Capítulo 27
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Eran exactamente las diez cincuenta y cuatro de la noche y JiMin recién estaba volviendo a casa. Él y HaNeul habían pasado la tarde con JungKook, su bebé aún no estaba del todo sano, aunque ya no tenía fiebre.
Al principio no estaba seguro de sacarle de casa, pero después de que YoonGi le llamara y le contara que había hablado las cosas con TaeHyung; además, de que este le había contado que estaba preocupado porque el omega le había dicho que había encontrado a su compañero pero lo rechazó, JiMin supo que debía ir con JungKook.
El alfa no estaba del todo bien, pero aun así estaba mejor de lo que JiMin había esperado. Claramente estaba triste y herido, pero estaba llevando las cosas bastante bien.
Kook se la pasó jugando con un no muy animado HaNeul, quien al percatarse de la actitud "rara", como él mismo había dicho, del alfa, se había esforzado por llamar su atención.
JiMin había hecho la cena para todos a insistencia del menor, teniendo una seria conversación con él una vez HaNeul se quedó dormido. Kook le había contado sus sentimientos en ese momento, pero también le había asegurado que estaba bien, que durante el celo de TaeHyung sus animales se habían despedido y quedado considerablemente en paz.
JiMin se había sentido más aliviado por la sinceridad en los ojos de este, aunque aún así se aseguraría de tener un ojo sobre él.
Visualizando la farmacia un poco más adelante, giró y se adentró en el vacío estacionamiento. Una suave llovizna caía desde hace unos minutos atrás y por lo nublado que estaba, JiMin estaba seguro que dentro de poco tiempo empeoraría.
Apagó el auto y miró a un durmiente HaNeul en la parte trasera, no tenía paraguas en el coche y no se atrevía a despertar a su pequeño, mucho menos sacarlo a la lluvia.
Dudó en qué hacer, no le agradaba la idea de dejarlo solo encerrado en el auto. Siempre había pensado con desaprobación en las personas que hacían ese tipo de cosas, pero no le quedaba medicina en casa, se había terminado esa mañana y ya su bebé tenía todo el día sin tomar nada.
JiMin no quería que la fiebre le volviera, por lo que al final tomó la decisión de entrar y dejarle allí. Solo sería un minuto.
JiMin no tuvo mucho tiempo para seguir planteándose si ir o no, cuando al mirar hacia el establecimiento, vio cómo comenzaban a cerrar. Se apuró a bajar del auto, cerrando con llave y corriendo hacia el local.
—¡Esperé! ¡Por favor no cierre! —Gritó, llegando a la puerta justo cuando un chico salía junto a la señora que estuvo afuera antes—. Por favor, necesito unas medicinas.
—Señor, como puede ver, ya estamos cerrando —el chico dijo.
—Por favor, se los pido. Mi cachorro está enfermo y no tengo nada que darle en casa —insistió.
La mujer y el chico se miraron durante unos segundos, dudando.
—Señor...
—Por favor —JiMin interrumpió insistente.
—Está bien —la señora finalmente aceptó.
—Gracias, gracias, muchísimas gracias. —JiMin se reverenció, siguiendo a las dos personas dentro del local después de echarle una mirada al auto.
Cinco minutos después, JiMin salía con la bolsa de medicamentos, la señora y el chico se habían quedado cuadrando la caja una vez más antes de cerrar, JiMin se había disculpado diciendo que debía retirarse porque había dejado a su hijo solo en el auto y también le había agradecido una vez más.
Ambos negaron, diciendo que no era problema. Habían resultado ser personas bastante agradables. JiMin abrió la puerta mirando distraídamente dentro de la bolsa y repasando en su mente que realmente no había olvidado nada.
Cuando levantó la cabeza, sintió su estómago hundirse al ver como una persona forzaba la puerta de su auto. Sin siquiera detenerse a pensarlo, JiMin corrió en su dirección y le empujó, la persona, que había resultado ser un hombre, tropezó con sus propios pies y cayó sobre su trasero.
Con el corazón en la garganta, JiMin se apuró a tomar la llave de su bolsillo y ponerla en el contacto de la puerta trasera para intentar sacar a HaNeul.
Ni siquiera logró ingresarla cuando el tipo llegó desde atrás y lo arrastró lejos del vehículo. Para entonces, la ligera llovizna se había convertido en un torrencial en toda regla.
JiMin gritó cuando este le tiró directo al suelo y luego le pateó. Se retorció de dolor y jadeó por la pérdida de aire. No obstante, no se lo permitió por mucho tiempo al percatarse que el tipo, que por el olor debía ser un alfa, recogía las llaves del suelo y se acercaba a abrir la puerta.
Poniéndose de pie y sin pensar en nada más que su pequeño bebé dentro del auto, JiMin se lanzó contra el tipo, intentando alejarle del vehículo.
—Puto omega de mierda —el hombre gruñó, girándose y conectando su puño directo en su nariz.
JiMin calló de espaldas al suelo debido al impacto, su cabeza golpeando dolorosamente contra el pavimento. Por un segundo todo se volvió borroso ante sus ojos, giró sobre su costado gimiendo de impotencia y puro terror.
Parpadeó lentamente hasta que su vista se aclaró, percatándose de que el tipo finalmente había abierto la puerta del auto y se subía en él.
—Por favor —balbuceó—. ¡Por favor, mi bebé!
No estaba seguro de cómo lo hizo, pero se había puesto de pie e interpuesto las manos para que este no lograra cerrar la puerta. Gritó de dolor una vez más, cuando sus dedos fueron dolorosamente aplastados.
—Maldito omega, es solo un auto, ¿acaso quieres morir? —El tipo amenazó, volviendo a abrir la puerta para empujarle fuera de su camino.
JiMin no cedió, forzajeando tanto como puedo mientras intentaba entrar al auto para abrir la puerta trasera. Enfurecido, el tipo se terminó bajando y no dudó antes de volver a golpear su puño esta vez contra su mandíbula.
Le había dolido, pero logró mantenerse en pie, arreglandoselas para conectar su pie en la entrepierna del hombre, quien se dobló sobre sí mismo cubriendo sus partes. Aprovechando aquello, JiMin le empujó a un lado, haciéndole caer.
—Hijo de puta —el alfa gruñó.
JiMin le ignoró, entrando al auto e inclinándose sobre el asiento del conductor, se apresuró a sacar el seguro de la puerta trasera.
Poco después, sintió un agarre en su cabello y como era arrastrado hacía atrás.
—¡Por favor! —JiMin le gritó—. Por favor, mi hij- ¡Ah! —JiMin no pudo terminar sus palabras cuando el tipo acertó dos puñetazos contra su abdomen y lo tiró nuevamente al suelo, donde le dio una dura patada contra su sien.
JiMin sollozó, sus ojos cerrándose contra su voluntad; sin embargo, se obligó a sí mismo a mantener la consciencia. Jadeó adolorido y se recostó en su espalda, las pesadas gotas de lluvia lavando la sangre de la cual no era realmente conciente, en su rostro.
Tosió cuando sintió que se atragantada y volteó la cabeza escupiendo más sangre en el suelo. Cuando se pudo orientar un poco más, JiMin vio cómo el auto iba en reversa, aplastando los medicamentos anteriormente comprados con los neumáticos y luego giraba de frente a la carretera.
—No, no, HaNeul, no —balbuceó, parándose tan rápido como pudo.
En un acto de desesperación y locura, se interpuso entre el auto y la salida del aparcamiento. Afortunadamente, el tipo frenó justo antes de atropellarle. JiMin levanto las manos en su dirección.
—¡Por favor! ¡Mi hijo!
—¡¿Realmente quieres morir, puto?! —El tipo gritó—. ¡Tienes tres segundos para quitarte del medio si no quieres que te atropelle!
—¡Se lo suplico! ¡Mí hijo!
—¡Ya me hartaste maldito omega! —
El hombre se bajó del auto y JiMin pudo ver el arma en su mano, pero ni eso hizo que se moviera del lugar—. ¡Tienes dos segundos para apartarte antes de que te dispare!
—¡Se lo suplico, solo quiero a mí hijo! —Gritó entre el llanto, las lágrimas hace tiempo que se deslizaban de sus ojos—. ¡Solo quiero a mí bebé!
—¡¿De qué mierda hablas?!
—¡Mí hijo! —repitió—. ¡Está en el asiento de atrás! ¡Es todo lo que quiero! ¡Solo déjeme tomarlo, se lo ruego!
El tipo pareció dudar antes de meter medio cuerpo en el auto, al parecer para comprobar lo que decía. Cuando volvió a salir, JiMin contuvo la respiración, asustado de que este no le permitiera ir por él.
—Puedes sacarlo —Este dijo, JiMin suspiró temblorosamente y se apuró a acercarse al vehículo, parando en seco cuando el hombre volvió a apuntar el arma en su dirección—. ¡Alto ahí! Hazlo lentamente y no quieras pasarte de listo.
JiMin asintió bruscamente, acercándose cuidadosamente y luego abriendo la puerta trasera del auto.
—P-Papi —un asustado y lloroso HaNeul le miraba con grandes ojos.
—Está bien, mi amor, papi te sacará —JiMin prometió, desabrochando los cinturones de la silla de su bebé—. Ven aquí, mi cielo.
HaNeul no dudó en rodearle el cuello con los brazos, JiMin tomó la manta que estaba a un lado y lo cubrió torpemente con ella. Cuando salió del auto con su bebé en brazos, el hombre cerró la puerta con fuerza.
Mirándole a él y luego al cubierto HaNeul en sus brazos, el tipo gruñó. Instintivamente, JiMin lo apretó aún más entre sus brazos.
—A un lado. —Él señaló con el arma de fuego.
JiMin se movió hasta la acera, viendo cómo el hombre se subía a su auto y se alejaba rápidamente de allí. Las piernas de JiMin se doblaron bajo su propio peso. Cayó al suelo sin poder evitarlo; sin embargo, mantuvo a HaNeul fuertemente apretado contra su pecho.
Allí, tirado en la acera del desolado aparcamiento, debajo de la torrencial lluvia, JiMin rompió en llanto acompañado de su bebé, quien nervioso y asustado, tampoco pudo evitar comenzar a llorar junto a su papi.
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TaeHyung miró con curiosidad como YoonGi se alejaba a tomar una llamada. Frunciendo el ceño cuando este comenzó a gritar repentinamente a quién sea que estuviera tras la línea.
—¿Hay algo mal? —Su madre preguntó, llamando su atención.
—No estoy seguro —TaeHyung confesó, las personas al rededor comenzaban a mirar al alfa, algunos con intriga y otros con reprobación.
—¿Por qué no vas con él, hijo? —Su padre alentó.
—Disculpen —TaeHyung aceptó y se puso de pie, yendo hasta donde YoonGi.
—¿En cuál estación estás? ¿Están ambos bien? —YoonGi preguntó.
—¿YoonGi? ¿Sucede algo malo?
El alfa levantó la mano, haciéndole una seña de que le diera un minuto, al menos había dejado de gritar.
—Está bien, espérame ahí, estoy yendo para allá.
—¿A dónde irás? ¿Piensas dejarnos a mis padres y a mí aquí solos? —Cuestionó inconforme.
—Discúlpame con ellos, pero es una emergencia. JiMin está en la estación de policía y debo ir por él —YoonGi contestó, caminando en dirección a su mesa.
—¿Por qué está en la estación de policía?
—Porque le asaltaron —contestó.
—Oh, cielos, ¿está bien? —Preguntó preocupado.
—Según él, sí, pero no me convenció del todo, menos cuando dijo que le hicieron pedir que alguien fuera por él —YoonGi dijo justo cuando llegaron a la mesa—. Señores Kim, realmente lo lamento mucho, pero me ha surgido una emergencia y tengo que irme.
—¿Ha pasado algo malo, cariño? —Su madre preguntó.
—Uh, mamá, ¿recuerdas a JiMin, Park JiMin?
—¿JiMinnie?
—Exacto, pues en resumen, hace meses que nos encontramos y ahora mismo está en la estación de policía después de que le asaltaran —explicó rápidamente.
—¿Está él bien? ¿Por qué necesita que YoonGi vaya?
—YoonGi y él, eh... son cercanos desde hace años y por eso le llamó —contestó.
—Disculpen esto, pero realmente debo irme. —YoonGi se reverenció ante sus padres—. Dejaré todo pago antes.
TaeHyung vio con preocupación como este se alejaba a saldar la cuenta. Se lamió los labios nerviosamente y dudó si sentarse o no.
—Mamá, papá...
—Solo ve con él, Tae. No te preocupes por nosotros —su padre alentó.
—Pero...
—Oh, vamos, es JiMinnie. Siempre has sido débil con él —su madre comentó—. Aunque después quiero que me cuentes todo, en especial por qué no me habías dicho que se habían reencontrado.
—Lo prometo —aseguró y dándole un abrazo de despedida a cada uno, siguió a YoonGi al estacionamiento.
—¿Qué haces aquí?
—Iré contigo.
—¿Qué pasa con tus padres?
—Estarán bien, saben cómo volver al departamento y tienen una llave.
—¿Estás seguro de que es buena idea que...?
—YoonGi, ¿realmente quieres seguir perdiendo el tiempo en esto o nos apuramos a ir con Minnie? —Interrumpió.
—Está bien, vamos —el alfa accedió.
Ambos subieron al auto, YoonGi se apuró a ponerse en marcha. Les tomó más de veinte minutos llegar y cuando lo hicieron, YoonGi apenas estaciono debidamente el auto antes de saltar fuera de el y apurarse al interior de la estación policial.
Ni siquiera le esperó. TaeHyung bajó del auto y cerrando la puerta, entró con algo más de calma a la estación, tardó un par de minutos en ubicarlos y cuando finalmente lo hizo, no se atrevió a acercarse inmediatamente.
Miró con sentimientos encontrados como YoonGi sostenía el muy lastimado rostro de un aparentemente nervioso JiMin entre sus manos. El alfa le decía algo que TaeHyung no podía escuchar, pero que provocó las lágrimas en su amigo, quien negaba o asentía de tanto en tanto con HaNeul entre sus brazos.
Finalmente YoonGi besó la frente de este y luego lo llevó entre sus brazos. JiMin se acurrucó contra él y escondió su cabeza en su cuello. El alfa acarició su espalda suavemente mientras continuaba hablándole.
Cuando se separaron, YoonGi tomó a HaNeul entre sus brazos, quien parecía estar dormido a pesar el leve ruido en aquella estación. JiMin se limpió las lágrimas de la cara con una mueca adolorida, negando ante la nueva pregunta que el alfa debió hacerle.
Cuando los ojos de su amigo recorrieron alrededor y luego cayeron sobre él, TaeHyung decidió acercarse.
—JiMinnie —TaeHyung saludó, jalando a su amigo entre sus brazos para un corto pero apretado abrazo—. Por la diosa, Minnie, ¿qué te hicieron? —Preguntó, sosteniéndole el mentón para mover su rostro de un lado a otro y ver todo el daño.
—Estoy bien —JiMin murmuró con incomodidad.
—¿Cómo puedes decir eso? —Preguntó por sobre el bufido de YoonGi—. ¿Realmente no eres consciente de lo lastimado que estás?
—Pudo haber sido peor —murmuró—. Ahora solo quiero ir a casa y descansar.
—Al único lugar al que iremos al salir de aquí, será al hospital —YoonGi dijo.
—Estoy de acuerdo. —Asintió.
—Solo quiero ir a casa y dormir —JiMin suspiró, pareciendo realmente agotado.
—Y lo harás una vez que revisen que estés totalmente bien. —YoonGi pasó sus dedos por la mejilla de JiMin y este se alejó incómodo, dándole una corta mirada a TaeHyung.
YoonGi carraspeó, también incómodo al percatarse de lo que había hecho. TaeHyung no comentó absolutamente nada respecto a ello.
—¿Ya diste tu declaración? ¿Está todo terminado? —YoonGi preguntó y JiMin asintió—. Está bien, aún así iré a hablar con ellos, pediré que se comuniquen conmigo cualquier cosa, como tu abogado.
—¿Por qué necesitaría un abogado?
—JiMin, en estos casos es mejor prevenir que lamentar —YoonGi contestó—. Y pienso tirar de algunos hilos también. Tae, ¿puedes sostener a HaNeul en lo que vuelvo?
—Yo puedo hacerlo —JiMin dijo.
—Por supuesto. —TaeHyung y el alfa le ignoraron. Una vez tuvo a HaNeul en sus brazos y YoonGi se alejó, Tae se giró a mirar a JiMin—. No me mires con esos ojos, no pasa nada. Creí haberte dicho que no tengo ningún problema con HaNeul.
—L-Lo sé.
—Eso es bueno. —TaeHyung asintió, fingiendo no haber visto la duda en los ojos de su amigo—. ¿Por qué no tomamos asiento? Esto podría tomar un par de minutos.
JiMin asintió y ambos se sentaron en las sillas que había contra una de las paredes.
Les tomó más de tres horas entre salir de la estación y tratar a JiMin y HaNeul en el hospital. Para su suerte, a pesar de que en bebé tenía algo de fiebre, no era nada grave y le dejaron ir sin problemas.
TaeHyung había notado lo cauteloso que los otros dos se comportaban a su alrededor. Como si temieran hacer algo que le hiciera enojar, por lo que TaeHyung fingió no percatarse de cómo las manos de YoonGi siempre buscaban alguna parte del cuerpo de su amigo para tocar, ni como JiMin apuraba a alejarse cada vez.
—¿Seguro que estarán bien aquí solos? —YoonGi preguntó, su ceño fruncido en una mueca de inconformidad.
—Ya te he dicho muchas veces que sí, estoy bien, ya trataron mis heridas y tomé medicina para el dolor —JiMin masculló.
—Aún así —el alfa repuso.
—YoonGi, son las dos de la mañana. HaNeul ya duerme en su cama, TaeHyung debe estar cansado y yo solo quiero ir a dormir ahora mismo —suspiró cansino—. Solo vuelve a casa, prometo llamar cualquier cosa.
—Yo...
—TaeHyung. —JiMin le miró pidiendo ayuda.
—Vamos a casa, YoonGi, mamá y papá deben estar preocupados— TaeHyung dijo, saliendo de la casa del omega mayor sin darle otra oportunidad al alfa para discutir—. Estoy cansado y con sueño.
YoonGi pareció dudar, pero terminó asintiendo. Siguiéndole fuera de la casa.
—Llama si sucede cualquier cosa. Cualquier cosa, JiMin —el alfa remarcó.
—Lo haré —aseguró—. Gracias por todo, lamento haber arruinado su noche.
—Pierde cuidado, Minnie. Descansa. —TaeHyung sonrió.
—Gracias, ustedes igual —respondió y finalmente cerró la puerta.
Ambos fueron hasta su auto y pronto se encontraron en la autopista principal de regreso a su apartamento. Debían ir a mitad de camino cuando TaeHyung habló.
—Resulta, que a veces las personas somos tan tontas.
YoonGi miró de reojo al omega, extrañado por su repentino balbuceo.
—¿Por qué lo dices?
—Porque no hay mayor ciego que el que no quiere ver —respondió distraídamente.
—¿Qué?
—Nada —negó en un suspiro—. Piérdeme cuidado, solo pienso en voz alta.
Mirando por la venta el paisaje pasar, TaeHyung se dijo a sí mismo que, efectivamente, no pudo haber sido más ciego y que aún ahora, no sabía qué demonios era lo que tenía que considerar tanto.
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—Es mucho que procesar —su madre murmuró con un rostro líbido.
TaeHyung asintió, no podía culparla por su reacción, en realidad, pensaba que se lo estaba tomando mucho mejor de lo esperado.
—¿Qué piensas hacer, entonces? Si nos estás contando esto ahora, es porque ya tomaste una decisión, ¿no es así? —TaeHyung miró a su padre, quien había sido el que pronunció aquellas palabras y asintió lentamente con la cabeza—. Eso pensé.
Su padre soltó un pesado suspiro y se movió en el sofá para tomar la mano de su pálida madre y dejar unas suaves palmaditas en el torso de estas.
—Entonces, ¿qué es? —Él volvió a preguntar.
—Yo quiero... quiero —frunciendo el ceño, él se puso de pie y se inclinó ante sus padres—. Lo siento, pero quiero cancelar la boda —anunció con voz acelerada.
TaeHyung contuvo la respiración en espera de una respuesta que tardó un largo rato en llegar. Un sudor nervioso comenzó a formarse en sus sienes.
—Imaginé que esa sería la respuesta —finalmente respondió su padre—. Vamos, deja eso y toma asiento una vez más.
TaeHyung dudó un momento, pero hizo lo que se le indicó, volviendo a tomar asiento en el sofá frente a sus padres. Él limpió con recato el sudor en su cara.
—¿Ya hablaste con YoonGi de esto? ¿Ambos están de acuerdo.
Los labios de TaeHyung temblaron. —Aún no, quise ponerlos al tanto primero; sin embargo, no puedo decir que no lo sospecha.
—TaeHyung —su madre llamó—. ¿Estás cien por ciento seguro de esta decisión?
Él asintió con convicción.
—Lo estoy, mamá.
—Entonces, no hay nada más que podamos decir —ella sentenció. TaeHyung se sorprendió—. ¿Qué pasa con esa cara de estupefacción? ¿Qué creías que podríamos decir?
—No lo sé —contestó sinceramente —. Creí que estarían enojados o algo por el estilo —confesó.
—¿Cómo podríamos en este tipo de situación? —su madre negó con la cabeza—. Ya es lo suficiente complicada y sinceramente no puedo decir que no entiendo por qué has decidido esto al final, aún así, debes pensar muy bien qué hacer a continuación.
—Tu madre tiene razón —concordó su padre—. En especial respecto a lo que pasará con tu compañero. Sé que dijiste que podrías haber arruinado las cosas entre ustedes lo suficiente como para que sea demasiado tarde para iniciar algo, pero ¿realmente lo aceptarás sin más?
—Le he hecho mucho daño —admitió, sintiendo cómo su pecho se apretaba—. Fui cruel con él.
—Entonces debes disculparte y mostrar tu sinceridad —su madre dijo, dándole una alentadora sonrisa—. Nunca se es demasiado tarde para nada y en la situación en que ustedes cuatro se vieron envueltos, no podrían tomar decisiones a la ligera. Por lo que nos has contado sobre tu compañero, tuve la impresión de que es un chico lo suficientemente sensato para entenderlo.
—Supongo, pero en nuestra última discusión, él...
—Estaba enojado —su padre interrumpió sus palabras y TaeHyung puso su atención en él—. ¿No dijiste que acababan de tener una discusión? Además, el pobre debería haber estado más confuso que tú en el momento, porque cómo ya has dicho, no habías estado actuando de la mejor manera.
TaeHyung agachó la mirada y envolvió sus dedos sobre su regazo, sopesando con seriedad las palabras de su padre.
Su corazón quería guardar la esperanza, pero su mente le decía que no soñara demasiado, después de todo, Jungkook ya le había dicho que había terminado con él y que ya no estaba dispuesto a seguir intentándolo.
—Seré atrevida y te daré un consejo que quizás vaya un poco más allá de la línea —su madre dijo, levantándose de su asiento para rodear la mesita de centro y sentarse a su lado.
Ella le pasó un brazo por la espalda, apretando cariñosamente su hombro y cubrió sus manos envueltas con una de las propias. TaeHyung suspiró, acurrucándose en el reconfortante calor.
—A mi parecer, todos ustedes deberían tener una buena conversación; cada uno necesita abrir sus corazones y resolver todo de una vez por todas —ella agregó entonces. TaeHyung se estremeció y se alejó para mirarla a la cara—. No más secretos; poner todo sobre la mesa y continuar a partir de ahí.
—Pero mamá —pronunció con estupefacción—, ¿tratas de decir que debería hacer que todos nos reuniéramos para hablar sobre esto? ¿YoonGi, JiMin, Jungkook y yo?
—Es arriesgado, pero creo que es una buena idea.
—No hay manera —negó rotundamente, alejándose de su madre mientras sacudía la cabeza con alarma—. Eso suena como la cosa más tonta y desastrosa que podría hacer.
—Bueno, nunca dije que todo iría viento en popa, solo que es la manera más rápida en que resuelvan sus diferencias —ella afirmó.
—Tu madre podría tener razón —secundó su padre y TaeHyung le miró con sorpresa.
—¿Tú también, papá?
—Hum, al igual que tú, pienso que podría ser desastroso, pero al mismo tiempo parece que todos ustedes se ocultan muchas cosas o se niegan a aceptar otras. Si todos fueran capaces de resolver sus diferencias a la vez, sería más difícil guardar ciertos... sentimientos para sí mismos y podrían por fin sacar todo —el asintió pensativo.
—Pero...
—No perderán nada por intentarlo, ¿no? En el peor de los casos, solo terminarían diciéndose sus verdades, ¿no es así? —Su madre sonrió.
Los ojos de TarHyung se encogieron. No había forma de que pasara algo como eso.
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Stars_Saturn.
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