°•. ✿ .•°

Trémulo como la vida que me infunde su mirada.

Trémula la valentía y las palabras no oficiadas. Aquella mañana el verte triste a la distancia. Te noté llorando por lo bajo, con la mirada gacha. ¿Por qué siempre parece que resistes?

Nada te ata, nada te frena. Eres tú quien lo permites.

Esa mañana quise abrazarte, pero trémula mi voluntad. Cobarde, pronta, de vaivenes como buque pero pocas veces atinada, sincera. Te miraba sollozando, de esa tragedia no estabas blindado.  

Te quiero, lo sabes, lo notas, lo sé. Pero trémula vida que se inquieta con lo fuerte, abre paso a lo que inerte nos quita la razón por lo divino. 

En mis sueños te abrazo y lo recito: "No hay mal paso si estás dormido". Eres fuerte, presumido, aunque tu camino miro con un tenue brillo; esmeralda, color perla. Realeza con corona en puerta.

Si no me ves te estoy mirando, entre el trémulo suspiro de los años. Apacible porque espero el manto sea quitado, ¿miras el cielo o crees que en tinta se ha pintado?

Grita más fuerte, renace en alto. Un príncipe de oro eres innato, pero trémulo tu reino si te vuelves insensato. Lo proclamo como un canto, te sé debajo de ese pacto.

Gira la ruleta,  te suspiro suerte. Un cielo impregnado de mis sentimientos te acompaña, ¡mira la estrella!, yo la he mandado.

 Anima tu alma, trémula presencia que nos inspira. Tú eres la mía, yo te mando mi sonrisa, si la necesitas.

°•. ✿ .•°