Un final no es el fin

https://youtu.be/La0AFiF9_Dw

Cuando Harper tenía cuatro años la lleve al parque y me senté en una banca mientras la observaba jugar con otros niños de su edad y de pronto ella empezó a correr, no perseguía nada o a nadie, ella solo corría y yo me acerqué a ella y le pregunté que era lo que perseguía.

-Mami, estoy intentado atrapar el viento.-me dijo ella antes de seguir corriendo.

Ella intentaba atrapar el viento. Igual aquellos niños que vi hace tantos años atrás, aquellos niños que me hicieron valiente y me ayudaron a correr hacía Nicolás y decirle que lo amo. Me quede quieta mirando a Harper tratando de atrapar el viento mientras reía. Siempre ha sido muy soñadora, amando los cuentos con finales felices y a veces no puedo evitar preocuparme por ella, ahora tiene siete años y sigue tratando de atrapar el viento, aunque ella sabe que no es posible. Aún salta lo más alto que puede intentado tocar el cielo con las puntas de sus dedos. Tiene frascos de vidrio en su habitación con tapas de colores y etiquetas con las diferentes estaciones del año. Le gusta recolectar el aire de las estaciones. Harper, baila al ritmo de la melodía de su dulce y amable corazón. A veces me preocupa que aquel corazón salga destrozado.

-Es una niña muy inteligente y educada, me sorprende la actitud que tomo en esta ocasión. -me dice la directora de la escuela donde estudia Harper.

Mientras estaba haciendo algunas diligencias por un caso que estoy manejando, me llamaron de la escuela donde estudia Harper para decirme que le había pegado a un compañero. Me sorprendió mucho porque Harper no es así.

-Pero entiendo que debe estar afectada por lo del divorcio.-me sigue diciendo la directora y yo solo la escucho.-Sé que tanto usted como el señor Mayer querían mantener esto en privado pero los niños hablan y los padres también.

Ella quiere decir que Harper le dijo a alguien y ese niño a los padres y así comenzó el chisme. Pero yo no necesito preguntar a quien le dijo Harper, yo sé la respuesta y también la razón por la que ella le contó sobre eso.

-Debido a que todo lo del divorcio es reciente, no voy a tomar medidas. Entiendo que debe ser difícil tanto para Harper como para usted, algunos padres dicen que, bueno, el señor Mayer ya tiene a alguien más.

Cruzo mis manos sobre mis rodillas y muerdo mi labio para evitar decir algo sobre eso. Respiro hondo y le doy una sonrisa a la mujer sentada frente a mí.

-Esta con alguien ahora, alguien más joven.-le digo y veo como su gen chismoso se alimenta con esa nueva información.

La mujer me mira con pena y hace un sonido con su lengua. Me habla sobre una situación similar que ella pasó.

-Agradezco su consideración, hablaré con Harper y esto no volverá a suceder. Pero me gustaría que le dijera todo esto a su papá, no nos estamos hablando ahora pero sé que vendrá hablar con usted cuando termine su compromiso. Dígale exactamente lo que me dijo a mí.

Ella me sonríe mientras yo me levanto.

-No sé preocupe, yo hablaré con el señor Mayer.

Me despido de ella y llevo a Harper a casa donde esta Lisa, su niñera me despido de ella y vuelvo al bufete a terminar mi trabajo, he tenido días muy agitados pero no me gusta llevarme el trabajo a la casa.

-¿Podría hablar contigo un momento?-me pregunta Nicolás esperando a que yo me detenga pero yo sigo caminando.

-Ya estamos hablando-le respondo.

Él me toma del brazo y me hace detener.

-Tengo que llevar éstos documentos a Valentina. En serio estoy ocupada ahora, iré a tu oficina más tarde.

Él me suelta y me hace una seña para que siga caminando.

Él entra en mi oficina cuándo estoy leyendo unos documentos, yo no levanto la mirada y sigo concentrada en los papeles frente a mí. Él se para detrás de mí y empieza a masajear mis hombros.

-Estás demasiados tensa.

Cierro los ojos un momento disfrutando del masaje.

-He olvidado la última vez que me diste un masaje.

-Tal vez debería hacerlo con frecuencia, estas demasiados tensa. ¿Es por el caso Cullen?

Asiento levemente con la cabeza.

-Das buenos masajes, Mayer, realmente deberías hacerlo con más frecuencia.

Lo escucho reír.

-Bueno, no es parte de mi contrato y no me pagan por eso, así que no estoy interesado. Aunque podríamos discutir el pago.

-¿Cheque? ¿Efectivo? Di tu precio, Nicolás Mayer.

Él se detiene y camina hasta las sillas frente a mí y se sienta en una de ellas.

-Estaba hablando de un pago físico.

No puedo evitar reírme por eso.

-¿Cómo te fue con la directora?-le pregunto.

Bajo los papeles y cierro la carpeta para dirigir mi atención a lo que él tiene que decir.

-Primero debo agradecer por la advertencia, que amable de tu parte.-dice él con sarcasmo y yo le sonrió en respuesta.- Segundo y estoy seguro que es lo que estas esperando, tenías razón. Después de veintiún años de conocernos debería saber que tú siempre tienes razón. Pero no vi nada de malo de eso en su momento, Harper solo quería que su amiga no se sienta mal.

Harper y su buen corazón. Un claro ejemplo es la pelea de hoy y a pesar que yo no apoyo la violencia no estoy enojada con ella.

-Harper ¿Puedo saber porque golpeaste a ese niño?-le pregunto en el auto camino a casa.

Ella muerde su labio y pone su cabello detrás de su oreja, algo que hace cuando sabe que esta en problemas.

-Estábamos corriendo, una amiga que usualmente corre muy rápido estaba corriendo despacio y le pregunté que le pasaba, que estaba corriendo como niño.

Ya puedo ver hacia donde va la historia. Harper suele decir, haces eso como niño cuando alguien esta haciendo algo mal, solo para demostrar a las personas que es igual de ofensivo cuando le dicen a alguien que esta haciendo algo mal, lo estás haciendo como niña. Ella se molesta cuando esta entrenando y le dicen corres como niña para hacerla sentir mal. Yo soy una niña, me dice ella, ¿Cómo quién se supone debería correr?

-Uno de nuestros compañeros se acercó a nosotras y dijo que no, que ella estaba corriendo como niña y que las niñas son débiles, le dijo a mi amiga que no iba a entrar al equipo por que es débil. Él hizo sentir mal a mi amiga y entonces lo golpee, él empezó a llorar, le dije que no debía llorar porque yo soy débil y mi golpe no le debió doler.

Miro a Nicolás y sé que él tampoco esta enojado con ella. Pero de todas formas vamos hablar con ella porque la violencia no es la solución.

-Pero las mentiras no son buenas, Nicolás. Había otras formas, no debiste dejar que ella mienta y le diga a su amiga que estamos divorciados cuando no es verdad.

Los padres de Zola, la mejor amiga de Harper se están divorciando y Zola no lo estaba tomando bien. Harper le mintió a Zola y le dijo que Nicolás y yo también nos estamos divorciando. Le dijo a su amiga que como ambas están pasando por lo mismo pueden compartir su pena. Fue un gesto muy bonito pero yo no estuve de acuerdo con esa mentira.

-Tenías razón, mentir no es bueno. Hablaré con ella.

-¿Ya te vas a casa?-le pregunto.

Él asiente con la cabeza.

-Recogeré el pastel de Ivy de camino a casa.

Él se levanta y camina hasta la puerta.

-Una pregunta ¿Porqué la directora pensó que estaba con alguien más?

Vuelvo abrir la carpeta frente a mí y le respondo sin mirarlo a los ojos.

-Le dije que ahora estabas con alguien más y no mentí, estabas con Ivy en ese momento, que es más joven que yo.

-Creo que se te olvido agregar que ese alguien era nuestra hija que hoy cumple cuatro años. Es solo un pequeño detalle que me hubiera ahorrado aquel mal momento.

-¿Cuál sería la diversión si te hubiera advertido de eso?

Él se despide de mí y yo vuelvo al trabajo para poder terminar pronto e irme a casa a celebrar los cuatro años de Ivy.

Cuando llego a casa sonrió al ver la decoración en tonos dorados y rosa, que fueron los colores que eligió Ivy, ella ha heredado mi gusto por la moda y adora acompañarme de compras. Es muy diferente a Harper. Ivy heredó mi carácter, Nicolás y todos quienes me conocen, dicen que Ivy es una mini yo.

-¿Qué hacen ustedes ahí?-les digo a Harper y Nicolás que están sentados detrás del sofá.

Harper lleva un vestido verde y su cabello peinado en una delicada trenza. Nicolás también esta cambiado para la fiesta de cumpleaños de Ivy.

-Blue mordió el sombrero de Ivy y ella esta siendo pasiva agresiva.-me dice Harper.- Nos estamos escondiendo de ella, esta molesta.

Harper se levanta y camina para saludarme con un beso. Nicolás también se levanta y besa mi mejilla.

-¿Dónde esta ella ahora?-les pregunto.

-En su habitación.-responden los dos.

-Iré hablar con ella.

-La reina y la princesa del reino pasivo agresivo.-me dice Nicolás.-

Yo le doy una mirada molesta antes de subir las escaleras hasta la habitación de Ivy. Cuando llego la veo sentada en su mecedora con un libro y su peluche favorito.

-¿Tratando de leer?-le pregunto.

Ella levanta la mirada del libro y me mira con un puchero. Me acerco a ella y la levanto para acordarme con ella en la mecedora. La siento en mis piernas y paso una mano por sus rizos rojos.

-No tengo mi sombrero.

Ella a estado enamorada de los sombreros desde hace algún tiempo.

-No, ya me dijeron eso y esta bien que estés algo molesta pero no esta bien que no hables con papá o tu hermana.

Ivy pone su mejilla en mi pecho.

-No me gusta hablar con nadie cuando estoy molesta. Además, no tenían nada interesante que decir.

Todos tienen razón, ella es una mini yo y estoy segura que nos dará demasiados problemas en el futuro. Ella no intenta atrapar el viento como lo hacía Harper a su edad, ella dice que eso no se puede. Ivy es todo cerebro y Harper se guía por su corazón.

-Ivy, tienes que ser más tolerante, ya hemos hablado de eso. Fue un accidente, esas cosas pasan, ahora vas a respirar hondo y decirle adiós a tu mala actitud o no hay pastel de chocolate para ti.

-Pero es mi cumpleaños.

-Mi casa, mis reglas.

-Eso es injusto.

-También lo es la actitud que tienes ante tu papá y tu hermana cuando ellos no tuvieron la culpa de nada.

Ivy me mira y no dice nada, después de un momento toma aire y lo suelta despacio. Me pide disculpas y camina para buscar a Nicolás y Harper para disculparse con ellos por estar de mal humor hoy. Después de solucionar eso camino a mi habitación y alisto todo para bañarme y arreglarme para la fiesta.

Cuando bajo las escaleras Nicolás esta en la sala con la guitarra cantado con Harper y Ivy. Están cantando put your head on my shoulder, recuerdo que Nicolás la cantó para mí en nuestro segundo aniversario de novios, eso fue hace diecinueve años y seguimos juntos. Estamos a días de celebrar dieciséis años de casados. Es algo que aún me resulta sorprende a veces. Me resulta sorprende que conocí al hombre que sería mi esposo cuando tenía solo dieciocho años, que nos casamos cuando tenía veinticuatro y que después de dieciséis años casados aún sigamos juntos.

-Mami canta con nosotros.-me dice Harper mientras estira su mano hacia mí.

Tomo la mano de mi hija y me acerco a cantar con ellos. Cantamos hasta que empiezan a llegar los invitados. Ivy quería una fiesta en el jardín pero es otoño y no parecía una buena idea, así que la fiesta tiene que ser dentro de casa. La primera en llegar es Miranda con su esposo Ben, tienen seis meses de casados y ella dice que ha sido más feliz con él en esos meses que en toda su vida. Me siento muy feliz por ella. Después llegan Ana y Sam, con sus dos hijos. Mark y Vera con su pequeña Mishel de seis años que adoptaron hace tres años. Vera me dijo que están en tramites para adoptar de nuevo. Gianna viene con su madre y su hija Molly. Thiago su hijo mayor esta con su papá, Gianna y Pete se divorciaron hace años. Cuando Harper y Ivy ven a su abuela corren a saludarla, mis hijas adoran a la mamá de Nicolás. Amelia, llega con Grace, Maise y Henry. Las cosas con Henry han mejorado un poco, ya no hay la amistad que había antes, él cambió y yo también lo hice, ahora solo nos vemos en alguna fiesta o año nuevo. Ya no hablamos o nos llamamos en momentos de crisis. Sonrió a Grace y no puedo evitar pensar en Sebastián cuando la veo, tiene los ojos grises de Sebastián pero es tan dulce como Hazel. Rafael y su esposa Paula llegan con su hijo junto a Stella y su nuevo novio, Andrew. Ella dice que él es el correcto pero solo el tiempo dirá si es así.

Los niños están sentados en círculos prestando atención al mago que Nicolás contrato. Los demás estamos conversando y hablando sobre anécdotas extrañas. Disfrutando de un momento juntos, los momentos reunidos así ya no son muy comunes, al menos entre todos. Aún nos reunimos con Mark y Stella, nos resulta fácil porque trabajamos juntos pero reunirnos con Rafael e incluso Henry ya no es muy común. Ver a Ana y su esposo es aún más extraño, solo los vemos en Navidad cuando vamos a casa de la madre de Nicolás. Es agradable estar con todos. Es bueno saber que los años pasan pero aún encontramos tiempo para los buenos amigos.

-Aún conservo las pequeñas blusas que le regaló Sebastián a Harper el día que nació.

La camisa dice, mi tío favorito es Sebastián Pierce en la parte de adelante y en la parte de atrás decía, No Mark o Rafael. En la otra decía, ¡Alto! Tengo una mamá abogada y no tengo miedo de usarla. Se las puse también a Ivy cuando era bebé.

-Éramos siete y ahora somos cinco.-dice Stella mientras levanta su copa.- Por los amigos que ya no están, que siempre vamos a extrañar y recordar.

Todos levantamos nuestras copas y brindamos por ellos.

-¿Les hemos contado la vez que Amelia nos llevó a tomar clases de cocina?-le pregunta Mark a los demás.

Ana esta emocionada con la historia, Sam y Gianna se ríen solo de imaginar el desastre que pasó. Fuimos a esa clase de cocina con Mark, Damián y Sebastián. Ahora solo quedamos Mark y yo. Mark empieza a contar la historia y yo sonrió mientras pienso en Sebastián y en cuanto lo extraño. Nicolás pasa un brazo sobre mis hombros entendiendo el rumbo que han tomado mis pensamientos.

-Sebastián terminó haciendo la cena de Navidad con ayuda de Damián y todos le prohibimos a Amelia volver a cocinar.

Y sigo sin poder cocinar. Los años pasan pero hay cosas que no cambian. Lamentablemente para mí no he adquirido dotes culinarios de forma mágica en estos años.

-Ya ni siquiera lo intento, la cocina no es para mí.

Seguimos conversando hasta que el show del mago termina y le cantamos cumpleaños feliz a Ivy. Comemos pastel y yo disfruto de este momento junto a todas las personas que amo.

Cuando la fiesta llega a su fin llevo a las niñas arriba para tomar un baño y Nicolás se queda abajo para limpiar todo. Cuando Harper y Ivy están bañadas y con sus pijamas bajo a buscar a Nicolás para que les de el beso de buenas noches y le cuente la historia antes de dormir. Lo veo de pie limpiando algunos platos en la cocina.

- No te estaba buscando hace años pero ahora al estar parada de pie frente a ti, sé que eres lo que siempre quise, lo que siempre soñé. Por que todo cobra sentido cuando tú estas de pie frente a mí. Sé que estamos destinando a estar juntos y solo quiero correr a tus brazos porque eres mi hogar.

Él abre sus brazos hacia mí y yo me acerco a él, recuesto mi mejilla en su pecho. Él empieza a cantar la música que bailamos en nuestra boda y me hace girar. Bailamos en la cocina mientras él canta nuestra música en mi oído.

-Te amo, Amelia Clark-Mayer, desde el momento en que te vi, hasta el día de mi muerte e incluso después.

Sonrió.

-Yo también te amo, ahora vamos, tus hijas nos esperan.

Tomo su mano y caminamos hasta la habitación de Harper. Ahí están las dos, Ivy quiso dormir hoy con su hermana. Nicolás se sienta en la cama junto a ellas y les da un beso en la frente. Al verlos a los tres todo el dolor, toda la tristeza, las pérdidas y derrotas valen la pena, cada decisión, cada error nos trajeron a este momento. No hay lugar para la tristeza ahora, aquellos recuerdos tristes de aquella época donde Nicolás y yo estuvimos a punto de divorciarnos descansan en una caja en el fondo de mi mente. No hay lugar para momentos devastadores ahora, por que no importan esos meses que perdimos, estamos juntos ahora y tenemos toda nuestra vida juntos por delante. Por que si amas a alguien debes ser valiente y decirle, no tenemos oportunidades ilimitadas en esta vida y hay la posibilidad que esa persona también sienta lo mismo y entonces juntos podrían intentar atrapar el viento y amarse, amarse tanto como sea posible.

-Mami, cuéntanos la historia de conocieron.-me dice Harper mientras me mira con aquellos ojos soñadores igual a los de su padre

Me siento al otro lado de la cama y Ivy se acurruca a mi lado. Nicolás me da una de sus famosas sonrisas soñadoras. Es la misma sonrisa que me da Harper cuando hace algo malo.

-Si mami, cuéntanos esa historia.-me pide Ivy.

Ambas adoran esa historia. Harper dice que demuestra que a veces las personas pueden conseguir su final feliz.

-Nos conocimos una mañana de otoño en el campus de Harvard, fue amor a primera vista o eso dice su papá. La verdad es que nos volvimos inseparables desde ese momento, él dice que supo que yo sería su esposa en el instante que me vio, yo le digo que él es demasiado soñador...

Fin


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