El cuervo
Cuando miré al cielo, un cuervo salió volando. Una simple coincidencia, cuando aquellas no existen.
El cielo también pintaba oscuro, como sus hermosas plumas. ¿Eso sería, al igual, azaroso?
Dediqué los ojos al asfalto y este lucía una laguna negra en la orilla. Limpié la fuente en mi mejilla y respiré. Probable niebla en el alma.
A veces es mejor creer en el azar.
Un reclamo al cuervo y grité que fuiste eso: una simple coincidencia.
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