Capitulo 7
Yo te amaré en silencio... Como algo inaccesible, como un sueño que nunca lograré realizar y el lejano perfume de mi amor imposible rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.
Casa de Campo Abbadie, día de la boda Ainsworth- Abbadie
Lysandro entró en la habitación al lado de donde suponía Juliette ya estaba durmiendo. Desabotono su ropa pensando en la reacción que ella tuvo, le parecía difícil de creer que ella tuviera un hijo, actuaba como una joven que nunca habían besado.
- ¿y si no es su hijo? - se cuestionó comenzando a quitar toda su ropa. La idea había rondado su cabeza por varios días, mientras convivía con Juliette notaba acciones de ella que no correspondían. Suspiro. No existía una razón para que Juliette se ensuciara cuidando el hijo de alguien más. - ¿o si? - susurro acostándose en la cama.
Y en todo el resto de la noche no logró olvidar del todo el olor de su perfume. O tal vez el suave sonido de su voz. O tal vez ninguna de esas dos cosas, sino simplemente a ella.
Casa de campo Abaddie, cuatro días después.
Por una semana Juliette y Lysandro se vieron obligados a estar solos en la casa. Ella extrañaba al pequeño bebé y Lysandro se sentía incómodo.
Pasaban varias horas simplemente en silencio intercambiando miradas incómodas y monosílabos.
El escribía en su libreta vigilando celosamente que Juliette no se fijará en lo que hacía, ella leía alguna historia con final feliz esperando que algún día a ella le tocará eso.
Ella estaba cansada de esos silencios incómodos, de esas largas tardes solo sentada compartiendo la habitación.
- voy a salir - cerro el libro y se puso de pie atrayendo la mirada curiosa de Lysandro.
- ¿a donde? - dijo al verla decidida
- n-no lo sé - murmuró - pero no soporto seguir aquí encerrada, iré al jardín o algo así - dijo acomodando los pliegues del vestido sencillo de color azul.
- Juliette - se puso de pie guardando la libreta - en poco tiempo se pondrá el sol, no puedo permitir que salgas sola - agregó intentando que ella desistiera
Ella lo miro alzando una ceja, en un gesto que Lysandro nunca había visto, pero extrañamente no podía dejar de verla fijamente con sorpresa. - pues tendrás que venir conmigo - dijo ella empezando a caminar a la salida.
Lysandro empezó a caminar detrás de ella hasta la salida, también quería salir, pero se sentía extraño en compañía de Juliette. Últimamente no podía evitar el sentir curiosidad cuando la veía sonreír mientras leía o desear verla acomodar ese mechon rebelde que siempre terminaba tapando su campo de visión. Y si tenía que ser honesto, en ese instante, ese gesto de ella sobre salir de la casa, le pareció interesante.
Juliette empezó a caminar entre los árboles que rodeaban el amplio jardín lleno de flores y césped. Tal y como había anunciado Lysandro, pronto empezó a ponerse el sol, en un atardecer que haría suspirar a cualquiera. Ella al ver el atardecer, olvidó totalmente que estaba acompañada y se sentó sobre el suelo en un gesto natural y tranquilo, acomodando su vestido con total recato.
Lysandro estaba a dos metros de ella y observó la escena sin poder creerlo. Juliette cada día le sorprendía de una forma diferente. Habría jurado que ella era de las mujeres que preferían estar en el salón del té. Sonrió sin saber si era porque ese gesto de Juliette la hizo aun mas interesante a su vista o porque esa mujer era su esposa y aún no lograba asimilarlo.
Ella volteo a verlo al escuchar sus pasos sobre una rama.
- Lo siento... A veces, olvidó que ya no estoy aquí sola - se disculpo acomodando ese mechon de cabello.
Lysandro entreabrío los labios sin saber que decir, sin saber que preguntar. Camino hasta quedar al lado de ella y se sentó soltando un suspiro.
- Este es uno de mis sitios favoritos - dijo ella sonriendo despreocupadamente.
- ¿es por el atardecer? - preguntó intentando deducir la razón
Ella se limitó a negar con la cabeza y después de un silencio hablo - es por lo que sucede después del atardecer - dijo emocionada.
Lysandro no entendía a que se refería, pero no quizo preguntar y espero con paciencia a que terminara de atardecer.
Unos instantes después de que todo quedó en penumbra, empezaron a encenderse. Cientos de luciérnagas empezaron a danzar delante de sus ojos.
- desde que era muy pequeña, este lugar es mi favorito - dijo ella viendo la escena que se desarrollaba delante.
Lysandro la miro y sin poder evitarlo sonrio. La Juliette que estaba sentada a su lado era diferente a lo que el imaginaba, a la mujer recatada bebiendo té en el salón o bailando en aquellas frívolas reuniones de sociedad.
La Juliette que en ese instante veía parecía auténtica, natural y sin problemas por ser simplemente ella.
Ella sintió su insistente mirada y volteo a verlo sonrojada - d-de seguro esto te parece aburrido - sonrió apenada.
Lysandro acomodó ese mechon de cabello que siempre hacia por estar fuera de su lugar, Juliette contuvo el aliento al sentir la mano de Lysandro rozando levemente su oreja al acomodarlo - En absoluto, creo que es muy hermoso - respondió sin apartar su mirada de ella.
Se miraron un largo tiempo a los ojos, en silencio, hasta que Lysandro habló.
- Mi querida Juliette... - susurro y ella abrió la boca, sorprendida. - ¿No pretenderás que te llame señorita Abaddie? - dijo Lysandro esbozando una pequeña sonrisa. - Después de todo lo que hemos pasado... -
- No hemos pasado nada, no digas tonterías, pero supongo que si estamos casados puedes decirme Juliette. - termino por decir ella un tanto molesta.
- Excelente - dijo Lysandro, asintiendo con condescendencia.
- Tú puedes llamarme señor Ainsworth - sonrió haciendo evidente su broma y Juliette soltó un bufido y le dio un golpe en el brazo.
Juliette empezó a reir, estaba por primera vez cómoda en presencia de Lysandro desde que había llegado a la casa de campo.
La distancia entre los dos poco a poco iba acortándose entre las risas y la naturalidad del momento. Lysandro acarició la mejilla de Juliette y sin entender porque, deseaba besarla.
En esta ocasión no creyó necesario pedir permiso para posar sus labios sobre los de ella. Estaban tibios, tersos y sentía el dulce olor del perfume de Juliette. Ella cerro los ojos, creia que estaba soñando, jamás habria creído que Lysandro Ainsworth desearía besarla.
Lysandro disfruto el beso, entendió que ella era especial de alguna manera que no quería ni siquiera entender. En ese momento, solo quería permanecer a su lado, besándola.
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Hola gente bonita! Ya actualice está cosa! Díganme qué les parece. Esta corto, lo sé. Pero diganme que les parece.
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