Vamos a ser sinceros
Dos días después, Louis volvió a intentarlo. Harry estaba en casa de su madre, distraído, y gracias a eso no miró quién llamaba antes de cogerlo. Cuando se encontró con su voz preocupada, respiró hondo y supo que estaba de nuevo dispuesto a todo para que ese chico estuviera bien. Si él necesitaba que fuera su amigo, lo sería, aunque eso acabase destrozándole.
—¿Harry?
—Hola, Lou.
—Hola, ¿qué tal? —Se moría de ganas por preguntar qué le ocurría, pero quizá todo fueran exageraciones suyas, ¿no? A lo mejor simplemente había estado ocupado.
—Bien, en casa de mi madre.
—Oh, entonces si quieres te llamo en otro momento.
Harry lo pensó, pero lo cierto es que le apetecía muchísimo hablar un rato con él. Le hizo a su madre una señal que venía a decir: me voy al cuarto a hablar, no tardaré mucho. Ella asintió, sonriente. Había escuchado ese Lou y deseaba con todas sus fuerzas que las cosas se arreglaran y su hijo dejara de estar tan triste. Sabía que Louis era un buen chico aunque hubiera hecho mucho daño a su pequeño. Ellos dos acabarían juntos; las madres saben esas cosas.
—No, está bien. Me apetece hablar contigo.
A Louis se le aceleró el corazón. ¿Ves?, se dijo. Todo va bien.
—¿Has estado muy liado esta semana? —Aún así, mejor asegurarse.
Harry se da cuenta de que la pregunta va con doble intención. Seguramente le ha extrañado que no le llamara y tampoco lo cogiera el otro día. Va a tener que excusarse de alguna forma, pero no le quiere mentir. En menos de dos segundos, llega a la conclusión de que necesita explicarle lo que le pasa. Si Louis ya no siente nada por él, pero aún así quiere mantener el contacto, hará un esfuerzo. No puede negarle nada a ese chico. Si no... Bueno, quizá ya era hora de dejar de pensar en lo que pudo haber sido.
—Lo cierto es que no mucho. Siento no haberte cogido el teléfono el otro día —. Silencio. Harry decide continuar, a sabiendas de que quizá su querido Louis no quiera seguir manteniendo el contacto si le presiona y le toque volver a echarle de menos —. He estado pensando en esto.
—¿En qué? —Se le corta un poco la voz durante la pregunta. Sabía que algo le pasaba.
—En que hayamos recuperado el contacto.
—¿No te gusta? —Pregunta rápidamente, temiendo la respuesta. Harry suspira.
—Claro que me gusta, Lou. El caso es que yo... —Se arma de valor y decide soltarlo de una vez. En cuestiones del corazón, nunca ha sabido dar marcha atrás y callar —. Lou, yo sigo enamorado de ti, exactamente igual que hace cinco años.
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