Cap17: La Verdad
Revisaban los vendajes que tenía puesto el Ninja Rojo, fue muy pronto el que haya salido de esa manera por lo que ahora tendría que tener un poco más de tiempo para descansar.
Kai ni pensaba en su herida que estaba siendo revisada por el nindroide, sus ojos estaban clavados en aquella criatura que mecía su hermana entre sus brazos, incitando a que duerma, al parecer a ella no le había chocado tanto la intriga de saber sobre ese bebé, por el mismo hecho de que ya lo sabía, pero no decía nada al respecto, sentía que era correcto que el primero en hablar sea Lloyd, en el momento que él sienta conveniente.
El Ninja Verde seguía desmayado, y ese era otro punto de atención para el Maestro de Fuego, aunque no lo pudiera ver puesto que estaba siendo atendido por el sensei y poco después por Misako que había llegado hace apenas unos minutos.
—¿Quieres... cargarlo? —preguntó Nya, ella quería ver como era la reacción de su hermano por el momento.
—Umh... —Zane terminó dejando los vendajes a un lado.
—Ya estás —indicó guardando las cosas. Por prestarle atención no se dio cuenta cuando la azabache se acercó extendiendo un poco los brazos en donde estaba el bebé envuelto.
—N-no... Yo...
—Solo hazlo —le convenció, Kai solo siguió en sostener al pequeño entre sus brazos al no tener opción a negarse. Al parecer no había conciliado el sueño ya que tenía sus dos ojitos abierto y fijos en él.
Lo analizaba nuevamente. Esos pequeños orbes que era color verdoso, y juraba que poseían gran similitud con los de aquella persona que amaba. Pasó una de sus manos por encima de su cabecita, para acariciar eso finos y suaves cabellos castaños viendo como es que extendía sus manitas, intentando alcanzar su rostro con suma inocencia.
—¿De dónde creen que lo haya sacado? —preguntó desviando un segundo su mirada hacia sus amigos. Nya volvió a quedarse callada.
—Quiza Morro lo tenía secuestrado y Lloyd quería protegerlo —dió como idea el pelirrojo.
—Pero es que algo no me cuadra —volvió a ver a ese pequeño ser.
—Chicos... —llegó de repente el azabache apoyando sus manos sobre el marco de la puerta —Ya despertó.
Lloyd's POV.
Tantas cosas que tengo en mi cabeza.
Tanto que debo asimilar.
Morro me dió la opción de ver a mi padre y yo acepté.
Lo ví, y no era un sueño ¡él estaba ahí! Luego tuve que volver pero ya no seguía siendo amable conmigo, me dejó con mi pequeño encerrado en una de esas viejas casas y yo solo atinaba escuchar todos los destrozos de afuera.
En una, por querer protegerlo, me cayó algo que hizo que me desmayara. Lo demás no lo recuerdo.
Ahora solo estoy abriendo mis párpados, topándome con una luz tenue en mi rostro. Solo solté un pequeño quejido porque me dolía un poco la cabeza.
—Está despertando —giré mi cabeza, mi madre estaba ahí sosteniendo mi brazo —Hijo.
—¿M-mamá? —ahora la podía ver sin rencor, recordando todo mi pasado ahora podía saber que ella en realidad me quería. Enderecé la espalda, sentándome en aquella superficie que parecía ser una cama, recibiendo el cálido abrazo por su parte. Cuando ví mejor solo pude apreciar a mi tío asomado por la puerta.
Pero no, algo me faltaba.
—¿D-dónde está? —miré a mis lados, e incluso sacudí la cobija con la tonta idea de que tal vez esté por ahí —N-no... ¿¡dónde está!? —en voz baja iba perdiendo la paciencia, no pude haberlo dejado.
—¿Dónde está qué? —eso me preocupaba aún más.
Me levanté de la cama en un solo movimiento buscando desesperado.
—Lloyd tranquilo —mi madre sujetó otra vez mi brazo, pero yo no podía acatar eso.
—¡No! ¿en dónde está? —era lo único que me importaba saber.
—¡Lloyd, Lloyd, Lloyd! ¡tranquilo, aquí está! —llegaron los chicos y yo pude ver como es que Nya lo traía consigo. El alivio que sentí al saber que no lo había abandonado.
Me acerqué a ellos con una sonrisa y de inmediato ella me lo entregó.
—Casi me muero del susto —dije en medio de un suspiro, ella sonreía y los demás parecían no entender, aunque no los culpó y agradezco que Nya no les haya dicho nada aún.
Comencé a meserlo. Él empezó a reir ante mi presencia y eso me hacía felíz. Apegue mi rostro con el suyo y no paraba de sonreir.
No los veía pero podía sentir las miradas clavadas en mí, al parecer todo eso solo los deja más confusos aún. Ahora si los observé de verdad, me topé con los ojos de Kai recayendo en mí.
¿Cómo iba a explicarle esto?
—Mamá —le llamé dejando de hacer contacto visual con él, pero ella a diferencia parecía estar más comprensiva —¿Podemos hablar? ¿a solas?
—De acuerdo —hizo una seña con su cabeza indicando que se fueran, lo hicieron poco después dejándonos solos.
Kai's POV.
Mi mente estaba en otro lado, cuando crucé miradas con él viendo como es que recibía a ese bebé entre sus brazos, como lo mecía, como le sonreía, como el bebé le devolvía la sonrisa. Eran tan parecidos y eso nadie me lo podía negar pero... no tiene sentido.
Dudaba sobre algún vínculo que tuvieran ese bebé, del cual todavía no sé nombre, y Lloyd. Él no ha estado con nadie más y eso lo tengo por hecho pero... Ugh, ya no sé que pensar.
Tenía en claro también otra cosa, de que Lloyd ya se lo había contado a Nya, ella solía ser siempre a quién le podía confiar varias cosas puesto que siendo una chica, es más comprensible. Ni siquiera pude volver a hablar con él, de inmediato pidió estar solo con Misako pero yo... digamos que no podía estar más tiempo sin saber.
En esa puerta había una pequeña ventanilla cubierta con cristal obviamente. Intenté verlos y pude apreciar como es que Lloyd estaba sentado en la cama, todavía cargando al pequeño bebé y su mamá a su costado, hablando. La puerta estaba juntada por lo que solo me acerqué a escuchar un poco.
—Yo lo sabía... Sabía perfectamente de esto pero jamás me ví en la necesidad de decírtelo —Misako hablaba jugando con una manita del pequeño —Creo que debí hacerlo.
—Es extraño, todo esto es extraño, y tampoco sé lo que le voy a decir.
—Hijo... Si me permites preguntar, creo que soy la única que no sabe lo que pasó entre tú y Kai —eso hasta a mí me heló la sangre —¿Por qué habías decidido irte?
—Yo... —hizo una pausa, sabía que lo que sea que dijera, estaba en su derecho —Kai y yo... éramos pareja y eso creo que si lo sabías, él no me decía siempre la verdad de todo, llegó a lastimarme de varias maneras y... no pude más, quise irme y pasó lo que pasó.
—¿Y ahora? ¿cómo van las cosas con él?
—Ya no sé —parecía desanimado, no quería hablar para nada del tema y no puedo quejarme al respecto.
—Tienes que decírselo ahora, sobre él, merece tener un padre de la misma manera —espera... ya me estoy perdiendo... ¿cómo qué padre?
—Si él no quiere hacerse cargo de su hijo por mí mejor, yo puedo cuidarlo solo —demonios, ya no pude contenerme.
Todo era demasiado confuso, no entendía para nada pero mi cuerpo reaccionó solo en abrir la puerta de un solo golpe, y las palabras salieron sin permiso de mi boca.
—¿¡MI HIJO!? —estoy seguro que todos me habrán escuchado.
Misako se levantó de la cama, Lloyd no dejaba de verme desconcertado.
—Mejor los dejo hablar —y así sin más se fue de la habitación.
[…]
¿Cómo llegamos a esto?
Otra vez lo tenía entre mis brazos, viendo esa dulce carita.
Damián, así se llamaba.
Desde que Misako se fue no pasó mucho en realidad, primero fue otro silencio que ninguno sabía como romper. Yo me acerqué a él pasmado, me hizo un espacio para que me sentara y yo obedecí, luego me lo entregó.
Damián, fue lo único que salió de su boca, ya sabía que se refería a su nombre. No me veía, al parecer no sabía como iniciar la explicación pero yo seguía esperando, nisiquiera sabía si lo que había dicho era cierto o posible.
¿Un hijo mío y de Lloyd? Los dos somos hombres, eso no tiene ningún sentido.
—Lloyd... por favor necesito saber más, no hemos hablado nada y yo más que nadie merece saber que está pasando —pedí ante él, todavía no me miraba, solo jugaba con una mano en la cobija, haciendo dibujo abstractos y se notaba que no tenía palabras que decir —Quiero todo... Toda la historia de lo que pasó.
—Vas a ser el primero a que se lo diga de verdad... toda la historia —suspiró de manera tranquila, asentí dándole la señal de que continuara —Cuando... Cuando Morro logró llevarme a su escondite o lo que sea que sea eso, me reveló algo que al parecer mi mamá también lo sabía, sobre que... tenía cierta habilidad para poder... crear vida —jugaba con sus dedos, yo seguía sin hacer movimiento alguno —Mi madre me contó que cuando yo nací, a ella se lo dijeron, solo dos persona en el mundo contaban con la misma condición pero yo... Fui el único que logró que pasara esto, estando contigo.
Ya lo entendía. Era verdad, yo tenía un hijo... con Lloyd.
—Morro... me hizo creer varias cosas que eran mentira, yo le creí cada una de sus palabras y toda la culpa se las estaba dando a ustedes, me llené de ira, solo quería venganza... —miró a Damián, acercando su mano solo para acariciar un poco su rostro —Él me hizo creer que me hacía un bien estando allí, pero yo quería irme y si quería hacerlo debía conseguir el Cristal, luego él conseguiría la espada y ya vez lo que pasó, al menos sé que lo derrotaron y que volvió a su mundo. Todo el tiempo que estuve aquí era con un único objetivo pero luego solo quería saciar todo ese vacío que pensé que ustedes habían creado, pensé que luego podría estar tranquilo e irme con mi hijo a hacer una nueva vida sin ustedes... pero ahora que sé todo, ya no tengo idea de lo que debería hacer.
No sabía que decirle, estar un año encerrado bajo el mando de ese fantasma no lo veía como mínimo algo bueno. Cuanto debió haberle dolido.
—Siempre creí que mi vida era una miseria —acercó una de sus manos hacia la otra, alzando su manga.
Cortes. Dios, Lloyd ¿qué te hiciste?
—Al principio yo no lo quería, Kai, quería deshacerme de él, no se que pienses ahora pero no lo quería porque pensaba que era un error, pensaba de manera egoísta y que esto no era mi culpa —volvió a bajar su manga, su rostro reflejaba melancolía y cierto dolor —Morro me convenció de tenerlo, además que ya no podía hacer nada porque tenía casi tres meses, eso será lo único bueno que me habrá hecho.
¿Tres meses? ¿cómo no me pude dar cuenta? Soy un imbécil.
—Todo ese odio que le tenía se desvaneció al verlo... —sonrió enternecido acariciando su mano con cuidado —Su rostro... es como yo, dejé todos mis malos pensamientos de lado y ahora se volvió mi impulso a seguir adelante, por Damián es que hacía todo... No quería que lo conocieras porque pensé que me haría un bien, pero ahora es distinto... creo que tienes derecho a saberlo.
Yo no sabía que responder, no sabía como mirarle, no sabía que pensar. Toda mi mente estaba bloqueada.
—Mira... entiendo que no es lo que querías pero...
—¡No no no no! —tampoco quería hacerle pensar eso, de que no me importaba ver a... mi hijo —Es s-solo que... t-tú me entiendes ¿verdad?... Es... mucho que asimilar... —no podía hablar sin tartamudear, apenas salía del shock.
—Entiendo si es que no quieres hacerte cargo, no te puedo culpar y... —otra vez lo tenía que detener.
—¡No! Lloyd, no es nada de eso —sujeté su mano, con la otra seguía teniendo al pequeño —Yo siempre... quise tener una familia contigo pero jamás lo imaginé como algo posible y...
—No me estás entendiendo —ahora fue él quien me cortó.
—Claro que sí, yo me haré cargo, no les va a faltar nada, Lloyd yo estaré siempre para él, te lo juro...
—Por favor, basta —pidió separando su mano, colocando ambas en frente en señal de alto —Kai, yo habré hecho varias cosas... ¿y sabes algo? Creo que estamos pares, sería mal de mi parte el no perdonarte por lo que pasó... hace más de un año.
Había recordado eso. Lloyd en realidad todavía no me aseguraba el que hubiera aceptado mi perdón, la vez que lo hizo solo fue para cumplir su propósito de venganza y eso claro que no contaba.
Siguió en quitarme a Damián, acostándolo en la cama ya que estaba cerrando los ojos. Lo arropó unos segundos antes de volver conmigo.
—Hablemos en otra parte, no quiero despertarlo —asentí, él se levantó de la cama y yo fui detrás, hasta que llegamos a mi cuarto en donde cerró la puerta —Kai... escucha, no te obligaré a quedarte con nosotros.
—No no, tú entiéndeme, ahora que se que tengo una familia no me puedo alejar de ustedes —volví a acercarme para tocar sus brazos, poder estar cerca de él me tranquilizaba, pero sabía que no duraría.
—Kai yo... —no resistí, solo no podía dejar de delinear sus labios con la mirada, quería recordar todo esto pero en algo sincero, ese romance que tuvimos lo podría considerar como nada porque él mismo dijo que solo lo hacía por venganza.
Lo acerqué a mí y besé sus labios.
Todo lo que sentía por él lo reflejaba en una sola acción, también podía saber lo que él sentía por mí. Al principio si me estaba siguiendo el hilo, pero solo fueron unos segundos cuando sentí sus manos apoyarse sobre los hombros y separarme de manera instantánea.
—N-no... No por favor, no otra vez —desvío su mirada al suelo, me soltó dándome la espalda —¿Por qué eres así?
—Lloyd yo te amo —caminé hacia él, colocándome en su detrás, dándole un espacio decente —Tenemos un hijo que nos une ¿por qué no puedo estar contigo? ¿por qué no entiendes que te amo más que nada?
—No, tú no me entiendes a mí, yo no puedo volver contigo —su voz era firme, no quería verme.
—Lloyd...
—Te hice tanto daño y tú igual a mí, de maneras distintas pero lo hicimos y yo no quiero volver a eso.
—Me equivoqué, ya lo sé, pero he cambiado.
—¿Quién me lo asegura? —hubo silencio mientras yo pensaba qué decir —No sentimos lo mismo, Kai.
—Yo sé que sí, ¿por qué no confías en mí?
—¡Porque ya lo hice Kai! ¡una y otra y otra vez! —me encaró, en su rostro podía reflejar su inmenso dolor pero de las cuales evitaba demostrar con lágrimas —Confié en ti, y me fallaste ¡y no eres el único! ¡también confié en Morro! ¡todo lo que me dijo fue una maldita mentira! ¡de repente en todos los que he confiado me han fallado de la peor manera! Y no estoy listo... —bajó su tono, yo no sabía como se sentía en este momento —No estoy listo para... volver a confiar en alguien y tener la certeza en que no volverá a ser lo mismo... en que no me fallará.
¿Qué podía decirle? Él siempre sabía como dejarme sin palabras, y no siempre en el buen sentido.
—No te negaré el derecho a verlo si tú quieres, eres su padre me guste o no.
—Lloyd...
—Lo único que nos une ahora es Damián.
—Por favor...
—¡Es todo, Kai! —me dió la espalda y luego se fue de mi habitación.
Tenía el corazón en mi mano.
Por mi error ahora me toca vivir con esto.
Pero no me rendiría, juré que lo recuperaría cueste lo que cueste.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top