XXI.
[después de ti]
Creía que las heridas podrían ser sanadas por el tiempo, no fue así. Hay noches enteras donde es asaltado por los recuerdos de una vida que fue dejada atrás, se ahoga en las lágrimas ajenas y su pecho se volvía pesado por el corazón roto que trataba de cicatrizar.
Pasó mucho tiempo, se alejó de las calles que lo vieron crecer y los árboles que le dieron sombra en el verano más caluroso. Sin mirar atrás creyó poder sanar del pecado por el cual perdió absolutamente todo. Había logrado de una forma olvidar ese amor tan atormentante, había superado el amor pecaminoso que le llevó por un camino sin retorno; no era por ese amor por quién no dormía algunas noches sino por el amor que nunca mereció.
Entre sueños Soobin le perdona, entre pestañas Krystal lo vuelve a aceptar en su casa; el único motivo del insomnio que venía de vez en cuando.
Alguna vez en el pasado arruinó su vida por un amor que merecía, perdiendo así el amor más puro que jamás mereció.
Después de años comprendió que merecía el amor de Jungkook; porque ambos estaban embarrados en sus malas decisiones. Sin embargo nunca mereció el amor de quien conoció como su mejor amigo pues este no pedía más que un abrazo cálido y Jimin era muy poco para lograrlo.
Haber crecido en un hogar tan frío de amor le había hecho incapaz de mirar más allá del vapor de su aliento.
Pero no todo era la nostalgia de sus actos pasados, al perder todo fue capaz de luchar por lo que había soñado y empezar desde la nada de un corazón amargado. Dejó la carrera que le hacía infeliz y se metió a una agencia de modelaje, aún luchaba por llegar a fin de mes pues al haberse independizado había acabado con las cadenas que le ataba a sus padres. La vida era difícil tras huir de todo y aterrizar en la nada, pero así era su vida.
La nostalgia estaba presente en su corazón pero muchas veces era opacada por las risas felices que compartía con las nuevas personas en su vida, no lo suficiente para olvidar, pero lo necesario para vivir en paz.
Recuerda el ayer con mucha nostalgia, aún incapaz de cicatrizar el haber perdido todo lo que nunca fue capaz de apreciar.
Jungkook se había divorciado y había vuelto a su trabajo en donde viajaba constantemente, sin atar cadenas en ningún lugar y siendo tan libre como un ave. Que tras perder todo no tenía nada en donde aterrizar.
Soobin le había bloqueado de todos los lugares capaces de bloquear y hacía como si nunca hubiese existido. No lo culpaba, él hubiera hecho lo mismo.
Y Krystal mantenía su lugar como una ama de casa amorosa con el único hijo que tenía, manteniendo sus muros altos a cualquiera que pudiese lastimar su corazón como él lo había hecho.
Era lo poco que sabía de ellos, su madre había sido la encargada de chismearle un poco de lo que sucedía en Busan. Era extraño cómo es que aquellos nombres que fueron tan tatuados en su piel se sentían lejanos cada vez. Borrandose un poco con el pasar del tiempo, saliendo de su piel pero jamás de sus recuerdos.
Porque superó el mal de amores que Jungkook le propinó, superó haber sido usado y recibido el amor que merecía. Jamás superaría la amistad que se desvaneció en una noche y se convirtió en el fantasma que se colaba a su espalda de vez en cuando.
La amistad solía doler más que el amor, se sorprendió al descubrirlo. Si lo hubiese sabido antes tal vez no se hubiera tropezado de esa forma.
Tal vez.
Ya era tarde para arrepentirse de lo que había sucedido hace años, ahora tenía que mirar hacia adelante y solo seguir.
Siempre seguiría caminando hacia adelante recordando de vez en cuando.
en la noche subiré el final :')
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