21. Amor
Dedicado a Karen1-Rios gracias por tu apoyo.
Darlen' POV
—¿Y?... .
—Pues eso es todo, no te voy a decir nada más revelador.
—No se vale Elizabeth, me estás contando todo a medias.
—Aja, como que tú me cuentas todo de pies a cabeza —me comentó picando uno de sus ojos. Me eché a reír a carcajadas sin ninguna explicación o a lo mejor me reía porque ella tenía razón.
—Está bien vamos a dejar el tema ahí, no quiero meterme en esas aguas. Me estás jugando sucio, eh, sólo te diré eso —le comenté y seguí riendo.
La verdad es que mis cosas íntimas con Robert no me gusta contarle sobre eso a ella, yo le dije que debía comportarse como una mujer pero la verdad es que aun es una nena, aunque yo no sea una vieja con millones de experiencias.
—Entonces ¿No tienes nada para contarme después de todo lo que te dije? —preguntó.
—Pues si tengo algo que contarte, pero aún no estoy segura si es lo correcto.
—¿Qué quieres decir con si es lo correcto?.
—Pues es algo muy delicado —sonreí —y no sé si puedas soportar tanta información.
—Por favor, siendo amiga tuya puedo soportar cualquier cosa —se rió —ya me tienes preparada para cualquier cosa, así que apúrate que me desespero.
—Pues...
FlashBack
—No me dijiste que ibamos a venir aquí —reclamé —me hubiera puesto otro tipo de vestimenta, no estoy muy presentable para éste lugar.
—Estás preciosa, a mi me encantas y eso es suficiente.
—Claro, lo dice el tipo de traje negro sensual.
—Tú tranquila, el tipo de traje negro sensual es solo tuyo, así como tú tienes tus ojos puestos en mi, yo solo tengo mis ojos puestos en ti —me tomó mi mano y depositó un pequeño besos mirándome a los ojos —estás radiante, no te preocupes más por la vestimenta, ese vestido carmesí te queda muy ajustado a tus curvas y eso me vuelve loco, con eso tienes, los demás no importan —me quedé más tranquila con sus palabras y el dulce beso que depositó en mis labios.
Robert me trajo a un restaurante demasiado elegante para mis gustos. Todo estaba pintado de plateado y negro, con lamparas, puertas, mesas y floreros en cristal, todo muy diseñado.
Cenamos en aquel lugar tranquilos, con una música suave de fondo, conversamos sobre nosotros y nuestro futuro, habló de casarnos, tener nuestra casa y un montón de niños correteando de aquí para allá, pero tener un montón de niños no es fácil y traerlos al mundo mucho menos, esperaba que estuviera bromeando o algo así.
Terminamos de comer y charlar. Salimos del restaurante y en vez de camino al coche, Robert tomó mi mano.
—Daremos un paseo.
Empezamos a caminar por la calle de enfrente, caminamos alrededor de una cuadra. Llegamos a un parque que era muy famoso en la ciudad porque tenía la fuente más hermosa, aquella pareja agarrada de manos y el agua que brotaba de ella, hacia la forma de un corazón encerrando la pajera dentro de el. La gente iba a pedir muchos deseos sobre amor a la fuente, porque cuenta una leyenda que los deseos de amor de aquella fuente, se hacían realidad, que solo debías pedirlo con el corazón y con fe, mucha fe.
—Ten, esta es tuya —Robert dejó una pequeña monera en mi mano —no la desperdicies —tomó la moneda que tenía en su mano, cerró sus ojos, le dió un pequeño beso y la arrojó a la fuente —es tu turno amor.
Seguí su acción, cerré mis ojos, le dí un pequeño beso a la moneda y la arrojé a la fuente, con toda la fe que pudiera existir dentro de mi y con todo mi corazón, como contaba la leyenda.
—¿Qué deseaste, princesa? —preguntó. Tomó mis manos y me puso frente a él, muy cerca de su pecho.
—Si te digo lo que desee, no se va a cumplir y deseo de todo corazón que se cumpla —tiré de él para alcanzar su boca y besarlo. Solté sus manos y las llevé a su cuello para acercarlo más, bajó sus manos a la parte baja de mi espalda y ahí las enlazo, acercándome más a él.
—Te amo tanto, Darlen —alcance a oir en un tono bajo entre un beso —tanto que no te lo imaginas, eres tan importante para mi que quiero que pases el resto de tú vida a mi lado.
—Aquí estaré siempre para ti, estaremos juntos hasta que la muerte nos separé como dice el padre cuando te va a casar —comenté y una sonrisa se escapó de sus labios, se veía tan hermoso a la luz de la luna, yo no podía pedir nada más, con él era suficiente.
—¿Estarías dispuesta a pasar el resto de tu vida conmigo?.
—Si.
—¿Me serías fiel y estarías conmigo en la salud y en la enfermedad?.
—Si.
—¿Estarías dispuesta a ser la madre de mis 12 hijos?.
—¿Estás bromeando? —pregunté seria por unos segundos, pero no pude aguantar mi risa y él se contagió de ella y se rió.
—Claro, que estoy bromeando —contestó pero algo en su cara de diversión me decía que hablaba en serio —ven conmigo.
Tomó mi mano y nos adentramos un poco más al parque, por un pequeño sendero que daba a la Pared del Bosque, la bautizaron así debido a que crece mucha hiedra en ella, para suerte que no es venenosa, mas bien es muy fértil porque de ella brotan unas flores hermosas en todo el año, cada estación con un color diferente.
—Alto ahí —me detuvo Robert y colocó sus manos en mis ojos.
—Amor, no puedo ver nada.
—Esa es la idea, confía en mi, camina —y eso hice.
Caminamos el pequeño sendero hacia la pared, conocía el camino y Robert me guió por el.
El novio más romántico del mundo le quedaba chiquito al mío, o al menos para mi yo tenia la mejor pareja del mundo mundial. Robert se detuvo a mitad de camino y destapó mis ojos, la luz que había a nuestro alrededor me obligó a cerrarlos de nuevo y abrirlos despacio para acostumbrarme a ella, el sendero estaba lleno de pequeñas luces a ambos lados y en fondo, un gran letrero en luces colgaba de la pared, era lo que más iluminaba el lugar. Me dí la vuelta para buscar a Robert y ahí estaba, estaba apoyado en una rodilla en el suelo sosteniendo una cajita dorada en sus manos en ea reposaba un anillo plateado y él mantenía esa gran sonrisa en su boca.
—Entonces Darlen, ¿Qué dices?, ¿Will you marry me? —dijo aún con su sonrisa, repitiendo las misma letras de aquel letrero iluminado.
Mi corazón quería salir corriendo a toda velocidad de mi pecho, mi respiración se fue disminuyendo de a poquito haciendo que mi pecho subiera y bajara más rápido y mis ojos, mis ojos dejaron salir lágrimas de felicidad, una de mis manos contenía el asombro que mi boca no podía controlar, todas mis emociones estaban a flor de piel.
—Yoo... —las palabras no abandonaban mi boca.
—Voy a morir Darlen, sé que es mucho tú asombro y que tienes que tener todo alborotado como yo, pero tú silencio me va a matar.
No pude responder nada, lo único que pude hacer fue tomar sus manos para que se pusiera de pies y asentir con la cabeza antes de abrazarlo tan fuerte como si todo fuera a acabar ahí, en ese mismo instante pude sentir que no estaba bromeando con todo lo que me había dicho. Tomó un poco de distancia y colocó el anillo en mi dedo anular, volviendo a abrazarme aún más fuerte, con más desesperación y con más amor.
—Para siempre —susurré.
—Hasta la muerte —comentó.
Fin FlashBack
Liz estaba extendida boca arriba en la cama sin decir nada, desde donde estaba parecía que se había dormido, así que me puse de pies para corroborar lo que pensaba pero no era así, estaba mirando al techo como desorbitada, me acerqué para moverla pero....
—Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa —sonó en toda la habitación y me sobre salté por la sorpresa —te pidió matrimonio Darlen, aaaaaaaaaaaaaaa —comentó y volvió a gritar como loca poniéndose de pies sobre la cama y saltando como niña —que romántico, te imaginas, digo no tienes que imaginarlo porque ya lo viviste, pero wow, me va a dar algo.
—Calmate, pareces que te pidieron matrimonio a ti —dejé salir una carcajada.
—Yo te veo tan tranquila y calmada, dime, ¿Por qué?.
—Porque ya hice todo ese drama en cuanto llegué a mi casa —ambas reímos —antes de ayer no pude casi ni dormir pensando en todas las cosas.
—¿Y de verdad vas a tener 12 hijos con Robert? —preguntó riendo demasiado.
—Tal vez si, tal vez no, nadie a sabe —solté guiñando uno de mis ojos y riendo.
—Hablando de tener niños, que por cierto no nacen por arte de magia, sino, que debes hacerlo tú, con tú pareja claro, ¿Sabias?, que tienes que contarme aquella primera vez porque ya yo te conté la mía, recuerdas el trato, ¿Cierto?, porque yo aún no lo he olvidado.
—Recuerdame, ¿Para qué hice ese trato?.
—La verdad no lo sé, dijiste que me ibas a contar después que yo tuviera la mía para no arruinarme el momento, porque tú tuviste una mala experiencia o algo así —Liz volvió a acostarse en la cama con las manos sobre su cabeza y sus pies cruzados —soy todo oídos.
Bien chicos/as hasta aquí el capítulo, pero ¿Saben qué?, a causa de la ausencia que tenia por los problemas que surgieron con mi cuenta, hay otro capítulo esperándote mas adelante así que espero que hayas disfrutado este y que vayas a disfrutar el otro.
Me siento mucho mejor volviendo a escribir de nuevo y espero poder recuperar mis viejos lectores o al menos una gran parte y muchos más así que, no olviden dejar sus bellos comentarios y darle un toquecito a la estrellita para dejarme saber que aún me apoyas.
Un montón de besos, los quiero mucho aunque no lo crean y son los mejores porque sin ustedes nosotros los escritores no fueramos nadie así que nunca olviden eso. Besos y abrazos.
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