Capítulo 1

JiMin agradeció a Lisa con un ademán de cabeza y tomó la carpeta que esta le extendía. JiMin amaba su trabajo, si bien ese no fue su sueño desde siempre, se sentía muy conforme con los resultados.

Actualmente era un reconocido wedding planner y organizador de eventos varios; era bueno en su trabajo, muy bueno en realidad. Su eficacia y buen gusto llamo rápidamente la atención de las personas y su fama comenzó a crecer con relativa rapidez. Por supuesto, esto solo fue el producto de su empeño y dedicación, así que... sí, estaba bastante satisfecho y feliz con su trabajo.

Estuvo a punto de entrar a su oficina para encontrarse con sus nuevos clientes cuando la voz de Lisa volvió a llamar su atención.

—HaNeul debe estar por llegar, mandé a alguien para que le recogiera hace rato —ella dijo mirando su reloj de pulsera.

—Gracias Lisa, no sé qué haría sin ti. —Le sonrió agradecido y se adentró a la sala sintiéndose más relajado con ese tema resuelto—. Buenas tardes, mi nombre es Park JiMin, es un placer conocerlos —se presentó mientras hojeaba la carpeta con la información.

JiMin se puso rígido en su lugar, pues no tenía que levantar la cabeza para saber quiénes eran, él supo de quienes se trataban incluso antes de que ambos respondieran. JiMin reconocería esos aromas incluso en medio de un millar de personas, en especial el de él, Min YoonGi.

Su compañero y la persona que le rompió el alma en mil pedazos.

--¡Oh, cielos! No me lo creo, ¡JiMin! —Entonces JiMin se encontró con unos brazos rodeando fervientemente su cuello. TaeHyung se separó lo suficiente como para poder sostener su rostro entre sus manos—. Mírate, estás tan hermoso. —Sonrió en grande.

—TaeHyung —saludó cortésmente—. Ha sido un tiempo —agregó, evitando con todas sus fuerzas sucumbir ante la tentación y mirar hacia el lugar de donde provenía el más-lamentablemente-exquisito olor que podría percibir jamás.

—Han sido años, JiMin, ¡años! —Reprochó, jalándolo hasta su escritorio y haciendo que se sentara en su silla—. Hay tantas cosas de las que hablar, tanto de lo que ponernos al día... ¿Por qué te fuiste así de un momento a otro?, ¿qué ha sido de tu vida?, ¿abandonaste tu sueño de bailarín?, ¿este se convirtió en tu nuevo sueño?, ¿a dónde fuiste?, ¿siempre estuviste aquí?, ¿por qué nunca volviste a comunicarte con nosotros si habías regresado?, ¿por qué...?

—TaeHyung —le interrumpió el mayor en la sala—, más de espacio, lo estás hostigando. —El mencionado solo rio medio avergonzado.

--Lo siento —se disculpó con él, JiMin parpadeó medio aturdido, pero luego negó.

—Está bien, no te preocupes. —Sonrió genuinamente, recordando los viejos tiempos—. No creí que te haría tanta falta —murmuró.

—¿Cómo no?, mi mejor amigo se esfumó y ni siquiera se despidió de mí —dijo con una triste sonrisa. JiMin se sintió algo culpable.

—Lo lamento mucho, TaeHyung.

—No importa, ahora estás aquí y estás bien, que es lo importante. —TaeHyung acarició cariñosamente sus manos y luego las dejó ir—. Ahora estoy incluso más feliz de haberte elegido como nuestro asesor y organizador de bodas, lo que me recuerda... ¿conoces a YoonGi? —TaeHyung entrelazó su mano con el mencionado.

La sonrisa de JiMin se congeló durante unos segundos, pero se obligó a sí mismo a mirar en dirección al mayor. Su corazón se aceleró y su omega levantó las orejas sintiéndose alerta al estar bajo la penetrante mirada de su alfa. JiMin se reprendió por ello, porque claro, YoonGi en realidad no lo era, aún así sonrió educadamente al mayor.

—Por supuesto. es imposible no conocer al afamado abogado Min. —JiMin no se perdió la leve mueca de este, igual la ignoró—. ¿Cómo está, señor Min?, es un placer conocerlo.

—Igualmente; estoy bastante bien, la verdad. —El conocido pero ya no tan familiar tono ronco de voz, le hizo estremecer. Su omega interior gimoteó, queriendo lanzarse sobre el que sabía su alfa y restregarse contra él. Sin entender por completo la razón por la que no podía hacerlo.

Omega tonto, JiMin le siseó y este le gruñó. Carraspeó.

—Eso es bueno. —Asintió, disimulando lo mejor que pudo lo mucho que afectaba su presencia—. Y, ¿en qué puedo ayudarlos? —Preguntó, recargando sus codos sobre su escritorio y entrelazando sus manos.

—Bueno, como ya es obvio, nos vamos a casar.

Exacto, es obvio; sin embargo, el corazón de JiMin dio un doloroso latido. JiMin se obligó a recomponerse y asintió a las palabras de este; TaeHyung continuó.

—Queremos que nos ayudes a buscar un hermoso establecimiento para la recepción y que me ayudes a elegir entre estas tres iglesias —dijo, sacando unas fotos de las mencionadas.

JiMin no tuvo que mirar dos veces para saber cuál elegir, así que simplemente sacó la foto del medio de entre las otras dos y la señaló.

—Definitivamente será esta; sé de algunos locales bastante hermosos y espaciosos no muy lejanos del lugar, creo que te gustarán mucho. —TaeHyung aplaudió complacido y JiMin sonrió, prendiendo su ordenador.

—Oh, esto es magnífico, te juro que no sabía por cuál decidirme. —Hizo un mohín—. Me alegro de que estés junto a mí para este momento, JiMinnie. —JiMin sonrió entre melancólico y enternecido.

—Yo también me alegro, TaeHyunggie. —Y aunque en fondo doliera, no estaba mintiendo—. ¿Ya pensaron en qué tipo de decoración quieren? —TaeHyung dio un saltito en su lugar.

—La verdad es que sí, YoonGi dijo que no importa qué, pero quiere rosas azules en la decoración. —JiMin flaqueó y dejó de hacer anotaciones en la ficha de la pareja por un momento.

—¿Azules? —Susurró.

—Sí, ¿no es buena idea?, ¿es gracioso, no?, recuerdo que tu querías que la decoración de tu boda fuera igual. —El labio inferior de JiMin tembló durante un momento en lo que miró directamente a los ojos de YoonGi.

—Sí, así es —contestó con la vista fija en él, YoonGi le miraba con una intensidad algo perturbadora. Devolvió la vista hacia TaeHyung—. Será una hermosa decoración. —TaeHyung sonrió y asintió de acuerdo.

—Lo sé, en realidad me gustó tanto la idea porque me recordó mucho a ti. —susurró. JiMin quiso llorar.

—Me halagas, cariño. No te preocupes, sé exactamente cómo decorar todo, solo tendremos que ponernos de acuerdo para ver si te gusta el diseño y ajustar algunos detalles. —Hizo algunas anotaciones sobre las flores, mesas y demás antes de volver a mirarlos—. Solo hay un pequeño asunto, podría salir algo caro, las rosas azules de por sí son algo caras y bueno... --Hizo una mueca.

—No te preocupes por eso, no tienes que escatimar gastos, tienes vía libre —YoonGi dijo, JiMin asintió.

—Bueno, entonces qué tal si comenzamos a hablar sobre...

JiMin se vio interrumpido por el fuerte sonido que hizo la puerta al azotarse contra la pared. Luego un pequeño cuerpecito entró gritando y corriendo a la oficina.

—¡Papi!, ¡papi!, ¡lo hice!, ¡lo hice! —El niño corrió hasta llegar donde JiMin y lanzarse sobre su regazo—. Mira, mira, aprobé. —HaNeul puso una hoja frente a su rostro, casi restregándola en su cara.

JiMin tomó la hoja en su mano viendo el A+ en la esquina superior, sonrió en grande dándole un gran abrazo y un sonoro beso a su bebé.

—¡Ese es mi chico!, te dije que lo lograrías. —HaNeul rio encantado, devolviéndole el abrazo con fuerza y asintiendo.

—Sí, lo hiciste. ¡Tenías razón, papi! —Él dio brinquitos sobre su regazo—. Ahora tendrás que comprarme un tarro enorme de helado. —Festejó, moviendo sus bracitos hacia todos lados.

—Oh, ¿es este su hijo, señor Park? —Cuando JiMin escuchó esa voz, los vellos de su nuca se crisparon y todo su cuerpo entró en tensión. Levantó la vista y chocó con la fría y escudriñadora mirada de YoonGi—. ¿Cuántos años tiene? —JiMin tragó saliva.

HaNeul se retorció entre sus brazos hasta que pudo quedar nuevamente de pie en el suelo, luego camino unos pasos hasta estar frente a los clientes de su papi e hizo una profunda reverencia.

—Mucho gusto, mi nombre es Park HaNeul y tengo cuatro años, señor —se presentó educadamente.

TaeHyung chilló y lo tomó entre sus brazos para apachurrar el pequeño cuerpecito y llenar de besos su linda y adorable carita. HaNeul rio encantado con los mimos, por su parte, JiMin estaba a punto de sufrir un colapso mental.

—¡Es la cosita más hermosa que he visto! —TaeHyung le sonrió y JiMin hizo una extraña mueca que creyó fue una sonrisa.

—Tienes razón, es un bebé hermoso. —El corazón de JiMin tuvo un involuntario aleteó de felicidad ante la afirmación del blanquecino; sin embargo, creyó sentirlo caer hasta sus pies cuando este lo tomó en brazos.

—Hey, campeón, ¿por qué llegaste tan feliz? —Le preguntó al pequeño.

JiMin se llevó las manos a su regazo y las retorció con ansiedad, tragándose las ganas de arrancar a su pequeño de entre los brazos del mayor y esconderlo donde nunca pudiera verlo otra vez.

HaNeul, ignorante ante la ansiedad de su papi, le sonrió al hombre que lo sostenía.

—He tomado un examen hoy y saque A+ —comentó con orgullo.

—Wow, pero si eres muy inteligente, ¿esto es por tu papi? —Jaló suavemente su mejilla—. ¿Qué dices, TaeHyung? —El mencionado asintió.

—Totalmente —afirmó—. JiMin siempre fue algo así como un cerebrito.

HaNeul se sonrojó y escondió su carita en el pecho del alfa, donde restregó su mejilla sintiéndose avergonzado.

—Muchas gracias —contestó; TaeHyung acarició su cabecita.

—Es un bebé tan hermoso —le dijo a JiMin, HaNeul se acurrucó aún más contra el alfa y JiMin no pudo soportarlo más.

—HaNeul, ven aquí cachorro; no te aproveches de las visitas cariño. —El pequeño negó, enterrando su naricita en el pecho del alfa e inhaló con fuerza. JiMin estaba a punto de gimotear por la ansiedad.

—Pero papi, hyung huele tan bien. —El pequeño puchereó—. Huele como a menta, como, como... a casa; se siente como en casa. —Suspiró.

—¡HaNeul! —JiMin medio gritó—. ¡Ven aquí ahora!

El niño y los demás adultos respingaron del susto. El pequeño saltó del regazo del alfa y fue hasta donde su papi.

—Lo siento, papi —lamentó agraviado y escaló en su regazo.

JiMin lo abrazó con ansiedad y HaNeul besó su mejilla, pues sintió la agitación de su padre. JiMin suspiró, relajándose lo mejor que pudo y luego miró a la pareja frente a él.

—Lamento si los incomodó, normalmente no es así. —TaeHyung se apresuró a negar con sus manos y cabeza.

—No te preocupes, JiMin, sabes que no soy esa clase de omega. Además, me encantan los niños. —Sonrió.

JiMin asintió y enterró la nariz en el cabello de su hijo, donde aspiró disimuladamente su relajante aroma. JiMin sabía que muchos omegas no reaccionaban muy bien ante una situación similar, así que se sentía aliviado de que TaeHyung se lo tomara tan bien.

Por supuesto, esa no era la única razón de su reacción.

—Entonces... ¿te casaste?, ¿sncontraste a tu alfa y este fue el hermoso resultado? —Cuestionó TaeHyung.

JiMin frunció el ceño y pensó cuidadosamente en qué responder. Miró durante unos segundos cómo HaNeul había tomado una de sus plumas y dibujaba distraídamente en una hoja de su libreta de anotaciones.

—No me he casado —contestó finalmente—. Y sobre el padre de HaNeul... es algo complicado, solo digamos que simplemente se desligó de todo. —JiMin volvió su mirada hacia TaeHyung cuando escuchó su jadeo de indignación.

—No puedo creerlo, ¿qué tan ignorante puede ser alguien para desentenderse de una cosita tan hermosa? —TaeHyung parecía genuinamente desconcertado.

JiMin sonrió irónicamente.

—Te sorprenderías, TaeHyung, hay personas que no saben apreciar lo que la diosa luna les otorga. —JiMin miró hacia el alfa cuando respondió. YoonGi le frunció el ceño.

—Lo lamento tanto, JiMin, no puedo imaginar lo doloroso que debió haber sido —lamentó.

—No te preocupes, estoy bien. Estamos bien, somos HaNeul y yo contra el mundo, no necesitamos a nadie más. —JiMin aseguró.

—Pero aun eres joven, encontrarás a alguien. Tu pareja predestinada aún puede estar por ahí—. TaeHyung reconfortó. JiMin negó.

—No lo creo, TaeHyung, mi compañero no me quiso y yo no voy a forzar nada. He tenido suficiente sobre alfas por el resto de mi vida —aseguró con tanta convicción que incluso él se sorprendió a sí mismo.

—No te preocupes, papi. Creceré y seré un alfa grande y fuerte; seré el alfa de papá —HaNeul dijo, mirándolo con sus grandes e inocentes ojos llenos de cariño.

—Oh bebé, tú ya eres el alfa de papi. El único alfa para papá. —JiMin sonrió amorosamente a su hijo y besó ruidosamente su mejilla, haciendo que su bebé riera.

—Aún así no puedo creerlo, YoonGi y yo no somos parejas destinadas, sé que nos casaremos, pero si el encontrara algún día a su alma gemela yo nunca me interpondría. —TaeHyung entrelazó los dedos con el mencionado y besó el dorso de su mano.

JiMin sonrió con tristeza, él sabía que TaeHyung era sincero con sus palabras. Sin embargo, él ya estaba haciendo justamente eso, aunque fuera inconscientemente.

JiMin no lo culpaba por alejarlo de su alfa, después de todo, fue YoonGi quien se encargó de asegurarle que ellos jamás tendrían algo. YoonGi no lo quería, al menos no para algo más que unos revolcones, como le había dicho.

JiMin jamás aceptaría ser el sucio secreto de nadie, ni siquiera de su alfa. Mucho menos de su alfa.

"¿Por qué no nos quiere?", se cuestionó su omega interior, mientras se hacía una triste bolita.

"Porque no nos ama lo suficiente", JiMin le contestó. "Tal vez no nos ame en lo absoluto".

"Él nos ama", aseguró su omega, "puedo sentirlo".

JiMin decidió dejar que su león se consolara con la mentira.

—Eres una muy buena persona, TaeHyung, tienes un gran corazón. Mereces ser feliz, espero que sean felices. —TaeHyung le dio una gran sonrisa en respuesta.

—Gracias JiMinnie, yo espero que tú encuentres a alguien que te haga feliz. A ambos, a HaNeul y a ti —deseó.

—Papi —HaNeul le llamó, cortando la conversación entre ellos—, tengo que ir al sanitario —le "susurró". JiMin rio, pues estaba seguro que todos le habían escuchado.

—Oh, entonces llamaré a Lisa para que te acompañe, ¿está bien? —Le susurró de vuelta, HaNeul asintió.

—Si quieresm yo puedo llevarlo, aunque más bien él me llevara a mí. También necesito ir. —TaeHyung rio—. ¿Te parece bien HaNeul? —El pequeño asintió y JiMin le dejó ir hasta el otro omega.

—Vamos, hyung, yo lo guiaré. —HaNeul tomó la mano del mayor y le guio hacia la puerta—. Ya volvemos papi, y no se preocupe hyung, cuidaré bien de su omega —Dijo a JiMin y YoonGi respectivamente, con una solemne expresión enmarcando su tierna carita.

El alfa sonrió, pero luego se puso serio rápidamente y asintió.

—Gracias, eso me deja mucho más relajado —contestó en un tono serio—. Confiaré en ti.

—No lo decepcionaré, hyung —HaNeul respondió, como si llevar y traer a TaeHyung a salvo del baño fuera una misión de suma importancia.

—Oh, me siento tan seguro —TaeHyung bromeó y HaNeul asintió con seriedad, finalmente ambos salieron de la oficina.

JiMin rio enternecido por las ocurrencias de su bebé, lo ama tanto... el omega suspiró y miró los apuntes de su ordenador. JiMin anotó el nombre del restaurante al que pediría el servicio de cáterin después de que hablara con la pareja sobre los platillos que se servirían, se preguntó si ya tenían idea de a qué repostería ordenarían el pastel.

Escuchó un carraspeo y casi salta del susto, por un momento olvidó la presencia del alfa, lo cual en realidad fue algo estúpido. JiMin le miró con el ceño levemente fruncido.

—¿Pasa algo, YoonGi-ssi?, ha estado más callado de lo normal. —YoonGi le miró con intensidad.

—Es mío, ¿no es así? —Él inquirió.

JiMin casi se traga su propia lengua de la impresión, él no entendía cómo el mayor había llegado a esa conclusión, ¿tal vez había sido demasiado obvio? Sudor frío se deslizó por sus sienes, YoonGi no podía saberlo, él solo lo estaba suponiendo, si finge desconcierto él no se enterara, ¿verdad?

Por favor, que no se dé cuenta.

—¿De qué está hablando, hyung? —Cuestionó, fingido desconcierto.

—Sabes bien de lo que hablo JiMin. —El tono de YoonGi sonó tan frío, que por un momrnto sintió el fantasma de una leve escarcha formarse en su espalda.

—Yo no...

—JiMin —YoonGi interrumpió—. Deja de fingir y dime la verdad, ¿el cachorro es mío?

JiMin palideció y tragó con fuerza, se obligó a sí mismo a recomponerse, él no le daría motivos a YoonGi para que pensara que es padre de HaNeul, sin importar que en realidad lo fuera.

YoonGi ya era agua pasada en su vida, él ya se había desecho de él una vez. YoonGi ya le había dicho que no le interesaba tener nada con él a menos que fuera sexo, él le dio a elegir y JiMin eligió. El alfa ya no era parte de su vida, no importa que este fuera su pareja destina, al él no le importó en aquel entonces, a JiMin no le importa ahora.

—No estoy seguro de que le hizo llegar a esa conclusión, YoonGi-ssi, pero le aseguro que HaNeul no es su hijo —aseveró con tanta calma y seguridad que incluso el mismo llegó a creerlo.

—¿Por qué me mientes? —YoonGi preguntó, no creyendo ni una de sus palabras—. Tus manos están temblando y desviaste la mirada por un segundo cuando contestaste, justo lo que haces cuando mientes.

JiMin inhaló con fuerza e irguió los hombros antes de mandarle una mordaz mirada al mayor.

—HaNeul no es tuyo. —YoonGi se acomodó en la silla y cruzó las piernas.

—Muy bien JiMin, casi te creo. —Asintió.

—YoonGi, estoy siendo serio, ni siquiera sé por qué crees que es tuyo. —YoonGi no contestó inmediatamente, solo lo miró fijamente durante unos segundos.

—Muy bien, si estás tan convencido de que no es mío, supongo que no te importará que me haga una prueba de paternidad, ¿no es así? —JiMin se tensó.

—¿Qué ganarías con eso?, ya te he dicho que no es tuyo, no entiendo por qué insistes —farfulló entre dientes.

—Porque de esta forma puedo comprobar lo que te niegas a confirmarme. —La sonrisa astuta que el hombre le dio, provocó que su cuero cabelludo hormigueara y los músculos de su cuerpo se apretaran—. No hay forma de que niegues nuestra sangre. Voy a hacerme la prueba, JiMin, y si el cachorro es mío, juro que voy a quitártelo —amenazó.

JiMin estaba a punto de sufrir un colapso mental y el hecho de que su omega de repente estuviera tan inquieto no le ayudaba en nada.

--Por supuesto —el alfa agregó un momento después—, puedes decirme la verdad y evitarnos todo esto. —YoonGi arqueó las cejas y le miró con diversión. Al omega se le llenaron los ojos de lágrimas.

—¿Por qué haces esto? —Inquirió, su voz sonando estrangulada—. ¿Qué ganarías si así fuera?, además, sabes tanto como yo que no puedes simplemente quitármelo —defendió.

—¿Estás seguro? —Cuestionó—. Porque ya sabes, podríamos ir a juicio y yo podría acusarte de esconderme la existencia de hijo.

—¡No es tú hijo!, ¡es Mí hijo! —JiMin perdió los estribos, poniéndose abruptamente de pie y azotando su escritorio con sus puños—. ¡Es mío!, ¡yo lo cargué en mí vientre durante nueve meses!, yo fui quien lo cuidó cuando enfermó, yo soy su padre, ¡yo!, ¡no tú!, ¡yo! —Se apuntó sí mismo.

Cuando la agitación y la rabia comenzó a disminuir, fue que JiMin se dio cuenta que le había confirmado indirectamente al alfa que era el padre del cachorro.

Las fuerzas abandonaron su cuerpo y sus piernas se doblaron bajo su propio peso; JiMin se desplomó nuevamente sobre su silla. Él llevó los codos sobre el escrito, se cubrió el rostro con las manos y lloró de impotencia.

—No puedes quitármelo, YoonGi, él es todo lo que tengo. No puedes quitármelo —repitió entre sollozos. Sus hombros se sacudían por el llanto y a JiMin no le importó que el alfa le viera llorar. Deseaba ser más razonal, pero el estrés simplemente había logrado superarle—. Tú no nos quisiste YoonGi, te desentendiste de nosotros —acusó.

—No me dijiste que estabas esperando a mi cachorro, JiMin. —La voz del mayor se escuchó más cerca de lo que creyó cuando un toque llegó a su rodilla, fue entonces que se dio cuenta que éste se había agachado a su lado.

—No me dejaste, yo fui a decírtelo, pero cuando insinué que debíamos tener algo serio, tú me pusiste un ultimátum. —Esnifó—. Tú sólo querías divertirte, YoonGi, yo iba a tener un bebé y tu dijiste que no querías nada más que sexo de mí, ¿qué querías que hiciera?, yo no podía tener solo eso, así que elegí. —Él buscó unos pañuelos en uno de los cajones y se limpió la nariz y la cara.

—JiMin, si tú me hubieras dicho la verdad yo...

—¿Qué? —Le cortó—. Hubieras estado conmigo, habrías cuidado de mí, ¿no?, ¿eso vas a decir? —Giró la silla para darle el frente, YoonGi apretó sus muslos con sus manos.

—Sí —contestó.

—No, YoonGi, no —se opuso—. Yo soy tu... era —se corrigió—, era tu compañero predestinado y eso no fue suficientemente para que te quisieras quedar conmigo, yo no iba a obligarte a que lo hicieras. —Movió la cabeza negativamente.

—Lo siento —se limitó a contestar el alfa—. De verdad lo siento, sé que el hecho de que me disculpe no arreglará nada, pero tenía que decirlo.

Los ojos del omega se volvieron a llenar de lágrimas, pero las retuvo. Ya había llorado demasiado en el pasado, ya no lo haría más.

—Ya no importa —suspiró—, ahora todo está bien, tú hiciste tu vida y yo la mía, y estamos bien; así que no importa.

—JiMin...

—Olvídalo, YoonGi. —Es lo mejor, se dijo a sí mismo—. Yo ya lo olvidé, no es como que algo fuera a cambiar después de todo. Tú te casarás con TaeHyung, yo los ayudaré a organizar su boda y luego cada quien seguirá con su vida —cijo.

—Pero HaNeul...

—Es tuyo —confirmó, sintiéndose más comedido—. Tal vez no hice las cosas bien en aquel entonces, pero no me arrepiento de todo lo que paso, en realidad te agradezco. —Le miró a los ojos.

—¿Me agradeces? —YoonGi parecía desconcertado—. ¿Por qué?

Porque —murmuró, mientras le tomaba de los antebrazos y le instaba a pararse. YoonGi lo hizo y él también—, me regalaste lo más hermoso que tengo. —JiMin se acercó y besó su mejilla—. Gracias—susurró.

YoonGi le miró directamente a los ojos y él le sonrió genuinamente, entonces él lo agarró de las caderas y lo atrajo hacia su cuerpo.

—¿Qué haces?

—Te abrazo.

—Pero ¿por qué?

—Por haberme regalado un hijo —murmuró contra su cabello—. Porque estoy agradecido de que fueras valiente y lo conservaras a pesar de que no tenías quién te ayudara, por seguir a adelante, por cuidarlo. Por decírmelo—susurró.

—No es como que me hayas dejado opción —le reprochó, mientras le respondía el abrazo.

Será la última vez, se dijo, la última vez que me deje disfrutarlo.

—Lamento eso, la verdad nunca te lo quitaría, es solo que sé lo testarudo que eres y yo lo sentí, ¿sabes?

—¿Lo sentiste? —JiMin le miró a los ojos.

—Sí, en cuanto entró y puse mis ojos en él, sentí como si un hilo que estuvo ahí desde hace mucho pero del que no era consciente comenzó a tirar de mí. —YoonGi dijo, su vista nublada como si estuviera recordando el momento exacto en el que sucedió—. Supe que me pertenecía, que era parte de mí. Se sintió justo igual a como... —De repente él sacudió la cabeza como si tratará de alejar algún extraño pensamiento.

—¿Como qué? —El omega frunció el ceño confundido.

—El punto es —cambio de tema—, que sentí debía acercarme a HaNeul y no pude resistirme a cargarlo. Cuando lo tuve en mis brazos me sentí completo, como si recuperara algo que había perdido. Porque después de todo, nuestra sangre siempre va a llamarnos. —JiMin vio la sonrisa que se formó en el rostro del alfa y se sintió extrañamente aliviado, aliviado de que este aceptara tan fácilmente a su bebé.

—Me sorprende, ¿sabes?, sinceramente llegué a pensar que lo rechazarías —confesó.

—Y no te culpo —YoonGi asintió—, yo también habría dudado de mí; aun así, quisiera que HaNeul fuera consciente de que soy su padre —pidió.

—P-pero ¿qué pasa con TaeHyung? —Preguntó.

YoonGi se separó dando dos pasos hacia atrás para romper todo contacto. Por un segundo JiMin se vio tentado a sostenerlo en su lugar y volver a acurrucarse en su pecho; por supuesto, rápidamente recordó que no podía ni tenía derecho a hacerlo. Se llevó las manos a la espada y las entrelazó con fuerza, entonces le miró a la cara y rogó porque su rostro no reflejara todo lo que sentía.

—Le diré —afirmó con determinación.

—No puedes —negó.

—¿Por qué no?

—No es tan fácil.

—Nunca dije que lo fuera; sin embargo, es mi hijo y tendrá que aceptarlo.

—YoonGi, no estás pensando bien las cosas. —JiMin se giró y tomó asiento, YoonGi hizo lo mismo—. Si le confiesas a TaeHyung que HaNeul es tu hijo, entonces él sabrá que yo soy... —JiMin se mordió el labio inferior y frunció el ceño, no siendo capaz de decir que era su compañero en voz alta.

YoonGi inhaló con fuerza.

—Tendrá que entenderlo —sentenció.

—YoonGi —JiMin advirtió—, también tienes que pensar que pasaría si TaeHyung no lo acepta. —JiMin le vio abrir la boca para contestar, pero éste la cerró de golpe al escuchar la nueva voz.

—¿Qué es lo que no podría aceptar? —TaeHyung preguntó desde la puerta.

Siempre he pensado que este capítulo es como una carrera; todo pasa muy rápido, pero así necesito que suceda, porque en lo que se centra la historia, es en todo el embrollo que se desata después, jajaja.

Por cierto, los primeros cap. son escritos como por el 2017, jajajaja, así que pueden ser algo... uhg

Stars_Saturn.

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