8. Enamorados con vergüenza en silencio
Dedicado a MariaGuillen171
Joseph's POV
''Esta era la escena más cliché del mundo'' —estaba pensando.
''Sean todos Bienvenidos a su programa ~LO MÁS CLICHÉ~ Esta semana nos acompañan, dos personajes muy conocidos por nuestra audiencia y estará con ustedes un su sensual conductor, un servidor Joseph Galler —Pique un ojo —Damas Y Caballeros empecemos.
Tenemos la típica escena de un momento romántico, a lo mejor están pensando o quieren adivinar, a lo mejor si saben cual es (pueden dejar la que le llegó a la mente en los
comentarios) pero yo se las voy a decir porque no puedo adivinar sus mentes.
Pero primero veamos si adivinan.
~Primer acto, sube telón, vemos un mueble, baja telon.
~Segundo acto, sube telón, un mueble y dos personas, baja telon.
~Tercer acto, sube telón, un mueble y dos personas que conversan con risitas de idiotas pasando la mano por sus cabellos.
—¿Cómo se llama la obra?— pregunté.
Un silencio sepulcral y creo que escuché un grillo— risa de un público falso.
En fin la obra se llama ~Enamorados Pero Con Vergüenza~. —Paresco estúpido.
Santiago y Liz estaban sentados en el sofá conversando de lo que yo no quería saber, por eso me inventé un programa tan mediocre en mi imaginación.
Santiago para ser tan grande es bastante menso, porque ha estado enamorado siempre de Liz y no se lo dice porque es una niña. Ya Elizabeth no era una niña tenía diecisiete casi saliedo de la adolescencia, además que ya no tenia el cuerpo como niña, no era exageradamente esbelta pero estaba claramente definida que era una mujer, eso Santiago no lo entendía y era muy respetuoso de su parte mirarla como una niña todavía.
Liz me sacó de aquellos pensamientos cuando se puso de pies.
—Chicos iré donde Darlen— anunció Liz.
—Casi me tengo que ir— dijo Santiago.
—Aún no te vallas Santi— le dijo Liz.
—Si Santi porfa no te vayas todavia— dije poniendo las manos en un aplauso, ojos de cachorros y haciendo un puchero con el labio inferior.
—Ya que me lo pides de esa manera— dijo y los tres reimos.
—Vuelvo en un momento— se giró y camión perdiéndose de nuestra vista en las escaleras.
Escuché a Santiago soltar un gran suspiro.
—¿Pasa algo?— pregunté.
—Estoy tan feliz por el dia de hoy pero llegaré a casa y estaré enojado— contestó.
—¿Por qué?.
—Estará lejos de mi, ademas mis padres quieren mudarse , ya lo sabías, es que no puede ser....— Santiago empezó hablar cosas de sus padres y esto iba para largo así que me acomodé a escuchar, asentir y a negar como antes había hecho
apoyando mi amigo.
Liz's POV
Avisé a los chicos que iría a ver a Darlen, ellos no se dieron cuenta que Robert subió con ella pero yo sí, pues estaba atenta cuando ellos hablabaron.
Creo que los chicos quedaron hablando de los padres de Santiago o por lo poco que escuché antes de caminar al pasillo, la habitación de Darlen estaba a dos puertas de la entrada al pasillo, en primer lugar está la habitación de los padres de Darlen, en segundo lugar el baño del pasillo, en tercer lugar la habitación de la loca de Darlen, más allá una habitación vacía y al fondo la habitación de Joseph.
Cuando llegué a la habitacion abrí la puerta con cuidado, lo más despacio que pude y mis sospechas eran correctas Robert estaba con Darlen, ambos estaban en la cama acostados, no sé si Darlen dormía pero Robert pasaba la mano por el cabello de ella, al parecer se estaba quedando dormido porque sus movimientos disminuían la velocidad. Entré mi mano con cuidado y puse seguro por dentro a la puerta, cerrándola con mucho cuidado.
Dí media vuelta caminando hacia las escaleras. Me detuve, retrocediendo ya casi cuando iba a bajar las escaleras porque escuché mi nombre.
No soy de esas de andar escuchando conversaciones ajenas pero no contuve mi curiosidad, me puse en cuclillas al lado de la pared de la escalera, se escuchaba bajito lo que hablaban en la sala que no estaba tan lejos de las escaleras, asomé un poco mi cabeza, podía ver quien hablaba y como hablaban, entonces guarde silencio.
—Entonces, ¿Temes que Liz lo sepa— preguntó Joseph pero a que se refiere.
—Sí— respondió Santiago.
—Mi pregunta es ¿Por qué estas feliz?— preguntó haciendo un ademán con las manos.
—Porque estar con ella me hace feliz— me estuve al caer de boca, cuando escuché que lo hacía feliz estar conmigo.
—Santiago, deberías decirle lo que sientes antes de irte.
—No creo Joseph, porque si ya me voy a ir, estaremos lejos y no podremos ser felices— dijo bajando la cabeza con lo que a mí me pareció un poco de tristeza y no entendía a qué se refería con irse, Santiago no puede irse, no ahora.
Él estaba haciendo mal, yo también estaba haciendo mal, ninguno tenía el valor de decir lo que sentía el uno por el otro y eso era un problema. Pensé en ponerme de pies pero me quedé en mi lugar al escuchar que iban a continuar.
—No estoy de acuerdo contigo— reprochó Joseph —Sabes que Lía no vive aquí, cerca de mí e igual estamos juntos, no sé si es amor de verdad, me gusta pensar que lo es porque de verdad la quiero, pero estamos llevando la distancia juntos, no por separados.
—Que hermosas palabras y yo que pensaba que Joseph tenía el corazón de piedra— murmure para mi.
—No se que voy a hacer, sólo se que la pasaré lo mejor que pueda con ella y le voy a demostrar que la quiero aunque no se lo diga....
No pude escuchar más, me puse de pies y bajé las escaleras, interrumpiendo la conversación de los chicos y ellos guardaron silencio. Escuchamos alguien toser, miramos hacia la escaleras que había bajado hace a penas un minutos, era él padre de Darlen que estaba en las escaleras, por eso bajé lo más rápido posible, había escuchado el cerrojo de una puerta dar vueltas.
—Pensé que se habían ido— comentó.
—Ya nos vamos Señor Daniel— dijo Santiago poniéndose de pies.
—¿Me podrías llevar por favor?— le pregunté a Santiago.
—Pensé que te quedarías a dormir— dijo él Señor Daniel.
—Es mejor que no, además Darlen ya está dormida— y su habitación tiene seguro también.
—Esta bien.
—¿Dónde está Robert?— preguntó Santiago.
—Hace rato que se fue— respondí.
—No me di cuenta en qué momento se fue— dijo Joseph.
—Si, un poco después de Darlen, al parecer recibió una llamada, lo vi hablar por teléfono y supongo se fue sin despedirse— dije mirando a cualquier lugar que no fuera la cara de los chicos o la del Señor Daniel.
—Está bien tenemos que irnos Liz— me informó Santiago.
—Aprovecha— dijo Joseph a Santiago pero hice que no escuché y lo ignoré.
—Adiós Señor Daniel— me despedí.
—Descansa Joseph— dijo Santiago.
—Cuidense, avisen cuando lleguen, ¿De acuerdo?.
—Si Señor Daniel— dijo Santiago.
Tomé mi celular y mandé un mensaje a Darlen diciéndole lo que debía decirle a los muchachos cuando preguntaran al otro día de la misteriosa llamada que había inventado, también para avisarle que la puerta estaba cerrada y que tuviera cuenta con su padre.
Así salimos de la casa y caminamos al auto de Santiago, sin mirarnos en silencio.
!Gracias por leer!
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