Borrachos de deseo y risa
Mientras veían juntos una película tumbados en el sillón, Louis recordó que tenían algo pendiente. No sabía cómo proponérselo a Harry sin ponerse colorado, así que solo se acercó y le besó. Él se sorprendió, pero le correspondió con gusto. Louis aumentó la intensidad del beso metiendo su lengua entre los labios de su chico mientras se deshacía de las camisetas de ambos.
—Veo que de la película nos olvidamos, ¿no? —Soltó Harry jadeante y sonriente mientras tomaban aire entre beso y beso.
Louis rodó los ojos. Habían estado ocupados recuperando el tiempo perdido de muchas formas, pero en las casi dos semanas que llevaban conviviendo apenas habían tenido tiempo de estar realmente solos lo suficiente como para repetir lo del primer día.
Película, dice. Louis quería devolverle todos y cada uno de los gemidos que le robó la otra vez. La película podía irse a la mierda.
Sin decir nada, se levantó y cogió de la mano a Harry para llevárselo a su habitación. Antes de empujarle a la cama le despojó de su pantalón.
—Esto no es justo. Quiero igualdad —exigió Harry señalando la misma prenda aún sobre el cuerpo de Louis. Este sonrió e imitó el estado de su chico. Rápidamente ambos se tumbaron en la cama uno al lado del otro en calzoncillos.
Los dos se lanzaron prácticamente al mismo tiempo a devorar la boca del otro. Se comían mientras palpaban cada espacio de piel que pillaban. Louis sobaba el culo de Harry mientras este acariciaba su pecho y pasaba de vez en cuando su mano sobre la ropa interior del mayor.
Pronto sintieron demasiado calor como para continuar llevando algo de ropa. Harry fue quien decidió que ya era hora de hacer desaparecer lo único que todavía les cubría. Se quitó los suyos con dos movimientos rápidos e hizo lo mismo con los de Lou. Se sonrieron y se contemplaron, disfrutando de volver a tenerse así, tan felices como la primera vez que lo hicieron. Pero Louis se encargó de dejar claro cómo sería ahora.
—Harry —llama el mayor entre besos y gemidos debidos a los roces de sus cuerpos.
—¿Sí? —suspira con los ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones provocadas por la mano de Lou, que le masturba despacio.
—Quiero hacerlo yo esta vez.
Harry abre los ojos, sorprendido, y le observa. Lo ha dicho serio y decidido. Un escalofrío de deseo y ganas le recorre entero, pero primero necesita oírlo.
—¿Qué es lo que quieres hacer? —pregunta inocentemente.
Louis le mira avergonzado. Se está empezando a poner colorado. ¿De verdad le va a hacer decirlo?
Esos ojos verdes le observan brillando y esperando una respuesta. Louis recorre el cuerpo de Harry con la mirada despacio, poniéndole nervioso. ¿Le gustará lo que ve? Espera que sí.
Louis decide que, si va a ser valiente, lo va a ser para todo.
—Quiero follarte, Harry.
Un pequeño gemido escapa de los labios del menor al escuchar la frase. Solo oír a Lou diciendo eso le ha puesto a cien. Necesita sentirle dentro ya. No puede más con las ganas.
Se levanta a por el lubricante y los condones y se los coloca cerca a Lou para que tenga acceso a ellos. Él no se hace esperar; abre el bote y se pringa un par de dedos. Harry ya está en posición, con su entrada levantada para que Lou lo tenga fácil. Este ríe.
—Parece que tienes ganas.
—No sabes cuántas —responde Harry con voz ronca.
Louis se acerca a su entrada y presiona dos dedos hasta introducírselos al menor. Este gime nada más sentirlos, sin rastro alguno de dolor, lo que hace que Lou se pregunte de nuevo con cuántos lo habrá hecho antes que él.
—Más —pide Harry enseguida. Louis se olvida de sus inseguridades rápidamente. ¿Qué más da con cuantos haya estado? Lo importante es que ahora está ahí, con él, y que le ama. Puede que no haya sido el primero, pero definitivamente será el último.
—Date la vuelta —le pide. También quiere verle las caras de placer que va a provocarle.
Harry obedece y se pone boca arriba. Levanta las piernas y las apoya en los hombros de Lou, que ya se ha puesto el condón.
—Si en algún momento quieres parar... —empieza el mayor, pero su chico le interrumpe.
—Hazlo ya, por favor —. En la voz de Harry se nota el anhelo y las ganas, así que Lou se empuja hacia él y le introduce la punta. Esta vez sí observa una ligera mueca de dolor, pero se va enseguida. Sin necesidad de pedirle que continúe, el joven Tomlinson mueve sus caderas despacio y se mete aún más en él.
Louis respira hondo. Es definitivamente la mejor sensación que ha experimentado nunca. Está literalmente dentro de la persona a la que más quiere en el mundo y él no podría estar más metido en su corazón. ¿Cómo se supera tener a Harry Styles debajo de ti, desnudo, sudando, con los labios hinchados, la boca entreabierta, los rizos esparcidos alrededor de su rostro, esos preciosos ojos verdes medio cerrados y emitiendo ruidos de puro placer? Imposible.
Cuando está completamente dentro, se detiene, esperando las indicaciones del menor para que empiece la fiesta. No tardan mucho en llegar; Lou siente a Harry empezar a moverse reclamando lo que es suyo. Se lo da. ¿Cómo negarle nada en ese estado?
Empieza a embestirle despacio, pero enseguida pierde el control. La mete y la saca de forma violenta, haciendo gritar a Harry y muriéndose de placer. El joven Styles se agarra fuertemente a las sábanas para soportarlo, pero no es suficiente. Busca otro lugar al que agarrarse que le ayude a sobrellevar las oleadas de placer que Lou le provoca atacando ese punto. Se encuentra con la espalda de su chico. Se agarra a ella como si de un salvavidas se tratase y él se estuviese ahogando. Louis siente las uñas de Harry clavarse en su espalda, pero eso solo le pone más cachondo. Sabe que probablemente cuando se enfríe le dolerá, pero no podría importarle menos.
Con cada penetración Harry se siente desfallecer. Abre los ojos para observar a Louis y la imagen le acerca al orgasmo. Tiene los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia arriba, la boca abierta y emitiendo gemidos roncos y el pecho brillante por el sudor. Se mueve al ritmo de sus embestidas y está tan jodidamente sexy que Harry solo puede disfrutar de la escena y desear ser el único que la contemple para siempre.
—Estoy cerca, Harry —. No sabe cómo se las ha arreglado para emitir más de dos frases seguidas. Está mareado y no es capaz de enfocarse en nada que no sean los gemidos de Harry.
—Lou —escuchar su nombre de esa forma, en una especie de suspiro ronco, termina de rematarlo. Comienza a masturbarle con una de sus manos para llevarlo al límite y poder terminar los dos juntos. Su maniobra da resultado, los gemidos de Harry se hacen más seguidos y aumentan de volumen hasta que el menor se corre gritando su nombre. Justo después, en parte por oír así a Harry y en parte debido al aumento de su estrechez debido al orgasmo, Louis termina dentro de su chico con un gemido ronco.
Harry cierra los ojos, tratando de regular su respiración. Louis intenta levantarse a por papel para limpiarse, pero está un poco mareado. Decide tumbarse un rato a su lado hasta recuperarse. Harry sonríe al ver el estado en el que se encuentra su Lou. Ha sido tan increíble que no tiene palabras para describirlo. Le encantó lo de la otra vez, pero esto... Acaban de terminar y ya quiere repetir. Siente su entrada mojada e irritada, pero a quién le importan esas tonterías.
—¿Para cuándo la próxima? —Pregunta ilusionado, como un niño pidiendo chuches.
Louis no puede evitar soltar una carcajada. Harry se une a él, y la cama vibra con la felicidad de ambos.
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