II





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El sol se ocultaba por el horizonte y los rayos naranjas se reflejaban en cada ventana, había un lindo juego de luces doradas en toda la cuadra, pero por alguna razón su casa se veía gris. Siempre era gris, incluso en navidad que el aire destila luces de colores.

Todo gris, una cena gris y una plática gris.

Todo iba bien mientras los minutos pasaban, su papá no hablaba y su mamá tampoco, solo compartían miradas mientras comían en silencio. No pudo evitar comparar su casi gris con el hogar colorido de Soobin, en las cenas la familia se reunía a platicar, pues era un momento en donde todos podían verse. Jungkook siempre hacía preguntas, queriendo indagar más en la vida de Soobin y poniendo interés en la vida de sus visitas. Que tristeza.

"Feliz aniversario." Dijo Jimin, tratando de imitar las cenas animadas en la casa de su mejor amigo.

Su mamá le sonrío asintiendo y su papá simplemente dijo un "gracias". Y ya. Nadie más habló.

Le parecía raro que su mamá no esté tratando de hacer alguna conversación para que la cena sea llevadera, pero comprendió todo cuando sintió la tensión en la que estaban existiendo. Por el ambiente tenso suponía que se habían peleado, siempre sucedía así; su amargura la podía sentir desde kilómetros.

Seguro se pelearon por alguna tontería, o porqué su padre había llegado tarde a la cena y con olor a alcohol. Muy posible.

Ya no pudo sacar más conclusiones del ambiente tenso, su mamá se levantó con su plato en la mano, agradeció la comida y desapareció en la cocina. Dejó a Jimin solo con su papá, aunque era como si nadie estuviese ahí; incluso su padre se había puesto a manejar su celular ignorando su presencia. Una vez más en silencio siguió comiendo hasta que su padre imitó la acción de su madre y lo dejo solo en la mesa.

Siempre comía solo, era lento para comer y terminaba su plato mucho después que los demás. Bueno, no siempre come solo, cuando se la pasa con Soobin su familia le espera hasta que de el último bocado y Jungkook es quien reta a Soobin por burlarse de su lentitud.

¿Qué hago aquí? Pensó con una mueca. Debí ir con Soobin.

¿Qué sentido tenía haber acompañado a sus papás si ellos no le devolverían el gesto?

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"Siéntate ahí." Le pidió su amigo mientras recibía la bolsa de dulces que Jimin había comprado.

El lugar designado para Jimin era al lado del papá de Soobin, estaba nervioso pues no planeaba estar tan cerca del hombre que amaba esta noche, tomando una bocanada de aire entró entre las sillas para sentarse al lado de Jungkook.

"Buenas noches, señor Jeon." Saludo con una sonrisa. Estaba nervioso y lo camuflaba tras sus perfectos dientes. Sentía que en cualquier momento sus manos comenzarían a sudar por la ansiedad que le causaba estar tan cerca de Jungkook.

No es que fuese la primera vez que lo tuviera así de cerca, pero siempre le pondría nervioso. Siempre.

"Buenas noches, Jimin." Le sonrío de vuelta. "¿Cómo te fue con tus papás?"

"Bien." Mintió sonriendo.

Si alguien viera detenidamente a Jimin se podría dar cuenta rápidamente de los sentimientos que tenía por el hombre mayor. Cualquier ciego podría ver entre sus pestañas el palpitar del corazón de Jimin.

Cualquiera.

"Que bueno, me alegra." Volvió a sonreír. "También me alegra que nos hagas compañía. Disfruta la película."

Jimin asintió sintiendo como sus mejillas se coloreaban y su pulso se elevaba, sonrío por lo bajo mientras posaba su mirada en la pantalla que pronto empezaba con los trailers de distintas películas.

Jimin no estaba concentrado, fingía que sí, pero simplemente miraba sin pensamiento alguno a la pantalla; toda su atención la tenía puesta en el hombre que tenía al lado. Sentía cada uno de sus movimientos y sus respiraciones, incluso llegó a contabilizar las veces que pestañeaba.

Quiso dejar de ser cobarde, quiso dejar de hacerse al tonto. En su ilusa mente creía que Jungkook también tenía su atención en él. Giró su vista a la dirección del hombre y no se encontró con sus ojos, los suyos vieron cómo su amor se sonreía con su esposa.

Jimin de vez en cuando se daba el lujo de perderse en fantasías, a veces le gustaba creer que Jungkook también sentía lo mismo pues…sentía que sus palabras dulces contenían algo más. Pero siempre se encontraba con la realidad cuando se chocaba contra el feliz matrimonio de los Jeon.

Jimin no debía fantasear, no había posibilidad con su eterno amor. Pero es que era imposible.

Vivía de la ilusión de algún día ser notado y correspondido por Jungkook, si aquel día llegará se entregaría en cuerpo y alma a él.

Daría todo por él si pudiera.

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