Tanto tiempo había pasado que era imposible creerlo, al exterior no quedaban rastros del amor que se tuvieron, no quedaba nada que comprobara lo que sintieron.

Marinette seguía con sus constantes cambios a lo lejos, y cambiaba de pareja cada vez que tenía oportunidad; igual regresaba a los brazos de ese chico, su amor platónico de hace tiempo, para matar su soledad.

Por parte de Chloé, había aprendido a aceptar lo que pasó. Por las acciones de su ex amada seguía dándole paso a la enemistad, pero en el fondo la seguía queriendo de verdad.

Hacía tanto que no habían convivido, y ya que era su último año en el mismo colegio, pronto cada una trazaría su propio camino.

Ya casi no se veían, por lo que no tenían tanta oportunidad de pelear, no obstante cuando se llegaban a encontrar, o se ignoraban, o trataban de demostrar su fuerte "odio" a los demás.

Pero ningúna de ellas se lo creía, y de montar tales teatritos pronto se arrepentían. Ninguna lo necesitaba, ninguna lo quería.

Y Marinette, tras todo ese tiempo, acumuló rencor contra sí misma, pues se había dado cuenta de lo que Chloé verdaderamente valía. ¿Sin embargo qué podía hacer? Evadir sus sentimientos era lo único que siempre hacía.

Pero cuando no pudo más creó un plan, anónimante la citó en un lugar no tan lejano y, sin estar segura de lo que hacía, quiso intentar una vez más.

La rubia se había sorprendido y con sus cristalinos ojos azules quiso llorar; se dio la media vuelta, dispuesta a marcharse de ese lugar. Pero Marinette la sostuvo entre sus brazos, la abrazó desde atrás.

Lloró y dejó que fluyera su pesado sentir, le pidió perdón y le comentó de qué tanto se arrepintió. Chloé, recelosa, se negó y trató de hacerse creer que todo era mentira, un error.

No obstante, cuando para encararla se giró, su débil ser no pudo negarse a escuchar lo que su ex novia rogaba por expresar.

-Por favor. -había dicho Dupain suplicante, con verdadero arrepentimiento en su mirar.

Habían sido novias en la juventud; trece y catorce años se habían, tontamente, enamorado. La inamdurez no solo de la edad sino de problemas emocionales había afectado, y había dejado profundos estragos, porque aún con diecisiete y dieciocho se seguían extrañando.

¿Cómo pudo haber pasado tiempo sin que el sentimiento se dejase marchitar? Creando uno nuevo con el apoyo de la observación y los recuerdos. Eso fue lo que las dos hicieron, tomaron lo que ya conocían de la otra y se admiraron desde lejos para conocer mejor lo que habían dejado ir hace tiempo.

Ambas se miraron una vez más y conversaron hasta un acuerdo llegar; deberían empezar de nuevo, desde la formación de una amistad. Sin promesas ni grandes expectativas, tomaron sus manos y se sonrieron antes de echarse a llorar. Se abrazaron y juntaron sus labios una vez más.

Ese roce que tanto habían luchado por no olvidar, estaba ahí en vivo y directo, por fin podían disfrutar de ese dichoso vals. Tristeza, alegría, enojo y nostalgía; todo se juntaba en ese tierno acto.

Finalmente se separaron y rieron, esa sería la última vez que lo harían en mucho tiempo, así fue como continuaron platicando, sin saber si volverían a enamorarse; correción, sin saber hasta cuándo comenzarían a amarse.

¡Hola!

De antemano, lamento haber tardado tanto en actualizar, tuve ciertos problemas y no se me ocurría nada, sin mencionar que esta historia la comencé por aburrimiento mientras cuidaba a mi difunta perrita porque ella estaba enferma. ;-;

Como quiera, espero que les haya agradado. No tenía ninguna idea ni sabía a dónde quería llegar con esto, simplemente quise escribir, así que para no haberlo planeado no me quedó taaaaaan mal. xD

Gracias por haber leído este Three-shot. ♡

AllieGarcia9