Capítulo 3

—JiMin, habla YoonGi. —Éste guardó silencio durante varios segundos, YoonGi aguardó pacientemente.

—¿YoonGi-ssi?, ¿pasó algo?, creí que hablaríamos hasta la siguiente semana. —YoonGi apretó los labios por la incomodidad que generó en su león ante el tono impersonal del omega.

—La verdad no te estoy llamando por eso, sino porque me gustaría que nos viéramos para almorzar.

—¿Justo hoy? —JiMin hizo un ruido inconforme—. No creo tener tiempo, lo lamento mucho.

—Quiero que hablemos de HaNeul, es en su hora de almuerzo. Estoy seguro de que incluso tú te tomas ese tiempo libre. —YoonGi chasqueó la lengua.

—Señor Min, realmente no...

—Nos veremos en media hora, te mandaré la dirección del restaurante por mensaje —le interrumpió.

—YoonGi...

—JiMin, no juegues con mi paciencia, nos vemos dentro de poco. —Colgó.

YoonGi gruñó ante la evasiva actitud del menor, él quería hablar sobre su hijo y JiMin había acordado que le incluiría en su vida. Mandó la dirección del restaurante por correo, después de todo, no tenía su número de teléfono personal.

Debían arreglar eso si es que querían mantenerse en contacto, debido a HaNeul por supuesto. Se puso de pie y salió de su oficina para ponerse en marcha. Aún se sentía algo aturdido por el choque que sintió cuando se encontró con JiMin el día anterior.

El omega seguía tan hermoso como siempre, incluso podía jurar que aún más. YoonGi aún recordaba su tiempo juntos, la actitud del menor, sus sonrisas, su cara de sueño cuando despertaba en sus brazos después de hacerle el amor.

Oh, eso era otra cosa, YoonGi podía recordar a la perfección el rostro del menor cuando le daba placer, el sonido de sus gloriosos gemidos, como su cuerpo se balanceaba y retorcía contra el suyo, su voz cuando llamaba su nombre en medio de su placer. Podía recordar todo casi como si reprodujera una película en su cabeza.

Sí se concentraba lo suficiente, incluso podría sentirlo, podría olerlo, escucharlo. Sacudió su cabeza volviendo en sí cuando sintió un tirón en su pene, debía concentrarse, él está con TaeHyung, se casaría con el omega.

Este era demasiado bueno y hermosos para que lo traicionara de esta forma, incluso si solo fueran pensamientos. Incluso si esos pensamientos involucraban a su omega, a su destinado.

"¿Por qué nos lastimas de esta forma?"

YoonGi abrió los ojos, impactado de que su león le dirigiera la palabra después de años de silencio.

"No nos estoy haciendo nada, fue él quien nos dejó".

"Pero ya explicó sus motivos, estás siendo un imbécil".

"Él nos mintió, pudo decirme la verdad y nada de esto hubiera pasado".

"Esto es tú culpa, sino te hubieras comportado como el idiota que eres, él aún estaría con nosotros. Estaríamos juntos, con nuestro cachorro".

"Ya es tarde para eso".

"Nunca es tarde".

YoonGi gruñó y apretó el volante entre sus manos hasta que sus dedos se pusieron blancos. Su alfa era un iluso si pensaba de esa forma, él ya tenía a alguien más, lo suyo con JiMin es pasado, ahora lo único que le importaba de él, era su hijo.

"Sí solo vas a decir tonterías, entonces mantente tan callado como lo estuviste todos estos años". Su león no contestó, así que YoonGi dio la conversación por terminada.

Una vez llegó al restaurante, estacionó su auto y se acercó a recepción donde le guiaron a una mesa. YoonGi era frecuente allí, así que tenía privilegios, por lo que tendría una mesa libre, aunque no haya hecho una reservación con anterioridad.

—Por favor llámenos cuando esté listo, señor Min. —YoonGi asintió e hizo un ademán con su mano.

—Lo haré; cuando mi acompañante llegue hágalo llegar hasta aquí, por favor. —El beta asintió y se despidió con una reverencia una vez le dio el nombre de JiMin.

El menor llegó alrededor de diez minutos después, YoonGi vio como este era guiado por el recepcionista hasta él. Suspiró al ver su elegante caminar, de alguna forma, JiMin siempre parecía andar en algún tipo de pasarela, con pasos firmes, decididos y elegantes.

Sonrió al recordar que esta fue una de las cosas que le llamó la atención de él; al principio pensó que el menor lo hacía a propósito para llamar la atención de las personas a su alrededor. Con el tiempo, se dio cuenta de que no era así y que esa era simplemente la forma en que él caminaba.

—Señor Park. —YoonGi se puso de pie y sonrió irónico hacia este una vez JiMin llegó hasta su mesa.

—Señor Min —JiMin le gruñó, YoonGi no disimuló la divertida sonrisa que esto le sacó.

Se acercó hasta él y sacó la silla para que se sentara. JiMin le blanqueó los ojos antes de tomar asiento. YoonGi lo hizo a propósito, sabiendo cuanto odiaba el menor que le dieran este tipo de trato.

—Le agradecería de corazón que la próxima vez que usted quiera reunirse conmigo, me avise con antelación. —JiMin le lanzó una mordaz mirada una vez estuvo sentado frente a él—. Soy una persona bastante ocupada y no tengo tiempo para reunirme con usted cuando se le antoje.

—Lo tendré en cuenta, señor Park. —JiMin bufó y YoonGi hizo un ademán con su mano para llamar a algún camarero—. ¿Desea tomar algo?

—Algo de jugo estará bien. —YoonGi arqueó una ceja.

—¿No desea algo de vino? —JiMin revoloteó los ojos y suspiró. YoonGi apretó los labios, le hacía tanta gracia.

—No gracias, no suelo tomar tan temprano, además debo ir por HaNeul luego. Recuerde que soy padre, señor Min.

—¿Cómo olvidarlo?

— Buenas tardes, caballeros. —El camarero, que era en realidad una chica, les entregó la carta de bebidas—. ¿Desean que vuelva después en lo que deciden qué ordenar o lo harán de inmediato?

—Por ahora solo tomaremos una bebida, ¿podría traer un poco de jugo para...?

—Voy a querer un jugo frambuesa y ¿podrían ponerle un poco de limón por favor?, gracias. —JiMin sonrió hacia la camarera cuando esta asintió—. Soy capaz de pedir por mí mismo, señor Min —dijo con un tono despectivo.

YoonGi sonrió, el menor seguía tan testarudo como siempre.

—¿Y usted, señor?, ¿qué va a querer? —YoonGi no se perdió el tono coqueto con el que esta le preguntó.

—Deme lo mismo que al señorito, por favor. —YoonGi miró directamente a JiMin cuando respondió. El menor miraba a la chica con una mueca. Miró a la chica y le sonrió entregándole las cartas de las bebidas.

—En seguida lo traigo. —La chica batió las pestañas y se retiró con un casi exagerado balanceo de cadera.

—Definitivamente algunas personas no tienen ningún sentido del decoro. —JiMin le dio una despectiva mirada a la chica y luego lo miró a él—. Y por si se pregunta, lo digo por ambos, debería comportarse mejor señor Min. Le recuerdo que está a nada de casarse.

—No he hecho nada malo que yo sepa. —JiMin bufó.

—¿Sabe, señor Min?, realmente no cuento con su tiempo, así que si sería tan amable decirme por lo que llamó, le estaría muy agradecido. —JiMin se recostó sobre el respaldar se su silla y cruzó las piernas.

—Si así lo prefiere. —YoonGi estuvo a punto de hablar, pero la chica volvió con sus bebidas.

Ella siguió con su coqueteo, la verdad YoonGi tenía ganas de reír, pero le siguió la corriente solo por ver el rostro ofuscado del menor. JiMin siempre odió que los omegas se comportaran de esa forma, él siempre dijo que era debido a esto que muchos alfas y betas los veían como objetos.

—Quería que cuadráramos los días en los que podría visitar a HaNeul —YoonGi continuó una vez la omega se fue dejándoles el nuevo menú, esta vez de la comida.

—Entiendo. —JiMin abrió la carta y comenzó a ojear distraídamente lo que había en ella—. Quizás podría verlo los fines de semana, ¿qué le parece? —JiMin le miró a los ojos.

YoonGi asintió de acuerdo, le parecía una buena idea. Solo tendría que dejar de cuadrar citas en esos días de ahora en adelante, no le molestaba, después de todo, lo hacía de vez en cuando por TaeHyung.

—Me parece bien por ahora. —YoonGi tamborileó los dedos sobre la mesa y con su otra mano tomó un poco del jugo—. No quiero abrumarlo con mi repentina presencia, no me gustaría que se asustara.

—No creo que lo haga. —JiMin hizo una mueca y asintió para sí mismo, cerrando el menú, al parecer había decidido qué comer—. HaNeul es bastante sociable y... le cayó bien, así que... —JiMin se encogió de hombros; YoonGi suspiró.

—JiMin, ¿podemos por favor dejar de tratarnos de usted?, nos conocemos hace mucho y bastante bien diría yo.

JiMin se enderezó en su silla y se tensó, dándole una dura mirada.

—Le agradecería, señor Min, que midiera sus palabras. —YoonGi asintió, sabiendo que había ido un poco demasiado lejos con su comentario—. En cuanto a lo otro, no creo que sea prudente.

—JiMin.

—Señor Min, por favor.

—Tenemos un hijo, ¿No nos hace eso...?

—Y es lo único que nos une —JiMin le interrumpió—. En cuanto a sus visitas, podrá comenzar a frecuentarlo cuando quiera, siempre y cuando esté yo presente, por supuesto.

—Y, ¿eso por qué?, ¿no me crees capaz de cuidar a mi propio hijo? —YoonGi frunció el ceño.

—No lo digo por eso.

—Entonces, ¿por qué?, ¿crees que dejaría que le sucediera algo?

—Señor Min...

—JiMin.

—Mira YoonGi, estoy tratando con todas mis fuerzas de cooperar en cuanto a eso. —JiMin hundió sus hombros, de repente pareciendo derrotado—. No insinúo que no puedas cuidar a HaNeul; sin embargo, ni siquiera estoy seguro de que sepas algo sobre niños, ¿o lo sabes?

—No mucho en realidad. —YoonGi hizo una mueca—. Pero no creo que sea muy difícil, HaNeul ya no es un bebé. —JiMin le sonrió con ironía.

—Y sin embargo aún es muy pequeño, solo tiene cinco años y a pesar de que es bastante bien portado, como el niño que es, también tiene sus momentos. —JiMin negó con la cabeza—. En teoría, cuidar un niño de su edad no es demasiado "complicado", pero a veces resulta que sí lo es y si no sabes bien cómo manejarlo, las cosas pueden que no resulten muy bien, ¿entiende?

—Eso creo. —YoonGi asintió de acuerdo con el menor, en realidad tenía un buen punto.

—Además, perdona si te ofende, pero no confío demasiado en ti cuidando de mí bebé. —YoonGi se tensó y JiMin hizo un ademán con la mano—. No es nada personal, en realidad no confío en nadie para dejarle a mí bebé.

—Pues no me pareció eso ayer cuando fácilmente le dejaste con ese alfa. —YoonGi gruñó involuntariamente.

—Lo conozco desde hace años, prácticamente desde que HaNeul nació.

—Me conoces desde mucho antes y aún más, soy su padre, JiMin. —Este negó.

—Te enteraste hace un día y hace años ni siquiera lo quisiste.

—No me dijiste que estabas en cinta, JiMin. Esto no ha sido solo mi culpa. —YoonGi se inclinó sobre la mesa y vio directamente a los ojos del menor—. Era joven entonces, a punto de terminar mi carrera, era obvio que no querría un bebé entonces.

—Yo también era joven, estaba a mitad de mí carrera. —JiMin le devolvió una fiera mirada.

—No me lo dijiste —siseó.

—Pues discúlpame, te recuerdo una vez más, era joven y estaba en cinta, perdóname por estar asustado —gruñó—. Aún más, perdóname por actuar como lo hice cuando le pregunté a mí alfa, a mí compañero y supuesto destinado, el qué haría si tuviéramos un bebé y este me respondiera que él no quería más que divertirse.

YoonGi se echó hacia atrás en su silla, impactado por todo el veneno con el que el omega soltó esas palabras, ¿supuesto destinado?, ¿acaso lo dudó?

—Eres mi destinado, JiMin, ¿alguna vez lo has dudado? —Dijo con voz suave, éste se encogió de hombros y tomó un sorbo de su jugo.

—Lo era YoonGi, una vez lo fui. Ahora solo somos dos personas a las cuales lo único que los vincula, es el lazo de padres. —JiMin agachó la mira por primera vez desde que llegó—. Y hasta ayer, ni siquiera eso; ni siquiera eso nos unirá.

—¿Qué quieres decir?

—YoonGi, ¿de verdad crees que no sabía de ti en todo éste tiempo?, ¿qué no sabía cómo contactarte? —JiMin sonrió algo irónico; YoonGi le miró incrédulo, no queriendo aceptar lo que él insinuaba—. No quería que supieras de HaNeul, sí hubiera sido por mí, no te hubieras enterado nunca.

—Debes estar bromeando.

—No lo hago, sé que fue egoísta de mí parte, pero desde hace años fuimos HaNeul y yo contra él mundo, y quería que se mantuviera así. —JiMin parpadeó con la mirada turbia, como si estuviera recordando algo bastante doloroso—. Me quedé solo, YoonGi, todo el mundo me dio la espalda, mi familia, mis amigos.

—Eso no es cierto, TaeHyung era tú amigo, él...

—TaeHyung no era una opción, no digo que no me hubiera ayudado si se lo hubiese pedido — JiMin carraspeó—, apenas iniciaba con su carrera de modelaje, estaba comenzando a ser reconocido y a abrirse puertas.

—Pero aun así, estoy seguro que él hubiera...

—YoonGi, ¿por qué dejaría que mi mejor amigo se hiciera cargo de mí bebé, si ni mi alfa quiso hacerlo?

—JiMin.

—Está bien. Estoy, quiero decir; estamos bien ahora. —JiMin sonrió—. Y tal vez fue lo mejor, sino, ¿crees que estarían donde están en este momento?, las cosas siempre suceden por algo.

—Supongo que sí. —YoonGi guardó silencio y meditó todo con calma.

Parpadeó aturdido cuando se encontró con la misma omega que los ha estado atendiendo desde un principio preguntándole qué iban a pedir. Ambos hicieron su orden y volvieron a quedar solos. YoonGi suspiró y miró a JiMin con un profundo anhelo que obligó a retroceder.

—Lo siento, JiMin. Por todo. —JiMin sonrió débilmente.

—Sí, yo también lo siento.

—¡Park HaNeul!, ¡¿qué te he dicho de correr por las escaleras?!

—¡Lo siento!

JiMin negó con la cabeza y luego sonrió, su bebé era demasiado hiperactivo en ocasiones. Volvió a entrar en la cocina y destapó la olla en la estufa para remover su contenido. Se fijó en que este ya casi estaba, solo le faltaba reducir un poco más.

Se acercó a la olla arrocera y comenzó a servir el arroz en unos cuencos que había preparado antes de salir a regañar a HaNeul. Llevó los cuencos al comedor donde ya estaban algunos platos con vegetales y ensalada.

—¿Ya está todo, papi? —HaNeul entró en la sala y tomó asiento en su silla.

—Ya casi, mi amor. —JiMin besó la mejilla de su hermoso bebé y regresó a la cocina para sacar las papas rellenas del horno.

—Tengo un montón de hambre, ¿puedo ir comiendo ya? —HaNeul preguntó cuando volvió a entrar al comedor. JiMin rio por la impaciencia de su hambriento cachorro.

—Sirvo la carne y ya empezamos. —Una vez todo listo, JiMin sirvió una pequeña porción de cada cosa a su niño y a sí mismo antes de tomar asiento—. Buen provecho, mi amor.

—Buen provecho, papi. —HaNeul se relamió los labios y tomó su cuchara para llevarse una porción de arroz a la boca después de soplar varias veces para que se enfriara—. Rico, rico —celebró, rebotando un poco en su silla una vez probó el pollo.

—Me alegro que te guste cariño. —Le sonrió enternecido por su reacción.

—Papi siempre cocina delicioso, por eso siempre me gusta su comida —JiMin agradeció el halago, aunque consideraba que su bebé exageraba un poco las cosas.

—Jin hyung cocina mejor.

—No, papi cocina mejor —HaNeul negó con convicción.

—Le diré que dijiste eso. —Rio cuando su cachorro abrió los ojos con aparente espanto.

—No, papi, no puedes decirle al tío Jinnie —HaNeul susurró—. Es un secreto, si le dices no me hará el pastel de cumpleaños que le pedí.

—Cierto, cierto. No podemos dejar que eso pase. —JiMin asintió con seriedad—. Pero tengo una condición.

—Haré lo que papi quiera, siempre que no le diga a tío Jinnie.

—Excelente, entonces quiero que comas todas tus verduras sin rechistar.

—Pero papi —quejó el infante.

—¿Tenemos un trato o no? —HaNeul hizo un puchero y asintió, tendiendo su mano. JiMin la tomó y HaNeul la agitó.

—Es un trato papi. —JiMin sonrió y se dedicaron a terminar su cena, como prometió, HaNeul comió todas sus verduras—. ¿Puedo tener otra papa rellena?

—Solo si la comes entera.

—La comeré. —JiMin le sirvió otra papa, asegurándose de que fuera la más pequeña del plato, no convencido de que su bebé realmente fuera a comerla toda—. Amo las papas rellenas, amo el queso.

JiMin río y se puso de pie para comenzar a recoger los platos, pero en eso sonó el timbre de la casa. JiMin se extrañó, pero aún así fue hasta la puerta para abrirla.

—¡Sorpresa! —JiMin se sobresaltó por el repentino grito que soltaron nada más abrió la puerta— . Ya llegó por quien lloraban.

—¿JungKook?, ¿qué demonios haces aquí, mocoso? —JungKook fingió indignación.

JiMin rio y se adelantó para envolver a su menor en un apretado abrazo. El menor le correspondió alzándolo un poco del suelo y besando su mejilla al final. JiMin los llevó a ambos dentro de la casa y JungKook dejó su bolso a un lado del sofá.

—¿Dónde está HaNeul? —JungKook miró curioso alrededor—. Algo huele muy rico aquí, y no estoy hablando de ti, JiMinnie. —JungKook le guiñó un ojo con su habitual coquetería.

JiMin sonrió y le pegó suavemente en el abdomen, JungKook fingió dolor y él rodó los ojos.

—Está terminando su cena. —Entonces se encaminaron hacia el comedor, el omega rio cuando su menor le rodeó la cintura y caminó muy pegado a él.

—Entonces llegué en un buen momento, porque muero de hambre. Vine directamente desde el aeropuerto. ¿Quedó algo para mí, Minnie? —JungKook fingió una voz infantil.

—Sabes que siempre hay. —Entonces entraron al comedor—. HaNeul, a que no sabes quién ha venido de visita.

HaNeul giró en su dirección y lanzó un grito de felicidad nada más vio al azabache tras él, prácticamente saltó de la silla y corrió en su dirección con las manos en alto. JiMin se hizo a un lado y JungKook se agachó para atrapar a su cachorro en brazos.

—Hey campeón, pero miraba nada más que grande estás. —JungKook llenó de besos la pequeña carita del infante, que no dejaba de reír por los mimos que este le daba.

—Kookie hyung, te extrañé mucho. —HaNeul enterró la cabeza en el cuello de este y le olisqueó casi con ansiedad—. Extrañaba tu aroma a galletas.

—¿Es lo único que extrañaste de mí?, me dueles HaNeul, me dueles. —JungKook fingió sentirse herido y HaNeul abrió la boca y negó fervientemente con la cabeza.

—Claro que no, Kookie hyung. También extrañaba jugar contigo, que salgamos a pasear, pasar tiempo juntos. —JungKook sonrió en grande antes las palabras del cachorro y besó su frente.

—Yo también extrañe todo eso, bebé. Ahora me pregunto si me puedes compartir algo de tu comida, el tío Kook muere de hambre.

—Claro que sí, ¿no es así, papi? —HaNeul se giró en su dirección y le miró con grandes ojos.

—Así es, mi amor. Toma asiento JungKook, te serviré algo de comer. —JiMin les dejó acomodándose en el comedor mientras iba a servirle un gran cuenco de arroz al alfa menor.

JungKook siempre comió mucho, bastante en realidad, a JiMin siempre le gustó verlo comer. De alguna forma su omega se sentía satisfecho de ver el apetito voraz que este siempre tenía y el cómo devoraba lo que prepara como si fueran los mejores de los manjares.

Cuando volvió a entrar al comedor, JungKook estaba comiendo una de sus papas rellenas mientras hacía ruiditos de felicidad.

—Wah, extrañaba comer esto. Nadie las hace cono tú, JiMinnie. Ninguna sabe a tanto amor. —JiMin rio y revoloteó los ojos, nunca entendía a qué se refería JungKook cuando decía que su comida sabía a amor.

—Come todo lo que quieras, ya luego puedes tomar un baño y dormir, sino podemos hablar un poco de cómo te fue. —JungKook asintió y JiMin tomó asiento junto a este y HaNeul, dispuesto a hacerle compañía.

—Comeré bien entonces, gracias por la comida. —JungKook tomó una cuchara y comenzó a devorarla.

—Realmente tenías mucha hambre, ¿eh? —JiMin abrió los ojos en grande al ver que este se llevaba cucharada tras cucharada a la boca, JiMin no estaba seguro de si respiraba entre bocados.

—Te dije que moría de hambre. —JungKook habló con la boca llena, JiMin le reprendió con la mirada.

—Kookie hyung es como un dragón. —HaNeul hizo garras con sus manos y rugió.

—No seré un dragón, pero si una feroz pantera. —JungKook dejó que sus ojos resplandecieran, HaNeul soltó un pequeño grito emocionado y aplaudió, él amaba cuando JungKook hacia eso.

—Muy bien, feroz pantera, termine de comer en lo que ducho al principito aquí. —JiMin señaló a su bebé con la barbilla y este rió travieso.

—Quiero ducharme con tío Kook. —HaNeul miró con suplica al alfa.

—No señorito, ya es tarde y debes tomar un baño, vamos arriba. —HaNeul hizo un puchero y le miró con ojos de cachorrito, JiMin no iba a caer en eso—. No me pongas esa cara Park HaNeul, tomarás ese baño ahora.

—Hey, podemos ducharnos juntos mañana ¿Está bien? Obedece a papi, ve. —HaNeul refunfuñó un poco antes de tender los brazos en su dirección.

—Bueno, pero quiero que vayas a darme las buenas noches tío Kook. —JungKook asintió y ellos se dirigieron a las escaleras para ir al baño.

Una vez allí, JiMin puso la bañera a llenar con agua tibia y comenzó a desnudar a su pequeño bebé.

—Hay algo que quiero decirte cariño. —JiMin hizo una mueca, no sabiendo cómo el menor podría tomarse lo que tenía por decirle.

—¿Pasó algo papi?, tú olor está empezando a cambiar. —HaNeul le miraba con su naricita fruncida en incomodidad.

JiMin suspiró y se calmó a sí mismo, era algo que tendría que pasar algún día, hubiera preferido que no, pero no es como que pudiera hacer algo justo ahora.

—¿Recuerdas la vez que me preguntaste por qué tenías un solo papá cuando tus compañeritos tenían dos?

—Sí, recuerdo que me dijiste que papá está en el cielo. —JiMin abrió los ojos en grande, él nunca le dijo eso a su bebé.

—¿Qué?, bebé no, ¿cuándo dije eso?

HaNeul pareció titubear un poco antes de responder.

—Bueno, dijiste que papá estaba lejos y que no lo podría ver —el cachorro dijo suavemente—, una compañera del curso dijo que tenía un tío que también se fue lejos, me dijo que cuando le preguntó a su mami cuando volvería, ella le dijo que donde fue no podía volver y que por eso no podría verlo otra vez.

JiMin guardó silencio esperando que su bebé terminara su relato, lo alzó en brazos y lo metió a la bañera una vez esta tuvo el agua suficiente. Cerró la llave y buscó la barra de jabón y el estropajo para comenzar a lavarlo.

—Mi compañera me dijo que cuando le preguntó a su mami donde quedaba ese lugar, ella le dijo que estaba en el cielo. —HaNeul parpadeó y se mordió el labio mirándole a los ojos—. Tú dijiste que papá estaba lejos y no lo podría ver, así que yo pensé que él también estaba en el cielo, ¿estoy mal?

—Oh, mi amor. —JiMin besó la húmeda mejilla de su cachorro y negó—. No estás exactamente mal, aunque tu papá no está en el cielo, cariño, solo estaba algo lejos de aquí.

JiMin sonrió cuando su bebé abrió la boca formando una casi perfecta "O" y le miró con intensidad.

—Entonces, ¿papá no está en el cielo? —JiMin volvió a negar con la cabeza—. Entonces, ¿dónde está?, ¿por qué no está aquí?, ¿por qué nunca lo he visto?, ¿es porque no me quiere? —Preguntó débilmente al final.

—No cariño, no es por eso. —JiMin paró de refregar la piel de su cachorro durante unos momentos—, Justo de eso quería hablar, por algunas cosa él no había podido conocerte, pero ahora volvió y quiere verte. Pero solo si tú estás de acuerdo, bebé.

HaNeul no dijo nada durante unos segundos, solo miró a sus manitas y juego con sus pulgares. JiMin no sabía qué pensar.

—¿Papi estará bien si digo que quiero conocerlo? —El pequeño le miró con duda.

—Claro que sí bebé, ¿por qué no lo estaría? —HaNeul se encogió de hombros.

—No lo sé, pero el olor de papi cambió cuando habló de ello. —JiMin le miró conmocionado, por lo que se olfateó disimuladamente a sí mismo, dándose cuenta que su pequeño tenía razón.

—Lo siento bebé, no me molestaría que quieras conocerlo —mintió un poco—. Es sólo que me he puesto nervioso porque no sabía como lo tomarías.

—Entonces está bien si lo conozco, ¿verdad? —JiMin asintió con una sonrisa forzada—. ¡Sí!, entonces me encantaría conocerlo, ¿cuándo podré verlo? —HaNeul rebosaba de felicidad.

JiMin se dio cuenta justo en ese momento de cuan egoísta había sido en todo ese tiempo, negándole la oportunidad a su bebé de tener a su otro padre.

— ¿Qué te parece pasado mañana?, será sábado y tu papá dijo que quería que pasaran toda la tarde juntos. —JiMin sonrió ante el gritito de felicidad de su cachorro—. Le hubiera gustado pasar todo el día juntos, pero tiene un compromiso en la mañana.

—No importa, lo que importa es que voy a conocerlo.

HaNeul comenzó a divagar sobre lo genial que sería por fin conocer a su papá, en cómo sería pasar la tarde juntos y en la reacción de sus amiguitos cuando se lo contara.

JiMin miró connostalgia a su pequeño, sintiéndose culpable porque la verdad era que élhubiera deseado que HaNeul nunca le conociera.

Stars_Saturn.

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