11. Enamorada
Dedicado a Feymar64
Lo que restaba de la noche nos quedamos en familia, aunque la mayoría del tiempo estábamos con Adonys, era el tío favorito por ser él más joven y entender nuestro ambiente.
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Al pasar las tres de la madrugada, estábamos todos recogiendo las bebidas que habíamos tomado y los restos de la parrillada. Con la familia de Darlen me sentía en casa, porque eran tan unidos como mi familia.
Luego de organizar todo, subimos dispuestos a descansar, La Bella Durmiente estaba casi rendida, sólo se quejaba que se sentía abatida por los juegos y mareada por el alcohol; le ofrecí que tomara una ducha antes que yo para que se pudiera acostar y ahí lo hizo, tomó una toalla, algo de ropa y tomó una ducha corta, al menos ya no olía a alcohol y se veía más relajada.
Le informe que tomaría una ducha, asintió recostandose en la cama, alzando el índice pulgar en señal que estaba bien. Sabía que hoy no tendría tiempo de hablar todo lo que había pasado con Darlen, tal vez mañana en la tarde cuando despertemos.
Tomé mi pijama y una toalla, dirigiéndome a tomar una ducha. Puse la tina a llenar, regulando que el agua no cayera ni muy fría pero tampoco muy caliente. Cuando estuvo en un estado agradable y casi llena, me quite las prendas del bañador, para entrar a la tina, me entré despacio dejando que mi cuerpo se adaptará a la temperatura y unos segundos después me sumergí en ella, relajé cada músculo posible de mi cuerpo, recosté mi cabeza en el borde de la tina y me dispuse a despejarme unos minutos que fueron como la gloria.
Unos minutos después me puse de pies, retiré el agua de la bañera y tome una ducha normal, salí secando mi cuerpo y luego me puse la pijama, mañana será otra día lo mejor será descansar; organicé el baño y salí cerrando la puerta detrás de mí, caminé a la cama en la que dormiría, justo al lado de Darlen. No pensé mucho rato, pues estaba muy relajada y me quede dormida en poco tiempo.
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Desperté con un fuerte dolor de cabeza, como si me hubiera caído una persona sobre ella o algo parecido, me incorporé en la cama, miré a la otra cama y Darlen no estaba, apenas eran las 9:33 A.M., es raro levantarse un día temprano si estás en la finca.
Me puse de pies buscando mi bolsa, la había dejado encima de la cama pero al parecer las chicas del servicio la habían movido, busqué en el estante pero no estaba, sobre las mesas de noche pero tampoco estaba, al final busqué en el closet y todas mis cosas estaban organizadas en la parte media del mismo, tomé unos jeans lisos y un poloche sport, agarré todo lo que necesitaba y me dispuse a tomar una ducha rápida. Terminé de ducharme, salí del baño, seque todo mi cuerpo y me dispuse a cambiarme. Bajé las escaleras para buscar a mi amiga, porque aunque era como de la familia, me daba pena andar paseando por la casa sin ser familiar de verdad.
Todo estaba en silencio en la sala, bajé las escaleras y continúe hacia la cocina, había escuchado la risa de Darlen, que al parecer hablaba con alguien muy a gusto. Entré a la cocina en silencio, Darlen estaba de espaldas a la sala, sentada en el desayunador, me acerqué un poco para asustarla, pero me percaté de que estaba hablando por teléfono; al principio pensé que estaba hablando con una de las chicas del servicio que estaba picando verduras en la meseta de en frente de ella. Guardé silencio y me senté al lado de ella en el desayuno, una de las chicas me hizo señal para que me acercara a ella. Me puse de pies y camine hacia ella.
—Buenos días, Señorita Gilles— me dijo acercándome más a ella.
—Buenos días— respondí la cortesía.
—¿Va a desayunar en estos momentos?— me preguntó — la Señorita Darlen ya ha desayunado.
—Si, por favor, ¿Me puedes servir?— pregunté.
—Con gusto.
—Muchas gracias.
Puse un lugar en la mesa mientras la chica me servía el desayuno, Darlen seguía hablando muy contenta, incluso la escuchaba en un tono de seriedad, pero en realidad no estaba diciendo nada irrelevante. Cuando todo estaba en la mesa, agradecí a la chica y empecé a desayunar. Joseph bajó las escaleras corriendo llamando a su padre; al darse cuenta que su padre no respondía, se acercó a la cocina.
—¿Deysi has visto a mi padre?— le preguntó Joseph a la chica del servicio. Su nombre era Deysi.
—No lo sé Señorito— contestó ella un poco cortando y yo lo miré —me parece que ha salido con su madre temprano, Bernardo puede darle más información.
—Gracias Dy— dijo —porque no te animas un poco bombom, aunque sea por los viejos tiempos— le comentó.
Ella volteó a mirarlo, estaba toda sonrojada, lo miró fijo con mucho odio. Aquí es donde estaba yo en medio de una pelea de miradas. Cuando ella se percató que la estaba observando, se giró a su lugar y continuó cortando verduras, en cambio Joseph me dio una sonrisa y soltó una carcajada haciendo que Deysi, se viera más humillada.
—¡Basta Joseph, anda a reírte de alguna estupidez, deja la chica en paz!— le corregi, subiendo la voz.
—Mujeres Al Poder !Eh!— me dijo burlonamente, saliendo de la cocina.
—Gracias— escuché que Deysi me susurró.
—No es nada, no te dejes humillar.
—No quiero perder mi trabajo, cada vez que él viene a la finca, me saca en cara mi error— me contó en un tono melancólico, haciendo una pausa y continuando—- las novelas tienen razón no debes meterte con los niños ricos de la casa, mientras sea de la servidumbre.
Bajó un poco su cara en señal de que sentía vergüenza, la verdad es una chica muy linda, es de una estatura normal, una piel trigueña que se veía muy limpia y que podría jurar que era suave también, su pelo era crespo, pero ondulado llegando un poco más abajo de sus hombros, no era una persona robusta, pero su cuerpo se veía bien, acorde a ella fue mi pensar, si Joseph jugó con ella es porque es un tonto.
—Animate no perdiste nada, él es un tonto— le dije y ella asintió.
—¿Quien es un tonto?— preguntó Darlen, uniéndose a la conversación, al parecer había terminado de hablar por teléfono.
—Tu hermano es un tonto— le respondí.
—A si, eso ya lo sabía— las tres reímos.
—Es tiempo de hablar Liz— me dijo con una gran sonrisa en su rostro y inquieta en su lugar.
—Creo que sí— respondí con un poco menos de entusiasmo.
Terminé de comer todo mi desayuno porque la verdad estaba muy bueno, si estas chicas trabajan aquí es porque hacían demasiado bien su trabajo, porque el señor Daniel algunas veces puede ser un poco exigente por así decirlo. Llevé lo que había utilizado a la cocina agradeciendo a Deysi por tan buen desayuno.
Salimos de la cocina subiendo las escaleras, entramos a la habitacion, me senté sobre la cama, Darlen cerró la puerta detrás de ella cuando estuvimos dentro, puso seguro mirándome con algo de complicidad, me quedé en mi lugar esperando que mi amiga hiciera o dijera la tontería que tenía en mente.
—Sea Bienvenida hermana— habló con voz de pastor pentecostal —es hora de contar sus pecados— continuó. Camino hacia la cama que estaba junto a la mía, lanzándose sobre ella quedando boca abajo.
—Empiece usted hermana— le dije imitando el tono que ella había hecho anteriormente.
Duramos un rato imitando la voz que hacíamos en forma de pastor, hasta que nos cansamos de los mismo y terminamos riéndonos como locas.
—Hablemos en serio, ya empieza a contarme— le dije. Ya quería contarle todo y escuchar lo que tenía para decirme.
—Tengo algo parecido a una relación con Robert— me dijo. Colocando la almohada en su cara.
—¡Qué!— grité emocionada, la verdad me gustaba mucho la idea y aparte de eso ya me lo estaba sospechando —no lo puedo creer— continúe.
—Pues creelo— me dijo, sonriendo.
—¿Cuándo pasó esto?— pregunté —no me di cuenta.
—Ayer, cuando despertamos— me respondió.
—¿Pero qué paso?— pregunté.
Darlen me contó todo lo que había pasado con Robert, desde el beso al despertar, hasta que se fue de la casa de ella, finalizando con decirme que con quien hablaba tan seria y concentrada cuando bajé, era con Robert.
Que gran sorpresa, mi querido Robert.
—Ahora me tocaba ami, contar todo lo que me ha pasado.
—Cuéntame— dijo Darlen.
—Empecemos— dije para empezar.
¡Gracias por leer!
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