Libertad

Durante los siguientes dos meses, las llamadas entre ellos se volvieron diarias. La palabra amor tuvo un uso frecuente y las sonrisas volaban de aquí para allá, estuvieran alejados por mil kilómetros o por cinco mil. Hablaron del futuro, de irse a vivir juntos, de que Harry pasara las vacaciones en casa de Louis y Eleanor. Decidieron que lo justo para todas las fans y todos aquellos que les habían acompañado en los últimos años sería hacerlo público claramente, y planearon mil formas de hacerlo. Finalmente, encontraron una que les encantó a ambos. Iba a ser tan especial como lo había sido su relación.

Harry empezaría sus vacaciones dos días después de que Louis consiguiera su libertad, así que habían quedado en que iría a su casa y pasaría todo el verano con ellos.

El gran día llegó y Louis amaneció pensando en que, en dos días más, podría ver a Harry y besarle por fin. Inmediatamente después le vino a la mente que tenía un asunto que cerrar de una vez con Syco Music.

Tras colgar, publicó el tweet que todos sus fans esperaban. Sus ataduras se habían soltado por fin.

Era libre y ya nada podía pararle.

Harry llegó a su casa poco después de la hora de comer. Daba igual, porque Louis estaba tan nervioso que no pudo probar ni un bocado del arroz que había hecho Eleanor. Ella intentaba calmarle, incluso le propuso ver una de sus películas favoritas hasta que Styles apareciera.

Cuando el timbre sonó, Louis gritó, literalmente. Pegó un gritito que hizo partirse de risa a Eleanor durante todo el tiempo que tardó el muchacho en ir a abrir la puerta.

Se encontró con la sonrisa de Harry Styles frente a él, en su puerta y a tan solo dos pasos. No pudo con la emoción y prácticamente se lanzó a sus brazos. Había preparado un saludo mucho más calmado y adulto, pero no funcionó. Harry se sorprendió, pero soltó todo lo que llevaba en las manos y le agarró con fuerza, riendo.

—Hola, Lou —le dijo al oído. El aludido sintió escalofríos por todo su cuerpo al recibir esas simples palabras en ese tono y con él tan cerca.

—Harold —pronunció jovialmente. Se separaron un poco y se miraron a los ojos. Los dos sonreían ampliamente.

—Hola, Harry —Eleanor apareció por detrás de Louis, que carraspeo y rompió el contacto visual para invitarle a pasar.

—Eleanor, ¿qué tal todo? —A Harry no le caía mal la chica; sabía que quería mucho a Louis, que le había ayudado todos estos años que él no había estado cerca y que era su mejor amiga. Aún así, no podía evitar sentir cierta quemazón en el corazón cada vez que recordaba las infinitas fotos que había visto de ellos dos juntos. Puede que no fueran reales, pero a Harry le habían dolido igualmente.

Charló un rato con ella mientras Lou dejaba las cosas de Harry en el cuarto que iban a compartir. Poco después, Eleanor se marchó a pasar la tarde con sus amigos.

Harry y Lou se quedaron solos en la misma habitación por primera vez desde hacía cinco años.

Se instaló un silencio nervioso entre ellos. No sabían muy bien cómo actuar, cómo empezar a hacer todo lo que querían hacer. Lou se empezó a reír tan de repente que Harry se asustó.

—¿Qué pasa? —Preguntó, más tranquilo después de que el mayor relajara el ambiente con su carcajada.

—Me hace gracia pensar en las ganas de verte que he tenido estos últimos meses, en las mil conversaciones que me he imaginado que tendríamos y en todo lo que quería hacer contigo, y saber que llevas aquí casi una hora y aún no te he besado.

Harry sonríe.

—Pues bésame, Lou.

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