Cap13: Dos mentiras, una verdad.
—No pensé que este momento llegaría —dijo el castaño con su brazo derecho por debajo del rubio haciendo que esté recostado encima, con su otra mano acariciaba sus nudillos mientras que descansaban en la cama del mayor. Aclaro que solo estaban recostados, no malpiensen —No sabes cuánto esperé para esto.
—Lo sé, al principio me costó tomar la decisión pero creí que era lo mejor para los dos —sonrió acurrucandose sobre su pecho con calma —Te amo.
—Yo también —besó su frente con ternura —¿Cuándo se los diremos?
—Cuando llegue el momento indicado —respondió y se enderezó poco después en la cama para quedar sentado —Tengo que hacer algunas cosas, ¿me permites?
—Ey primero ven aquí —lo jaló del brazo para que se volviera a recostar sobre el pecho del castaño. Lloyd se rió un poco por la acción y en eso pudo notar cómo es que Kai iba observando su muñeca.
—¿Qué pasa?
—¿Me dirás la verdadera razón por la cuál no te la puedes quitar? —preguntó analizando el brazalete de oro el cual había seguido pasando desapercibido durante todos estos días.
—¿No me creíste?
—Ni un poco —el rubio lo invitó a sentar mientras que con su otro brazo se sujetaba de la muñeca viendo su mismo brazalete.
—Es obvio de que me la dió alguien pero ese alguien era la persona que se encargó de verme en esos días, me ayudó bastante y cuando le dije que quería venir aquí me la obsequió para que no me olvidara de él —Kai se mostró un poco celoso y eso pudo notarlo —No te pongas así, no era nada.
—De acuerdo... Te creo —sonrió y el menor imitó la acción dándole un pequeño beso en los labios y saliendo de la cama con cuidado.
Habían avanzado con ya casi una semana de relación en la cual, Lloyd no volvió a tener contacto con él ya que no había que contar al respecto y no le podía decir sobre que había empezado a tener una relación con el Ninja de Fuego. Este último se encontraba muy ilusionado con el Ninja Verde que ahora que había correspondido sus sentimientos se sentía de lo mejor en el mundo.
Era la cena en la cual ambos chicos se encontraban platicando muy animadamente ganándose las miradas extrañadas del resto del equipo.
—Emh... ¿todo bien con ustedes? —preguntó la azabache intercambiando los lugares a los cuales estaba viendo.
—¿Por qué no habría de estarlo?
—Pues... Antes se caían de lo peor y ahora... Esto —indicó el azabache en el mismo desconcierto mientras que los dos colocaban sus manos sobre la mesa teniendo los dedos entrelazados —Ay, no me digan que...
—Si —declaró el rubio viendo a Kai quien al parecer no tenía nada planeado para ahora —Kai y yo retomamos nuestra relación.
—¿Y desde hace cuándo... ustedes? —preguntó el pelirrojo señalando de Kai a Lloyd y de Lloyd a Kai sin querer completar su pregunta creyendo que ya era sobreentendido.
—Desde hace una semana, pero esta vez... —lo rodeó con un brazo por encima de sus hombros, mientras que el menor correspondía sujetando esa mano de encima —... Todo será diferente.
—Así como debió ser —dijo ahora el rubio <<así como te lo buscaste>> —Todo será mejor ahora.
—P-pues... perdónenme pero no sé que decirles —hablaba todavía anonadada la chica agitando su cabeza, queriendo salir de la sorpresa —Que les vaya bien... supongo.
—Gracias... oigan, cambiando de tema —Lloyd separó su mano de la de Kai, colocando su palma encima de su otra mano y viendo atento a los demás —Ya no me han comentado nada de ese Cristal ¿dónde lo tienen?
—Umh... bueno, está en el escondite, debajo del mueble de allá —Jay señaló con una de sus manos girando un poco su espalda —¿No te dijimos?
—Es que no recordaba donde quedaba ¿pero es seguro?
—Claro, solo hay una llave para abrir esa escotilla y está escondida por los libros, ese en específico —ahora era Cole quien señalaba a la estantería —Por mientras hay que mantenerlo ahí, hasta que pase todo esto aunque si tiene una buena seguridad, no te preocupes.
—¿Cómo sabremos cuándo ya sea seguro?
—Ni idea, el sensei tal vez nos avise luego, hasta que vuelva de su viaje. Ese para viajando cada día a quien sabe donde —comentó Kai.
—De acuerdo, entonces... Creo que ya me voy —sonrió levantándose de la mesa y despidiéndose del resto para ir a la cocina. Cuando se fue a su cuarto, los demás empezaron a interrogar al castaño.
—¿Lo obligaste? —fue lo que salió de la boca de su hermana.
—¿Qué?
—No me digas que le mentiste —ahora era Cole.
—No, yo...
—¿Por qué realmente volvieron? —Zane.
—Porque...
—¿Es una farsa? —Jay.
—¡No! ¿de acuerdo? No lo obligue, no le mentí, no es una farsa y volvimos porque él me lo pidió —respondió apresurado el castaño.
—¿Cómo que te lo pidió? —Nya colocó ambas manos sobre la mesa en modo de sorpresa.
—Indirectamente, dijo que me seguía queriendo y... yo igual a él, así que retomamos la relación y yo espero que no vuelva a ser como antes.
—No sé porque algo no me cuadra —mencionó Jay apoyando su cabeza en su indice y con su pulgar acariciaba su mentón como si pensara.
—Si pero cuando yo decía eso, nadie me creía ¿por qué no están felices? ¿no querían que nos reconciliaramos?
—Si pero... no, no tengo excusa, en serio algo anda mal.
—Gracias por la cena —finalizó con el tema y se llevó su plato a la cocina quedándose ahí para pensar ya que aunque le gustara volver a tener al rubio, sus amigos tenían razón, algo no le cuadraba.
Ese momento en que los papeles se invierten repitiendo lo de hace ya más de un año. Lloyd siendo el que era misterioso y aparentaba querer a Kai quien ciegamente confiaba en él.
Así de simple. Papeles invertidos.
—No falta mucho —se dijo a sí mismo el ojiesmeralda luego de haber escuchado toda esa plática, encerrándose posteriormente en su cuarto decidido a dormir.
[…]
—Las noticias vuelan, y es que desde hace semanas que se descubrió que el presunto Ninja Verde que creíamos, ya no estaba con nosotros, hizo su aparición en la ciudad de Ninjago hace poco y desde ese día no ha vuelto a dar la cara... ¿Será que en serio es Lloyd Garmadon, el gran salvador de Ninjago? Y si así fuera ¿qué es lo que ha pasado este último año? ¿sus amigos los sabían? Aquí con Mónica Vásquez...
—Vaya, tiene razón, ya no fuímos a aclarar nada de ese asunto... ¡golpe bajo! —comentó Nya mientras que peleaba mano a mano con Lloyd, escuchando las noticias de radio —¿No quieres que aclaremos eso?
—No, todavía no, solo hay que esperar un buen momento.
—¿Y cuándo es un buen momento? —preguntó Cole que se encontraba combatiendo con el Ninja Rojo. Solo Zane y Jay no estaban peleando puesto que este primero había ido a ver algunas cosas dentro del Bounty.
—Relájense, yo se los diré luego ¡Hay que descansar!
—¡Chicos! —llegó el nindroide raramente desesperado haciendo que las palabras de Lloyd se cumplieran.
—¿Qué ocurre? —preguntó Jay levantándose de esa pequeña banca en donde estaba viendo su móvil.
—¡El Cristal ha desaparecido! ¡se lo han llevado!
—¿¡Qué!? —Lloyd fue el primero en irse corriendo de allí teniendo a los demás siguiéndole atrás y a sus costados.
Zane abrió nuevamente la escotilla dándole pase a todos sus amigos para que entraran a ese pequeño cuarto en donde las rejas estaban cortadas y la vitrina estaba abierta sin ningún cristal dentro.
—¡No puede ser posible! —exclamó Nya mientras que se acercaba al vidrio observando si es que objeto cayó por alguna parte —¡No no no! ¡esto está mal! ¡de seguro ya se lo llevó y el sensei nos va a matar!
—¿¡Pero cómo!? ¡pensé que era muy seguro y que solo nosotros lo sabíamos! —se quejó Lloyd intentando buscar pistas al respecto.
—¡Tengo una idea! ¡las cámaras! ¿recuerdan que coloqué dos hace una semana? ¡sabía que serían útiles algún día, vamos! —el pelirrojo subió la escalera otra vez siendo seguido por el resto que ilusionados pensaban poder descifrar si en serio fue ese sujeto del cual el sensei les advirtió.
Primero buscó su laptop que la había dejado encima de un mueble y la colocó sobre sus piernas mientras que todos miraba atentos. Buscó una carpeta en dónde habían trece videos, cuando debería ser catorce.
—¿Qué? No no —siguió reproduciendo las grabaciones pero no encontró la del día pasado, como si alguien la hubiera borrado —¡Demonios!
—¡Listo! ¡estamos perdidos! —dijo el azabache al aire dando vueltas por la sala.
—¿Pero cómo sabía que teníamos cámaras puestas? —se cuestionó el Ninja de Fuego en voz baja viendo de reojo a sus compañeros quienes eran los únicos enterados de eso. Se quedó viendo a Lloyd disimuladamente que estaba igual de decaído que el resto.
—¿Y ahora qué hacemos? —dijo el menor de todos con desespero.
—Tenemos que hallarlo, buscar una mínima pista aunque sea —señaló Zane mientras que pensaba —Tal vez la chica de la comisaría sepa algo, a esa que llevaron por ser el sujeto misterioso, puede que tenga vínculo con algo.
—Yo iré más tarde, veré si puedo sacarle información —ofreció el castaño y los demás asintieron, dando puntos inexactos para buscar al que sea que tenga el Cristal.
A la mañana siguiente, luego de que Kai fuera de visita a la estación y no lograr que la chica dijera algo, los demás fueron a buscar por otras partes de la ciudad igual de encubiertos y disimulados haciendo honor a su nombre de Ninjas. Kai en su cuarto solo pensaba en el gran sermón el cual les daría Wu luego de que volviera de su viaje.
—¿Estresado? —llegó el joven de cabellera rubia sin esperar pase que ya era innecesario pedir.
—Si, no puedo creer que en serio lo hayamos perdido —se frotó la sien y Lloyd colocó una mano sobre su hombro regalándole una sonrisa.
—Lo encontraremos ¿si? —el mayor no dijo nada —Veré si te preparo algo, en serio creo que eres el más harto de todo esto.
—No es necesario.
—Igual lo haré —se levantó de la cama retirándose de la habitación. Le parecía extraño que además de decir que lo quiere sea muy atento con él, muy amable y eso le hacía recordar al Lloyd del pasado, a ese que extrañaba.
—No, no creo que él lo haya hecho —reflexionaba en voz baja luego de haber tenido varias teorías, unas que incluían al menor como el que presuntamente estaba implicado en lo del Cristal. Pero no era posible ¿verdad? Él nunca los traicionaría de esa manera, además que se veía muy preocupado por el asunto de igual forma y... —¿Qué es eso?
Dijo apenas se dió cuenta de que cuando Lloyd había salido o entrado de la habitación algo se le había caído posiblemente de su bolsillo (eso lo suponía pues dicho objeto no estaba ahí antes, de eso estaba seguro) se agachó un poco y extendió su mano para sostener aquella cosa.
Una pequeña memoria de celular, el cual solo era de color blanco y no pasaba del centímetro en tanto a tamaño.
—¿Por qué Lloyd tendría esto... fuera de su móvil?
—¿Que yo qué? —apenas escuchó esa voz y guardó la memoria en su bolsillo antes de que pudiera verlo. Entró con una taza de té en sus manos y con sus ojos fijos en él esperando que le dijera algo.
—Nada, solo estoy... pensando en cómo han sido estos días —respondió inseguro y al parecer le creyó acercándose y entregándole esa taza de té —Gracias.
—De nada, voy a salir, ¿le puedes avisar al resto?
—¿A dónde vas?
—Solo a tomar aire, no he salido mucho de aquí tampoco ¿no? —el otro lo pensó y al final cedió ante eso —Vuelvo en una hora.
—De acuerdo, cuídate —se despidió de una manera neutral y apenas escuchó el sonido de la puerta que daba señal de que se había ido, volvió a sacar el chip de su bolsillo.
De inmediato buscó su teléfono, le quitó la tapa y la misma memoria para colocar la que antes se le había caído a Lloyd. Esperó a que se encendiera y luego buscó en todos las aplicaciones a ver que encontraba.
Lo primero que hizo fue ver los contactos. Habían varias llamadas a un número desconocido, la última fue hace una hora y las demás ya fueron hace una semana. No habían mensajes, solo llamadas.
Siguió a ver la galería, en donde solo había un único video.
—¿Debería? —se preguntaba inseguro y luego de ser víctima de la curiosidad lo reprodució el cual duraba tres horas por alguna razón.
Luego se dió cuenta, era de las grabaciones de la sala, hace dos días, las primeras tres horas de la noche. Salteaba algunas partes ya que solo se encontraban las luces apagadas y nada interesante siendo estas horas en las cuales por obvias razones están dormidos. Hasta que llegó a los últimos diez minutos. Lloyd salía de su cuarto con sigilo, (claro que no había audio, solo video) y caminaba con una pequeña luz que irradiaba de su mano, una pequeña esfera de energía. Se perdió en la grabación ya que no grababa el punto exacto de los muebles.
—No Lloyd, no, tú no —se decía a sí mismo queriendo creer que todo era mentira.
Lloyd mintió acerca de no saber nada. Y la verdad salió hace apenas unos segundos.
¿La otra mentira? No es necesario decirlo.
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