Capítulo 10 - Allegra y Bridgette

-¿Estás mejor Bridgette?
No me mira, está sentada en la cama mirando un punto fijo en la nada.

-No, no estoy mejor -Está será la primera vez que hablaré de esto, y espero que también sea la última- siento que me desbordo por dentro y nadie puede verlo -Llevo las rodillas al pecho y abrazo mis piernas- fue mi culpa.

-Bridgette -Me siento en la cama y corro un mechón de su cara para poder verla bien a los ojos. Me mira, están enrojecidos- son accidentes que ocurren.
-¡No! -Las lágrimas saltan de sus ojos- ¡Yo tendría que haberlos salvado!
-Tu no eres una super heroína que debe cumplir con todo el mundo.

-Yo...
Por un segundo pensé en contárselo, en decirle "Yo soy Ladybug" ¿Sería correcto revelar mi identidad secreta? Si se la reveló, dejaría de ser un secreto.
-¿Tú qué?
¿Debería de decirle?
-Los dejé morir...
No, mi obligación como heroína es cuidar el bienestar de París y, por ende, proteger a mis seres queridos. La mejor forma de hacerlo es no revelando mi identidad, sino los expondré a mucho peligro. Hawk Moth atacaría nuestros puntos más débiles.

Bridgette me mira fijamente. Está aguantando las lágrimas nuevamente, aunque ellas amenacen con salir en cualquier momento. Desde que la conozco jamás lloró.
-No soy tan fuerte como parezco Allegra.
"Fuerte", para mi siempre fue una persona fuerte de personalidad, de carácter, capaz de soportar muchas cosas. Nuestras vidas nunca fueron absolutamente color de rosa, pero ella jamás se dejó doblegar por las complicaciones que se nos presentasen. Eramos tan unidas que la felicidad o la tristeza de una también eran compartidas por la otra. Pero ahora me siento inútil, este es el problema de mayor magnitud que se me ha presentado, pero eso no quiere decir que sea imposible de resolverlo.
Me acerco a Bridgette y la abrazo. Creo que en estos casos es mejor callar y actuar. Ella me corresponde y comienza a llorar nuevamente. Me limito a acariciar su espalda y aguantar las lágrimas, ellos también fueron como unos padres para mi y verla a Bridgette en este estado me devasta.
-¿Por qué Allegra? ¿Por qué tan temprano? ¿Por qué no pude disfrutar más tiempo con ellos?
-Las personas buenas se van antes al cielo.
-Preferiría haber muerto yo en cambio de ellos.
-¡No digas eso! -Tomo sus hombros y la alejo de mi para poder mirarla a los ojos- Jamas -Levanto mi dedos índice- ¡En la vida! Vuelvas a repetir esa frase ¿Me oíste?
Ella suspira y sonríe tristemente, aún me sigue mirando a los ojos. Me parte el alma verla así, tan frágil, tan... vulnerable...

-Ese día todo había ido de mal en peor -Le contaré lo que paso, obviando decirle que soy la auténtica Ladybug. Dicen que hablar o escribir libera, vamos a comprobar el habla- La noche anterior ya habíamos peleado, también te había contado que las discusiones eran cada vez más fuertes -Aun recuerdo la última vez que hable con Allegra por teléfono, le dije "Te llamo mañana, descansa y cuídate, te quiero mucho -Suspiré- sólo espero que esto termine pronto". Nunca imaginé que todo acabaría de ese modo tan fatal- Al levantarme el ambiente era tenso. Bajé y preparé mi propio desayuno, tomé mis cosas y me fuí a la universidad. Todo transcurrió normal allí, ese día salía tarde. Volví a mi casa. Ellos estaban atendiendo la panadería, pasé de largo sin saludarlos. Se fueron a regañarme, los saludé de mala gana. Al rato estaba por salir de nuevo. Cuando pasé por la panadería, mi papá me agarró del brazo diciendo "¿A donde crees que te vas?", "Voy a salir un rato, vuelvo enseguida", "¿Y con permiso de quien sales?", mi mamá intervino diciendo "Ninguno de nosotros te dijo que podías salir", "Tengo que salir, ya vuelvo", "No, hoy no te vas a ningún lado" dijo mi papá -Me encojo nuevamente y abrazo mis piernas- Allí comenzamos a discutir más. En un momento de enojo les grite "Ojalá nunca hubieran sido mis padres", me solté del agarre de mi papá y salí corriendo. Cuando volví, la panadería y la casa ardían en llamas. Había bomberos apagando el incendio. Quise entrar pero no me lo permitieron. Gritaba "¡Mamá! ¡Papá!" pero... -Aprieto mis piernas con mis brazos- para ese entonces probablemente ya no me escuchasen. Sacaron los cuerpos y los metieron en bolsas negras, me acerqué corriendo a ellos. Pero ¿Qué podía hacer? -Las lágrimas volvieron a salir sin permiso- ¿Podía hacer algo? -La miro a los ojos y me río, prefiero reír porque así evito sentir tanto dolor- ¿Podía cambiar su fatídico destino? ¿Podía cambiar ese final tan triste?

Me mira fijamente a los ojos e intenta contener las lágrimas. Busca en mí una respuesta que logre acabar con todo su sufrimiento
¿Qué hago? ¿Qué le digo? Siempre fue ella la de alegrarme cuando estaba triste. O cuando alguien estaba mal, ella ponía su sonrisa y buena predisposición para volver a todo su alrededor feliz. Esa era la esencia de Bridgette...
-¡Yo tengo la cura! -Digo motivada.
-¿Cuál? -Pregunta Bridgette extrañada.
Me abalanzo sobre ella abrazándola y le doy un beso en la frente. La miro a los ojos sonriendo.
-¡Ya está! ¡Ya te curé!
Ella ríe entre lágrimas, le debo tantas sonrisas a ella. Es hora de devolver alegrías.
-Gracias Allegra, siempre fuiste la mejor.
Mejor dejaré esta charla para otro día y vamos a hacer algo que la haga feliz.
-¡Hagamos una pijamada!

-¿Qué? -Esta mujer es fanática de dar una sorpresa tras otra- ¿Qué planeas hacer? Solo tengo dos amigas en la universidad.

-¡Solo dos! -Pregunto atónita, siempre fue muy sociable y amigable, muy querida por todos ¿Así la afectó la muerte?- ¡Un almuerzo mejor!

¿Tendría sentido pelear con esta mujer y negarme?
No, ni en lo más mínimo.
-Ahh... - Suspiro sonoramente- Ya les mando un mensaje. Por cierto ¿Dónde está mi celular?

¡Diablos! ¡Donde lo dejé!
-Yo... Lo vi por... ¡Aquí! -Digo señalando un mueble de su habitación.

Miro hacia el mueble y no lo veo.
-Yo no veo nada Allegra.

-Yo lo busco por ti -Respondo nerviosa.
Me levanto y miro para todos lados. No está en el mueble, revuelvo un poco las cosas de allí. De repente siento algo me vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón. Me fijo y es el celular de Bridgette. La miro a ella y tiene mi celular en sus manos.
-¿Por qué tienes mi celular? -Me pregunta extrañada.
-Emm...¡Ya recordé! Porque cuando te cargue desde el estacionamiento hasta aquí guarde tu celu en el bolsillo de mi pantalón.
-Ah -Bridgette siempre fue fácil de engañar- Toma -Le tiro el celular. Bridgette no lo pudo agarrar y termina por golpearle su cara- ¡Bridgette!
-Creo que con tantos años de conveniencia juntas no debería recordarte que soy pésima agarrando objetos voladores.
Su nariz está sangrando
-Tu nariz...

Llevo automáticamente ambas manos a mi nariz, un líquido caliente sale de una de mis fosas nasales. Miro mis manos, es sangre.
-¿Qué...?
Nunca en la vida había tenido un moretón siquiera, ni cuando era Ladybug obtenía golpes o lesiones. Si era bastante brusca cuando caía en las batallas pero nunca me dolía luego el cuerpo. Últimamente los akumatizados se habían vuelto sumamente violentos, eran mucho más agresivos que antes, intentan herirnos.
Ahora que lo pienso ¿No es extraño no haberme hecho siquiera un moretón durante toda mi vida si yo soy muy torpe?
Allegra corre afuera, yo me tapo un poco la nariz para no derramar sangre en el piso. Voy al baño, saco el botiquín que se encuentra entre los espejos, lo abra, saco un pedacito de algodón y lo coloco en mi nariz aunque esta ya no sangre. Allegra abre la puerta bruscamente.

-Ah, creí que no tendrías un botiquín en casa y fui a buscar el mío -Bajo la mira y en una de sus manos trae un pequeño maletín consigo- ¿Estás bien?
-Si, no te preocupes.

-¿Aún quieres que vengan tus amigas?
-Si, pero las invitaré a merendar. Así almorzamos tranquilas y ordenamos tus cosas y las mías. Además -Bridgette me mira sonriendo- hace mucho no nos vemos, quiero estar contigo un rato.
Simplemente me nace abrazarla, es la primera vez en todo el día que sonríe de verdad. Ella me corresponde.
-Tal vez no siga siendo la misma Bridgette de siempre pero aún te quiero amiga, eso nunca va a cambiar.
Dicho eso, la abrazo más fuerte
-

Yo tampoco te dejaré de querer nunca.
Bridgette se suelta del abrazo.
-Comencemos a cocinar, ya estoy con hambre.
Ambas lavamos nuestras manos, salimos del baño y vamos a la cocina.
-Guau, tu cocina es gigante, pueden entrar doce personas en una mesa aquí.
-Es una cocina-comedor, por eso creo que es tan grande.
-¿Tienes todo para cocinar?
-Tengo todo para cocinar -Me mira sonriendo, eso quiere decir una sola cosa.
-¡Guiso de trigo y zapallo! -Gritamos y reimos.
-Hace años no como -Le digo.
-Yo tampoco, desde que no voy a la casa de mis abuelos no como.
-¿Hace mucho no los ves?
-Desde hace casi un año.
-Desde...
-Si -Responde rápido para evitar que termine de preguntar lo que ya suponía.

Creo que debería visitar a mis abuelos. Después de todo, ellos me están ayudando mucho con el tema de seguir mi "vida normal" en París.
-¿A que se debe tu visita a comienzo de clases? -Digo mientras saco las verduras de la heladera y las coloco en la pileta- O mejor dicho ¿Por que te mudaste de Barcelona o París?
-No me gustó el internado de música -Dice mientras saca dos ollas de la alacena, una la llena con agua y ambas las pone a calentar.
-Creí que era tu mayor sueño ir al internado de música.
-Si... Pero no me gustó. Además, aquí también puedo estudiar en la Sorbona.
-¿Hace cuanto dejaste el internado?
-Deje a fin de año y rendí libre todas las materias de medicina.
-¿¡Estas estudiando medicina!?
-Si, el sueño de mi madre.
-¿Qué me cuentas de ellos? ¿Cómo están?
-Se divorciaron a comienzo a año.
-Lo-lo siento Allegra.
-Ya venían teniendo problemas, ya era sabido por todos que su amor terminaría tarde o temprano.
"Su amor terminaría tarde o temprano", si amas a una persona por muchos años ¿Podrías dejar dejar de hacerlo en menos de unos meses? ¿El amor que uno siente por alguien que ama puede acabarse en algún momento? ¿Puede acabarse en cualquier momento?
-¿Hace cuanto estás de novia?
-Hara diez meses comencé a salir con Allan.
-No me habías comentado nada de él -Le reprocho.
-Lo conocí poco después de perder contacto contigo.
Eso dolió, también la extrañe mucho durante este tiempo. También veo que muchas cosas le han pasado, y no estuve para ella como se debía.
-No te preocupes Bridgette, no me he muerto.

¡Mierda! Acabo de meter la pata en grande.
Ella me mira y se ríe. La imito, creí que esto se tornaría malo.
-Cocinemos, también me dio hambre.
Asiente sonriendo. Me pasa un pedazo de carne de la heladera. Comenzamos a cortar los ingredientes, yo la carne y ella las verduras.
-Bridgette -Me mira- ¿No tendríamos que haber puesto el trigo en remojo un día antes?
-Tengo un bowl pequeño de trigo en la nevera reposando hace dos días ya. Pensaba comer ayer guiso pero me quedé a almorzar en la universidad. Luego pensé en comer en la noche pero terminé internada -Se ríe- parece que quería esperar una ocasión especial.
Sonrío, ella siempre mejora el estado de animo de cualquiera que esté a su alrededor.
Voy a la heladera, saco el bowl y lo pongo en una olla con agua hirviendo.
-¿Comes bien?
-Si ¿Por qué?
-Te noto mucho más delgada que antes.
-Si como bien -Más parece que miente pero no puede descifrar bien sus gestos faciales, y no me mira. Pero le creeré porque el bowl contiene trigo como para tres platos llenos.

-¿Cómo está la relación con tus padres?
-Muy bien, de maravilla -Noto el sarcasmo en sus palabras.
-¿Qué ocurrió?
-Estoy muuuy peleada con mi padre. Con mi madre nuestra relación es casi nula porque nunca la veo. Siempre está ocupada, jamás tiene tiempo para mi.
-¿Tus padres saben que estás aquí?
S

uspira, esto no es buena señal.
-En realidad -Siempre inicia así una oración cuando está a punto de confesar algo- me escape de casa.
-¿¡QUE TU QUE!?
-Calmate, que de quien más apoyo necesito es de ti.
Ahora soy yo quien suspira llevándome la mano a la frente.
-Tu nunca cambias ¿Verdad Allegra?
-Sabes que siempre fui conocida por mis travesuras.
-¿Pero escaparte de casa?
-Nunca había llegado tan lejos -Se ríe.
Su padre siempre fue muy estricto, por no decir malo. Era muy poco afectivo con Allegra, y me sorprende que ella se haya quedado en casa de su padre. Aunque ahora escapó y se esconde en la mía.
-Sólo por curiosidad ¿Por qué no fuiste a casa de tu madre?
-Ella automáticamente me habría mandado a casa de mi padre. Ella quiere estar sola, y soledad es lo que le daré a ambos.
-Mucha angustia también.
-Ellos tienen sus vidas hechas, yo quiero comenzar mi vida en donde yo quiera y hacer mi propio camino.
-¿Y la música?
-Es un hobbie. No mi vida.
-¿Y la medicina?
-Lo mío es ayudar, quiero ser más como tu.
Ser una heroína que salva París y alrededores. Me reí, eso es medio imposible.
-¿Allan sabe que te escapaste?
-Allan se estaba mudando a París, tiene un tío muy enfermo. Es un familiar muy querido para él. Iba conmigo al internado de música, ya iba en tercer año de instrumentos de viento.
-¿Cuántos años tiene?
-Cumplió 21 hace unos meses. Él fue mi tutor, luego nos volvimos amigos y ahora somos novios.
-¿Y cómo hiciste para lograr sacar tantas cosas de tu casa?
-Le dije a Allan que quería irme de mi casa, no le agradó mucho la idea, pero lo mismo me ayudo. Guardaba en mi auto mi ropa y cosas importantes como libros u objetos que quería llevar conmigo a donde sea que me vaya. Así estuve como dos semanas hasta lograr llevar todo a casa de Allan. Vinimos en avión. Saqué todo el dinero que tenía en mi cuenta bancaria y lo deposite en una nueva para que mi padre no pudiera quitarme el dinero. Estando en Paris llame a tu abuela, le pregunté porque ya no estaba la panadería y donde se habían mudado ustedes. Primero me dio un par de vueltas y no me quería contar, luego le dije que había perdido todo contacto contigo y estaba muy preocupada por ti. Me dijo todo, me enoje porque no me lo dijiste.
-No quería que nadie supiera
-¿Ni tu mejor amiga?
Esa mirada sonriendo tristemente, ella sabe cuanto puede destrozarme el corazón con esa mirada.
-No... Quería meter a nadie en mis problemas.
-No tienes que estar bien para todo el mundo Bridgette, a veces uno está triste y ya. No hay que darle más vueltas. En fin, tu abuela me pasó la dirección de tu departamento, vine con las cajas por el ascensor. Allan no podía ayudarme, fue a ver a su abuelo. Llegó y no había nadie.
-¿Cómo hiciste para entrar si estaba con llave?
-La dejaste pegada a la alfombra, igual que nuestras abuelas -Se ríe- entro las cajas y veo unos números en la nevera, llamo a uno y me atiende una chica. Tampoco quería decirme donde estabas, no la culpo, yo no pasaría información a un extraño. Le expliqué la situación y me dijo que estabas internada. Deje todo aquí, tome las llaves y baje corriendo las escaleras. Le llamé a Allan y le dije todo lo que me había enterado, el me dijo que me esperaría en la entrada del estacionamiento. Llegué furiosa, intentó calmarme en vano y esa fue la gran historia de como llegue a tu casa.
-Divertida.
-Bastante. Por el tema del dinero, conseguiré un trabajo, así alquilo el departamento de en frente y comienzo a pagar mis gastos.
-Por eso no te hagas drama, vive conmigo y te ayudo de paso.
-Gracias- Me abraza- pero conseguiré un trabajo así te ayudo con el tema de la comida.
-El departamento es mio, no pago alquiler -Miro el guiso- esto ya está listo ¿Puedes sacar un plato de allí arriba y un vaso?
-Si -Los saca- ¿Llegas hasta aquí?
-Obvio que si.
-Entonces saca uno tu.
Esta mujer le gusta burlarse de mí. Intento llegar pero ni siquiera en puntas de pie alcanzo. Allegra se descosquilla de risa. Hago un puchero.
-No te rías de mi estatura.
-Es que, es que, jajajajajajaja, no puedo parar.
-Bueno ya -Agarró el plato que bajo y saco otro el lavaplatos- vamos a comer.
-Bueno, bueno -Dice entre risas. Toma el vaso que bajo y otro del lavaplatos, también saca dos cucharas.
Acomodamos la mesa. Colocamos pan y bebidas. Sirvo la comida. Nos sentamos enfrentadas.

-¡A comer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top