Llevo un buen rato parado aquí, siempre tenemos la costumbre de vernos por primera vez a la media noche. Pero decidí venir antes.

Sin embargo, ya me estoy desesperando. Faltan muy pocos minutos para la medianoche. Tengo un reloj y lo miro cada veinte segundos, si no es menos.

—¿Dónde estará? Ya va ser medianoche -Doy un largo suspiro- Debo calmarme, ella nunca llega a tiempo.

Me río.

Recuerdo las últimas veces que nos veíamos por primera vez, ella llegaba justo. Siempre llega corriendo a nuestro punto de encuentro, cansada porque no tiene mucha resistencia.

Estoy corriendo por las escaleras, ya me estoy cansando.

—Ya voy tarde.

Me detengo un rato, tomo aire. Jamás fui alguien muy atlética. Esta vez no quería llegar tarde, pero con el problema que hubo con Bridgette no pude ir antes. Este año quería ser yo quien lo esperase a él.

—Voy por ti.

Llego al final de las escalera. Las abro.

Estamos frente a frente. Nos miramos fijo. Y corremos a los brazos del otro

—¡Akame!

—¡Jian!

Nos fundimos en un abrazo caluroso abrazo.

Nos miramos. Estamos llorando, no sabemos si de tristeza o alegría, ya sabemos cual es la etapa que sigue. Sonreimos.

Reí levemente como tanto le gusta a él.

Esos labios sonriendo son mi obsesión. No aguanto más el hecho de tenerla tan cerca y no besarla. Toco su mentón, la acerco un poco. Cierra un poco los ojos. Puedo sentir su respiración.

Y finalmente la beso.

Es un beso con pasión acumulada de todo el tiempo que no nos vimos. Ella me abraza, la imitó. Nos separamos.

Al volverlo a ver, rompo en llanto. Estoy muy feliz de verlo otra vez pero también tengo miedo porque se que va a ocurrir.

—Te extrañe Akame.

—Y yo a ti.

La vuelvo a besar pero estos son besos cortos.

—Te amo Jian.

—Yo te amo más Akame.

Sonrío, tomo su mano y voy hacia un borde la terraza. Me siento y él me imita.

—¿Qué haremos? Les revelaremos la verdadera identidad de su compañero, les contaremos lo que avecina, les diremos los orígenes de los kwamis o esperaremos a nuevo portadores.

—Yo digo que esperemos nuevos portadores.

—¿Sabes lo que eso significa?

—Es el ciclo de la vida.

—Es el final del ciclo de la vida.

—Ya está, luego pensamos que haremos.

Paso un brazo por detrás de su espalda y apoyo mi mano en su cintura, la acerco más a mi y ella apoya su cabeza en mi hombro.

—Cuéntame ¿Cómo es la actual Ladybug?

—Igual a mi, torpe, tenaz, compañera y servicial.

—Adivino ¿También gusta del héroe pero cuando es humano?

Me río, casi siempre tiene razón.

—Si, igual que todas las Ladybug's ¿Cómo es Chat Noir?

Suspiro agarrándome la cabeza.

—¡Ay! ¡Ese chico! ¿Me da dolor de cabeza a veces! Es muy testarudo, de vez en cuando trata mal a la gente. Intento que cambie de actitud pero es inútil. Solo Ladybug podría hacer eso. Es el Chat Noir más difícil con el cual me topé.

Río.

—Adivino ¿Enamorado de la heroína?

Asiento.

—Y la trata mal en su versión humana ¿Porque sufrió el desmayo?

—No tengo idea, siempre se alimenta bien. Pero es lo típico, esto es solo el comienzo. Jian...

La miro, tiene los ojos llorosos.

—¿Qué pasa amor?

La acercó más a mi y la abrazo.

—No quiero...

La abrazo y comienza a llorar.

—No quiero perderla.

Me limito a encerrarla en mis brazos, como si así pudiera protegerla de todo mal. Acaricio su espalda mientras se descarga.

Ella siempre fue de encariñarse con las portadoras, pero aquí veo un sentimiento más fuerte.

También estuvo muchos años con ella. No digo que no me haya encariñado con Felíx, también lo quiero y representa todo un desafío para mi.

—Akame...

—Quiero vivir, quiero una vida normal.

Lo abrazo más fuerte todavía, deseaba eso desde el mismo momento en que me convertí en un kwami.

Se que su mayor deseo es volver a ser humanos, ser normales y permanecer en la memoria de los portadores. Pero en todos los casos, fallamos y ellos murieron o nos olvidaron.

Todo esto es una historia larguísima, pero ahora quiero pasar tiempo con mi amada. Una historia más llena de tragedia y tristeza que de felicidad.

Pero somos positivos y disfrutamos del tiempo que estamos juntos.

—Tengo un regalo para ti.

Me levanto, tomo una de sus manos y ayudo a pararse. Saco un mp3 de uno de los bolsillos de mi pantalón.

—¿Un... reproductor de música?

—No, es el reproductor de música.

Enciendo el aparato. Comienza a sonar una de sus piezas favoritas.

—¡Lana del Rey! –Digo con mucha emoción.

—Dark Paradise para ser más exactos.

—¡Es mi favorita! –Lo mire muy felíz– ¿Cómo lo supiste?

—Porque desde que salió, siempre buscabas escuchar esa pieza, hasta te vi bailarla.

Siento mucho calor en mi cara

—¿En serio me viste bailar?

Río, siempre se sonroja.

—Si, hasta aprendí a bailarla.

Tomo su mano y comenzamos a bailar.

Esta sin duda, será la mejor de la noches que hayamos pasado juntos.

♡♡♡