Luces brillantes en una noche fría
Boston, 5 de marzo del 2015
Aún hay cajas abiertas en la sala. Las luces del pasillo iluminan la estancia y sonrió mientras disfruto de caminar por mi casa. Nuestra casa. Fue difícil convencer a Nicolás de utilizar el dinero de mi fideicomiso para comprar la casa y poner nuestro bufete, pero le dije que valdría la pena y tuve razón. Es la casa de mi sueños, todo se siente bien en este momento y me permito pensar en los buenos recuerdos que vamos a tener aquí.
El timbre de la casa suena y miro por la mirilla para ver quien es.
-Hola, ¿Qué te trae por aquí?-le digo a Henry cuando abro la puerta.
Él trae una botella de vino en una mano y queso en la otra. Me hago a un lado para dejarlo pasar y él cierra la puerta. Lo guio hasta la cocina.
-Vine a visitar a unos amigos.-me dice él.
Pero yo sé que no esta aquí por una simple visita, es algo más pero yo no presiono el tema. Tomo dos copas y abro el vino.
-Nicolás acaba de salir a comprar nuestra cena. Él quería cocinar pero estamos demasiado cansados para eso.
Le doy una de las copas de vino y recuesto mi cadera contra el mesón.
-No fuiste a mi boda.-me dice él con reproche.
Ahí esta la razón de su visita tan inesperada a esta hora de la noche. Muevo la copa de vino antes de darle un pequeño sorbo. Debo reconocer que es un buen vino.
-Buena elección.-le digo mientras levanto la copa en su dirección pero eso no es lo que él quiere escuchar.- No, no fui pero mande un regalo ¿No te gusto?
Fue Nicolás quien escogió el regalo, yo solo firme la tarjeta pero era un buen regalo, no creo que a Henry le importe que le regalamos. No es esa la razón por la cual él esta aquí. Él quiere una explicación por la que yo no fui a su inesperada boda.
-Como te darás cuenta estado algo ocupada estos días.
Señalo las cajas que aún están cerradas.
-¿Tan ocupada que no pudiste hacer tiempo para mí?
-Dado el hecho que no fui a la boda, la respuesta a tu pregunta es obvia.
A veces lo perra me sale solo y no lo puedo controlar.
-¿Porqué no fuiste? Quiero la verdad. Yo fui a ti boda con Nicolás, estuve ahí en todo momento.
Termino de beber el contenido de mi copa y dejo la copa vacía sobre el mesón de la cocina. Camino de regreso a la sala y él me sigue.
-No vi sentido ir a una boda donde el novio solo se caso con la novia porque ella estaba embarazada.
-Era lo correcto.
Siempre el chico bueno, siempre haciendo lo que es correcto, al menos con las personas que él quiere porque él nunca hizo lo correcto conmigo.
-No la amas, no entiendo porque te casas con alguien que no amas.
-¡Era lo correcto!
-¿Porqué no hiciste lo correcto conmigo? Juegas al tipo bueno y tal vez los demás lo crean pero yo no porque no fuiste un buen tipo conmigo, no hiciste lo correcto cuando se trataba de mí, así que no me interesaba ir a ver como te casabas con alguien que no amas solo para demostrar a los demás el buen tipo que finges ser.
Paso una mano por mi cabello y trato de mantener la compostura. Nicolás debe estar aquí en cualquier momento y lo último que quiero es que vea esta absurda pelea. Detesto que Henry escogiera este momento para reclamarme esto. Lo único que quería es que la primera noche en mi casa, el hogar que siempre soñé, sea especial.
-Quise hacer lo correcto pero tú dijiste que ya era tarde.
-Lo era, Henry, estaba con Nicolás a una semana de casarme ¿Qué querías que hiciera? No iba a dejarlo solo porque tú vienes y me dices que me quieres. Era tarde Henry, varios años tarde. Eso no era lo correcto, fue egoísta y la verdad nunca entendí porque lo hiciste.
Los años me demostraron que él y yo nunca pudimos ser felices juntos, ambos somos demasiados tercos, obstinados, él siempre tratando de hacer lo correcto y solo ve lo bueno que hay en mí, él no ve mis partes malas. Aquellas partes de las que me avergüenzo, él no las ve, jamás pregunta por ellas y yo jamás he querido que las vea. Sé que si él las viera se iría, me dejaría y soy muy egoísta para aceptar eso. Él tampoco conoce lo egoísta que puedo llegar a ser.
-Sabes que te amo.-me dice él.- Sabes que siempre te he amado.
Suelto una suave risa y muevo la cabeza. Él parece molesto por mi forma de reaccionar a sus sentimientos. No lo hago en son de burla, es solo que me parece sorprendente que a pesar de todo este tiempo aún se siga mintiendo de aquella manera.
-¿Me amas? ¿Me amaste alguna vez? Por que si lo haces, necesito que lo digas ahora. Necesito que me digas ahora si me amas, aún no es tarde para nosotros Amelia, aún podemos salvar lo que tenemos.
¿Qué tenemos? No tenemos nada, somos amigos, buenos amigos pero eso es todo. No hay un nosotros, nunca lo hubo. Hay dolor en su mirada pero yo no aparto mis ojos de él, necesitamos acabar con esto. Él esta casado ahora, incluso si no ama a su esposa, él se casó con ella y espera un bebé, no puede seguir viniendo a mí y decirme que me ama y que deberíamos irnos lejos.
-Te enamoraste de la idea de mí, una imagen que ni siquiera se acerca a como en realidad soy. Tú no me amas a mi, amas a quién tú crees que yo soy, amas la imagen que te hiciste sobre mí. No me conoces, no te quedaste el tiempo suficiente para conocerme pero Nicolás se quedo, él me conoce y él ama todo de mí, incluso las partes que yo odio, incluso lo egoísta que puedo ser a veces. Él me ama, él me conoce. Y tal vez el rompa mi corazón después, esta bien, es un riesgo que voy a tomar por que él lo vale. Henry, tú no me amas, nunca lo hiciste.
Veo la ira crecer en su mirada y como aprieta los puños con fuerza. Él retrocede unos pasos dolido por mis acusaciones. Bueno, la verdad duele, es difícil de escuchar pero es necesaria.
-No me digas lo que yo siento. No hables sobre mis sentimientos. Deja de poner palabras en mi boca.
¿Porqué se niega aceptar eso? ¿Porqué se sigue mintiendo de aquella manera? No entiendo porque sigue pretendiendo que aquello que siente por mí es amor, nunca lo fue, solo fue un espejismo, una ilusión. Soy la manzana prohibida que él quería morder y no puede pero estoy segura que en el momento que muerda el fruto se alejaría.
-¡No me amas! No sabes nada de mí y estoy cansada que pretendas que me conoces más que él por que no es así. Tampoco me amas más que él porque nunca luchaste por mí. Tú no estas en la tormenta, Henry, tú vienes cuando todo se está calmando. Es Nicolás quien toma mi mano y me ayuda a pasar la tormenta. Tú no podrías soportar la tormenta y es difícil de escuchar, pero es la verdad.
Él nunca se quedo, él solo se marchó porque creía que era lo mejor. Él no luchó por mi felicidad pero Nicolás lo hace, él busca la manera de hacerme feliz. Nicolás hace muchas cosas que no le gustan solo por hacerme feliz. La noche que conocí a Henry por un momento creí que era él, que era el elegido. Pero nunca lo fue, siempre fue Nicolás, siempre será él.
-No soy tan buena como crees, Henry. Soy egoísta y muchas veces hago cosas solo para mi benefició, puedo ser muy egocéntrica y caprichosa. No soy perfecta, estoy muy lejos de serlo. Deja de verme como alguien perfecto porque es una imagen difícil de seguir. Deja de verme como algo más que tu amiga, por favor.
-No respondiste mi pregunta ¿Me amas? ¿Me amaste alguna vez?
¿Porqué no podemos terminar con esto?
El contacto visual es pesado, intenso y penetrante. Él frunce los labios y su rostro esta lleno de irá. Esta molesto conmigo pero esta bien, yo puedo manejar su enojo.
-No voy a mentir y decir que si, porque no lo hago, al menos no de la forma que tú quires. Eres mi amigo, te amo de esa manera.
-¡Eso no es nada!
-Claro que significa algo, no lo que tú esperas, tal vez no significa todo pero significa algo.
Él da un paso hacía mí y me desafía con la mirada.
-¿Qué significa Amelia?
Tomo aire.
-Significa que me hiciste daño en el pasado, significa que a veces finjo que nada de eso sucedió, significa que a veces quiero creer que no rompiste mi corazón. Significa que una parte de mí no puede confiar en ti y creer que lo que tu sientes por mí es suficiente. Significa que no creo cuando dices que me amas porque tus actos dicen lo contrario.
-Lo siento mucho, Amelia, por todo.-me dice él y puedo escuchar el dolor detrás de sus palabras.
¿Qué hago yo con un lo siento? ¿Dónde lo guardo? ¿Qué hago con él? El daño ya esta hecho, fue hace mucho tiempo y ya no quisiera hablar de eso. Solo desearía que él dejará de jugar al buen tipo conmigo, que dejará de decir que haría todo por mí porque no hizo las cosas más sencillas.
-Deberías irte ahora, Nicolás llegará en cualquier momento.
-Amelia, no hemos llegado a ningún lugar.
-Bien, entonces me iré yo.
Tomo mi abrigo, mi billetera y salgo de la casa. Corro hasta la calle y llamo un taxi. Me subo antes que él me pueda alcanzar.
-¿Puedo invitarle una copa a esta bella dama?
Me giro en la barra y su sonrisa brillante me hace sonreír. Me da un beso en la mejilla y se sienta junto a mí en la barra.
-¿Estás bebiendo Martini de manzana? No mujer, vamos a beber wiski.
-Te extrañado mucho Sebastián. Deberías venir más a mi lado de la ciudad.
Él, Rafael y Henry tomaron un camino diferente al que tomamos, Nicolás, Mark y yo. Creo que es mejor así pero eso no hace que los extrañe menos, en especial a Sebastián.
-Yo también, Amelia.
-Bueno, ya me reemplazaste. Ahora Hazel, la hermana de Henry es tu mejor amiga o eso fue lo que escuche.
Él se ríe y levanta su mano hacía el barman para pedir un wiski.
-No seas celosa mujer, ya te he dicho que tú siempre ocuparas un lugar especial en mi corazón. Siempre tendré debilidad por ti ¿Sabes porque? Por que tú, mi querida Amelia me entiendes de una manera que Hazel o cualquier otra persona no lo hace.
Él choca su vaso con el mío y ambos bebemos.
-Ahora cuéntame que sucede.
Pido un wiski antes de empezar a contarle todo lo que ha sucedido sin ocultar detalles, no tengo que mentir frente a Sebastián.
-Bueno, eso es todo.
Voy por mi tercer vaso de wiski.
Sebastián me pregunta si lo amo. Como si la respuesta fuera así de sencilla, como si la vida fuera como aquellas películas en blanco y negro que solíamos ver o las películas de comedia románticas que le gustan a Rafael. No, la vida y el amor es mucho más complicado. No puedo decir simplemente si, porque no es del todo así pero tampoco puedo decir que no. Lo amo pero hay un turbio pasado que no hemos resuelto e ignoramos, porque sabemos que nuestros errores del pasado son demasiados pesados como para enfrentarlos y seguir siendo amigos. Pero valoramos mucho la amistad del otro como para arriesgar más la amistad de lo que ya lo hicimos. Claro que lo amo pero él también me hizo mucho daño, lo amo pero no estoy enamorada de él. Y tal vez él nunca me amo realmente o como yo merezco ser amada. Lo amo como amigo y sé que en el fondo él me ama de la misma manera.
-Es complicado.-me limito a responder y bebo mi trago.
Después de eso nos quedamos un momento en silencio y abordamos temas triviales.
-Amo a Nicolás.-le digo sin ninguna razón en particular.- Lo amo tanto, jamás amé de aquella manera a Henry pero tal vez si él no hubiera sido un idiota pude haberlo hecho. Pero amo a mi esposo y soy feliz con él y sé que le duele, le molesta mi amistad con Henry y yo solo no me puedo detener. No puedo dejar a Henry y con eso lastimo a Nicolás a pesar que él no me dice nada.
Él no dice nada porque me ama. Nicolás acepta mi amistad con Henry a pesar que sabe que hubo algo entre él y yo al inicio, sé lo conté después que me pidió matrimonio. No podía ocultarle eso, pero él dijo que estaba bien y que confiaba en mí. Sé que le duele y le molesta, lo sé porqué si las situaciones se invirtieran, así es como yo me sentiría. Y sin embargo sigo siendo amiga de Henry, ya no como antes, al menos. Pero aún nos vemos, aún hablamos por teléfono, aún sigue siendo mi roca.
-Lo quiero todo, Sebastián, nunca tuve amor y ahora que soy amada no quiero dejarlo ir. No puedo. Es egoísta y enfermo pero es la verdad, no soy perfecta o finjo serlo. Soy egoísta y los manipuló a los dos para que me sigan amando.
Es algo tan retorcido.
-No los estás manipulando, te aman porque eres Amelia y una vez que te conocen es imposible no amarte. ¡Dios mujer! Incluso yo haría cualquier cosa que tú me pidieras y no estoy enamorado de ti pero te amo, eres mi amiga y no me estas manipulando, tampoco a Henry o Nicolás.
Bebo el contenido de mi vaso y miro el vaso vacío mientras pienso en lo que me acaba de decir Sebastián.
-Estoy algo borracha.
-Esta bien, será como en la Universidad cuando yo tomaba de más y tú cuidabas de mí. Solo que yo ahora cuidaré de ti.
-Siempre te tendré a ti ¿Verdad?
-Creí que Henry era tu roca.
-Lo es, pero tú, Sebastián Pierce, eres mi persona y te necesito en mi vida. Compartimos un lazo ¿Recuerdas?
Él paga las bebidas y me ayuda a llegar hasta su auto.
-Siempre me tendrás, Amelia, siempre estaré aquí para ti.
Él me da un beso en mi cabeza y me ayuda a subir al auto. Cierro los ojos cuando el auto se empieza a mover y me quedo dormida casi al instante.
Cuando me despierto estoy en la cama de mi nueva casa con mi pijama. Nicolás esta leyendo a mi lado.
-Estaba soñando.-le digo.
Él aparta la mirada de su libro y me sonríe.
-Hola a mi borracha favorita.
Me río mientras golpeó su pecho.
-Estaba soñando contigo.-le digo de nuevo.
Él envuelve su brazo a mi alrededor y me pide que le cuente mi sueño.
-Nicolás, soy muy feliz ahora, si algo nos sucede en el futuro, quiero que me recuerdes lo feliz que soy en este momento y cuanto te amo.
Él es el soñador pero a su lado, yo también me permito soñar. Con Henry jamás hubiera funcionando. Ambos somos demasiado arrogantes, demasiado egocéntricos y demasiado ambiciosos. Nunca seríamos lo que él otro necesita. Todo lo que tenemos es lo que pudo haber sido... y no fue.
Me inclino hacía Nicolás y susurro cerca de su oído.
-Por favor, no dejes de amarme.
Tengo una pequeña consulta que hacerles ¿Cuál portada les gusta más?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top