Capitulo 22
El chantaje es terrible y ceder a esté la perdición total
Londres, verano de 1816.
Juliette tenía ya varios días sin dejar de sonreír, la noticia de tener una pequeña vida creciendo dentro de ella hacía que todas las cosas que pasaban no tuvieran tanta importancia.
Caminaba por la casa taradeando melodías suaves y alegres, el pequeño Lysandro de poco más de un año se había vuelto repentinamente más apegado a Juliette. Lloraba por su atención y quería permanecer sentado sobre sus faldas por horas, pegado a su pecho.
Lysandro en cambio, miraba a Juliette más linda, como si su piel fuera más suave y sus mejillas más sonrosadas. Se esforzaba por lograr que el niño sintiera alguna clase de afecto por él, pero con ese repentino deseo del pequeño por estar con Juliette le era difícil.
Entro al salón donde le dijeron que estaba Juliette, el pequeño estaba en el suelo jugando, cerca de los pies de Juliette. Ella tenía el entrecejo ligeramente frunciendo viendo un tejido que hacia delante de ella, parecía una pieza muy pequeña.
— ¿Qué haces? — hablo a espaldas de Juliette y ella se sobresalto
— Dios... — blasfemo en un murmuro — No te escuché entrar — se puso una mano en el pecho y respiro profundo
— perdón — se sentó cerca de ella, no sin antes besar su frente — entonces... ¿Qué haces? —
— tejiendo... — sonrió de forma dulce, llevaba varios días haciendo unos zapatos de color blanco, sería el primer bebé que tendría.
— Jamás te había visto tejer... — respondió viendo con curiosidad el hilo entre los dedos de Juliette.
— casi no lo hago... Normalmente paso mucho más tiempo remendando sus medias — dijo ella mientras reía bajo por su propio comentario, produciendo una sensación de mariposas a Lysandro.
— creí que lo hacían las criadas — alzó las cejas y tomo la mano de ella, no llevaba guantes, lo cual fue terriblemente erótico para Lysandro, pero se contuvo de cualquier comentario por el infante presente.
Juliette lo miro y sonrió, pensó en que quizá era apropiado decirle que pasaba. Hace unos días confirmo sus sospechas al pasar un segundo mes sin tener su periodo, realmente estaba en cinta. Abrió los labios decidida a decirle, pero entonces el mayordomo interrumpió.
— mi señor, perdone la intromisión, pero tiene visitas — dijo el formal anciano
— ¿Quien? — soltó la mano de Juliette y se puso de pie acomodando su ropa
— un abogado —
Suspiro y pensó que quizá era algo relacionado con los pequeños negocios que administraba en el ducado. — Hazlo pasar al despacho... —
Camino a la puerta dejando a Juliette con las palabras en la boca. Esta hizo un mohin de desaprobación y suspiro.
Había perdido su oportunidad de decirle a Lysandro lo que pasaba, no quería solo decirlo, quería que fuera un momento especial, tal vez aún no era tiempo. Aunque si no se daba prisa pronto se le notaría el vientre.
Lysandro estaba serio cuando entro al despacho y miro a un abogado que no conocía — ¿Buenas tardes? — dudo sobre que podía decir.
— Lord Ainsworth... — se acercó el hombre y le extendió la mano — Soy James O'conner. Abogado de Nina Veillard, ella quiere llevar ante el tribunal del juez Brightman el asunto del infante que se presume es hijo de ella... —
Lysandro sonrió con sorna mirando al abogado delante de él — eso es absurdo, mi hijo es de Lady Juliette y mío... No sé que de esta hablándome — fingió demencia.
Frunció el entrecejo James — Bueno, solo venía a renegociar el acuerdo que tenía con ella — sonrió un poco
Lysandro abrió la puerta — Dígale a la señorita Veillard, que yo iré a buscarla, marcharse de mi casa... —
Londres, Otoño de 1816.
Los paseos a Hyde Park por la tarde, eran algo normal para las personas de alta sociedad en Londres. Juliette no hacía excepción con el pequeño Lysandro. La niñera y ella siempre que tenían oportunidad lo llevaban a pasear a la sección cercana del parque.
Todo iba normal, aunque Juliette no había dicho nada aún con respecto a su embarazo, ya con 3 meses y medio comenzaba a notarse un pequeño bulto en su vientre. Por suerte para ella, su esposo era realmente despistado y no había notado nada que fuera un indicio de su situación y eso le parecía divertido a ella.
Miraba a la niñera correteando con el niño, estaba riendo cuando alguien le llamo. — Juliette Ainsworth... Hyde Park es enorme y siempre vienes a la misma parte — dijo la rubia a unos metros de ella, usaba un coqueto vestido color celeste que hacía resaltar sus ojos.
Juliette la miro y por instinto puso su mano en el vientre — señorita Veillard... No me parece apropiado que se aparezca por aquí —
— Realmente venía a negociar directamente contigo — miro al niño — no quisiera llevarmelo para dejarlo en un orfanato... — fingió un puchero.
— aléjate de mi hijo Nina, él no es tuyo... — murmuró molesta.
— Lysandro se negó a pagar las 10 mil libras que pedí — se cruzó de brazos.
— no tenemos esa cantidad, es ridícula — se quejó Juliette.
— Pero pueden conseguirla, estoy segura, solo están intentando evitar la situación — sonrió con sorna.
Juliette frunció el entrecejo sin dejar de verla, no debía caer en su juego. Aún así, estaba poniéndose ansiosa de que ella fuera directo a donde estaba. Iba a inquirir algo más, pero Nina hablo de nuevo. — contraté un abogado... Pienso llegar incluso al tribunal del juez Brightman —
Suspiro frustrada Juliette — no será necesario... No tenemos que hacer un escándalo de esto —
Por suerte llegó Leigh acompañado de Lysandro, casualmente pasaron por ahí y vieron que Juliette estaba siendo acosada por la cantante.
— Lysandro, ¿No es Juliette? — murmuró señalando con la cabeza y Lysandro al ver frunció el entrecejo
— me temo que si — suspiro acercando sus pasos — esto se está volviendo una pesadilla —
— son las consecuencias de tus actos hermano — le siguió de cerca.
Lysandro llegó junto a Juliette justo a tiempo para evitar que Nina dijera algo que pudiera causar un mal rato a su esposa. — Nina... Ya hemos acordado algo, debes esperar... — murmuró con la voz apacible.
— no te desharas de mi Lysandro, te lo advertí — señaló ella
— Márchate ahora... Porque no respondo sobre mis actos — amenazó con un tono que Juliette nunca había escuchado y la hizo sentirse intimidada. Llevo su mano de nuevo al vientre y lo sobo.
— no... Tú deberás responder por tus actos... — sentenció antes de darse vuelta y marcharse.
Lysandro volteo con Juliette y la miro extrañado de que se sobara — ¿Te hizo algo? — pregunto preocupado. Ella negó con la cabeza.
— Solo... Me asustó tu reacción — murmuró sonrojandose.
— lo siento... Ella me hizo perder los estribos — se acercó a besar sus manos quitándolas con cuidado del vientre de ella. — ¿Qué sucede? Estas extraña — susurro para que no escuchara Leigh, quien se había alejado para saludar a su sobrino.
— Estoy en cinta... — murmuró Juliette sin verlo y con la cara totalmente roja. Lysandro sonrió y empezó a reír nervioso.
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Es corto, lo sé.
Mañana subiré otra parte. Estoy investigando referencias.
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