2. Pervertida

Dedicado A Wattpad

Cuando la Miss Universo salió del baño, se estaba secando su hermoso cuerpo, porque la verdad es que tiene el cuerpo que siempre he querido tener, es hermosa, es blanca y no tiene manchas a la vista, simplemente hermoso; intente distraer mi mente en otra cosa, mientras ella se vestía, tome mi toalla y me dirigía al baño cuando Darlen se río.


—¿Qué es gracioso?— pregunté.

—No te masturbes— escupió, mientras se acomodaba en la cama riendose.

—Si tu lo haces, yo lo puedo hacer— eso ni yo me lo creía, mucho menos ella.

—Entonces ¿Quieres que te ayude?— se puso de pies y camino hasta llegar ami —a tocarte— posó sus manos en mis senos, mientras los movía lentamente y yo me alejaba —te sentirás muy bien, dejame ser la primera en tocarte— volvió a reir escandalosamente como solo ella sabe —si vieras tu cara.

—Porque estas demente ¡Quitate! Eres una estupida— la empujé hacia la cama y me senté a horcajadas sobre ella, sujetando ambas manos a los laterales —además ya tengo quien me tocará primero— abrió grande sus ojos, me acerqué un poco a su rostro —y no eres tu querida.

Me pare lo más rápido posible, mientras ella se incorporaba ya estaba cerrando la puerta del baño, antes de que la fiera que había despertado, me atacara con preguntas que sé que va a hacer en cuanto salga del baño.

—No vas a vivir en el baño toda la vida mi querida florecita, además debes medirte el conjunto, para mostrárselo a quien te va a tocar primero— hubo un gran silencio, luego continuó —¿Es hombre o mujer?— se atrevió a preguntar.

—¡Hombre!— le hice saber mientras abría la llave para no escuchar lo que diría a continuación; nunca me había tocado y Darlen siempre me decía que lo hiciera. Cuando empecé a retirar mi ropa, toqué mis senos al sentir tan placentera sensación que el sujetador ya no me estuviera torturando, mis senos no son grandes pero tampoco son pequeños, me gustan aunque también me gustaría tenemos como Darlen.

Eliminé el pensamiento y me entré en la bañera, empecé a enjabonar mi cuerpo, cuando escuché que Darlen tocó la puerta y cerré la llave para escuchar.

—¿Qué quieres?— pregunté.

—Tocate despacio, mientras te enjabonas.

—¡Callate!— especule, volví a abrir la llave, escuchando las risas de Darlen.

Terminé de bañarme rápido para no pensar en lo que había dicho mi pervertida. Sequé mi cuerpo y me puse el conjunto que Darlen me regaló. Cuando abrí la puerta, ella saltó sobre mí, sacándome del baño por el brazo.

—Te queda hermoso— me miró de arriba abajo —y sensual, mírate en el espejo.

Me acerqué al espejo y era cierto me queda muy bien y me gustó, me sentí segura, bonita. Salí de mi burbuja de gustarme a mi misma, cuando Darlen me empujó sobre la cama y se sentó a horcajadas sobre mí, tomándome de las manos como yo había hecho, minutos antes de entrar al baño.

—Dejame— dije forzando contra Darlen.

—Cuando me digas, ¿A quién se lo modelaras?.

—A una persona— reí, ella viró los ojos en desacuerdo.

—Ohhh— dijo en tono de tristeza —yo que pensaba que era a un extraterrestre.

—Típica frustrada con los marcianos.

—Modela para Santiago, Liz, úsalo el día de la comida.

—Lo haré— dije y se asombró.

—Liz, ¿Dónde estás?— se cuestionó mirándome —no tuve que convencerte, aceptaste sola— me reí.

—Trataré que muera esa vergüenza Darlen, ya no quiero ser la niña de siempre, estoy cansada, quiero ser mas como tu sin vergüenza, confiada, intensa, extrovertida— estaba más asombrada aún.

—Oh Dios, al fin saque tu lado pervertido— reí.

—No, aún no— me negué.

—Quiero una prueba de que estas cambiando.

—¿Cual?— alguna estupidez se traía entre manos.

—Que me des un beso— ¿Qué?, grité en mi mente porque no me dio tiempo a decir que no, cuando ya me estaba besando; seguí el beso 20 segundos más y me retire.

—¿Contenta?— pregunté limpiando mi boca de su saliva.

—Besas bien mocosa— se echó a reír —si, ya estoy contenta, tendremos que repetir en otra ocasión— me guiñó un ojo —tranquila es nuestro secreto.

—Tu y tus intentos de volverme lesbiana— replique.

—No lo haría si no fueras mi mejor amiga y aunque fuera lesbiana así me amarías, imaginate tu y yo teniendo encuentros sexuales.

Guardé silencio a su comentario, se levantó de mi regazo para echarse a un lado de la cama conmigo, se acomodo debajo de las sábanas y se extendió abrazándo mi estómago.

—Olle Liz ¿De verdad se lo enseñarás a Santi?— noté una seriedad en sus palabras mientras me miraba a los ojos.

—Lo llevaré puesto el día que vaya a su casa, solo por si acaso— me miró confundida.

—Por si acaso, ¿Qué? Niña, acaso estas tratando de violar a Santi— me reí, fue un comentario gracioso ya que él es mayor que yo.

—No Darlen, sabes lo que me dijo, no es necesario buscarle la quinta pata al gato para adivinar o tal vez mi mente fue más allá de donde debía— comenté——-¿Tu que opinas?.

—Bueno, que Santi es un papasito para chuparse los dedos y tienes que soltar un poco el miedo y la vergüenza, si él te propone algo y lo quieres hacer, no es como que tengas que hacerlo, tienes muchas opciones para sentirte bien y disfrutar, muchas maneras placenteras de tocarse— dijo burlonamente.

—Darlen hablo enserio.

—Yo también Liz— se puso sería— relájate y dejarte llevar.

—¿Cómo fue tu primera vez?—  pregunté —nunca hablas de eso y mira que dices muchas cosas sexuales.

—Fue un desastre Liz, pero no quiero desanimarte, te prometo que te contaré, en cuanto hayas tenido tu primera vez.

En ese momento la puerta se abrió dejando ver a mi madre asomarse, inmediatamente me cubrí con las sábanas para tapar el conjunto.

—Niñas están despiertas aún— era algo obvio pero así era mi madre — Darlen tu madre llamó, dijo que te dejará las llaves donde la Señora Vega porque va a salir hacer una diligencia con tu hermano.

—Gracias Mamá— agradeció Darlen. Si mi madre era su mamá y su madre era mi mamá.

—Descansen chicas.

—Gracias Mamá— dijimos al unísono y luego empezamos a reír.

—Parecemos gemelas— dijo Darlen.

—Lo somos— respondí —aunque me llevas dos años y eres una vieja como la Señora Vega, ¿No es tu vecina favorita?— me reí.

—Ni que lo digas, es la revista de chismes de mi cuadra.

—Y como tu eres una santa— junté las manos como si fuera a orar.

—Claro que si, lo sabes.

—Como dijo un gran filósofo: "Yo solo se, que no se nada"— dije muy seria, para terminar soltando una gran carcajada.

—Ya dejame dormir— gruño Darlen.

—Que amargada eres amiga y eso que ese, es mi papel.

—Si, si, si— y no dijo más.

Me levanté a quitarme el conjunto y colocarme mi pijama, para volver a la cama. Darlen se quedo dormida y yo pensando cómo haría para controlarme si Santiago me proponía algo indebido. Tengo que sacar valor de donde no tengo, con ese pensamiento me fui quedando dormida.

●●●

—Sólo quiero hacer, lo que tu quieras hacer— comentó alguien a quien no podía verle la cara.

—¿Qué propones?— pregunté.

—Lo que se dé, en el momento— me sugirió —¿Te parece bien?—  preguntó.

—Claro.

Me levanté del asiento y me acerqué a él, estaba sentado en la orilla de la cama.

—¿Puedo?— pregunté señalando su entrepierna.

Me acerqué más y me coloqué a horcajadas sobre su entrepierna, a lo que él puso sus manos en mi trasero para sostenerme.

Me encantas Liz— argumentó —  eres muy linda ¡Liz!— empezó a gritar mi nombre, fuerte y desesperante—  ¡Liz! ¡Liz! ¡Despierta! ¡Liz!....

Abrí los ojos y era real lo que me temía, había sido un sueño, por eso no podía ver su rostro. Volví a cerrar mis ojos, tapando mi cara con una almohada, porque el sol alumbraba toda la habitación. Darlen me observaba cuidadosamente con una sonrisa, eso sería una burla más.

—Dime Liz, ¿Qué te propuso qué aceptaste?— preguntó Darlen burlonamente.

—Me propuso escabullirnos en tu casa, tomar el cuchillo más grande y cortarte la cabeza— dije con el intento de una sonrisa maníaca en mi rostro.

—Augh— especuló —pero, ¿Haremos una Orgia antes?— preguntó, corriendo hacia la puerta sin esperar respuesta.

—¡Darlen!— le grité, y lancé la almohada antes de que saliera de la habitación huyendo.

¡Gracias Por Leer!

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