Llegó el momento
Durante los meses siguientes, multitud de rumores sobre posibles reencuentros salen a la luz. Es difícil esconder tanta felicidad. Hay quien asegura que han recuperado el contacto, que son muy amigos. Todo el mundo siente que ha habido un cambio, que antes no se les mencionaba juntos para casi nada y de repente empiezan a aparecer artículos sobre ellos. Se nota en el aire que algo ha ocurrido, pero nadie habla demasiado alto por miedo a estropear lo que pueda llegar a suceder.
Los chicos viven completamente felices en su burbuja, disfrutando del amor que nació cuando eran adolescentes y que, ahora que son adultos, pueden vivir por completo.
Libertad.
***
En el próximo concierto de Harry
A Louis le tiemblan tanto las manos que tiene que esconderlas en sus bolsillos para que nadie más lo note. Han pasado seis años desde aquel día en el que Harry le confesó sus sentimientos y él, a pesar de que sentía lo mismo, dejó que el miedo ganara. Se ha arrepentido cada maldito día desde entonces, pero en estos instantes lo único en lo que puede pensar es en que la espera ha merecido la pena. Quizá aquel no era su momento; primero debían encontrarse a sí mismos, a sus estilos, ser libres, estar preparados para escuchar todo lo que pudieran decir de ellos. Harry hacia ya tiempo que se mostraba tal y cómo era, sin importarle nada ni nadie. Louis le admiraba muchísimo; siempre había sido el valiente. Ahora le tocaba a él demostrar que había dejado sus miedos atrás.
Habían elegido una canción que Louis había escrito poco después de perder el contacto con Harry. Cuando lo hablaron, el menor la propuso afirmando siempre le había gustado, lo cual hizo que Louis se sonrojara. Era demasiado evidente que hablaba de él. Era perfecta para mostrarle al mundo lo que sentían.
Louis se encontraba escondido entre bastidores, esperando la señal de Harry. El concierto había sido increíble, como todos los del joven Styles. El público se entregaba y gritaba en cada canción, y a él se le notaba tan cómodo que solo podías disfrutar al verle. Dominaba el escenario, bailando y moviéndose como si siempre hubiese sido su lugar. Cualquiera diría que era el mismo muchacho inseguro al que le temblaban la mano y la voz en su primera actuación con dieciséis años.
Hoy, diez años después de aquello, van a contar la verdad de una vez. Es un concierto retransmitido en la televisión, con lo cual se va a enterar muchísima gente al mismo tiempo. Louis intenta no pensar en todas esas personas. Trata de pensar solo en Harry, en que está loco por él y en que eso no ha cambiado ni una pizca aun con todo el tiempo que han pasado sin verse. Está listo para prometerle a su chico el siempre que merece.
—Muchas gracias por estar aquí esta noche, ¡y también a todos los que me veis desde casa! Ha sido un placer, como siempre. Queda una canción, pero sé que os va a gustar mucho... —Harry sonreía, sabiendo lo que se venía y que probablemente más de uno o más de una terminaría en el suelo de la emoción. Quizá ni siquiera se les oyera cantar con los gritos que seguramente sonarían —. Tengo una sorpresa para vosotras, que habéis estado siempre conmigo y me habéis apoyado en todo lo que he hecho. Estoy seguro de que a muchas no os pillará por sorpresa —. Empezaron a escucharse murmullos emocionados, algún gritito y alguna lagrima traicionera que aparecía al ver a su ídolo tan feliz.
Louis se preparó, no quedaba nada. En cuestión de minutos, sus vidas cambiarían para siempre. Dejarían de esconderse y por fin podrían vivir una verdadera relación. Eleanor podría ser libre, aunque nunca se hubiera quejado de absolutamente nada y adorara vivir con su mejor amigo.
—La última canción que voy a cantar hoy no es mía ni la voy a cantar solo —continúo Harry. Los murmullos empezaron a crecer —. Espero que disfrutéis y, sobre todo, respetéis y apoyéis lo que va a ocurrir aquí. Es probable que esto sea lo más difícil que hemos hecho nunca y nos ha costado mucho llegar hasta este momento.
Harry respiró hondo y, por fin, soltó la señal que le indicaba a Louis que había llegado el momento.
—Está canción se llama Habit y creo que muchas de vosotras sabéis de quién es. Espero que la disfrutéis.
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