Miedos

Una charla y varios miedos desbloqueados después...

Cuando Louis volvió, bien entrada la madrugada, Harry seguía despierto. Se levantó y se acercó a él despacio. El recién llegado no se fijó en que los ojos del menor estaban rojos, con rastros de haber llorado durante mucho tiempo. Se separó de Harry sin mencionar palabra, colocándose en el otro lado de la habitación. Solo se quitó la ropa y se metió en la cama. Harry se quedó inmóvil observándole, sabiendo que todos sus temores se habían cumplido. Poco después, empezó a escuchar los sollozos que emitía el mayor y, al fijarse en el bulto que era en la cama, noto que se convulsionaba ligeramente.

—Lou, por favor. Cuéntame qué te pasa —le rogó mientras se acercaba y se sentaba al borde de su cama. Creyó que le iba a ignorar, pero tras unos segundos Louis se dio la vuelta y le miró. Tenía los ojos brillantes y húmedos, y Harry tuvo que contenerse para no pasarle los pulgares por las mejillas y eliminar los rastros de las lágrimas que había soltado —Si te ha dicho algo sobre nosotros... No debes hacerle caso, Lou. Es tu vida, no la suya.

—Harry, yo... Él tiene razón, ¿sabes? Somos muy jóvenes, podemos destruir la banda por algo que quizá no tiene futuro. Si no funciona no sé si podré seguir viéndote y no sé cómo afectará a todo el mundo, qué dirá la gente, si nos seguirán apoyando, si Simon querrá seguir con nosotros... No sé nada y no sé si me estoy precipitando al interpretar lo que siento. No sé... —sollozaba mientras hablaba. Harry no se movió durante un rato. Luego decidió que lo que estaba diciendo su amigo no tenía sentido. Lo suyo iba a funcionar, estaban hechos para estar juntos y sería para siempre. Harry lo tenía claro.

—Lou, sé que estás asustado porque los corazones se pueden romper, pero te prometo que yo cuidaré el tuyo más que a mi vida. Siempre me dará igual lo que piense el resto del mundo mientras tú creas en mí y confíes en nosotros.

—¿Y Niall, Zayn y Liam? ¿Cómo reaccionarán cuando sepan que ponemos en peligro lo que tanto tiempo nos ha costado construir a todos? Se enfadarán con nosotros.

—Ellos nos quieren y se alegrarán si nos ven felices. Son nuestros amigos. Lou, tú me quieres y yo te quiero a ti. ¿Qué más necesitamos?

—Hay demasiadas cosas en juego, Harry.

—Solo una que importe: lo que nosotros sentimos.

—No sabemos si saldrá bien.

—No si no lo intentamos. Sé que saldrá bien. Yo te amo, Lou.

—No digas eso.

—¿Por qué no? —Se acercó a él —. Es la verdad. Y no sé si me amas, pero sé que no me quieres solo como a un amigo. Ha quedado claro por cómo me mirabas antes.

Louis no respondía, solo le miraba y sollozaba, negando con la cabeza.

—Dilo, Lou. Dime que solo me quieres como amigo y olvidaremos lo que ha pasado esta tarde. Nunca volveremos a hablar de este tema, te lo prometo.

No podía mentir, no a él.

—No te quiero solo como amigo y eso me aterra, Harry—susurró con la voz rota.

El corazón de Harry se alegró al escuchar la confesión del chico que le volvía loco. Pero la felicidad le duró muy poco.

—Lo sé, pero podemos superar el miedo juntos. Yo sé que el amor puede con todo. Sé que nos irá bien.

—¡Pero yo no! —Gritó Lou, llorando de nuevo —. Yo no soy como tú —volvió a bajar el tono, pero Harry sintió que le seguía gritando —. No soy valiente ni tengo una voz perfecta ni soy tan guapo. No sé ni por qué me eligieron para este grupo y si algún día esto se acaba, no sé si conseguiré seguir solo. Y si hacemos esto, Harry, si nos arriesgamos así, puede que pierda esa pequeña oportunidad. ¿Lo entiendes?

Harry sintió cada una de las palabras de su amigo como una patada en el estómago. ¿Cómo podía estar tan ciego como para no ver lo perfecto que era? Era la mejor persona que había conocido nunca y le dolía que no se diera cuenta. Tenía que comprender lo mucho que valía antes de entregarse realmente a alguien. Quizá le había presionado demasiado; no veían el mundo de la misma manera. Quizá no habría funcionado y Louis tenía razón al echarse para atrás. Puede que Harry fuera un ingenuo, demasiado soñador para la dura realidad.

—Lou, dame la oportunidad de demostrarte lo increíble que eres, por favor —. Lo intentó por última vez, sabiendo que la batalla estaba ya perdida.

Harry tenía ganas de romper a llorar de la impotencia que le daba no poder hacer nada para ofrecerle a Louis la seguridad que necesitaba. El mayor no era capaz de dejarse llevar sin más. El miedo le paralizaba. Miedo a salir herido, miedo a que Harry dejara de quererle cuando él ya no pudiera vivir sin él, miedo a las represalias que podría ocasionarles el estar juntos, tanto en la banda como en sus oportunidades de triunfar en el mundo de la música, que era el sueño de ambos desde siempre. ¿Podría arriesgar todo eso por algo que quizá no tenía futuro? Al fin y al cabo, son muy jóvenes para prometerse un siempre, ¿verdad? Mejor cortar de raíz antes de estropearlo todo.

—No puedo, Harry. Lo siento... —Con la voz rota y las lágrimas inundando sus mejillas, Louis rompe el corazón de Harry sin haberle dejado dárselo siquiera. Pero él no se rinde; sabe que están destinados a estar juntos. Su conexión es única, no puede terminar sin haber empezado.

—Algún día, Lou, estarás preparado. Cuando llegue ese día y dejes de tener miedo, estaré ahí para ti. Cuando estés listo, nos daremos la oportunidad que nos debemos.

Lo dice tan seguro, tan firme a pesar de lo roto que parece, que Louis desea creerle más que nada en el mundo.

Pero no es suficiente para arriesgarse.

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