Capítulo 16 - Félix y Claude

Mi primo los está acogotando a los nuevos.
Allegra parece ser una chica tranquila en realidad y su novio parece que si sabe hablar.
Claude siempre fue "amiguero" como diría mi tío y su padre, es bueno para entablar amistades fácilmente.
Yo, en cambio, siempre fui "antisocial".
No es que lo quisiera ser.
Simplemente, no se me daba bien ir a hablar con alguien
Encararlo y decirle "Hola".
Eso me frustraba y me hacía ver como alguien "Antipático".
Ahora me lo pregunto.

¿Qué la impulsó a Bridgette en fijarse en alguien como yo?

¿Qué vio de atrayente en una persona que responde mal?

¿Estará acostumbrada a un mal trato?

¿Estará acostumbrada a mi mal trato?

Siento un puñetazo débil sobre mi espalda.
Es Claude.
—Animate y cambia esa cara.
—A menos que me haga cirugía plástica podré cambiarla.
Claude de agarra del cuello.
—Siempre me encantó tu sarcasmo primo.
Todos se dan vuelta a mirarnos.
—¿Primos?
—Si –Respondemos al unísono– ¿Por qué la sorpresa?
Todos nos miran, hasta Bridgette tiene su cara de asombro, en realidad, es la primera vez que la veo así, lo cual es curioso.
—¿Por qué esas caras? –Dice Claude– Ni que hubiera sido un secreto que queríamos mantener con Félix.
—Nunca me lo comentaste –Le reclama Liz.
—Nunca me lo preguntaste –Contraataca  Claude.
Simplemente me río, es una risa auténtica, no se porque me provoca tanta gracia.
Claude me sigue.
Y luego todos.
En la primaría me solían comparar con él, respecto a nuestras conductas y formas de ser. Nunca he tenido una mala relación con él. Lo quiero mucho, es como un hermano para mi. No se lo digo, y creo que tampoco se lo he demostrado en estos últimos tiempos.
Asistimos a la misma secundaria, allí nos hemos distanciado bastante. Él hizo sus amigos, yo me dediqué a los estudios y al trabajo de mi padre. No lo culpo, hasta yo me aburría conmigo mismo. Eso me hizo que comience a leer mucho. Claude también lo hacía conmigo. Era la única manera de que estemos juntos, lo único que nos mantenía unidos.
Lo único que me nace ahora, es mirarla.
Ella también está riendo.
Eso me hace reír a mi más.
Verla feliz a causa mía, me hace sumamente emocionado.
Siento como lágrimas caen por mis ojos.
Todos creerían que es de tanto reír, pero es de verla reír a ella.
Parece que está mejor anímicamente.
Quiero hacer lo mejor para mantener esa sonrisa en su rostro tan tierno y misterioso.

Es la primera vez en años que veo reír a Félix. Y me refiero a una risa genuina, cargada de vida.
Siempre fuimos unidos, él se fue a vivir a Inglaterra cuando eramos niños. Disfrutaba mucho de su compañía. Él siempre jugaba conmigo a lo que yo le proponía, y algunas veces él me pedía jugar, esas eran las mejores.
Luego del fallecimiento de mi tía, él y su papá se volvieron muy distantes de toda la familia. Mi papá no lo dejó solo en ningún momento a mi tío Gabriel, el negocio había quedado solo en sus manos y con un duelo que atravesar, temía que vaya a la quiebra. Ellos son hermanos mellizos, siempre fueron muy unidos, nunca se abandonaron.
Yo también quería ser como mi papá, así que yo busqué proteger a Félix, a pesar de que no me contará nunca nada.
Cuando íbamos a la primaria, los demás niños lo molestaban porque era muy callado, yo lo defendía y jugaba con él, él se alegraba, siempre que lo hacía. Pero cuando entramos a la secundaria, cambió totalmente; se volvió alguien frío y impenetrable, nadie se animaba a molestarlo. Yo por mi parte lo seguía a todos lados. Me hice un grupo de amigos que querían convencerme de que lo deje solo, que era lo que él buscaba, pero no iba a hacerlo, es mi familia.
Descubrí que Félix pasaba el mayor tiempo del día en la biblioteca de su casa o la de la escuela cuando no quería que el tío lo moleste. Así que comencé a leer libros a su lado, sacaba el libro que estaba al costado del que él había sacado. Primero me ignoraba, luego me decía que libros me podían a llegar a gustar más o cuales eran mejor que no los lea. Él siempre está un paso adelante de mi.
Y mi meta es alcanzarlo.

—¿Que trajeron de comida?
—Nosotros trajimos para hacer pizzas —Dice Allan.
—Nosotras trajimos para hacer los sándwichs —Dice Liz.
—Creí que iban a traer para hacer todos lo mismo.
—Pero hay más variabilidad de comida —Le responde Ámber.
—Y nosotras trajimos snack —Dice Allegra, colocándolos sobre la mesa.
—Y nosotros gaseosas —Dice Claude, repitiendo su acción.
—Creo que están iguales —Dice Bridgette con una voz de niña inocente, es adorable.
Sacudo la cabeza intentando sacar todo pensamiento oscuro de mi mente.
—¿No estás de acuerdo Félix? —Dice mirándome.
—No-No es eso Bri –Es extraño y agradable llamarla por su apodo– solo sentí una mosca zumbando cerca de mi oído.
Todos están riendo en lo bajo, tapando sus bocas con sus manos.
Intento mirarlos con mi mejor cara de asesinato pero en cambio me sonrojo, es muy penoso.
—¿Qué películas de terror trajeron? —Digo lo más serio que puedo, al menos resulta para quitarme un poco el sonrojo.
—Trajimos una película prohibida en 6 estados.
Sacan una película con una portada bastante gráfica, una chica ensangrentada siendo arrastrada por una puerta oscura.
—Nosotros trajimos una prohibida en 8 estados.
Sacan otro DVD, se ve un bosque oscuro lleno de cuerpos y pedazos de cuerpos colgando y lo más terrorífico es que los cuerpos sonríen de forma maquiavélica.
Parecen que son de miedo realmente. Tomo los DVD, leo el nombre del director, ya había escuchado de él, desapareció hace unos años junto a la mayor parte del set de filmación y el equipo, la película quedó a medias, algunos actores que sobrevivieron la tragedia quedaron mal de la cabeza, todos fueron internados. Hubo mucha conmoción en Checoslovaquia, ya que había ocurrido hechos paranormales pero al punto que parezca gente muerta como apareció en el film o se desaparezcan tantas personas.
—¿Puede ser del director que desapareció en su última película? –Pregunta Bridgette asustada.
—No lo se –Dice Allegra– las saqué el último rincón de donde las había encontrado.
Di vuelta ambas cajas, la parte de la sinopsis estaba borrosa y una de ella decía "No volver a reproducir".
—Cocinemos –Dice Allan– seguro terminamos antes que ustedes.
–¿A si? No se confíen –Contrata ataca Allegra– Ven Bridgette –Dice tomándola del brazo, asiéndola bajar abruptamente del taburete– Tus ayudarás a nosotras.
Parecía que iba a quejarse pero ni tiempo le dieron que la llevaron corriendo a sacar las cosas para cocinar.
Claude me paso su brazo por mi hombro.
—Vamos, nosotros haremos las pizzas, tu haces las mejores.
—¿Por qué me suena que me dejaras haciendo todo solo?
—Tranquilo, tu harás la masa nomas, nosotros nos encargáremos del resto.
Solo suspiro, no es que critique a mi primo pero las veces que intenté enseñarle a cocinar, terminó prendiendo fuego algo más que las hornillas. Pero siempre le pone mucho esmero, hay que darle puntos por eso.
—Entonces, tu corta los tomates y que Allan los cocine. Yo haré la masa.
—Como tu ordenes –Dicen al unísono, llevando su dedo índice derecho a la frente e impulsando de arriba a abajo en simultáneo.
Empiezo a sospechar que se pusieron de acuerdo en el supermercado que yo me haría cargo de la masa.
Comienzo a buscar en la bolsa los ingredientes que tienen para la masa, pimienta, sal y masa para pizza.
Saco la bolsa y la doy vuelta, un gran cartel dice "¡SOLO AGREGUE AGUA!".
—¿Y esto?
Los muchachos me miran.
—Estaba de oferta —Responde Claude.
—¿Y por eso la trajeron?
—Si –Responden mirándose.
No confío mucho en el producto, la fecha de caducidad está cerca y nunca había oído hablar de él.
Me levanto con dos bolsas de pre mezcla, las apoyo en la mesada.
—Bridgette –La nombrada me mira con sus ojasos azules– tienes un bowl donde pueda poner esto.
Solo asiente, saca de una alacena bowl muy grande.
La bolsa dice "¡SOLO AGREGUE AGUA!", pero no dice que cantidad de agua. Sigo buscando algún instructivo. Abro las bolsas y vierto todo su contenido en el bowl. En la parte de adentro hay unas indicaciones.

"¡CÓMO SORPRENDER A TUS AMIGOS CON LAS MEJORES PIZZAS!
Paso 1 - Vierta el contenido en un bowl.
Paso 2 - Añada 300 cm³ de agua.
Paso 3 - Amasa hasta obtener una masa homogénea.
Paso 4 - Extiende en la fuente y coloca en el horno a 100°C.
Paso 5 - Disfruta de tu pre pizza."

Cada bolsa trae 500 g, algún ya dejó un jarro medidor en la mesa. Lo lleno lo necesario y lo vierto en el bowl.
Realizo todas las indicaciones del paquete. Me pongo a amasar sobre la mesada. Luego de un rato, queda una masa homogénea medio chiclosa, los chicos ya habían prendido el horno, el cual está a la temperatura óptima para las pizzas. Solo preparo una en una fuente chica. La meto dentro del horno y espero.
Me siento en el taburete, abro una gaseosa y me sirvo un poco. Claude platica con Allan, las chicas están lavando las verduras.
Es extraño, todos están en lo suyo. Haciendo de lo suyo.
Y yo aquí.
Sentado en un taburete.
En la casa de mi admiradora.
De ¿Mi amiga?

¿Se puede decir que es mi amiga?

¿Y los sentimientos que yo tengo por ella? ¿Donde van?

¿Somos amigos?

¿En que se basa esta extraña relación?

¿Yo la acoso a ella ahora?

¿Y ella me aleja..?

¿O me deja conocerla?

Félix parece abstraído de la realidad.
Varias veces lo vi así.
Se queda pensando.
Mirando a la nada.
—¿Así que es él?
Allan se apoya en la pared conmigo.
—No estoy seguro.
—¿Y ella será?
—Tampoco lo se.
—¿Y crees que entre ellos se conozcan?
—Creería que no.
—Dame una respuesta concreta hombre.
—No puedo, mi vida, digo, la vida de todos, dio un giro de 180° en la tarde, no puedo pensar con normalidad ahora.
—Tienes razón, discúlpame por presionarte.
—No pasa nada –Digo dándole un leve puñetazo en el brazo.
Eso si dolió –Dice devolviéndolo.
Efectivamente, si duele.
—¿Crees que el aumento de fuerza es un efecto secundario?
—Es muy posible.
Miro a Allegra y a Liz, a comparación de ella, Allegra está mucho más marcada que temprano y que mi chica.
—Oye –Me pega un puñetazo un poco más fuerte – no mires tanto a mi chica.
—No-no –Lleve las manos al pecho– no fue con la intención.
La cara de enojo se borra de su rostro y se cruza de brazos.
—Esto es una locura.
—Estamos cinco metidos en esto.
Sies, contando a Hawk Moth.
Solo suspiramos, también fue un día largo para ambos.

Feeelíx.
Es la cantarina y característica voz de Bridgette, me sorprender después de tanto rato seria me dijera así.
—¿Qué ocurre?
—¿Me puedes servir gaseosa?
Ella toma un vaso y lo acerca a mi. Le sirvo.
—Yo también quiero –Dice Allegra acercándose.
—Nosotras también.
—Para nosotros también.
Y así le terminé sirviendo a todos.
Estamos en la mesa, es reconfortante. Nunca había tenido amigos y menos me había juntado con ellos un fin de semana.
—¿Puedo invitarlo a Zac? –Pregunta Ámber.
Todo la miramos a Bridgette, puesto que ella es la dueña de casa.
—Yo no me hago drama.
Ámber solo asiente y saca su celular.
—Por cierto Félix ¿No deberías sacar las pre-pizzas del horno.
Me doy la vuelta, sale un poco de humo.
El horno alcanzó los 250°
Abro el horno, una humareda caliente y medio oscura sale de allí.
Alguien me tira un trapo que queda sobre mi hombro. Lo saco, son dos trapos. Coloco uno en cada mano y saco las fuentes. Las dejo sobre la mesada de mármol.
Todo el humo se va por un extractor que se encuentra sobre del horno.
Ahora que me doy cuenta, Bridgette tiene horno y cocina, el horno es grande, se podrían hacer magdalenas para un regimiento aquí.
Al ver las pre-pizzas, veo están duras y pequeñas.
Ya perdimos con los chicos.
Esto tranquilamente podría ser un frizzbee.
Bridgette se acerca al horno, no hay expresión en su cara al ver la masa dura.
—¿Solo pusiste a cocinar una?
—Si –Sale de manera atropellada de mis labios.
Se acerca al bowl con la demás masa.
—Yo me haré cargo de esto.
Prueba la masa, comienza a buscar cosas en su repisa y en la bolsa, comienza a añadir otros ingredientes, solo distingo la harina y la levadura. Algo se de cocina, pero no distingo que está usando y tampoco me animo a acercarme a ella por miedo a que me eche de su lado...
Como yo hice con ella...
¿Y aún si volvía? ¿Aún así seguía apostando por mi?
Realmente no entiendo ni mis sentimientos.
Pero ¿Estaría bien que me rinda tan rápido? Ella siempre estaba a mi lado aunque yo la echara ¿Me haría lo mismo en devolución o me dejaría permanecer a su lado por su buen corazón?
Me animo, me atrevo a acercarme a ella a pesar de que me pueda echar, creo que es lo menos que puedo hacer.
—¿Puedo ayudarte con algo? –Intento sonar lo más suave posible, sin parecer serio o desinteresado.
—Si –Lo suelta carga de buena energía– ayúdame a estirar las masas.
Todos se ríen atrás, me doy levemente la vuelta. Todos se hacen los tontos, mirando para otros lados o silbando.
Busco en la alacena otra bandeja, pero varias comienzan a caer sobre mi cabeza, solo atino a colocar mis brazos para no golpearme.
Cuando escucho que cayó la última, todos me miran estáticos.
—¿Qué ocurre?
—¿Estás bien? –Pregunta Allegra.
Solo asiento.

Esta es la mala suerte que me caracteriza.

La cara de Bridgette es de asombro, combinada con algo de miedo. Se lleva las manos a la boca y comienza a pedir perdón repetidas veces, igual que anoche.
Oye –Tomo sus hombros– tranquila, si lo abrías tu también se te iban a caer.
Pero no me mira, solo mira las bandejas. Las cuales son muchas y no se como hicieron para entrar tantas en una alacena de ese tamaño.
Los chicos las levantan y acomodan sobre el piso, saco dos bandejas, me recojo el cabello en una pequeña coleta con una gomilla y las lavo.
Escucho el flash de una cámara, me doy la vuelta y es Claude.
—¿Qué haces?
—El tío no podrá creer cuando vea una foto tuyo lavando.
—Me haces ver como un vago.
Las saco del agua y coloco sobre la mesada, los chicos las secan.
Las chicas siguen cocinando. Bridgette dejo la masa reposar para que fermente. Hizo bastante masa.
Me vuelvo a sentar en la banca y miro por la ventana. Es un departamento muy peculiar, tiene una ventana gigante. Va, parece que es una salida a un balcón. Tiene cortinas blancas. Se nota en sus maderas que es vieja y la pintura salida le da un efecto distinto, medio atrapada en el tiempo.
—¿Compraron papas? –Pregunta Bridgette. Está agachada rebuscando en caja.
—No –Dicen las chicas negando.
—¿Ustedes? –Mirando a los chicos.
—Tampoco –Dicen negando.
—Okay –Se levanta apoyando sus manos en sus rodillas, sin querer se apoyó en la herida, la quita de inmediato– iré a buscar.
—¡Yo te iré contigo! –Digo levantándome de la banqueta.
Casi me caigo por levantarme rápido. Ella se tapa la boca ahogando una risita.
Solo sonreí.
—Vamos –Le digo ofreciéndole mi brazo derecho.
Su cara es de sorpresa, me mira a los ojos y luego mira mi brazo, lo toma, y mira hacía delante.
La verdad, jamás le ofrecí el brazo a nadie.
Es mi primer gesto, y lo hice con ella...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top