—¿Deberíamos llamar a Misako? —dudó por un segundo el nindroide.
—No, lo mejor es darle lo que quiere, solo esperemos y que él decida cuando volver, confío de que nos avisará —respondió Nya.
—Él me odia... —susurró Kai para luego parase del sillón e irse a su habitación en donde se encerró.
Miraron algo apenados al castaño mientras se iba alejando, pero ya sabían que esto en algún momento iba a pasar. Por otra parte, Kai en su cuarto se tiró a su cama y empezó a llorar abrazando su almohada.
Lo ilusionó aunque su sentimiento fuese real. Le mintió aunque le había jurado confiar. Le lastimó cuando era quien se preocupa por él. Le fue infiel aunque él lo siguiese amando. Le golpeó aunque prometió nunca hacerle daño.
¿Todo fue una mentira? Pues eso le dió a entender a su amado que tal vez ahora ni quería verlo en pintura. Solo quedaba hacer lo que se hermana indicó: Esperar.
[…]
Una semana pasó.
Durante ese tiempo no hubo señal del rubio pero siguieron con el mismo plan de esperar. El castaño se sentía terriblemente mal por mínimo no haberse podido disculpar con él después de lo que había ocurrido. No salía mucho y para su suerte no les tocó cumpli con alguna misión en la ciudad, le llegaban mensajes de la pelirroja pero los ignoraba por completo, no tenía ganas de hacer nada.
No estaba tranquilo.
—Tienes que comer ¿sabes? —la azabache entró con un plato de comida en sus manos, se la venía dejando siempre ya que él nunca iba por el suyo —No puedes estar así para toda la vida.
—No toda —musitó aún con la cabeza escondida entre sus brazos. Aunque le dejase la comida, él ni la tocaba, no le daba hambre.
—Tú también me preocupas, Kai, sabes que todos estamos preocupados por él pero entiende lo que él ha estado pasando —volvió a resaltar —Sabes que no me gusta decirlo, pero fue tu culpa y debes aceptar eso.
—Por eso mismo que fue mi culpa, quiero disculparme con él, quiero que las cosas vuelva a ser como antes —siguió hablando —aunque ya sé que eso es totalmente imposible, tal vez ahora piense que estoy con Skaylor y tampoco poder explicarle eso me... no sé.
—Intentemos llamarle.
—¿En serio, Nya? Si él mismo dijo que no quería que lo contactemos.
—Pero si en serio lo amas, que al menos sepa que te preocupas por él —sacó su teléfono del bolsillo y buscó el número de Misako entre sus contactos —A su celular no lo puedes llamar y supongo que también sabrás por qué.
—No lo sé, Nya —observó otra vez la bufanda que tenía en mano con lastima, recordando al rubio —No puedo.
—Inténtalo —insistió extendiendo su mano en donde tenía el celular. El castaño lo pensó por unos pocos segundos y luego con la mano temblorosa, lo sostuvo y observó por otros segundos al número —Anda.
Apretó los labios y luego de seguir pensando por más tiempo, tocó aquel pequeño recuadro para poder llamarla. Se desesperaba a cada más tiempo en el cual solo podía ver esa palabra "Marcando..." hasta que finalmente pudo escuchar a través de la llamada.
—¿Hola, Nya? —preguntó Misako algo dudosa.
—No, Misako, soy yo, Kai y sé que tal ves ni siquiera tú quieras hablar conmigo pero yo...
—¿Por qué no querría hablar contigo? —cuestionó con algo de confusión al distinguir la voz del castaño —¿Algo ocurrió de lo que no estoy enterada?
—Misako ¿Dónde está Lloyd? —fue directo al grano preocupándose porque no le haya contado al respecto o tal vez...
—¿Lloyd? ¿P-por qué? ¿Cómo voy a saberlo? No lo veo hace mucho.
—¿Q-qué? ¿Qué me quieres decir? L-lloyd... ¿Él nunca llegó? —sintió un dolor profundo en el corazón asimilando aquella información. Nya solo quedó impactada al escuchar las palabras de su hermano.
—No... ¿No estaba con ustedes? —Misako también se empezó a asustar en el mismo tono que el otro —¡Kai! ¡Por favor no juegues! ¡¿Dónde está mi hijo?!
—Y-yo... no lo sé —habló con la voz quebrada sintiendo como el teléfono se le resbalaba de las manos, el impacto provocó que la llamada se colgara mientras este se mantenía en shock —N-no...
El teléfono volvió a sonar. Nya lo levantó con la mano temblorosa, ahora ella también estaba asustada. El número era uno desconocido pero de todas maneras contestó.
—¿Hola? —su cara cambió drásticamente, volvió su vista a su hermano luego de un par de segundos de haber colgado sin decir nada, estaba en pánico pero la sorpresa no le permitía reaccionar —Ay no, Lloyd.
—¿Q-que-qué pasó?
[…]
Un golpe.
Otro golpe.
El tercero.
—¡Haganse a un lado! —exigió Cole invocando su fuerza extraordinaria y logrando derribar la vieja puerta de madera, de aquella herrería que no visitaban hace tiempo.
Entraron y Kai paró en seco viendo esa escena, al igual que todos que se espantaron.
Calló de rodillas, atónito mientras observaba el traje de Ninja del color característico, el verde. Solo era eso, el traje, pero con sangre impregnada en ella.
Un día oscuro.
¿Quieren saber que fué lo que Nya escuchó en la llamada?
<<El incio de un herrero puede ser el final de un Ninja...>>
¿Quién se lo dijo?
Nadie lo sabe.
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