Capítulo 6

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JiMin vio como YoonGi comía otro cubito de queso de la bandeja que había dejado sobre la mesita de centro hace varios minutos. Tomó un nuevo sorbo de su copa de vino y volvió a mirar los protectores en los bordes del cristal en la mesita.

—Entonces —YoonGi habló después de haberse mantenido en silencio todo el rato—, ¿vas a contarme lo que pasó luego de que... desapareciste?

JiMin se removió en su lado del sofá y se encogió ligeramente de hombros.

—¿Creí que ya te lo había contado? Cuando les dije a mis padres que estaba en cinta y mi alfa no se haría cargo, simplemente me echaron de casa. —YoonGi hizo un bajo sonido inconforme con su garganta, JiMin fingió no escucharle—. Me quedé solo después de eso, sabes que mi familia no era un gran fan mío. Siempre he sido demasiado liberal para ellos; muy poco tradicional para su gusto.

—Recuerdo eso, siempre pensé que eran unos imbéciles. —YoonGi le miró a los ojos y JiMin vio la sinceridad en ellos. Asintió de acuerdo con sus palabras—. Sin embargo, me refería a qué fue de ti después de eso, ¿cómo llegaste a donde estás ahora? ¿Cómo lo lograste a pesar de que tenías un bebé al que cuidar?

—Sabes que nunca fui un cobarde —"hasta ti", pensó con amargura—, nunca me dio miedo luchar por lo que quería. Aunque debo admitir que tuve un poco de ayuda en su momento. —Sonrió recordando con cariño y cierta nostalgia aquellos días.

—¿Ayuda?

—Uh-ju, recuerdo que alquilé un pequeño departamento con mis ahorros, el lugar era como una caja de zapatos. Solo había una habitación, un pequeño baño, un mini, en serio mini salón y una pequeña cocina que a la vez servía de comedor. —Rio recordando lo desastroso que fue todo en un principio—. Conseguí un trabajo de cajero en un súper mercado cerca de mi edificio no mucho después, lo cual fue bueno, porque me ahorraba lo del transporte y en aquel entonces cada moneda contaba.

—No quiero imaginar cuan difícil fue para ti. Cómo debiste sentirte tú solo a la espera de un bebé. —La mirada se YoonGi oscureció y una mueca mortificada cubrió su rostro—. Lo lamento tanto, JiMin.

Él se encogió de hombros y acarició el borde de su copa con su dedo índice.

—Son cosas que pasan, supongo. —Hizo un ademán quitándole peso al asunto, no es como que pudieran hacer algo ahora, así que ya no importaba... tanto—. El día que me mudé conocí a la Señora Hye, era de lo más encantadora, lo juro, era súper animada y jovial a pesar de su edad.

JiMin rio recordando a la muy parlanchina Señora Hye, ella aligeró muchísimo sus días en aquel entonces.

—Yo estaba allí cargando con esfuerzo lo poco que pude recuperar de casa de mis padres y ella simplemente se me acercó y me ofreció ayuda. —Negó con la cabeza aún sonriendo—. Me negué inmediatamente porque, vamos, ¿qué ayuda podría darme una tierna anciana?

—Y, ¿qué pasó? —YoonGi preguntó, las comisuras de sus labios curvados en una discreta sonrisa.

—Me dijo que no era ningún problema, luego desapareció y regresó un par de minutos después con un un alfa pelinegro mientras tiraba de su oreja —carcajeó, porque no podía evitar hacerlo cada vez que lo recordaba.

YoonGi rio de igual forma, tal vez imaginándose la escena en su cabeza, o simplemente sintiéndose contagiado por su risa.

—El chico se presentó como Jeon JungKook y a pesar de sus quejas, y que le dijera que no era necesario que me ayudara, él lo hizo.

—Fue muy amable —YoonGi comentó bebiendo de su copa poco después. JiMin asintió y le imitó.

—JungKook puede llegar a ser un idiota, pero un idiota con buen corazón.

—¿Qué pasó luego? Cuando tu panza comenzó a crecer y el embarazo te dificultaba el trabajo.

—En realidad comencé a pensar en ello cuando cumplí los cuatro meses, fue cuando comencé a cuestionarme cosas como: ¿qué haré cuando esté tan hinchado que no pueda moverme? ¿Cuándo de a luz y no pueda trabajar? ¿Cuándo tenga que comprar leche y pañales? ¿Qué haré cuando mi bebé nazca?

Esos pensamientos lo mantuvieron en vela por largas noches en aquel entonces, se le era imposible dormir por la mortificación que lo incierto de su futuro le provocaba.

—Mis ahorros no durarían para siempre, en realidad ya se estaban agotando para entonces. —JiMin se inclinó, tomó dos cubitos de queso y se los metió a la boca, tragándolos antes de continuar—. Siempre fui bueno con eso de la organización y creí que seria bueno si intentaba algo que tuviera que ver con eso. Una noche estaba viendo esta película de la chica que organiza bodas, y se enamora de este tipo que en realidad iba ser su cliente, y la idea llegó a mí.

—Hablas de ¿The Wedding Planner? Mamá ama esa película. —YoonGi arrugó la nariz con diversión.

—Sí, esa misma, "La Experta en Bodas", ¿creo que la protagoniza Jennifer López?

—¿Fue debido a esa película que ahora tienes este trabajo? —YoonGi preguntó con gracia, tomando la botella de vino para rellenar sus copas.

JiMin murmuró un gracias y este sonrió dejando la botella en su lugar otra vez.

—Es curioso, ¿no? —Amplió los ojos graciosamente—. ¿Quién diría que sería tan exitoso?

—Recuerdo que siempre te decía que podías conquistar el mundo si quisieras. —YoonGi le miró con ternura y JiMin desvió la mirada sintiéndose algo cohibido.

—Recuerdo eso, sí.

"Siempre decías que podía conquistar el mundo tan fácilmente como conquisté tu corazón". Bufó, gracias a la diosa que nunca lo intentó. Sí su conquista terminaba como su relación, entonces no hubiera llegado demasiado lejos.

—¿Cómo fue que llegaste a donde estás?

—Bueno, primero se me ocurrió promocionarme a través de las redes sociales, fui a este café que estaba cerca del edificio porque no tenía Internet en casa y allí podía usar el Wi-Fi. Estaba distraído pensando en cómo hacerlo cuando JungKook se me acercó de repente.

—¿Él te ayudó?

—Sí, el jodido es un máster en computación, cuando no está detrás de su cámara entonces tiene la nariz metida en su computador. —Blanqueó los ojos, recordando lo mucho que su actitud le exasperaba a veces—. Siempre le pido ayuda cuando mi ordenador se arruina. La cosa es que él se me acercó y me preguntó por qué parecía tan frustrado, fue raro porque no nos habíamos hablado más que para darnos un buenos días o así, desde el día que me ayudó con la mudanza.

—¿Y se acercó así de repente?

—Él es un poco raro en ocasiones. —Se encogió de hombros ya acostumbrado a la aptitud del menor—. Le conté lo que me pasaba y me ayudó con eso, también me creó mi propia página web, estaba anonadado por su destreza, en especial cuando apareció en mí departamento y me la mostró varios días después, porque no le había pedido que lo hiciera.

—¿La hizo simplemente porque sí? —YoonGi frunció el ceño mirándole extrañado.

—En realidad me dijo que de esa forma parecería más profesional y que la había hecho porque no tenía nada más que hacer —sonrió—. Cuando le pregunté cómo podía pagarle, me dijo que debía darle una ración de las galletas que siempre hacía.

—¿Galletas? —YoonGi preguntó aún más desconcertado.

—Uh-ju, acostumbraba a hacerlas por el embarazo, la señora Hye me recomendó las galletas de jengibre para las nauseas y me resultaba más económicas haciéndolas yo mismo, porque créeme, comía un montón de ellas —comentó con gracia.

—Entonces él quiso que le pagaras con galletas, definitivamente es un chico raro.

JiMin subió las piernas al sofá, se acurrucó contra el reposa brazos a su espalda y tomó un poco más de su copa. La verdad es que siempre pensó que JungKook no quería cobrarle de ninguna forma y que pidió las galletas cuando se cansó de que le insistiera sobre que debía pagarle de alguna manera.

JiMin cree que él lo hizo para ayudarle con el embarazo, porque desde entonces comenzó a pasar a menudo por su departamento y llevaba cosas para el bebé de vez en cuando. Siempre decía que le parecía bonito y pensaba en él cuando las veía, entonces simplemente las compraba.

—JungKook es así —suspiró con una sonrisa.

—Oh... JungKook, ¿él y tu...? —YoonGi preguntó con cautela.

JiMin se carcajeó solo con pensarlo, la gente siempre tendía a confundirlos.

—Diosa, no. JungKook es como mi otro bebé, puede llegar a ser tan mimado como el propio HaNeul, te lo aseguro. —Negó con la cabeza.

—Lo siento, es que hablas de él tan cariñosamente que... —YoonGi se encogió de hombros y JiMin le dijo que no importaba—. En todo caso, me alegro que tuvieras a alguien que te ayudara.

JiMin asintió mientras veía a YoonGi tomar el resto del contenido en su copa y luego volver a llenarla, ofreciendo la suya cuando este le ofreció hacer lo mismo con la suya, la cual en realidad aún tenía un poco.

—Las cosas comenzaron a fluir moderadamente bien con el negocio, comencé a tener algunos clientes aquí y allá, aunque nada demasiado importante.

—Entonces, ¿cuándo tomo el verdadero impulso? —YoonGi preguntó, tomando algunos de los cubitos de queso que ya comenzaban a acabarse.

—Eso fue después del nacimiento de HaNeul, creo que tenía unos, ¿siete meses? Estaba en la parada del autobús esperando a que llegara para volver a casa, HaNeul se estaba quedando con la Señora Hye. —Entornó los ojos cuando un repentino recuerdo llegó a su cabeza—. Esa mujer no dejaba de malcriarlo, le daba todo lo que quería, se encariñó muchísimo con él.

—Eso es lindo. —JiMin bufó, sacándole una sonrisa al alfa, quien en algún momento se había arrastrado más cerca de él.

—Como te decía, estaba esperando el autobús cuando esta Señora llegó con su agrio olor a tristeza y se sentó allí. Realmente me preocupó, aún más porque por la ropa que llevaba se veía que era de una buena posición. —JiMin parpadeó cuando su vista se desenfocó por un momento, el vino comenzaba a subirsele a la cabeza, lo que no era sorprendente, hacia tiempo que no tomaba alcohol—. Creí que le habían robado o algo así.

—Nunca has podido ver a nadie triste, tienes un corazón demasiado grande. —YoonGi extendió la mano y le apartó el pelo de la frente, JiMin se removió algo incómodo, pero no hizo nada para impedírselo mientras se sonrojaba—. Demasiado bueno. —Acarició su rojiza mejilla con el pulgar.

JiMin se sintió nostálgico, porque ese era un gesto que solía hacer muy menudo cuando estaban juntos. Se permitió a sí mismo beber del momento.

—Resultó que estaba haciéndole una fiesta a su nieta que cumplía sus dieciocho años y al parecer los del bufet habían confundido las fechas.

—Oh, eso es bastante malo. Me pasó algo igual una vez en la que hice una reunión. Fue un jodido caos. —YoonGi blanqueó los ojos y dejó caer la mano en su rodilla, donde comenzó a acariciar distraídamente.

JiMin inhaló algo pesado y se obligó a ignorar el gesto.

—En ese momento recordé que había estado hablando con JungKook diez minutos antes, él se quejaba del mal humor de su jefe porque le habían cancelado una orden a último momento y se echaría a perder todo el pedido. JungKook trabajaba en un bufet, por cierto.

—Oh, ¿No es eso oportuno? —YoonGi bebió un trago de su vino y JiMin se encontró a sí mismo siguiendo el movimiento de su garganta.

Se relamió los labios y asintió, mirándole a los ojos.

—¿Mi día de suerte, tal vez? La cosa es que, le ofrecí mi ayuda y llamé a JungKook. Él habló con su jefe que para entonces no podía estar mas contento, llevaron todo hasta la dirección que me dio la Señora. —Parpadeó desviando la mirada y dejándola en la mano que el mayor tenía sobre su rodilla—. Sin embargo, eso no era todo.

—¿Más problemas? —YoonGi preguntó con un tono bajo y ronco, uno que sonó tan íntimo que le hizo estremecer.

—Hum... ella necesitaba algunas flores también, por suerte la mamá se JungKook tiene una floristería y la llamé para preguntarle qué tan rápido podía hacer veinte centros de mesa. —Rio porque recuerda que esta le había acusado de estar loco—. Al final lo logró y también llevó el pedido hasta la casa de la Señora.

—Me imagino lo aliviada que ella debió estar.

—Ella lo estuvo. —Asintió y antes de darse cuenta había llevado su mano hasta la de el mayor, quien entrelazó sus dedos—. La Señora me pagó por la ayuda y también a los otros, obviamente. Le ofrecí mi tarjeta de presentación y ella me recomendó con sus amistades. —Sonrió volviendo a mirar a los ojos del alfa—, Me comenzaron a contratar para eventos más grandes y fue así como conocí a HoSeok.

YoonGi arrugó el ceño ante la mención de este e hizo una mueca.

—¿Es así?

—Ajá, él me contrató para organizar un evento que daría como celebración de un nuevo contrato que acababa de realizar su empresa. El pobre estaba desesperado, su asistente personal estaba de licencia por parto y su secretaria había renunciado.

—Rayos, eso es una mierda. —YoonGi hizo una mueca sintiendo algo de empatía por el hombre a pesar de todo.

—La tipa le desorganizó toda su agenda antes de hacerlo porque HoSeok la rechazó cuando esta se le ofreció para tener sexo. —JiMin hizo una clara mueca de "¿Puedes creerlo?" Y YoonGi rio.

—La gente está loca, Minnie.

—Lo está, sí —suspiró—. Después de eso HoSeok me sirvió como puente para conseguir clientes de mayor renombre y poco a poco, con esfuerzo y algo de ayuda de por medio, llegué a donde estoy ahora.

—Siempre haz sido un luchador —YoonGi le dijo.

JiMin tomó una profunda respiración, porque repentinamente YoonGi estaba inclinado sobre él y un poco muy demasiado cerca de su rostro.

—Sigues siendo tan hermoso como la última vez —él murmuró.

JiMin jadeó cuando este pasó su pulgar por su labio inferior.

—Y-YoonGi...

—Joder, JiMin, ¿estás entrando en celo? Porque hueles malditamente delicioso. —Como para enfatizar sus palabras, YoonGi tomó una profunda inhalación y luego ronroneó—. Sabes que nunca he podido resistirme a tu olor y has estado matándome todo el día —susurró con un tono terriblemente sexual.

—Aún falta poco más de una semana para que me llegue —murmuró mirando los oscurecidos y profundos ojos. Se removió algo incómodo y se estremeció.

—Puedo olerte, ¿sabes? Justo ahora huelo como te estás humedeciendo mientras te miró; mientras te hablo —YoonGi gruñó por lo bajo, acercándose un par de centímetros más.

—No —medio gimió, porque aunque estúpidamente deseara lo que YoonGi quería hacer, aún sabía que estaba terriblemente mal.

—Sí —YoonGi gruñó y aplastó su boca contra la suya.

JiMin gimió y se sostuvo con su mano libre del hombro del mayor, sosteniendo con más fuerza la copa en su otra mano.

Oh joder, era tan bueno.

JiMin abrió la boca cuando YoonGi pasó su lengua a lo largo de su labio inferior, segundos después este la internó dentro de su cavidad. JiMin gimió de pura necesidad y YoonGi soltó un pequeño rugido dentro del beso. Sus lenguas apenas se deslizaron juntas, cuando escucharon que la puerta delantera se abría.

—¡Minnie, ya llegue! —JiMin se echó hacia atrás y miró horrorizado al mayor por lo que acababa de hacer.

YoonGi tomó distancia, su rostro oscureciendo mientras miraba hacia la entrada donde un quejumbroso JungKook hizo aparición.

—No vas a creerlo, mamá volvió a... oh. —El menor se quedó quieto en su lugar y miró lentamente de uno al otro—. Eh... ¿hola, buenas noches? No sabía que tendrías visitas, JiMinnie.

JiMin se puso de pie y se acercó al menor, sonriendo nerviosamente en su dirección.

—Hey, JungKook, ¿creí que te quedarías con tú mamá? —JungKook puso sus ojos en él y gimió.

—Me volvió a echar, todo por el estúpido de YuGyeom.

—¿Tu hermano? ¿Qué tiene él que ver?

—Puede que sí y puede que no haya olvidado ir a buscarlo al aeropuerto hoy. —Sonrió culpable, deslizando sus ojos nuevamente hacia el otro alfa—, Pero podemos hablar de eso después, uh, disculpa pero ¿quién eres?

JiMin se giró y miró nerviosamente hacia el alfa mayor, quien se puso lentamente de pie y se acercó un poco hasta ellos. Colocando descaradamente su palma en la parte baja de su espalda. JiMin tembló y JungKook le miró con una ceja alzada.

—Mucho gusto —YoonGi le tendió una mano y JungKook la tomó—, soy Min YoonGi.

—Perdón, ¿cómo dijiste? —JungKook le miró con sus grandes y acusadores ojos, soltando la mano del mayor, y JiMin se removió mordiéndose el labio.

—JungKook, este es YoonGi, el papá de HaNeul. Él está aquí porque nos trajo a ambos a casa después de que pasamos el día con él —explicó casi atropelladamente.

JungKook miró más allá de él hacia las copas que se habían apresurado a dejar sobre la mesita de centro junto a la botella de vino y el plato que aún tenía algunos cubitos de queso, luego volvió a mirarlo alzando ambas cejas.

—Ajá —declaró con clara incredulidad, JiMin le miró rogando porque no dijera nada imprudente—. Como sea, yo iré a tomar un baño porque estoy realmente cansado. Fue un placer señor Min, pero pasaré a retirarme.

—Igualmente. —YoonGi asintió y ambos miraron al menor subir las escaleras.

—¿Él vive con ustedes? —YoonGi frunció el ceño como si la sola idea le molestara.

—No, él no vive con nosotros, es solo que a veces se queda aquí. —Se encogió de hombros, no sabía a ciencia cierta por qué demonios se estaba explicando—. Yo, YoonGi es tarde, tal vez deberías irte, no creo que sea prudente que andes tan tarde en la calle.

YoonGi se limitó a mirarlo durante largos segundos, hasta que simplemente asintió y comenzó a recoger sus cosas para retirarse. Una vez hecho, JiMin le acompañó hasta la puerta.

—Fue un lindo día, me gustaría poder seguir viendo a HaNeul a lo largo de la semana, ¿te parece eso bien? —YoonGi preguntó una vez fuera de su casa. JiMin asintió.

—Por mí no hay problema. —Tragó ruidosamente—. En cuanto lo que pasó hace rato... te agradecería si lo olvidaras, borralo de tu mente. ¿sí? Esto nunca pasó.

—Sería lo más prudente —el alfa Concordó.

—Lo seria, sí.

Ello no dijeron nada más por un largo rato. Luego YoonGi suspiró pesadamente y se paso una mano por el pelo.

—Buenas noches, JiMin, duerme bien y... lamento los inconvenientes. —JiMin asintió bruscamente.

—Lo mismo digo —contestó y YoonGi finalmente se fue.

JiMin cerró la puerta y apoyó la frente contra esta.

"¿Qué jodida mierda había hecho?"

🦁🦁🦁

La semana pasó volando, YoonGi siguió visitando a HaNeul casi todos los días, a su vez evitaba quedarse solo con JiMin, especialmente en espacios cerrados.

No es como que fuera muy difícil tampoco, después de todo, el menor apenas y le miraba. Tampoco hablaban mucho, solo le decía algunas cosas respecto a los preparativos de su boda (que YoonGi le había dicho que se lo dejara a TaeHyung ) y no le dirigía la palabra a menos que fuera estrictamente necesario.

Miró el tablero que anunciaban los vuelos que iban a despegar o arribar respectivamente, eran las cinco de la mañana y estaba esperando a TaeHyung quién llegaría en cualquier momento desde su viaje de New York.

YoonGi se sentía como la mierda, porque él realmente no sabe qué demonios le pasó por la cabeza cuando besó al omega. Él odia las infidelidades y definitivamente no quiere comenzar a ser una de esas personas hipócritas y rastreras. Además, TaeHyung no se merece algo como eso, él es una fantástica persona y lo quiere demasiado para hacerlo eso.

"Ahora solo lo quieres, ¿ya no lo amas?"

YoonGi entornó los ojos, cómo si ya no estuviera lo suficientemente mortificado por la estupidez que había hecho. No, por supuesto, su león siempre estaría ahí para hacerlo aún más miserable.

"¿Por qué cada vez que das señales de vida solo lo haces para decir pura mierda? ¿No puedes simplemente quedarte dónde estás?" Gruñó hacia su León.

"Sabes que no soportaré esto para siempre", su león pareció resoplar con frustración, "estoy muriendo lentamente, ¿qué harás cuando no me queden fuerzas?"

"Sí dejaras de ser tan terco y aferrarte a... a él, no estaríamos en esta situación".

"¿He sido yo el terco? ¿De verdad lo crees? ¿A caso haz olvidado debido a quién él no está con nosotros?"

"Nos abandonó".

"Ya explicó sus razones, sabes que ha sido tu culpa".

"Y sin embargo, no fue la mejor decisión que pudo haber tomado", YoonGi se estrujó el ojo derecho con su puño y suspiró. "Si tan solo me lo hubiera dicho..."

"Si tan solo le hubieras dado la seguridad que él necesitaba", atacó, "si tan solo le hubieras brindado la confianza que necesitaba".

YoonGi gruñó, el sonido retumbando tan fuerte que algunas de las personas a su lado se sobresaltaron y le miraron con cautela, hubo una chica que incluso se alejó.

"Y, ¿tú crees que no lo hice?"

"Pues sinceramente no estoy seguro, porque entonces, ¿por qué las cosas terminaron como están?"

Su ñeón pareció dar el tema por sanjado, porque YoonGi dejó de sentirlo. Resopló con frustración, odiaba con el alma cuando hacia eso, siempre le dejaba con la palabra en la boca, o el pensamiento más bien.

—¡YoonGi, amor! —YoonGi parpadeó y trastabilló un poco cuando un cuerpo se le lanzó encima, recobrando el equilibro un segundo antes de que su culo fuera a dar contra el suelo—. Te extrañe un montón.

—TaeTae. —Suspiró, envolviendo el delgado pero duro cuerpo entre sus brazos—. También te extrañé, por favor no vuelvas a dejarme. —Lo levantó unos centímetros del suelo y enterró su nariz en el cuello de este.

"Por mí salud mental, por favor no lo hagas".

—Aww... Yoonnie, de verdad me extrañaste tanto. —TaeHyung envolvió sus brazos en su cuello y lo jaló para unir sus labios en un lento, húmedo y complaciente beso—. Estoy deseando llegar a casa, no tienes idea de lo caliente que estoy, hyung. —Él atrapó su labio inferior entre sus dientes y lo chupó un poco.

El pene de YoonGi se tensó en sus pantalones ante el tono coqueto y ronco que el menor usó. Y aunque no quisiera admitirlo, muy en el fondo se sintió aliviado de ello, porque para ser sincero consigo mismo, por un segundo temió no reaccionar ante él.

—También te deseo, te deseo tanto. —Y atacó su boca una vez más; cuando se separó, ambos jadeaban en busca de aliento—. Vamos a casa Tae.

TaeHyung le dio su peculiar y encantadora sonrisa antes de asentir y alejarse varios pasos para tomar nuevamente su maleta. YoonGi se las quitó y las llevó en su lugar.

—Vamos.

YoonGi pensó, mientras salia de aquel aeropuerto y veía el Alba iluminar el cielo, que no podía retrasarlo más. Debía hablar las cosas con TaeHyung cuanto antes.

🦁🦁🦁

Stars_Saturn.

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