Capítulo 10
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—JungKook escucha, las cosas no funcionan así. —TaeHyung extendió una mano y tomó una de las del alfa entre ella—. El punto no es que lleguemos a conocernos, es que voy a casarme dentro de poco con mi pareja de años.
—Entiendo eso, lo prometo. —JungKook entrelazó sus dedos—. Pero pienso que sí llegas a conocerme mejor al menos considerarías estar conmigo, por eso quiero que me des una oportunidad.
—JungKook, yo no...
—Por favor, TaeHyung, es todo lo que te pido, dame una oportunidad para demostrarte que soy alguien que vale la pena. —Le miró esperanzado.
—Yo... no lo sé —titubeó, desviando la mirada, porque aunque no lo admitiera, le dolía ver la desilusión en la mirada contraria.
— Por favor —rogó—, déjame demostrarte que soy un buen alfa, que puedes confiar en mí, que soy alguien quien puedes apoyarte cada que lo necesites. —Le dió un ligero apretón a su mano y TaeHyung suspiró.
"Diosa, ¿qué debo hacer?"
TaeHyung apretó los labios y miró al alfa indeciso, no creía que fuera una buena idea, pero tampoco quería lastimarlo. Él mismo sabía cuan doloroso era simplemente renunciar a la persona que se supone que fue hecha para ti, pero justo en ese momento el no creía que fuera una opción.
—JungKook, escucha, seré sincero contigo. —TaeHyung se soltó del agarre de este y entrelazó las manos sobre su regazo—. Estos últimos días estuve pensando mucho en esto, en ti y en mí, en lo que uno significa para el otro y llegué a la conclusión de que... no es suficiente, el hecho de que seamos d-destinados no lo es todo; yo amo a mí pareja y no puedo simplemente tirar todo estos años de relación porque... porque te conocí.
TaeHyung sintió como un nudo se formaba en su estómago cuando JungKook agachó la mirada y sus hombros se derrumbaron, pareciendo derrotado. Sus dedos picaron por tocar su piel y su omega le rogó porque fuera hasta él y le envolviera en sus brazos, que le consolara y le dijera que nada de lo antes dicho era cierto, que sí lo quería y que se quedaría con él.
Él no lo hizo, por supuesto, porque real, realmente no creía que fuera una opción.
—Lo siento, pero piénsalo, ¿qué pasa si lo intentamos y luego nos damos cuenta que en realidad no funcionamos juntos? ¿Qué pasa si resultamos ser totalmente opuestos? ¿Qué si luego de todo nos arrepentimos?
—Justo por eso —JungKook levantó la cabeza y le miró con sus ojos entristecidos, TaeHyung tragó pesadamente—, justo por eso te pido que nos conozcamos mejor, que me dejes mostrarte quién soy en realidad. TaeHyung por favor, solo... solo déjame luchar por ti.
JungKook le dijo tan esperanzado, que TaeHyung se quedó mudo por un momento, demasiado abrumado por la intensidad de su mirada. Sacudió la cabeza y abrió la boca para negarse, creyendo que al final este sólo se lastimaría a sí mismo, pero luego lo pensó mejor. Tal vez era justo lo que debía hacer, dejar que JungKook comprobará por sí mismo que ellos no funcionarían, porque el corazón de TaeHyung ya tenía dueño y no era él.
"¿No lo es?", TaeHyung frunció el ceño desconcertado por las palabras de su omega.
"¿Qué quieres decir?", le preguntó, sin embargo, no recibió respuesta.
—Entonces, ¿vas a darme una oportunidad? —JungKook preguntó y TaeHyung parpadeó volviendo a la realidad.
Asintió lentamente con la cabeza y JungKook sonrió resplandeciente, volviendo a estar tan animado como cuando llegó hasta él varios minutos atrás.
—Pero hay una condición —se apuró a decir.
—¿Condición? Exactamente, ¿qué condición?v—JungKook le miró con cautela y TaeHyung carraspeó.
—Si no lo logras, sino llegas a convencerme de que de verdad somos el uno para el otro, dejarás de insistir y vas a olvidarme. Debes olvidar que existo. —JungKook titubeó por un momento, pero terminó asintiendo.
—Muy bien, acepto, pero también quiero poner una condición. —TaeHyung frunció el ceño ante eso y le preguntó cuál era—. Quiero que me dejes intentarlo justo hasta que estés en el altar y des el sí, solo ahí y solo entonces renunciaré a ti.
TaeHyung lo pensó seriamente, pero terminó llegando a la conclusión de que eso no cambiaría nada así que terminó aceptando.
—Está bien, JungKook. Hasta entonces puedes intentar convencerme de que eres el alfa de mí vida. —JungKook sonrió altanero.
—Ya lo soy, Tae, es solo que te niegas a aceptarlo. —TaeHyung bufó y estuvo apunto de replicar, pero justo en ese momento SeokJin llegó con sus bebidas.
—Aquí están, traje una rebanada de pastel para ti TaeHyung, también es parte de la casa. —SeokJin le guiñó un ojo y le sonrió. TaeHyung le devolvió el gesto y le agradeció—. Y esto es tuyo. —Puso el vaso con el batido de JungKook frente a él con mucha menos amabilidad.
JungKook gimió y miró al omega con algo muy parecido a un puchero.
—Hyung, ya te pedí perdón. Estuve muy ocupado y por eso no había venido a visitarte —se quejó.
—Lo que digas, Kook. —SeokJin tomó la bandeja y le sonrió a TaeHyung antes de volver a retirarse.
—De verdad está molesto —TaeHyung señaló y JungKook hizo una mueca.
—Luego hablaré con él, ahora tú eres todo en lo que quiero pensar. —TaeHyung se sonrojó ante lo directo de este—. Te ves muy lindo cuando estás todo rojo —JungKook molestó y TaeHyung le miró mal.
—Pierdes puntos con esto. —Sonrió inocentemente y JungKook abrió la boca medio en shock.
—Espera, no es justo. Simplemente te he hecho un cumplido. —TaeHyung se encogió de hombros y disimuló una sonrisa ante la cara inconforme que este puso—. Bueno, como sea, ¿tienes algo que hacer después?
—Uh, en realidad sí. —Sonrió culpable—. Tengo una entrevista a la que ir cuando salga de aquí, en realidad, NamJoon vendrá por mí.
—Oh —JungKook murmuró por lo bajo—. Y, ¿el domingo estarás ocupado? Me gustaría invitarte a salir.
TaeHyung arqueó las cejas, él en verdad era muy directo:— No puedo tener citas, JungKook, estoy comprometido. —El alfa arrugó el ceño y chupó su labio inferior.
—Entonces, ¿una salida? Ya sabes, como amigos. —TaeHyung entrecerró los ojos cuando le escuchó murmurar por lo bajo un "por ahora", pero fingió que no lo hizo.
—Está bien, tengo libre el domingo. —Y no mentía, porque no tenía ningún compromiso y YoonGi no le había hablado sobre ningún plan.
—Excelente, entonces, ¿me das tú número? —TaeHyung asintió y esperó a que este sacara su celular para dictarselo.
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Eran exactamente las nueve de la mañana cuando YoonGi entró al piso donde se encontraba la oficina de JiMin. Una vez salió del ascensor, se acercó hasta la secretaria/recepcionista de este (que si no mal recuerda, se llama Lisa) para preguntar si el menor estaba libre.
—En realidad, sí, está adentro con el pequeño HaNeul. —Sonrió educadamente y YoonGi asintió.
—¿Puedes preguntarle si puedo pasar, por favor? —Ella asintió y lo hizo.
JiMin contestó positivamente, así que se despidió de ella y fue hasta la oficina del omega, abriendo la puerta con un poco de dificultad debido a los vasos de café en sus manos.
—¡Señor Min! —El gritó de su niño le recibió nada más entró.
—Hey, campeón. —YoonGi sonrió alzando los vasos en sus manos y cuidando de no derramarlos cuando HaNeul corrió hacia él y casi se estrelló en sus piernas—. Hola bebé, también te extrañé. Buenos días, por cierto. —Levantó la mirada para saludar a JiMin.
—Buenos días. —JiMin asintió y él avanzó hasta estar frente al escritorio de este una vez HaNeul se separó.
—Traje esto para ti. —YoonGi le entregó uno de los vasos a JiMin y este lo tomó con una mirada sorprendida.
—Vaya, gracias. La verdad hoy no tuve tiempo de pasar por uno. —JiMin tomó un sorbo del café y sonrió—. Justo como me gusta.
—Lo sé. —YoonGi sonrió y JiMin le dio una mirada que no supo identificar—. También traje algo para tí, bebé —comentó mirando al pequeño.
—¡¿En serio?! —HaNeul gritó con emoción y él asintió—. ¡¿Qué es?! ¡¿Qué es?!
—Te traje ¡leche chocolatada! —Contestó, sacando la caja con la leche del bolsillo interior de su saco y entregándosela al pequeño, quien le agradeció y se la mostró su papi.
—Ya vi, bebé, tu favorita. —HaNeul asintió y se sentó en una de las sillas frente al escritorio para beberla después que JiMin introdujera la pajilla en la abertura, YoonGi le imitó—. Entonces, ¿qué te trae por aquí tan temprano?
—Oh, eso, vine a buscar a HaNeul. —YoonGi miró al pequeño quien se giró hacia él gritando un pequeño "¿de verdad?"—. Así es, pero es solo si tú papi te deja.
—¿Puedo papi?, ¿sí? Dí que sí —rogó HaNeul y JiMin les miró dudoso.
—No lo sé, yo...
—JiMin —YoonGi suspiró—. Sé que te pone nervioso dejarme solo con HaNeul y que tal vez aún no me tengas esa confianza, pero te juro que voy a cuidarlo y que no haré ninguna tontería.
—No es eso, YoonGi. Confío en ti y sé que lo cuidarías, es solo que... —JiMin se removió un poco en su asiento y negó con la cabeza—. En todo caso, ¿no deberías estar trabajando?
—La verdad es que ya debería estar en la oficina, sí. —Sonrió—. Pero como no tengo muchas cosas pendientes, pensé en que podría llevarme a HaNeul allí y luego podríamos ir a pasear y tener todo un día solo de padre e hijo.
YoonGi miró a HaNeul quién succionaba la pajilla de su leche y le miraba con grandes y resplandecientes ojos, claramente emocionado por su idea.
—¿Eso te gustaría, bebé? —HaNeul asintió fervientemente y dejó su leche a un lado para darle una gran sonrisa.
—Sí, eso me gustaría mucho. Papi por favor dí que sí. —HaNeul hizo un pronunciado puchero hacia el omega y le miró con sus ojos de cachorrito.
JiMin sonrió enternecido y terminó asintiendo, al parecer incapaz de negarse al pedido de su bebé.
—Está bien —JiMin dijo y padre e hijo le dieron una sonrisa idéntica.
—Gracias por esto —YoonGi le miró directamente a los ojos y la mirada de JiMin se suavizó antes de asentir—, de verdad es muy importante para mí.
—No hay problema, solo... cuídalo mucho, ¿sí? Aún no termino de recuperarme del susto de ayer. —JiMin hizo una mueca y YoonGi asintió comprensivo—. Ya tuve una charla con HaNeul acerca de eso, pero aún así.
—Está bien, papi, te prometí que no lo volvería a hacer y no lo haré. —Ambos adultos miraron a su pequeño hijo y le sonrieron—. Confía en mí.
—Lo hago, mi amor, ambos lo hacemos, ¿no es así, YoonGi? —JiMin le miró y YoonGi corroboró sus palabras con un sentimiento.
—Por supuesto que sí.
Diez minutos después, YoonGi y HaNeul se encontraban en el auto del alfa saliendo hacia la autopista principal con camino al bufet de abogados donde este trabajaba. Por supuesto, no sin que antes recibieran una charla de parte del omega sobre todo lo que deberían y no deberían hacer.
Cuando YoonGi se cansó de escucharle, le silencio diciendo que confiara en su criterio y JiMin terminó rindiéndose, dándole una pequeña mochila donde estaban las cosas de HaNeul. Y hablando de este, él se encontraba extrañamente silencioso, por lo que YoonGi miró por el retrovisor lo que hacia en los asientos traseros.
—¿Qué pasa, bebé? ¿Ya no quieres ir conmigo al trabajo? —YoonGi se detuvo cuando el semáforo se puso en rojo y se giró levemente para encarar al infante—. Está bien si ya no quieres, siempre podemos regresar si es así.
YoonGi estaría muy decepcionado, porque él de verdad había planeado todo lo que harían desde que se había levantado esa mañana con la resolución de que quería pasar el día con su pequeño. Por suerte HaNeul negó con la cabeza, haciéndole saber que ese no era el problema.
— ¿Entonces?
— Es sólo que... Usted es mi padre, ¿no es así, señor Min? —Preguntó el pequeño, jugando con sus dedos y mirando estos atentamente.
YoonGi arqueó las cejas entre curioso y confundido por la repentina pregunta.
—¿Creí que ya lo habíamos dejado en claro?
—Ya sé, es solo que... —HaNeul le miró por un segundo pero volvió a desviar la mirada rápidamente.
YoonGi estaba comenzando a preocuparse por su actitud, ¿podría ser que alguien le dijo algo acerca de eso? YoonGi tuvo que girarse y arrancar el auto cuando comenzaron a tocarle bocina, el semáforo se había puesto verde.
—Puedes decirme lo que sea que te moleste, bebé. Puedes confiar en mí. —YoonGi le miraba furtivamente a través del retrovisor.
—Es que yo... como tengo dos papás, uno omega que es mi papi y uno alfa que es usted, me preguntaba si... —HaNeul titubeó.
—¿Sí, qué? cariño.
—Es que como le digo papi a papi JiMin, me preguntaba si podría decirle papá a usted en vez de señor Min. —HaNeul alzó la mirada y la posó en su cabeza.
El corazón de YoonGi saltó de alegría, amaría que su bebé lo llamara así, en realidad, él lo quiso desde el primer día, simplemente no le había dicho nada porque no quería presionar ni imponerse de ninguna forma a su pequeño. HaNeul le había dicho papá solo una vez y YoonGi había sido el hombre más feliz entonces, pero su niño había estado más dormido que despierto cuando lo hizo, así que cuando lo volvió a ver y este siguió llamándolo señor Min, YoonGi dedujo que lo había hecho inconscientemente.
—Por supuesto que sí, cariño —contestó con voz afectada—. Eso me haría sumamente feliz.
HaNeul sonrió en grande y YoonGi correspondió la sonrisa a pesar de que tal vez este no se diera cuenta, su aroma expandiéndose en el interior del vehículo debido a lo feliz que él y su león estaban debido a ello.
—Está bien... papá. —YoonGi ronroneó satisfecho por como sonó esa pequeña palabra saliendo de los labios de su niño.
HaNeul suspiró y se recostó contra su asiento, sintiéndose cómodo y arrullado por el aroma de su padre alfa y por lo ronroneos que este soltaba de tanto en tanto.
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—Señor Min, por fin llega. —Su secretaria le aborda nada más llega a su piso.
—¿Qué pasó ahora, señorita Yang? —Le preguntó.
Está abrió la boca como si fuera a decirle algo, pero luego la volvió a cerrar y miró hacia bajo a su lado, poniendo sus ojos en HaNeul quien miraba todo alrededor con curiosidad.
—Señor Min, hay un niño sosteniendo su mano —dijo Yang estúpidamente.
YoonGi blanqueó los ojos y negó con la cabeza.
—Ya lo sé, señorita Yang. Soy quien lo está sosteniendo —aclaró solo por sí esta realmente no lo captaba.
—Pero ¿por qué? Quiero decir, ¿quién es?
—Es mi papá. —HaNeul miró a la chica frente a él y le dio una deslumbrante sonrisa.
Yang abrió los ojos en grande y miró de HaNeul a él con estupefacción. YoonGi rio internamente, su secretaria era tan graciosa en ocasiones.
—¿Es su hijo? —Ella preguntó atropelladamente, YoonGi asintió—. Pero ¿cuándo? ¿Cómo lo tuvo? Quiero decir, sé como se hacen los bebés, pero, eh... ¿creí que el señor Kim y usted no tenían hijos?
—Eso es porque no es hijo de TaeHyung —contestó con simpleza, encaminándose hacia su oficina. Yang le seguía a sus espaldas.
—¿No lo es? ¿Entonces de quién es? No me diga que... —ella jadeó de repente y YoonGi se giró en su dirección justo cuando abrió la puerta de su oficina—. ¿Lo engaña?
—¿Engañar? —HaNeul preguntó.
YoonGi miró impasible a su entrometida secretaria y negó con la cabeza.
—¿Qué clase de persona cree usted que soy, señorita Yang? —Preguntó severo, girándose hacia HaNeul y sonriéndole levemente para indicarle que entrara—. Por supuesto que no engaño a mí pareja.
—Lo siento —Yang se disculpó rápidamente, YoonGi vio por el rabillo del ojo cómo esta hacía una pequeña reverencia—. No ha sido mi intención ofenderle, señor Min. Es solo que la noticia me ha... tomado por sorpresa.
YoonGi suspiró y entró a la oficina, encontrando a HaNeul en medio de esta mirando todo casi embelesado. Se acercó a él y lo cargó para irse a sentar tras su escritorio. Yang se quedó parada frente a este, aún mirando a su bebé con ojos desorbitados.
YoonGi giró los ojos y le indicó que se sentara, esta lo hizo y le dedicó una mirada agravada.
—¿Qué es lo que quieres preguntar? —Suspiró.
—¿Cuántos años tiene?
—Tengo cinco —fue el mismo HaNeul quien contestó, mostrando una de sus manos con los cinco dedos alzados—. ¿Cuántos tiene usted? Y eh... ¿cómo se llama?
YoonGi sonrió hacia HaNeul y besó su cabecita.
—Tengo muchos más que tú, eso es seguro —Yang le contestó, sonriendo enternecida hacia el infante—. Y me llaman JungHee.
—Es usted muy bonita, señorita JungHee —HaNeul le dijo y ésta soltó una risa avergonzada.
—Oh, él tiene su misma sonrisa, señor Min, en realidad es muy parecido a usted si se le mira bien. Es muy encantador.
—Gracias, usted también lo es —HaNeul comentó, sacándole una sonrisa a ambos adultos.
—Y al parecer también es todo un galán. —Yang miró al alfa—. Entonces lo tuvo antes de estar con el señor TaeHyung, ¿no?
YoonGi asintió y abrió su laptop para comenzar su trabajo.
—Así es, lo tuve con mi antigua pareja —dijo con voz severa, gracias a la diosa Yang pareció captar que no le apetecía profundizar en el asunto porque esta asintió.
—Entiendo. Aún así, tiene usted un niño muy guapo y adorable señor Min.
—Gracias —dijeron padre e hijo al mismo tiempo, haciendo a la secretaria sonreír—. Entonces, ¿me dirá por qué parecía tan desesperada cuando llegué? —YoonGi agregó.
Yang respingó en su asiento soltando un alto jadeo, al parecer recordando la cosa tan importante por la que le buscaba.
—Cierto, casi lo olvido —comentó avergonzada—. El jefe estuvo aquí y preguntó por usted, dijo que por favor pasara por su oficina en cuanto llegara.
YoonGi frunció el ceño ante eso, preguntándose internamente por qué el jefe querría hablar con él.
—Y, ¿hace cuánto fue eso? —Yang miró su reloj de pulsera antes de contestar.
—Hace exactamente una hora y cincuenta seis minutos. —YoonGi abrió los ojos en grande y gruñó.
—Yang...
—Lo siento, señor Min. —Esta respingó—. Pero no se preocupe, le excuse diciendo que estaba resolviendo algunos pendientes y por eso no había llegado.
YoonGi suspiró y rodó los ojos; negó con la cabeza, su secretaria era un caso perdido, no entendía por qué no le había llamado en cuanto su jefe procuró por él, pero no siquiera perdería el tiempo en reclamarle.
—Simplemente cuida de HaNeul mientras averiguo qué quiere, ¿ok? —YoonGi se puso de pie y dejó a HaNeul sobre su silla.
—¿Te vas? —HaNeul le miró ansioso.
—Sí, pero será solo por unos minutos. —Le sonrió apacible—. Yang cuidara bien de ti, pídele cualquier cosa que quieras, ¿sí?
HaNeul apretó los labios y le miró dudoso, al parecer no muy convencido de quedarse solo con alguien a quien literalmente acababa de conocer.
—Pero volverás rápido, ¿no?
—Tan pronto como pueda. —YoonGi rebuscó en la mochila del pequeño algo que pudiera entretenerle en lo que volvía, terminado por sacar un cuaderno para colorear y sus respectivos colores—. Puedes entretenerte con esto mientras tanto, sí hay algo que te moleste, puedes decirle a Yang o pedirle que me llame, ¿ok?
—Bueno. —HaNeul asintió y miró a su secretaria, quien le sonrió—. Solo no tardes.
—No lo haré. —YoonGi se inclinó y besó la cabecita de su pequeño, dejando las cosas en su escrito frente a este.
Alzó la silla para que pudiera alcanzar sin problemas sus cosas, le dio una mirada a Yang y le hizo un ademán con la mano antes de retirarse. Esta asintió captando el claro mensaje que el gesto significaba y YoonGi salió de la oficina dándole una última mirada a su bebé.
🦁🦁🦁
JiMin miró pensativo los tres platos en la mesa, aún no entendía por qué había puesto tres platos si solo cenarán HaNeul y él, ya que JungKook tampoco vendría esa noche.
Se negaba a pensar que lo había puesto por YoonGi, porque eso sería bastante tonto de su parte. Eran las ocho y algo de la noche, el alfa había llamado una hora antes para avisarle que ya iban en camino a la casa. Desde que este le había llamado, JiMin se había puesto a hacer la cena (porque le preguntó si habían cenado y YoonGi contestó que no) y desde un principio había puesto comida de más.
Es por eso que no podía evitar preguntarse si por alguna razón tenía esperanzas de que se quedara a cenar, no quería creer que era así, porque como ya dijo, sería estúpido de su parte. Bastante estúpido en realidad, tomando encuentra lo que pasó la última vez que él estuvo en su casa y terminó quedándose más de lo debido.
"Estas actuando irracionalmente, JiMin", se dijo.
JiMin se puso de pie (puesto que estuvo sentado en el comedor todo ese tiempo) dispuesto a guardar el plato extra, pero justo entonces el timbre sonó. JiMin cerró los ojos y maldijo, apurándose a ir a abrir cuando volvieron a timbrar dos veces más.
—¡Ya voy! —Gritó, porque pareciera que querían fundirle el timbre.
—¡Papi rápido que me hago pis! —Escuchó el grito amortiguado de su niño, así que se apuró incluso más—. ¡Por fin! —Su pequeño gritó nada más abrió la puerta, entonces corrió al interior de la casa.
—¡HaNeul ¿Qué te he dicho de correr de esa forma?! —Le reprendió.
—¡Lo siento, papi, pero se me va a salir! — JiMin escuchó un portazo luego de eso y dedujo que este había llegado al baño finalmente.
JiMin escuchó una risita a su lado y fue entonces que reparo en el alfa, se giró en su dirección y sonrió algo incómodo.
—Hey —YoonGi saludó.
—Hola otra vez. —Asintió y ambos se quedaron en un incómodo silencio durante varios segundos—. Y... ¿cómo les fue?
—Nos fue muy bien la verdad, hicimos un montón de cosas divertidas. —YoonGi se removió un poco—. Este, JiMin, perdona la molestia, pero ¿podrías prestarme tu baño? Es que sinceramente yo también necesito ir. —Le sonrió avergonzado.
—Uh, por supuesto, pasa. —JiMin se hizo a un lado y YoonGi entró a su casa.
El omega suspiró cuando el aroma del alfa se coló en su nariz con más intensidad cuando éste paso cerca de él.
—Gracias.
—No hay de que. Ven, te guiaré hasta allí. —JiMin se mordió el labio nerviosamente una vez le dio la espalda al alfa y comenzó a guiarlo hasta el baño de la planta baja.
Cundo llegaron allí, HaNeul recién salia de este, sus manos húmedas mientras se secaba de la ropa.
—Bebé, ¿no te he dicho que te seques las manos con la toalla?
—Sí, es solo que siempre lo olvido. —HaNeul le miró culpable y JiMin negó con la cabeza.
—Solo esfuérzate un poco más en recordarlo, ¿bueno? —JiMin acarició el azabache cabello de su niño y este asintió—. Ya puedes pasar —le dijo al alfa.
—Con permiso —YoonGi murmuró y se encerró en el baño.
JiMin guio a HaNeul hasta el comedor y le ayudó a subir en una de las sillas. Luego sin decir ni una palabra, comenzó a servirle la cena. Tampoco es como si necesitara decir nada, la clara emoción de su pequeño ante la comida le dejo en claro que este tenía bastante hambre.
—Gracias, papi, está muy rico. —HaNeul le dijo con una sonrisa después de haber comido varios bocados.
—Siempre es un placer cocinar para tí, mi amor. —Le acarició la mejilla con los dedos, sacándole una risita a su pequeño.
—Siempre es un placer comer lo que me haces.
JiMin soltó una risa por las palabras de su pequeño y se sirvió en su propio plato. YoonGi llegó hasta ellos dos minutos después y se quedó parado en medio de la entrada.
—Aquí están —el alfa dijo, llamando la atención de ambos.
—Oh, sí. Por favor siéntate y te serviré —JiMin maldijo interiormente y se mordió la lengua cuando las palabras salieron de su boca sin que pudiera detenerlas, en realidad salieron demasiado naturalmente para su gusto—. A menos que ya debas irte.
—Yo... ah, creo que puedo quedarme —el alfa respondió no muy seguro—. Sí no te molesta.
—Yo... uh, para nada. —Sonrió un poco—. Vamos siéntate y te serviré.
—Genial, papá se quedará a cenar. —HaNeul aplaudió—. Ya verás papá, papi cocina riquísimo.
JiMin soltó una risita y miró con ternura hacia su pequeño. Levantándose para rellenar el plato de YoonGi una vez este tomó asiento.
—Oh, no es necesario, puedo hacerlo por mí mismo. No tienes que molestarte, por favor siéntate —YoonGi se apuró a decir.
JiMin negó con la cabeza y se encogió de hombros.
—No es ninguna molestia, solo dime qué vas a querer y qué no. —YoonGi le miró con duda, pero al final terminó pidiendo de todo un poco.
Una vez JiMin dejó el plato frente a él y le sirvió un poco de agua y jugo al igual que a HaNeul y él, tomó asiento para seguir con su propia comida. Ellos se mantuvieron comiendo en un silencio extrañamente cómodo durante varios minutos.
Entonces HaNeul dijo:— Es la primera vez que cenamos en casa los tres juntos como una verdadera familia.
Tanto YoonGi como JiMin dejaron los cubiertos suspendidos a mitad de camino a su boca y se miraron a los ojos entre incómodos y nerviosos. Luego miraron a su sonriente hijo.
—Bebé...
🦁🦁🦁
Stars_Saturn.
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