El sol ya había salido, y su luz se podía hacer visible a través de la ventana. El castaño se encontraba despierto y admirando el rostro del rubio que seguía dormido respirando tranquilamente con su brazo derecho sobre el pecho descubierto del mayor. Este solo acariciaba sus cabellos y esperaba ver esas esmeraldas, hasta que finalmente una pequeña mueca se formó en el rostro de Lloyd y adormilado empezó a abrir sus ojos de poco a poco.

—Buenos días Lloyd —apenas lo vió despertar y le depósito un beso en la frente —. ¿Qué tal dormiste?

—Mhm... bien... me duele la cadera —se quejó un poco acomodándose mejor en la cama.

—Lo siento, supongo que esa es mi culpa —dijo apenado pero el menor le regaló una sonrisa.

—Tranquilo, pero más te vale que no dure mucho —se sentó mejor mientras que Kai hacia lo mismo pero para salir de ahí.

—Me voy a dar una ducha ¿Va? —le dió un beso en los labios y luego se levantó.

—Va —respondió y luego vió como el castaño se alejaba escuchando un "Te amo", él respondió con las mismas palabras.

A los pocos minutos salió del baño colocándose la camiseta en el momento y volver a su novio que al parecer lo seguía esperando.

—Ya vuelvo, si quieres también tómate una ducha.

—¿A dónde vas?

—Tranquilo, no me tardo —afirmó aportándole confianza al rubio con esa típica sonrisa.

Kai salió de la habitación al comedor en donde ya se encontraban el resto de sus amigos que se rierom un poco cuando lo vieron llegar, el por qué era evidente.

—¿Qué tal tu noche? ¿Dormiste tranquilo, verdad? —se burló Jay mientras comía un pan que tenía mermelada.

—¿Lloyd aún puede caminar? —siguió su hermana y los demás estallaron en risas.

—Ja ja que graciosos —dijo con sarcasmo acercandose a la cocina —Pero al menos seré un buen novio.

[…]

El castaño llegó nuevamente a su habitación y abrió la puerta, pero no encontró a Lloyd en la cama y tampoco oyó el sonido de la ducha. Dejó la bandeja a un lado y se adentró un poco más notando que el rubio se encontraba sentado en el suelo con su ropa ya puesta.

—¿Lloyd? —se arrodilló terminando a su lado —¿Estás bien? ¿qué haces ahí?

—Ah nada interesante, solo me levanté a bañar y digamos que mis desgraciadas piernas ya no resistían, me dió flojera seguir hasta llegar a la cama asi que mejor me quedé aquí ¿Gran idea, no? —dijo de forma sarcástica cruzándose de brazos pero con una sonrisa escondida en sus labios.

—Okey, entonces creo que si me pase. Tranquilo, te ayudo —Kai lo cargó al estilo nupcial levantandolo del suelo.

—¿Ey, qué haces? —preguntó un tanto divertido por la acción de su pareja.

—Te ayudo ¿no es obvio? —lo sentó en su cama y luego volvió a sostener la bandeja en donde se encontraba un desayuno preparado.

—Gracias Kai —sonrió tomando uno de los emparedados.

—Algo no me has dicho...

—¿Qué cosa? —habló con inocencia para luego darle un mordisco.

—¿Te gustó lo que hicimos? —por poco y Lloyd se atraganta al escuchar eso, pero solo notaba la sonrisa coqueta en el rostro de su novio. Claro que le gustó pero le resultaba incómodo decirlo.

—Pues... si, me gustó —respondió en voz baja con las mejillas ruborizadas.

—¿Y no lo quiéres repetir? —se acercó a su rostro dejándolo aún más sonrojado.

—Eh... —el celular del mayor comenzó a vibrar llamando la atención de ambos.

—¿Me dejas un segundo? —pidió al ver de qué se trataba.

—S-sí claro —solo oír eso y el castaño ya había salido de la habitación para contestar dejándole un mal presentimiento al ojiverde.

Kai respondió la llamada que era de nada más y nada menos que Skaylor.

—Hola Kai, solo quería disculparme por lo de ayer, de seguro te distraje y por eso...

—Tranquila Skay, todo está solucionado, no te preocupes —afirmó este.

—¡Oh que bien! Entonces dime ¿te gustaría volver a salir está tarde? ¿o tienes algo que hacer?

—No lo sé.

—¿Tienes que hacer algo?

—No, pero no se que pase después.

—Di que sí, en serio me gusta recuperar el tiempo perdido contigo, ya sabes, además para que las cosas vuelvan a la normalidad —insistió.

—Está bien ¿A las seis es buena hora? —sugirió con una pequeña sonrisa.

—Es perfecto, adiós y te veo más tarde —Kai también se despidió y luego colgó la llamada.

>>Solo una mentira más<< pensó aunque tampoco le gustaba hacerlo. Luego volvió con su novio que ya se había terminado de comer lo que le había dejado.

—Vaya, en serio tenías hambre —mencionó riendose un poco.

—Si ya que, ¿quién era? ¿por qué tanto misterio? —lo interrogó con algo de desconfianza.

—Eran mis padres, quieren que los vaya a visitar hoy a las seis pero solo por una hora ¿no hay problema?.

—Aya, si, no te preocupes, son tus padres ¿o no? También debes ir a verlos —dijo con más calma.

Y pensar que esa sería la primera de varias mentiras.

[…]

Eran las once de la noche, y el chico de cabello castaño no llegaba ni respondia las llamadas que estaba haciendo su pareja, dando vueltas en su habitación en compañía de la azabache que al igual que él estaba preocupada por su hermano.

—"Hola soy Kai Smith, no estoy activo ahora per... "

—Maldita sea —tiró su celular a la cama ya harto de escuchar el mismo mensaje.

—¿Sigue sin contestar? —preguntó Nya con preocupación.

—Si, ya no sé que hacer... ¿y si le pasó algo? —Lloyd no quería imaginarse un mal escenario pero era muy difícil en esa situación —Ya no aguanto más, llamaré a tus padres.

Marcó el número y al cabo de unos segundos, Maya contestó estando somñolienta.

—¿Lloyd? Querido, ¿qué haces llamando a esta hora? Ya me encontraba dormida —dijo ella para luego soltar un bostezo.

—Lo lamento mucho señora Maya, pero quería saber si es que Kai ya salió de ahí o si se va a quedar a dormir, es que le estoy llamando a su celular pero no contesta.

—¿De qué estás hablando? Kai nunca vino por aquí ¿No está con ustedes?

—Yo... creo que me abré equivocado, ya se donde está, gracias de todas maneras.

—Bueno, adios —Lloyd colgó la llamada, queriendo que lo ha dicho antes fuese verdad, eso solo lo dijo para no preocuparla.

—¿No está?

—No, Nya —dijo empezando a sentir temor al respecto. Un alivio se hizo presente en los dos al escuchar la puerta del barco abrirse. Los dos fueron a la sala en donde se encontraron a Kai con una sonrisa pero al verlos se desvaneció.

—¿En dónde estabas? —cuestionó Nya con seriedad, reemplazando su preocupación por enojo.

—Yo le dije a Lloyd, estaba con mis...

—No mientas Kai, los llamamos, me dijeron que nunca fuiste por ahí y tuve que mentirles para no preocuparlos —siguió el rubio del mismo tono que la azabache —Te lo volveremos a preguntar... ¿Dónde estabas?

—Okey... —suspiró —fui a ver a un amigo, nos conocimos hace mucho haci como el tiempo que no nos vimos y recuperando todo eso nos quedamos un buen rato charlando, lamento si no se los dije antes, no se porqué no lo hice —respondió con un tono seguro. Los dos presentes al verlo de esa manera solo intentaron calmarse.

—¿De verdad? ¿Cómo se llama? —preguntó Lloyd con interés.

—Rafael —la azabache tomó aire.

—Está bién, no me quedaré más tiempo aquí, ya tengo sueño desde hace un buen rato. Buenas Noches —se despidió la joven y luego se retiró de la sala a su habitación dejando al castaño y al rubio solos.

—Apenas ayer me dijiste que no me ocultarías las cosas, Kai —habló firme el de ojos esmeralda cruzándose de brazos.

—Lo sé y lo siento —se acercó a él abrazándole con cuidado y a los pocos segundos, Lloyd también lo rodeó con sus brazos —A partir de ahora te diré la verdad, lo prometo.

—Bien, ahora yo también tengo sueño, hasta mañana —Kai esperó alguna otra muestra de afecto que nunca llegó, Lloyd solo se dió media vuelta con dirección a su cuarto al terminar de decir eso.

¿Me creerán si les digo que esa historia del "amigo" la había inventado Skaylor? Supongo que sí, pero luego será el castaño quien inventé las excusas.

Claro que amaba a Lloyd, más que nada en el mundo y estuvo varios años escondiendo ese sentimiento, pero también quería tener su tiempo con la pelirroja que ahora que la volvía a ver sentía que se había hecho más amigable por lo que le gustaba su compañía. Pero no se lo podía decir a él, que está saliendo para charlar con su exnovia, tal vez eso traiga problemas para después, aunque peor sería si se enterase tarde... muy tarde.

"Una mentira puede salvarte en el presente, pero te condena tu futuro".