Capítulo 14

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Hora y media antes, TaeHyung se encontraba discutiendo con el bartender que atendía la barra en el bar al que había decidido ir. El beta se negaba a servirle otra bebida, alegando que estaba demasiado borracho como para continuar tomando.

—¿Eres mi padre? Sé perfectamente cuánto alcohol debo tomar —farfulló, sus palabras saliendo algo arrastradas—. Ahora, sirveme otra bebida.

—Realmente ha tenido suficiente —el hombre negó—. Lo mejor es que llame a alguien para que le recoja. ¿Ha pensado en el peligro que representa para usted estar en este estado y sin compañía en un lugar como este?

TaeHyung rodó los ojos. —Estoy bien; no me va a pasar nada, ¿puede simplemente servirme esa bebida? —Insistió, empujando su copa vacía hacia el beta.

El hombre recogió la copa mientras negaba con la cabeza y el ceño de TaeHyung se arrugó, comenzando a desesperarse ante las negativas del hombre.

—¿Qué clase de servicio se supone que prestas? —Acusó.

—Amigo, solo mira a tu alrededor, esto es un bar. Hay muchas personas aquí y no sabes quién podría intentar algo en tu contra. Mejor vete a casa, lo digo por tu bien.

—Gracias por el consejo, pero todavía quiero mi bebida.

El beta tras la barra soltó un pesado suspiro y miró al resto de clientes que se amontonaban a lo largo de esta. Tenía bastante trabajo y sinceramente era problemático tratar con este tipo de cliente, pero su consciencia no le permite dejar a este chico a su suerte.

—Escucha, hagamos un trato. —El beta se inclinó sobre la barra y le dio una resplandeciente sonrisa. TaeHyung le miró con sospecha.

—¿Qué clase de trato? —Preguntó, llevándose una mano a la boca cuando un hipido le siguió a sus palabras.

—Si llamas a alguien para que venga a, por lo menos, acompañarte, te daré ese trago. —El bartender señaló la copa vacía a un lado.

—¿Por qué debería hacer lo que dices? —Inquirió, cruzándose de brazos en resistencia.

—Porque si no lo haces, me encargaré de que  nadie aquí te sirva nada más —amenazó—. Y no trates de pasarte de listo —agregó rápidamente cuando le vio abrir la boca—, si intentas irte, llamaré a la policía.

—¿Qué dices? ¿Por qué demonios llamarías a la policía?

—Porque siempre será mejor hacerte pasar la noche en una celda, que dejar que un omega camine ebrio por la calle y sea atacado. —El hombre hizo una mueca, enderezándose en su sitio —. ¿Qué dices? Es solo una llamada y luego te seguiré sirviendo las bebidas que quieras.

—No es como si no estuviera pagando por ellas —refutó ofuscado.

—Es tu decisión, llamas a alguien o llamo a la policía —dijo con un despreocupado encogimiento de hombros.

TaeHyung sopesó sus opciones por un momento, pero finalmente hurgó en sus bolsillos en busca de su celular. Él lo desbloqueó luego de un par de intentos y entró al identificador de llamadas.

—Espera, lo haré por ti —el beta interrumpió, estendiendo la mano para pedir su celular.

El ceño fruncido en su frente se acentuó. —¿Por qué haría eso?

—Lo siento, pero no puedo estar seguro de que realmente llamaras a alguien y simplemente no estás tratando de engañarme —se excusó el bartender.

—No lo haré —Taehyung aseguró y el beta se encogió de hombros.

—No es suficiente garantía.

Soltando un suspiro irritado, TaeHyung le entregó su celular al hombre en su registros de llamadas y le vio marcar en el dispositivo antes de llevárselo al oído. Rodando los ojos, volvió a cruzarse de brazos mientras fulminaba al molesto beta con la mirada.

Su llamada fue respondida no mucho después, porque le escuchó intercambiar palabras con la otra parte mientras se identificaba y explicaba el motivo de su llamada antes de terminar dando la dirección del lugar.

Cuando finalmente colgó, TaeHyung soltó un largo suspiro.

—¿Y, bien? ¿Ya puedes darme mi bebida? —Cuestionó, frunciendo los labios en una mueca irritada.

—Puedo —el beta asintió, dejando el celular en la barra frente a él.

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JungKook había estado a punto de entrar a su departamento cuando recibió una llamada de TaeHyung, solo para que una voz extraña se pronunciara con un nombre que no conocía en cuanto contestó.

La respiración se le cortó por un momento, pensando que algo malo había pasado; sin embargo, cuando el tipo al otro lado de la línea anuncio ser un bartender que llamaba para que recogiera a un muy ebrio TaeHyung, su corazón volvió a latir con regularidad.

Después de pedir la dirección, colgó con la promesa de llegar tan pronto como fuera posible. No sabía por qué le habían llamado a él de todas las personas, pero no repararía en ello por el momento. Era peligroso que un omega estuviera ebrio y solo en un bar cualquiera.

JungKook ni siquiera se atrevía a pensar en las posibilidades, por lo que simplemente dio media vuelta y trotó de nuevo al ascensor, bajando hasta el estacionamiento por su auto.

Poco más de un tercio de hora después, entró en el bar. El olor a alcohol y cigarro le golpeó nada más hacerlo, ardiendo en su nariz. No pudo evitar la mueca que se formó en su rostro; su nariz era demasiado sensible y solía sufrir mucho en este tipo de lugares.

No deteniendo su paso, se dirigió directamente a la barra según las instrucciones que le dieron y nada más llegar, identificó al omega con facilidad.

Él se acercó a este y llamó la atención del bartender en el proceso. El joven, beta, si no se equivocaba, le miró con cautela al verle llegar al lado del mayor y caminó en su dirección, parándose frente a él aún detras de la barra.

—¿Eres Jeon JungKook? —El beta cuestionó.

—Lo soy. —JungKook asintió.

—¿Puedo ver tu identificación?

Respondiendo de forma afirmativa, JungKook sacó su billetera y le entregó su identificación al hombre, quien asintió conforme una vez la revisó y luego le devolvió su cédula junto con un celular.

—Esto es de él; se durmió hace unos diez minutos y lo he estado vigilando. Te llamé porque eras el último contacto en el identificador de llamadas. Cómo puedes notar, está bastante borracho —él explicó y JungKook hizo una mueca, mirando al inconsciente omega medio acostado en la barra.

—Está bien, muchas gracias por haber llamado —dijo, devolviendo su vista al bartender.

—Es mi trabajo. —El hombre sonrió y JungKook le imitó en respuesta.

—No, no lo es. No tienes por qué hacerte cargo de los culos ebrios del lugar.

—Bueno, tengo hermanos menores que también son omegas y me gusta pensar que si se vieran en una situación parecida, se encontrarán a alguien lo suficientemente amable como para ayudarles de igual forma. —Él se encogió de hombros—. Solo trato de actuar como me gustaría que actuaran con ellos.

—Eso es muy noble de tu parte —aseguró con admiración.

—Hum, es como todos deberían actuar, en realidad. —Suspirando, el beta hizo un ademán con la mano para cambiar de tema—. Eso es todo, ahora está a tu cargo; deberías llevarlo a casa pronto y arreglar las cosas con él —le guiñó.

—¿Arreglar las cosas? —JungKook arqueó las cejas con curiosidad.

—Estuvo maldiciendo a diestra y siniestra, así que supongo... de cualquier forma —el hombre se interrumpió a sí mismo, negando con la cabeza como si de repente se dijera que estaba tratando asuntos que no le incumbian—, cuídalo. Los dejo.

—Entiendo, una vez más, gracias, hombre —JungKook pronunció con sinceridad. El tipo hizo un ruido afirmativo con la garganta y movió la mano en despedida mientras se alejaba hacia el otro extremo de la barra para atender a nuevos clientes.

Girando a un lado, se inclinó sobre el muy ebrio TaeHyung antes de removerlo para despertarlo. El mayor soltó varios quejidos y estuvo bufando y quejándose durante varios minutos antes de abrir los ojos.

—Finalmente —Jungkook bufó—. Levántate, es hora de llevarte a casa.

—¿JungKook? —Taehyung le miró con ojos vidriosos, enderezando la espalda en su asiento—. ¿Qué haces aquí?

—¿No has sido tú quien ha hecho que me llamen? —Sonrió con burla.

—¿Yo lo hice? —Él preguntó, estrujándose la barbilla.

—Já, solo hay que ver lo ebrio que estás —reprochó, negando con la cabeza.

El ceño del omega se frunció y él le fulminó  antes de mirar la barra y tomar el vaso con algo de bebida frente a él.

—No te obligué a venir, debiste ignorar la llamada. Puedes irte si quieres.

Cuando JungKook le vio llevarse el vaso a los labios, estiró la mano y se lo arrebató, dejándolo en la barra alejado de él con un golpe seco en el siguiente movimiento.

—Creo que has tenido más que suficiente —aseveró—. He dicho que te levantes, es hora de ir a casa.

—¿Crees que eres mi padre? —TaeHyung preguntó con un tono irritado—. Ya lo he dicho antes, puedo decir cuando haya tenido suficiente; cuidaré de mí mismo y decidiré cuándo irme.

—El bartender que te atendió no opinaba lo mismo cuando me llamó para sacar tu lindo y ebrio culo de aquí, cariño —burló.

—Ah, eso —el omega despectó—. Solo le dejé hacer la estúpida llamada porque me dijo que no me daría un nuevo trago hasta que lo hiciera. —TaeHyung levantó el brazo para tratar de pedir otro trago, pero JungKook lo sostuvo y le obligó a bajarlo.

—Hablo en serio, TaeHyung, has tenido suficiente y es hora de que vuelvas a casa, no me hagas repetirlo.

—¡Qué no volveré! —TaeHyung se liberó con un brusco movimiento que le hizo tambalearse en su asiento.

JungKook le volvió a sostener por instinto y le ayudó a estabilizarlo, pero tuvo que soltarlo una vez más cuando este comenzó a luchar con su agarre. Suspirando, se pasó una mano por el cabello, sintiéndose frustrado por el ebrio omega que no atendía a razón.

—Escucha, nadie aquí te venderá nada más sin importar cuánto lo pidas, así que lo mejor que puedes hacer, es dejar que te lleve a casa —señaló.

TaeHyung arrugó la cara y torció los labios en una mueca, mirando la barra frente a él con ojos nublados. Era obvio que estaba más allá de ebrio; él incluso parecía inestable en su asiento.

—No pongas las cosas difíciles y vamos, ¿sí?

—¿Por qué iría contigo? Todo esto es tú culpa —acusó de repente, mirándolo con ferocidad—. Tuya y de tu gran bocota. —Le apuntó con uno de sus dedos, casi perdiendo el equilibrio una vez más en el proceso.

JungKook lo atrapó antes de que besara el suelo y le arrastró contra su cuerpo. TaeHyung trastabilló unos pasos mientras se paraba sobre sus pies al mismo tiempo. No tenía ni idea de lo que el omega hablaba, pero dudaba que valiera la pena cuestionar o reparar demasiado en sus balbuceos.

—Tonto, es culpa tuya —Taehyung siguió repitiendo por lo bajo, mientras se apoyaba contra él y recostaba la cabeza en su hombro—. Eres el responsable de todo, Jeon.

—Sí, lo soy, como tú digas —concordó, decidiendo que lo más prudente sería seguir la corriente del ebrio omega—. Ahora, vamos, te llevaré a casa.

—¡No! —TaeHyung comenzó a luchar de nuevo y JungKook tuvo que apretar el agarre a su alrededor—. No quiero ir a casa.

—Hey, está bien, está bien —consoló—, no iremos a tu casa sino quieres, ¿eso está bien? Tranquilo.

Solo entonces el omega dejó de luchar. JungKook se preguntaba qué pudo haber pasado para que TaeHyung se negará con tanta fuerza a volver a su propia casa, pero era una respuesta que sabía no recibiría, por lo que, al igual que todo lo demás, decidió hacerlo a un lado.

—¿Quieres que llame a Min?

—No, no quiero volver a casa y no quiero hablar con nadie más —quejó el omega, separándose de su cuerpo.

—Entonces, ¿dónde quieres ir? —Preguntó persuasivo.

—No lo sé, cualquier lugar está bien —aseguró, haciendo un ruido en su garganta—. ¿Tal vez simplemente debería ir a tu casa?

—¿Mi casa? —Preguntó, sus cejas arqueándose ante lo sorpresivo de la propuesta.

—Hum, sí, es una buena idea. —TaeHyung asintió con la cabeza.

—¿Estás seguro?

—Sí, ¿por qué no? —TaeHyung respondió, no pareciendo nada preocupado. Aunque eso sería mucho pedir dado su estado.

JungKook dudó por un momento, pero terminó suspirando en aceptación. De todas formas, probablemente sería más seguro llevarlo con él a dejarlo solo por ahí; incluso en un hotel.

—Está bien, vamos.

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Volver a su apartamento le tomó incluso menos tiempo de lo que lo hizo ir hasta el bar. TaeHyung se había vuelto a dormir en el camino e interiormente lo agradecía. Un viaje con alguien borracho y durmiendo, siempre sería mejor que un viaje con un borracho que vomitara todo su asiento trasero, aún si luego tuvo que cargarlo todo el camino hasta su piso.

Abriendo la puerta con algo de dificultad, pudo entrar a casa, empujándola con su pie para volver a cerrarla, antes de caminar directamente hasta su habitación. Él dejó al inconsciente omega en su cama y se enderezó.

De repente, la visión de su compañero recostado entre sus mantas llenó sus ojos y JungKook se congeló, un extraño sentimiento de posesividad apretándole el pecho.

¿No había fantaseado con esto antes? ¿Tener a su destinado en su cama?

Su parte inferior latió y tuvo que tomar una profunda respiración, cerrando los ojos y exigiendo que mantuviera la compostura cuando sus pensamientos comenzaron a ir a la aderiva. No había forma de algo de eso pasara; pensarlo era provocarse la auto tortura.

—Desearía que fueras más consciente de ti mismo —regañó, abriendo los ojos para ver al omega una vez más.

TaeHyung se removió en la cama, girándose para enterrar la cara en su almohada. JungKook le vio olfatear y luego un bajo sonido muy parecido a un ronroneo comenzó a vibrar en la garganta del omega, que terminó por arrastrar una de las almohadas entre sus brazos.

—Oh, diosa —Jungkook negó. Arrastrando una de sus manos a través de su cara y cabello.

¿Era normal que esto luciera tan subjetivo? ¿Por qué el movimiento era tan provocativo a sus ojos? Si él tan solo pudiera...

—Bien, eso es todo —se cortó a sí mismo. Dando media vuelta para salir con largas zancadas de su habitación.

Yendo a la cocina, decidió buscar un vaso con agua para hacer que el omega bebiera antes de dejarle descansar por completo, por lo que, una vez lo tuvo en mano, tuvo que reunir toda su voluntad antes de volver a la habitación.

Sentándose en el colchón, removió con suavidad al omega.

—Tea, oye, toma un poco de agua antes de ir a dormir —instó.

TaeHyung se quejó, pero entreabrió los ojos casi inmediatamente. Él le ayudó a enderezarse y tomar unos tragos de agua, antes de dejarle recostarse una vez más. Luego se encargó de retirarle los zapatos y dejarlos al pie de su cama.

Cuando su mirada subió nuevamente a su cara, se encontró con los resplandecientes ojos del omega que le miraban directamente.

—¿Sucede algo? —Cuestionó, mas no recibió ninguna respuesta. Frunciendo el ceño, agregó: —Te dejaré descasar ahora, estaré en la sala de estar; si llegas a necesitar algo, solo debes llamarme, ¿está bien?

Oh, por supuesto, porque no había forma de que se quedara en algún lugar de esta habitación con la tentación hecha hombre recostada en su cama.

—¿Por qué? —TaeHyung preguntó de repente—. Alfa, ¿por qué no quieres quedarte conmigo?

La respiración se le cortó. Y un escalofrío le subió por la columna vertebral.

—¿C-Cómo has dicho? —Titubeó.

El omega se arrastró en el colchón y le alcanzó en unos pocos movimientos. Recostándose plácidamente contra él.

—TaeHyung...

—¿No nos quieres? ¿No nos deseas, alfa? —Fue interrumpido por el mayor.

JungKook parpadeó. —¿Eres... eres su omega?

—Lo soy —aceptó este.

—Muy bien, eso es todo —JungKook negó—. Deberías saberlo mejor; por supuesto que te quiero, no soy yo la razón por la que... —JungKook no se atrevió a continuar ese pensamiento—. Lo deseo; los quiero a ambos y no podría ser más feliz si fuera capaz de unir mi vida a ustedes —aseveró, recogiendo al omega entre sus brazos.

—¿Entonces por qué?

—Porque no es solo decisión mía, lo sabes —murmuró, inhalando el dulce aroma que comenzó a desprenderse del suave cuerpo en sus brazos.

—Pero si la decisión que tomara es... lo que pasaría —el omega dio un tembloroso suspiro y JungKook apretó los brazos alrededor de él.

—Lo sé, pero no hay nada que pueda hacer, más que seguir intentando y esperar el mejor resultado —contestó.

Los dedos del omega apretaron su camisa y el aroma que desprendía se volvió mucho más fuerte, haciendo que sus terminaciones reaccionarán y sus ojos adoptaran un tenue resplandor dorado cuando su alfa también se hizo presente.

—Te amo —el omega sollozó—. Sabes que eres el único al que siempre querré, ¿no? — Preguntó entonces, levantando la cabeza para mirarlo a los ojos.

—Lo sé, cariño. Yo también te amo —afirmó la pantera en su interior.

Las lágrimas se acumularon en las pestañas del omega y JungKook las retiró con calma, besando bajo sus párpados después. Un suspiro se escapó de los labios del mayor, quien movió la cabeza y alcanzó sus labios.

La respiración de JungKook se cortó por un momento ante la repentina acción, pero no le tomó mucho reponerse y responder al cariño que su omega le mostraba.

Abriendo la boca, tomó los labios del mayor entre los suyos, sintiendo en sus manos el ligero temblor en el cuerpo de este. Él le besó con ternura; lento, apacible y complaciente. Saciando el anhelo en su corazón por un breve momento.

Un suspiro se escapó de entre los suaves labios del omega, que subió sus manos hasta su cuello y envolvió sus brazos alrededor de este. Enderezándose hasta subir a horcajadas en su cuerpo.

Cuando el beso finalmente terminó, JungKook precionó sus labios en su comisura antes de echar la cabeza hacia atrás.

El ligero resplandor en los ojos del mayor había desaparecido y el absoluto desconcierto los cubría. Su propios ojos también volvieron a la normalidad.

—¿J-JungKook? ¿Q-Qué estás... qué haces?

JungKook no pudo evitar el sentimiento de tristeza que le inundó el pecho. Había una irracional perdida allí, y el dolor era innegable.

—Lo siento, me iré ahora. —JungKook trató de bajar al omega de sí, pero el mayor se aferró a su cuello y no le permitió moverlo—. ¿Qué pasa?

—Eso quiero saber, ¿qué fue lo que sucedió?

—Nada, solo una pequeña charla con tu omega —admitió.

El rostro de TaeHyung se contorcionó por un momento, antes de que su mirada se apagara en una expresión triste.

—Lo siento —él susurró.

—Hum —JungKook murmuró—. Todo está bien. Puedes volver a dormir ahora.

TaeHyung abrió la boca como si fuera a agregar algo, pero volvió a cerrarla un momento después. Él bajó lentamente de su cuerpo y se sentó sobre sus talones a un lado en el colchón.

JungKook se puso de pie, dispuesto a irse y dejar que el mayor retomara su sueño, pero su mano fue sostenida antes de que pudiera dar un paso lejos. JungKook miró al mayor aún sentado en la cama, que mantenía la cabeza gacha.

—¿Podrías quedarte? —Él pidió. JungKook tomó una profunda inhalación.

—¿Sabes lo que me estás pidiendo? —Cuestionó con tono severo.

—Lo sé —TaeHyung respondió por lo bajo.

JungKook guardó silencio durante un momento.

—Estás ebrio.

—Está bien.

—¿Sabes lo que significa...?

— Lo sé —TaeHyung le interrumpió—, lo sé. Quédate.

JungKook cerró los ojos, rogando a la diosa por serenidad.

—TaeHyung...

—Por favor.

Devolviéndole la mirada, negó con la cabeza. —¿Al menos podrías mirarme a los ojos mientras me pides algo como esto?

TaeHyung levantó la cabeza, haciendo lo que le pidió cuando repitió: —JungKook, por favor quédate.

Esta vez, JungKook no se detuvo por mucho tiempo. Él se agachó para deshacerse de sus zapatos y calcetines, antes de enderezarse y comenzar a deshacerse de su camisa.

—Solo espero, que no te arrepientas de esto —dijo, mas no recibió respuesta. Por supuesto, él tampoco esperaba alguna.

Empujando su camisa por sus hombros, se deshizo de ella y luego comenzó a trabajar en sus pantalones. Los ojos de TaeHyung no lo dejaron en ningún momento y el aroma que se desprendía de él se volvía cada vez más ambiguo y espeso.

JungKook tomó grandes bocanadas, complacido con el aroma del deseo de su omega. Él empujó sus pantalones por sus piernas, llevándose la ropa interior junto a ellos.

Pudo escuchar el suave jadeo de TaeHyung cuando su pene semi erecto quedó al descubierto y un ligero sentimiento de orgullo le cubrió el cuerpo. Avanzando, cortó los dos pasos que le separaban de su cama y el exquisito hombre sentado sobre ella.

Él subió en el colchón y estiró la mano para alcanzar al mayor y arrastrarlo una vez más hacia su cuerpo.

—JungKook —TaeHyung jadeó con un tono tembloroso.

—Eres quien quería esto, no lo olvides. —Porque aunque JungKook se consideraba a sí mismo un hombre decente, incluso él no podría resistirse a la tentación de tomar a su compañero.

—Lo sé —TaeHyung afirmó, dejándose manejar a su antojo cuando comenzó a desnudarlo.

—Y de ninguna forma pues usar la excusa de estar ebrio —amenazó. TaeHyung asintió.

—No lo haré.

JungKook hizo un sonido apreciativo con su garganta y luego terminó de desabrochar la camisa de color claro en el cuerpo del mayor, antes de retirarla y hacerla a un lado junto a la chaqueta oscura que había retirado antes.

Sus ojos bebieron del moreno y firme cuerpo. Era perfecto, suspiró, y no le importaba lo estúpidamente cliché que fuera tal pensamiento. A sus ojos, su omega nunca sería menos que eso.

Bajando la cabeza, llevó sus labios al limpio hombro y dejó un beso húmedo. TaeHyung suspiró temblorosamente contra su oído y ladeó la cabeza para él. Sus comisuras se curvaron en una sonrisa sin que pudiera evitarlo y se movió a lo largo del exquisito cuello expuesto del mayor, besando, lamiendo y chupando a su paso.

—No dejes marcas —el omega jadeó, sosteniéndose de sus antebrazos.

JungKook gruñó en respuesta, alzando la cabeza para esta vez tomar sus labios en un beso arrazador. Conquistando el interior húmedo con su legua, recorriendo cada rincón y sometiendo la contraria sin ninguna pausa de por medio.

TaeHyung se abrió para él y dejó que le tomara a su antojo, lo que por supuesto, apaciguó su irritación.

Sus manos se deslizaron por el moreno pecho, acariciando los erguidos pezones con la punta de sus dedos, sacándole un estremecimiento al mayor, antes de continuar su movimiento descendente. Cuando sus dedos finalmente tocaron la pretina del pantalón del omega, él abandonó su boca.

Los ojos de TaeHyung estaban vidriosos y un tenue sonrojo cubría sus mejillas. Sus labios estaban húmedos con su saliva y él le vio sacar su traviesa lengua para lamer esa humedad.

—Eres precioso —suspiró, mirando los embriagados ojos del mayor—. Y hueles como debería oler el cielo —aseguró, tomando una nueva y profunda inhalación. No podía tener suficiente de ello.

—Eres demasiado alargador —TaeHyung dijo, mirando hacia su regazo cuando él comenzó a trabajar en la hebilla de su pantalón.

—No puedo evitarlo, es el efecto que tienes en mí —respondió y TaeHyung bufó.

—No quiero ni imaginar cuántas veces has usado esa línea. —Había una ligera amargura en sus palabras.

—Cariño, aunque no lo creas, no soy de muchas palabras en estos momentos —aseveró, desabrochando el botón del pantalón.

TaeHyung no respondió, en cambio, se echó hacia atrás en el colchón, levantando las caderas para que él pudiera retirar la prenda.

JungKook enganchó los dedos en la ropa interior y tiró de estos al mismo tiempo. Sus ojos recorrieron ávidos el cuerpo expuesto y se sintió complacido con todo lo que vio. ¿Él había dicho que era absolutamente precioso?

—Sigues mirándome así —TaeHyung pronunció con voz quejumbrosa, pero contrario a sus palabras, se expuso aún más a sus ojos, abriendo las piernas para colocarlas a cada lado de sus caderas.

JungKook sonrió ante esto, llevando las manos hasta las rodillas dobladas del mayor para recorrer lo llenos y firmes muslos con sus palmas. TaeHyung se removió bajo él, pero siguió dejándose explorar a su antojo y cuando los dedos de JungKook alcanzaron su centro semierguido, un suave gemido abandonó sus labios.

Su pene saltó en respuesta y su aroma se desbordó de su cuerpo, no pudiendo reprimir su deseo por más tiempo. Él envolvió el pene de TaeHyung en su puño y  comenzó a balancearlo de arriba a abajo en busca de su completa exitación.

TaeHyung volvió a gemir y sus caderas se curvaron fuera del colchón cuando comenzó a empujar en su mano.

JungKook no se perdió ninguna expresión en su rostro, no dispuesto a pasar por alto ni el más mínimo gesto placentero que su compañero hiciera en su encuentro. Sabía que esta muy bien podría ser una oportunidad única y que de hecho, la razón por la que habían llegado allí, no era más que la ebriedad del mayor.

JungKook nunca tenía sexo con alguien bajo la influencia del alcohol, pero tampoco era un santo y como dijo antes, aunque su decencia le impusiera límites, tratándose de TaeHyung, su compañero, resistirse no era una opción.

Agachándose, no pudo resistirse a reemplazar su mano con su boca. Él envolvió sus labios alrededor del miembro erecto e hizo su camino hasta la base casi en un solo movimiento.

Un grito abandonó los labios de TaeHyung y JungKook tarareó satisfecho, lo que sacó un nuevo quejido del omega. Las manos de TaeHyung envolvieron su cabello y sus caderas se empujaron contra su boca.

JungKook metió sus manos bajo el redondo y firme trasero, agarrando cada nalga en su palma y apretándole; sin embargo, no detuvo sus movimientos. Él le permitió follar su boca tanto como quiso, deleitándose con los gemidos y lindos sonidos quejumbrosos que salían de sus labios.

Cuando cierta humedad comenzó a mojar sus palmas, él comenzó a buscar su origen, hurgando con sus dedos hasta que alcanzó la empapada entrada del mayor. Su pulgar sondeó el fruncido lugar y hundió la punta con relativa facilidad.

TaeHyung se estremeció y apretó contra su dedo. Alzando su mano libre, JungKook palmeó suavemente las manos en su cabeza. TaeHyung pareció entender su mensaje de inmediato, porque sus dedos se aflojaron y el agarre desapareció.

JungKook echó la cabeza hacia atrás, liberando el pene en su boca y se relamió los labios. Le encantaba el sexo oral, pero no era algo que estuviera dispuesto a hacer con cualquiera. Dejando una última lamida en la bulbosa cabeza, lamió su camino hacia la goteante entrada. Chupando el perineo por un momento, antes de alcanzar el fruncido agujero.

—J-JungKook. —TaeHyung estaba jadeando ruidosamente, pero él no respondió con palabras, en cambio, alejando su mano, usó su boca y lengua para abrirse paso en su interior—. ¡Oh, por...! ¡No!

Él estaba negando, pero todavía empujaba su trasero contra su lengua activamente, por lo que comenzaba a deducir que el mayor es del peculiar tipo al que le gusta dar negativas en la cama, pero participar activamente en cualquier propuesta.

Agregando sus dedos, JungKook comenzó a estirarlo, complacido por la casi nula resistencia a su paso. Enderezándose, subió hasta hasta alcanzar nuevamente la boca de TaeHyung, quien le recibió con gusto, devolviendo su beso con una desbordante pasión.

—Te tomaré ahora —anunció, rompiendo el beso.

—Sí, sí, por favor. —TaeHyung asintió con la cabeza; ansioso.

JungKook besó bajo su párpado, retirando sus dedos del suave y húmedo interior del mayor antes de alejarse en busca de un condón. Una vez consiguió un paquete en lo profundo de su buró, revisó que todavía fuera eficiente antes de volver a la cama.

Tomando uno de la caja, lo abrió con relativa facilidad y luego lo desenrolló en su pene. TaeHyung tragó ruidosamente, no perdiéndose la acción.

—¿Estás listo? —JungKook preguntó, acomodándose entre sus piernas.

TaeHyung le miró a los ojos y asintió lentamente. JungKook le sonrió, tomándose en su mano para guiarse hacia la palpitante entrada del mayor. Deteniéndose una momento para mirar en los ojos del omega, tratando de encontrar alguna clase de resistencia que gracias a la diosa no encontró. Él comenzó a empujarse suavemente en el mayor.

—Oh —TaeHyung dejó salir un sonido que se escuchó entre un jadeo y un gemido.

JungKook hizo su camino lentamente, apretando los dientes por la firme y cálida humedad que poco a poco le envolvía. Él se movió en un constante y suave vaivén hasta que finalmente logró entrar todo el camino. Soltando un suspiro, dobló los brazos a cada lado de la cabeza del mayor, que mordía sus labios y empuñaba las sabanas a sus lados entre sus dedos.

—¿Estás bien? —Preguntó con cautela.

TaeHyung asintió. —Solo, uh, un m-minuto —murmuró entre jadeos.

—Lo que necesites, cariño —afirmó, besando su mejilla y continuando su recorrido a través de su cuello y hombro.

—Está bien, eso es todo —TaeHyung gimió y sus caderas se torcieron contra él. JungKook gimió y llevó una de sus manos hasta el muslo izquierdo del mayor, cuando comenzó a moverse—. Sí, eso es.

—Maldición —JungKook gruñó y aunque hubiera querido, no habría podido detener el ímpetu de sus movimientos.

Poco después, todo lo que se escuchaba en la habitación, era el ambiguo sonido húmedo de las pieles chocando, junto con el ruido de felicidad dejado por ambos.

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Cuando JiMin despertó la mañana siguiente, todo su cuerpo se tensó y él no se atrevió a hacer algún movimiento, sintiendo con demasiada claridad la presencia a su espalda.

—¿Estás enloqueciendo ahora? —La voz ronca del alfa le sobresaltó.

—No, pero podría hacerlo —respondió finalmente, moviéndose hasta que encaró al alfa.

La nostalgia embargó su pecho al verlo; el recuerdo de incontables días en que despertaron y vio este adormilado rostro en el pasado, inundando su mente.

—Es bueno que no lo hagas. —YoonGi le dio una sonrisa incómoda.

—No... no creí que estarías aquí para... —JiMin apretó los labios, fijando su vista en el blanco pecho del mayor, no atreviéndose a mirarle a los ojos.

—No soy tan imbécil, ¿sabes? —YoonGi contestó con ironía y los ojos de JiMin saltaron a su rostro.

—No es lo que quería decir, es solo que...

—Lo sé —YoonGi tranquilizó, enderezándose en el colchón—. Será mejor que me vaya ahora.

—Sí —concordó, aunque en realidad sus dedos picaban por retenerlo —. HaNeul podría despertar en cualquier momento y no sería bueno que te viera aquí y... ya sabes —dijo, también enderezándose en el colchón.

—Uh-ju, lo sé, tienes razón. —Asintiendo, YoonGi se arrastró fuera de la cama.

Él aún estaba desnudo y JiMin no era diferente. Él le vio comenzar a buscar su ropa alrededor del suelo alfombrado de su habitación y luego comenzar a vestirse.

—P-Puedes tomar un baño antes —dijo y este le miró por un momento antes de negar.

—HaNeul podría despertar en cualquier momento, ¿no? Tomaré uno en casa.

—Lo entiendo.

JiMin miró las mantas que cubrían sus piernas y rememoró lo que pasó la noche anterior. Era... era tan despreciable. Hacerle eso a TaeHyung, el chico que lo consideraba su mejor amigo y encima no sentirse arrepentido por sus acciones, era simplemente desagradable.

La culpa hizo que encogiera los hombros y se removiera en la cama. Sabía que tenía que decir algo al respecto, pero ni siquiera sabía bien cómo abordar la conversación. Él suspiró.

—Lo que pasó anoche —finalmente tomó el valor de decir—, tal vez lo mejor sea que...

—No voy a olvidarlo —YoonGi interrumpió. Los ojos de JiMin se abrieron ante la sorpresa.

—¿Q-Qué?

—Si lo que estás tratando de decir es que olvidemos lo que pasó anoche y hagamos como que nunca sucedió, no voy a hacerlo —el alfa anunció—. Lo siento, JiMin, pero no puedo. No me arrepiento de nada y no voy a actuar como si todo hubiera sido un error, porque no lo considero así; no podría.

—Pero lo de anoche fue...

—Grandioso —YoonGi terminó por él, aunque no era precisamente lo que quería decir—. Y aunque sé que no debió pasar, no me arrepiento, no lo cambiaría; no lo veo como un error y no voy a tratar de actuar como si nunca pasó.

YoonGi terminó de abrocharse los pantalones antes de acercarse nuevamente a la cama y sentarse a su lado.

—Escucha, no quiero que te mortifiques por esto. No te sientas culpable, porque en dado caso, fue mi culpa, ¿bien? —YoonGi sostuvo una de sus manos como si quisiera consolarlo.

JiMin negó con la cabeza. —No es tan fácil.

—Pero no quiero que te eches la culpa de todo cuando fui quien te sedujo y te influenció con feromonas cuando sé lo que eso significa para ti; para nosotros —argumentó—. No es tu culpa, JiMin.

JiMin no respondió, sus ojos fijos en las manos que sostenían las suyas. Sabía que aunque lo que YoonGi decía era cierto, no se resolvería tan simple y por supuesto, la culpa no era solo suya.

—Volveré ahora, descansa un poco más, ¿está bien? Vendré para pasar el rato con HaNeul más adelante —YoonGi se puso de pie una vez más y terminó de recoger su ropa—. No necesitas acompañarme, cerraré cuando me vaya.

Y simplemente así, se fue. Dejándolo solo con sus caóticos pensamientos.

Más tarde, cuando YoonGi salió del ascensor en su edificio, no esperaba encontrarse con TaeHyung abriendo la puerta de su departamento. Ambos se congelaron en su lugar, enmudeciendo a la par.

Los dos aún vestían la ropa del día anterior y cada quién podía sentir un aroma extraño desprendiéndose del cuerpo contrario, pero tácitamente, guardaron silencio e ignoraron el hecho.

Ellos entraron en el departamento y TaeHyung se dirigió directamente al pasillo, mientras YoonGi se dejó caer en el sofá de la sala y se perdió en sus pensamientos.

¿Esto sería un inminente desastre?

🦁🦁🦁

Lamento no haber recreado el lemon KookTae adecuadamente, pero llevo meses en conflicto con esta couple y me cuesta muchísimo escribir sobre ellos. Además, no me atrevo a escribir demasiado porque me da miedo afectar cualquier trama posterior en la historia, jejeje.

Cómo saben, hace mucho que escribí esto y básicamente voy leyendo y recordando con ustedes mientras escribo😅😅😅

Stars_Saturn.

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