Sobrevuelo

Dedicada a todos los pacientes amantes del ShadAmy <3

La imponente y gigantesca isla flotante cada vez descendía más, muy cerca del mar abierto. En el cielo, siguiéndola muy de cerca, un oscuro ente observaba con frustración la guardiana ancestral que había resurgido de la gran gema.

No sabía que le habría mostrado a la eriza y el equidna. No podía dimensionar las acciones de estos seres, sobretodo de la molesta eriza rosa que desapareció tras salir del extraño trance. La creciente sensación de irritación y furia recorrían todo su ser.

Si tan solo tuviera la posibilidad de tomarla entre sus garras y encerrarla en la cloaca más recondida del planeta hasta necesitarla. Si tan solo pudiera matarla ahora, para su mala suerte aún la necesitaba.

Analizando sus actos y los recientes sucesos, observa al doctor del antifaz de rodillas tras todo los demás seres que conformaban ese grupo de molestos héroes.

Tal vez pudiese ser de utilidad antes de que fuera condenado.

Se lanza con fiereza en el aire y en un rápido movimiento, levanta al mapache del suelo y lo eleva lejos de la superficie de la isla.

Fue rápido, fue silencioso.

No obstante, omitió el hecho de que alguien lo vió. La murciélaga se elevó y voló tras él, pero esta se detiene en seco al llegar al borde de la isla. Ahora, una extraño campo de energía verde rodea el área.

-¡Suélteme. ¿Qué es lo que intenta hacer?!- exclama alarmado la presa entre sus manos.

-Doctor... Le pedí que no me decepcionara, y fue lo primero que hizo tras darme la espalda.- el acusado palidecer al reconocer la voz de su captor. -Le tuve mucha paciencia, inclusive fingí demencia cuando descubrí sus intenciones de traicionarme.-

-¡¿Doctor Eggman?!- pregunta en medio del horror.

-Si te consuela decirme así, está bien. Hazlo. Después de todo es con quién has tratado últimamente, ¿No?- responde con tranquilidad.

Por más que el mapache se esforzaba, no conseguía distinguir la forma física de este maligno ser. Definitivamente no era el doctor Eggman, pero la voz ciertamente era la misma, estaba seguro. ¿Acaso es algún mensajero o ayudante especial del científico?

-¡Haré lo que me pida, pero tenga piedad de mi!- exclama pidiendo un poco de clemencia.

-Patético. Si me dice todo lo que ha pasado en esa isla, tal vez lo pueda reconsiderar.- propone.

-Esos entrometidos... Ella me descubrió.- declara sin mucha resistencia -Estaban pensando en meterme preso, pero fue cuando justamente pasó lo de la esmeralda esa.-

-Detalles.- insiste el atacante.

-Según lo que entendí, esa equidna anaranjada salió de la esmeralda porque sentía que estaban en peligro. Creo que les mostró algo del pasado, que según la equidna tiene que ver con toda la situación de ahora. Amy parecía conmocionada, pero tras ese raro evento desapareció. Controla mejor su invisibilidad ahora. Es todo lo que sé.- termina la atropellada versión con el pánico aún al tope.

-Ciertamente información vaga, pero muy esclarecedora.- comenta el ser con cierta satisfacción. -Aunque es una lástima, no puedo exponerme a qué me descubran por alguien sin lealtad como tú.-

No le concede tiempo de protestar al mapache que, en un parpadeo, es decapitado. Sin meditarlo, sin mucho esfuerzo, solo un corte limpio. La sangre sale con algo de fuerza del cuerpo tras el abrupto movimiento. El ahora, ser y asesino maligno, deja caer el cuerpo sin ningún reparo, como si se tratase de un pedazo de basura.

El cuerpo cae, cae y cae.

Finalmente se estrella con crudeza sobre el suelo firme. A muchos kilómetros de su muerte inicial.

La murciélago albina, que observaba y escuchaba atenta desde el domo, desciende su vuelo hasta dejarse colapsar sobre el suelo. Sus iris turquesa reflejan el horror del acto de aquella incorpórea aparición.

-Tienes suerte de estar tras ese campo de energía, de no ser por ello, probablemente ya estarías compartiendo el mismo final que ese pobre bastardo.- le afirma el misterioso ser a la fémina.

Para perturbación de esta, la voz sonó dentro de su cabeza. El pánico y miedo de la albina es tal, que se le escapan un par de lágrimas; se deslizan lento por sus mejillas, tanto que parecieran caer con cautela.

-En mi estado actual, sería completamente desintegrado con solo tocar ese campo... Es una equidna astuta.- comenta para si.

Sonríe ante como ha perdido en esta ocasión.

-No importa a dónde vayas... De una forma u otra te encontraré. Y, mi querida niña, cuando eso suceda, ten la certeza de que no podrás escapar.- sentencia este en la mente de una eriza rosa, que se halla al otro lado del gigante de tierra flotante.

Gracias a su poder, inexistente ante la visión del espectro que le hablaba en su cabeza, las púas rosas se le erizan ante la amenaza. De alguna forma, observa la decapitación del mapache en primera persona, como si ella estuviera en el cuerpo de aquel ser que lo realizó.

Allí, invisible en medio de su marcha, lentamente se deja caer al suelo de rodillas, aturdida, siendo presa del miedo.

El zorro de dos colas, en el acto de percata. Ella, más consciente de lo que pareciera, le aprieta la mano con fuerza, una clara señal para que mantenga silencio.

El oscuro ente, tras dejar sus advertencias claras, tan rápido como apareció vuelve a desaparecer.

Sin indicios, sin rastros.

Rápido y silecioso. Cómo si nunca hubiera estado allí.

Ambas féminas yacen de rodillas aún. Completamente consternadas y aterradas, envueltas en ese tipo de miedo que paraliza el cuerpo, pero no los sentidos.

El par de conejas corren al auxilio de la murciélago. No entienden que pasó, tampoco lo que ella pueda tener. ¿En qué momento se separó del resto del grupo?

Y es que como recriminarles eso, si fue a muchos metros de distancia que sucedió el deceso de aquel médico traidor. Solo la murciélaga observó y escuchó, sus sentidos naturales en esta ocasión la maldijeron para presenciar dicho momento.

-¡¿Señorita Rouge? Por favor, reaccione. Me está asustando. ¿A dónde fue el Dr. Alíz?!- exclama alarmada la joven coneja.

El guardián rojo de la destrozada Master Esmerald gira sobre si al escuchar como el nombre de su amada es mencionado. Consternado la observa en esa extraña posición, con la vista perdida en alguna parte del amplio cielo.

-Si te alejas, romperás nuestro trabajo y esta isla caerá.- le advierte serenamente la equidna de color naranja. -Lo que ha pasado ya estaba escrito... No había forma de evitarlo.-

El erizo de vetas rojas le observa con molestia. Ciertamente todo el misterio que embelesaba la situación era exasperante.

-Rouge. ¿A dónde fue Zeta?- le pregunta con voz firme.

No quería admitirlo en voz alta, pero el azabache ciertamente quería mantener al mapache lo más lejos posible de la eriza rosa, por lo que la ausencia de este lo inquietaba.

La nombrada intenta incorporarse. Madre e hija, le ayudan a ponerse de piel. A pesar de sentir su cuerpo tan tieso como una piedra, insiste en llegar hasta donde se encuentran los seres con poderes caos.

El erizo albino, el erizo azabache, el equidna rojo y la equidna naranja. Los cuatro formaban un círculo alrededor de la gran gema quebrada. Sus manos estaban unidas y emanaban energía caos de ellas.

Un conjuro antiguo, secreto de los guardianes. A pesar de ser solo realizado por los equidnas, las épocas actuales traían seres más variados con poderes caos.

-Está muerto.- musita la murciélaga repentinamente al llegar cerca de estos.

La incertidumbre de sus próximas acciones se entremezclaban con la tensión del ambiente. El famoso Team de héroes estaba sumergido en un absoluto desconcierto.

-Creo que no te escuché bien, ¿Dijiste muerto?- pregunta el erizo albino con duda. La albina solo asiente.

-Estaba detrás de ustedes hace un segundo.- espeta irritado el erizo azabache.

-Shadow, yo misma le he visto. Esa cosa negra lo levantó del suelo y lo decapitó en el aire... ¡Yo no quería que Zeta escapara, jamás pensé que pasaría algo así. No es posible que nadie lo haya visto!-

-¿Rou, segura no comiste uno de esos caramelos? Estás delirando, hace un segundo estabas tras nosotros con Zeta aprisionado.- le recalca el erizo azul.

La murciélaga niega con la cabeza. Usa tanta fuerza que siente mareo, aunque no admite que con tan brusca acción también busca erradicar el recuerdo de esa voz que sonó dentro de si.

-Ella dice la verdad. Yo lo ví llevarse a ese mapache. Por eso puse la barrera, para que no pudieras ir tras él.- afirma la mística equidna. -Esa manifestación extracorpórea alteró la realidad, pero no alcanzaste al ser envuelta en ella.-

-¡No lo entiendo, pero si eso pasó hace unos instantes!- espeta escandalizado el erizo azul.

-¡No es así, ha pasado ya varios minutos de ello!- exclama la implicada albina.

-En realidad solo pasaron tres segundos. Pasó rápido, tanto que los demás no se percataron, excepto tú, Rouge.-

Ella, con sus enormes ojos la mira incrédula. Cada detalle tan nítido permanece en su cabeza, no es posible que pasará tan rápido.

-Si me hubieras dejado ir tras él, no habría matado a ese sucio mapache. Zeta tenía que enfrentar sus errores vivo.- le reprocha a la equidna naranja.

-Si te hubiera dejado ir tras él, te habría también asesinado. Lo sabes mejor que yo.- responde calmada, pero con crudeza.

El silencio nuevamente reina. Las caras de todos solo denotan confusión, miedo, incredulidad.

La antigua guardiana corpórea de la gema, quien a pesar de los sucesos no ha perdido la concentración ni una sola vez, se cuestiona seriamente si habrá llegado demasiado antes o demasiado tarde.

-Lamento decirles que, esto quizás es solo la punta del iceberg.-

Narra Amy

El tornado se eleva con suavidad sobre el aire, cada vez tomando mayor altura. Por una de las pequeñas ventanas de la aeronave aprecio como nos vamos alejando de Angel Island.

Mi hogar de la infancia ahora yace sobre el agua, en medio de una ubicación de difícil acceso. Lejos de cualquier intruso.

Knuckles y Tikal conocían de un antiguo rito que les permitía hacer descender la isla. Precisamente en este lugar específico, algo que solo los equidnas del clan Knuckles conocían.

Siento algo de nostalgia por la partida, por los daños que sufrió y la pérdida de algunas pocas ruinas que tenían valor histórico y emocional.

Me siento física y mentalmente exhausta. No fue tan intenso, pero ciertamente todo lo que englobó nuestro escape ha sido agotador. Desde los recuerdos del pasado, hasta la extraña visión de Zeta... el cual no está en la aeronave ahora. Esto me termina de confirmar que fue la realidad, vista desde otros ojos.

En cuanto abrimos la urna, de inmediato la cerramos. Recogimos cada documento y equipo de trabajo y lo colocamos en una plancha transportadora. Escondernos a plena vista fue más difícil de lo que pensé. Tenía que mantener invisibles a Ray, Tails y el transportador.

Luego, la decapitación a mitad de la marcha. Sacudo levemente la cabeza intentando apartar esa imagen macabra.

En cuanto llegamos al tornado, nos trasladamos a recoger a los demás. Estos ya tenían desde pertenencias hasta suministros listos para embarcarnos. Listos para partir.

Desde que abordamos, Tikal se encargó de crear un campo alrededor del tornado. Hasta donde le escuché, es algo parecido a mi invisibilidad, es como si nos viéramos a través del agua.

Tails eleva la nave tan alto que rebasamos una gran capa de nubes. Supongo volar sobre ellas nos hará pasar más desapercibidos. Cuando parecemos más estables, me percato que desde que partimos nadie ha hablado. Ni siquiera un comentario. El silencio no es lo usual de este team.

Tails rompió el silencio.

-¿Dónde está Zeta?- pregunta mi amigo ajustando unos controles del panel.

-Está muerto.-

Sigo observando a través de la ventana. A esta altura las nubes son uniformes, parecen una esponjosa cama. Me gustaría poder dormir un rato.

Siento un peso opresivo sobre el cuello, sé perfectamente que es, así que giro la cabeza. Me encuentro con los ojos de todos observándome.

-¿Qué pasa?- pregunto incómoda.

-¿Cómo lo sabes? Tu no estabas ahí.- me responde Rouge.

Tiene la cara pálida y ojerosa. Se ve cansada... De hecho se ve agobiada.

Suspiro profundamente. No me fijé que había respondido en voz alta. Devuelvo mi vista a la ventana.

-No lo sé... Solo lo ví. En mi cabeza. Cómo si estuviera en el cuerpo de quién lo decapitó. Como si estuviera reproduciendose un vídeo.- comento seria.

El silencio vuelve a colarse en el ambiente, pero esta vez ser carga con mayor tensión. Más de la que ya había. Ya lo veía venir.

-Entonces eso fue lo que te pasó... Por eso apretaste mi mano.- especula el zorrito tras dos minutos de silencio. -¿Pero cómo es que ha pasado, acaso no pudieron detenerlo?¿Y quién hizo eso precisamente?-

-Ese es el problema, amigo mío. Ninguno a parte de Rouge lo vio, pasó muy rápido. ¡Y yo sé de cosas rápidas. Fue en un par de segundos!- responde Sonic con un deje de desconcierto.

-En un par de segundos, pero tardó muchos minutos. Fue tétrico.- asegura Rouge con la voz apagada. -Amy... Si viste su muerte, entonces ¿escuchaste la voz?- pregunta con cautela.

Siento mis púas erizarse.

Era un voz gélida y siniestra.

Si la muerte hablara, supongo sonaría así.

Le regreso la mirada. Rouge me ve con los ojos llenos de lágrimas. Instintivamente mis ojos se empañan. También siento ese nudo en la garganta. Me fuerzo a no permitir que salgan las lágrimas. 

¿Rouge también escuchó esa amenaza?

-¿También la escuchaste?- mascullo.

-¿Que voz?- pregunta Knuckles sumándose a la conversación.

-Me decía que tenía suerte de estar detrás de la barrera... Porque yo escuché todo lo que Zeta le dijo. Escuché toda la conversación antes de que lo matara.- masculla dejando salir las lágrimas. Se sienta aturdida sobre uno de los varios asientos.

Knuckles se arrodilla a su lado, intentando consolarla.

-¿Escuchaste también eso, Rose?- me pregunta el azabache. No había hablado desde que abordamos el tornado.

Le veo fugazmente, pero no tengo el coraje para darle la cara. Vi un recuerdo con su madre, en este momento no sé con que cara verlo.

Me limito a negar con la cabeza. Supongo que una preocupación más no cambiará nuestra situación.

-¡Ja!- exclamo irónica con una leve sonrisa -Me dijo que no había lugar donde pudiera esconderme... De una u otra forma iba a encontrarme.-

El comentario parece estar hecho de hielo, porque todos quedan petrificados. Inclusive Rouge deja de sollozar.

-¡¿Qué?, ¿Por qué te ha dicho eso? ¿Cuál es la enfermiza obsesión que Eggman tiene contigo?!- pregunta Sonic escandalizado. Le veo bastante nervioso, ya que su voz alcanzó a temblar.

-Supongo que soy esa piedra molesta que le lastima en su zapato con cada paso que da.- teorizo con la ironía de la metáfora.

Estoy molesta y aterrada. Cada día que pasa siento un cúmulo de emociones y secretos en mi ser. Es como tener un veneno de acción lenta en el organismo, con lentitud se va esparciendo... Y cada vez se siente más agotador. Más dolor.

-Ese bastardo... ¿No le basta con todo el daño que ya te ha hecho? ¡Si llego a tenerlo en frente lo voy a machacar hasta que se convierta en polvo!- espeta enfadado mi hermano.

-Amy... Debe haber otra razón, no tiene mucha lógica que solo esté detrás tuyo porque si.- comenta Blaze, quien también había estado muy callada. -Tu debes de tener algo que él desea.-

-Basta.- mascullo irritada. -No sé que enfermiza obsesión tiene Eggman o lo que sea conmigo. No quiero hablar de eso ahora.-

Me siento acorralada. Sé que no va a ser por tanto tiempo, ahora que sé lo de Nocturna se ha activado la cuenta regresiva. Tal vez no es para el final de esta historia, pero si al menos es el final de las mentiras. La mirada carmesí del azabache se siente penetrante. Quema.

-¿Quieres dejar de verme como si fuera tu enemigo?- escupo a Shadow al borde del colapso. El erizo me regresa una mirada aún más intensa. Está molesto.

¡Vaya. Shadow molesto. Que novedad!

-No te des tanta importancia.- comenta aparentemente desinteresado. Lo conozco, sé que realmente no está simplemente ignorando todo. Está muriendo por saber que pasa.

-Amy, ¿Por qué no descansas un poco?- comenta con cautela Vainilla.

-Es imposible hacer eso ahora. Tengo que cuidarnos las espaldas.- respondo cortante.

Definitivamente no quiero estar con ellos. Me siento cada vez más como en una especie de interrogatorio. Decido ir a la parte trasera del tornado. Me levanto abruptamente.

Mala idea.

Siento una sordera momentánea y la imagen se hace borrosa. Un par de manos me sostienen de lo que pudo ser una fea caída.

-Oye, tómalo con calma. Acabas de gastar mucha energía caos.- comenta Silver, quien estaba a mi lado y, al parecer ya no interviene cuando me dan mis ataques de enojo.

-¡No lo quiero tomar con calma. Solo quiero que se acabe!- escupo iracunda, pero lentamente cedo ante angustia e incertidumbre que me carcome.

-Por hoy, solo por hoy... Ha sido demasiada mierda... Ya no más. No más. No más... Por favor.- musito. El albino me sostiene con fuerza y me ayuda a sentar en una de las sillas.

Aprieto con fuerza mis púas y halo levemente de ellas.

Maldita sea.

...Me estoy partiendo...

-Está bien... Ha sido todo un desastre nuestra última semana, pero seguimos juntos. Sé que eso es lo que aún te mantiene cuerda, también sé que es lo que más te preocupa, pero vamos a estar bien. Siempre lo estamos.- comenta Silver con ternura.

Asiento con la cabeza, finalmente derrotada. Lo dejo hacerme mimos en la cabeza. La felina se sienta en los brazos de la silla y también me consuela con contacto físico.

-Lo siento.- musito.

Al parecer hoy tendré que dar muchas disculpas.

-No tienes porqué, es normal que te sientas así.- responde Blaze serena.

Silver y Blaze siempre han tenido ese instinto de padres, de hermanos, de amigos. Hasta en las peores situaciones, son capaces de darte consuelo y calma. Al principio eran fríos y desconfiados. Justo ahora no sé que sería de nosotros sin ellos.

-Ok. Ya no más sobre el tema. Hablaremos de esto cuando lleguemos a... ¿A dónde vamos?- pregunta Sonic.

-Shadow muy amablemente nos dió las coordenadas de un sitio para ir. Tras lo que pasó con el ataque de Eggman lo planeamos muy bien y es el mejor lugar al cual podemos ir ahora.- asegura Tails un poco más aliviado con el cambio de tema.

-Entonces nos llevas a tu casa. Te has vuelto muy gentil.- comenta el azulado con burla.

-Hmp.- resopla el azabache -No tengo un lugar fijo de residencia. Les cedo este espacio porque no lo utilizo y es seguro.-

El viaje continua en silencio. En algún punto debo quedarme dormida, porque dejo fluir mis pensamientos.

*****************

Siento un golpe seco en la zona de la nariz.

Es tan repentino, que reacciono lanzando un puño, pero este es detenido por una mano.

Observo llena de pánico y me encuentro de golpe con los ojos de Shadow. Son como un espejo, puedo ver mi reflejo asustadizo en ellos.

-¿No te han enseñado a despertar a las personas?- le espeto molesta, intentando regular mi respiración.

Shadow me observa inexpresivo, no veo ninguna otra emoción surcar su rostro.

Pienso en lo grosera que he sido. Pienso en Nocturna... Ciertamente es casi idéntico a ella.

Una punzada me pasa por la cabeza, generando dolor. No puedo mirarle fijo más tiempo. Dejo caer mi frente derrotada contra su mano, que aún sostiene la mía. Cierro los ojos con fuerza.

-Tienes miedo.- musita.

-Te he tratado fatal toda la semana. Dije cosas ofensivas esa vez cuando fuimos a ver lo de Abraham Tower. Y sigo tratandote mal. No hago sino gritarte e ignorarte. Estás en tu derecho de enojarte conmigo... Soy un asco de amiga. Lo lamento mucho.- balbuceo agobiada. Digo todo tan rápido, como si de alguna manera la culpabilidad se me escapara por la boca.

Para mí sorpresa, el hurano erizo me lleva lentamente contra su pecho. Con sus manos ahora contra mi espalda hace pequeños círculos, lo cual me tranquiliza.

-Tienes miedo... está bien, pero no deberías tenerlo. Prácticamente me tienes a tu lado todos los días, si alguien quisiera tocarte, primero tendría que acabar conmigo.-

-Todo ha pasado tan de repente... Detesto sentirme vulnerable.- comento.

Su blanco pecho me transmite calidez, instintivamente llevo la mano izquierda hacia este.

-Creo que eres la persona menos vulnerable que he conocido. Siempre te callas las cosas, las guardas para ti. Solo cuando estan al tope es que las dejas salir.- su corazón late apresuradamente -No dejes que esto te afecte. Eres ridículamente positiva y feliz, callarte todo por no angustiar a los demás te está matando.-

Este erizo, tan frío y reservado. Tan callado y analítico. Ciertamente a pesar de las abismales diferencias me conoce, ha aprendido a hacerlo.

No hay duda alguna. Shadow ya sabe que guardo muchas cosas, muchos secretos, pero últimamente ha esperado pacientemente, sin interrogatorios. No lo había notado hasta ahora, tal vez sea la culpa que me pone paranoica, o sencillamente ya estoy cansada de ocultarle la verdad.

-Shadow. ¿Despertaste a Amy?- escucho a lo lejos la voz del equidna.

Siempre hay alguien o algo que nos interrumpe. Es como una maldición.

Me retiro de su pecho, ahora más tranquila. Este erizo que, se supone es un inexperto con los sentimientos, ha dado en el blanco. Tiene razón, y es por todo lo que dice.

Me preocupan mis amigos, mi familia, lo que pueda pasarles. Me preocupa él, todo lo que ha tenido que pasar en su vida, las cosas que ha perdido y ha tenido que hacer.

Me preocupa como reaccione Shadow cuando sepa que lo investigué en secreto, cuando me pidió que no lo hiciera. Me preocupa como reaccione cuando le cuente sobre Nocturna, sobre cómo le mentí.

Los implacables ojos carmesí me observan fijamente, como si leyera a través de mi.

Me acerco a su cara, específicamente a su mejilla izquierda. Con delicadeza, le doy un casto beso. El erizo hace un respingo por el acto, lo ha tomado por sorpresa, pero no se aleja, permanece inamovible.

-Gracias.- es lo único que consigo decirle. La verdad ha sido como un polo a tierra.

-Vamos eriza lenta. Los demás ya están llevando las cosas.-

El erizo erguido me tiende una mano. Yo la tomo y me levanto del asiento.

Caminamos hacia el exterior, aún tomados de la mano. Su contacto cálido me hace no querer soltarla y él no parece incómodo ante ello. Voy detrás de Shadow, algo concentrada en nuestras manos. Ambas tienen esos particulares rings, enguantadas, encaja perfectamente mi mano en la suya.

Ok, sé que suena ridículo que hable de nuestras manos, pero me genera ternura... Amor.

Respingo ante el pensamiento. El azabache se da cuenta de ello. Detenemos nuestra marcha en la entrada del tornado.

-¿Rose?- pregunta con voz profunda.

Siento mis mejillas encenderse. Le veo y sus cálidos y pasionales iris me detallan. Mi cara arde más y más, tanto que suelto su agarre nerviosa para peinar mis púas.

-To-todo en orden. Estoy bien.- susurro nerviosa.

-Hmp. Eriza extraña.- masculla mientras se da la espalda.

Siento mi corazón palpitar apresuradamente.

-¡Que bueno que despertaste. Te gustará mucho este paisaje!- comenta Knuckles llegando a nuestro lado.

Estaba tan absorta en el erizo que omití todo el panorama.

Estamos en medio de un enorme bosque. Los árboles anaranjados son altos y robustos, aunque hay muchos ya casi sin follaje. Justo en medio hay un pequeño claro de agua y a unos cuantos metros de encuentra una imponente casa. Que digo casa, ¡Una mansión! Es gigantesca e impecable.

Veo a Cream a lo lejos observar el jardín de las flores. Están algo descuidadas.

-Es un lugar muy hermoso.- musito.

-¿Verdad que sí? Shadow tienes una hermosa propiedad. Te agradezco por dejarnos venir acá.- agrega mi hermano.

-¿Cómo obtuviste este sitio? ¿Lo compraste?- pregunto intentando dispersar mis erráticas emociones.

-En realidad fue un pago.- le veo confusa -Fue hace algún tiempo ya, cuando trabajaba de bajo perfil para GUN.-

-A ver cuenta esa historia.- comenta Knuckles interesado.

-El dueño de esta casa era un alto funcionario de GUN. Incorruptible. Por ser así se ganó muchos enemigos y una vez secuestraron a su hija. La busco por mucho tiempo hasta que pidió que yo le ayudara y me pagaría generosamente. Al final acepte y encontré a la niña, pero decliné la oferta del dinero.-

-Entonces ¿Le recibiste su casa?- pregunto algo burlona.

-Insistió. Además, ya no la utilizaba, esta era su casa de campo y de investigación. Con el tiempo la convertí en una especie de bodega. Guardo cosas acá.-

-Aún así es muy linda y grande... En verdad te lo agradezco.- comento observándole. El azabache me dedica una media sonrisa.

Caminamos hacia la entrada del sitio. Ciertamente es grande e imponente. Los demás ya están ahí con nuestras cosas, hasta Tails y Ray. Tienen la plancha/carrito de carga a su lado.

-¡Amy, me alegra que despertaras!- comenta Tails un poco nervioso.

Si bueno... los restos de Nocturna están a unos escasos dos metros de Shadow. Siento un creciente cosquilleo en la boca del estómago. Creo que eso es suficiente para poner nervioso a cualquiera.

-Me alegra que ya estés mejor.- agrega Blaze. Yo me limito a hacer un gesto con la cabeza.

El azabache teclea un par de números en un teclado led. Cuando la contraseña es aceptada, la puerta se abre. Las ventanas, que era compuertas metálicas de seguridad, se levantan dejando apreciar los finos cristales de estos.

-¡Fiuuu!- silba Sonic -¡Vaya que es una casa muy bonita.-

Y no es exageración, pero creo que decir "bonita" no le hace justicia.

La casa era bastante moderna y sobria, con acabados en cristal. Todo el ambiente iba de los tonos negros a  grisáceos, desde la decoración hasta el mobiliario.

Tras recorrer el amplio living pasamos a otro salón, el cual tiene diferentes objetos valiosos colgados en la pared. Mis ojos se desvían a una vitrina que contiene dos armas blancas que reconozco muy bien.

-¡Oh por Caos!-

-Si Rose, esos son...-

-¡Cuchillos de Luna Creciente Long Horn!*- exclamo eufórica por reconocer el arma.

Giro sobre mis talones y volteo a ver a Shadow, como quien pide un caramelo en la tienda. El erizo azabache voltea los ojos y asiente con una media sonrisa.

-Te prometí unas. Puede tomar esas.- comenta bastante tranquilo.

Doy pequeño brinquitos en mi lugar antes de avalanzarme sobre él.

-¡Gracias. Gracias. Gracias!- exclamo intentando modular mi tono de voz, en consideración a la sensible audición del hurano erizo.

Me trepo sobre una pequeña escalerilla que había junto a una chimenea. En un parpadeo, ya tengo la vitrina de cristal en mis manos.

-¿Eso es acaso un arma?- pregunta Vainilla desaprobatoriamente.

-¡No es sólo un arma. Es EL arma!- replico con voz cantarina.

-Es bastante útil cuando se sabe usar, se convierten en una extensión más del cuerpo.- comenta Shadow aprobatoriamente a mi comentario.

-Definitivamente eso lo aprendió de ti.- señala Rouge parándose al lado de Shadow -Desde que te conoció tiene una fascinación por las armas.-

Siento mi cara arder.

-Tengo un martillo conmigo desde siempre. Las armas de mano y yo nos llevamos bien.- mascullo molesta por el comentario.

-Déjala. Si fueran joyas estarías igual.- le replica Shadow.

-¡Uhhh! ¿Y no tendrás un par de esos bonitos objetos por aquí?- pregunta la vampiresa emocionada. Shadow solo se limita a darle la espalda.

Yo me dispongo a guardar mi nueva adquisición en sus bonitos estuches protectores. Son de cuero con detalles metálicos en el exterior. En el interior parecen estar recubiertos de un filtro sedoso acolchado. Tienen unas correas ajustables que permiten colocarlas juntas o separadas.

-Y... Dejando de lado el entretenimiento agresivo de Amelia y tú.- comenta Tails interrumpiendo -¿Podemos ver las habitaciones? ¿Y, no tendrás un sitio para improvisar un laboratorio?-

-Hmp. No tienen que improvisar nada. Síganme.- responde el azabache ofendido.

Entra más al interior de la casa, pasamos el comedor y seguimos por un pasillo largo hasta llegar a una puerta de pino. Shadow mueve un retablo de madera a la derecha y aparece otro panel, este funciona con huella dactilar, pero también tiene un teclado LED.

-Cream.- llama. La coneja acude al lado.

-Dígame señor Shadow.- responde alegre. Él saca unas llaves de los bolsillos de su chaqueta negra.

-Prueba estás llaves. Acá están las de todas las habitaciones. Hay 8, así que escoge la que quieras para ti y tu mamá.- comenta con suavidad.

-¿Cualquier habitación?- pregunta, a lo que él asiente -Y... Tal vez después ¿Podríamos echarle un ojo al jardín? Las flores están algo decaídas, y ya que estaremos algún tiempo acá, me gustaría que se viera algo más alegre el lugar.- comenta con timidez.

-Puedes hacer lo que quieras, solo pídelo.- responde Shadow con gentileza.

Él y Cream tienen una relación demasiado tierna y comprensiva. La conejita lo considera un buen amigo y Shadow es muy amable con ella.

¡Y yo siento mi corazón brincar de emoción y ternura!

¡En verdad es tannnn hermosooo y sensible!

Siento un codazo para nada delicado en mis costillas. Giro la cabeza para reclamarle al atacante, pero recibo la mirada pícara de la vampiresa.

Apuesto a que estaba haciendo una cara extraña. Siento mi cara arder nuevamente.

"¡Deja de ser tan obvia. ¿Acaso quieres que todos acá sepan cómo te altera Shadow la razón?"

Agito mi cabeza disgustada. Mi ser interno últimamente está incontrolable. O, quizás sea yo quien lo está.

-Gracias, Shadow. Has sido muy amable con todo.- comenta Vainilla alegre. Él solo se limita a asentir.

Cream arrastra a su madre a la planta superior. Los demás permanecemos en el pasillo.

Shadow digita otra clave y entramos.

-Maneja un circuito cerrado de seguridad. La habitación que controla todo está al otro lado. Este es el laboratorio.- comenta Shadow sin ponerle importancia -Para hacerlo más seguro puede que todos registren sus huellas, o manejar la misma clave de seguridad.-

En cuanto ponemos un pie en el amplio laboratorio, veo de reojo a Tails exaltar un grito de asombro. Es todo un taller completo. Tiene una sección con equipos tecnológicos muy completos. El otro lado está lleno de herramientas de construcción y maquinaria industrial.

-¿Eso es una ensambladora industrial?- exclama el zorrito.

-¿Eso es una máquina de PCR?- exclama la ardilla.

Definitivamente es el paraíso de los científicos.

-La casa era de un ex-científico de GUN. Tenían los mejores y más avanzados equipos.- repite Shadow sin prestarle mayor importancia.

-Siento como si hubiese pasado de la época prehistórica a la época industrial en un parpadeo.- masculla Ray bastante emocionado.

-Ok, Shadow. Oficialmente eres mi nuevo mejor amigo.- destaca Tails embelesado entre las máquinas -Con esto puedo reparar el tornado sin problemas ¡Que digo reparar, puedo mejorarlo!-

-Que triste que mi amistad valga un laboratorio.- le replica el erizo Azulado notablemente indignado.

-Sonic, tu amistad es valiosa, pero este laboratorio es justo lo que necesitábamos.- le responde Tails sin importancia.

Veo de reojo al azabache y reconozco su rostro. Tiene esa cara de satisfacción cada vez que le gana a Sonic.

Shadow - 1   /   Sonic - 0

No puedo evitar reír ante la ironía de la situación.

-Bueno, entonces acá estamos muy bien, al parecer.- comenta Silver también riendo ante la situación.

-Tu hospitalidad ha sido oportuna, pero aún tenemos trabajo que hacer.- comenta Tikal. Había estado callada desde nuestra llegada.

Ahora que la observo más detenidamente, parece tener una forma más corpórea y materializada. Se ve igual de serena y alegre. Sus ropas son bastante raizales de los equidnas.

-Estamos fuera del ojo del enemigo, pero no somos invisibles... Al menos no aún.- comenta con tranquilidad.

-Es cierto, deberíamos ocultarnos bien. ¿Cómo haremos eso?- pregunta Knuckles.

Yo empiezo con Ray a bajar las cosas con cuidado del carro transportador.

-¿Qué se te ocurre a ti, Maestro?-

Mi hermano se sonroja levemente. Él no lo admite, pero le fascina que le llamen así.

-Bueno, opino que antes de poner seguridad, al menos deberíamos delimitar un perímetro que podamos abarcar.- argumenta con mucha seguridad.

-Excelente decisión. Luego de eso, podemos crear alguna barrera con energía caos.- opina Silver.

-Y podemos agregar ese dispositivo de Tails que nos aísla.- el zorrito le ve confundido -Ya sé que Eggman te robó el que teníamos, pero cuando metal Sonic lo usó fue tan útil que encerró a Ammes y Rou con él.- agrega Sonic.

-Ni me lo recuerdes. Fue tedioso.- alega la vampiresa.

-Ciertamente sería muy útil.- añade Shadow.

-Bueno... Con todo lo que tenemos acá, más lo que trajimos, creo que puedo recrear uno sin mucha demora, pero necesitaría el diámetro de perímetro que debe cubrir.- argumenta el zorrito.

-¡Of Course! Consideralo hecho.- exclama Sonic estirando sus piernas.

-Listo. Entonces nudillos a la obra.- exclama el equidna haciendo tronar sus manos.

-No tan rápido, aún no necesitamos de ti, puedo encargarme de esto.- le interrumpe la equidna naranja. Knuckles la ve extrañado. -Sonic y Shadow, este trabajo es perfecto para ustedes. Y Silver, Rouge y Blaze, por supuesto, también requiero de ustedes.- agrega con dulzura.

-¿Y qué se supone que haga yo?- reclama el guardián notablemente indignado.

-Cuando te necesite, personalmente vendré a buscarte, Knuckles. Además, estoy segura que tienes mucho en qué ayudar a tu hermana.- comenta. Siento un escalofrío.

El azabache, como siempre, me dedica una mirada interrogativa. A pesar de estar tranquilo, sé que aún recuerda la conversación que tengo pendiente con él. ¡Y mi hermano no se queda atrás! También tiene en la cara el reflejo de "Amelia Rose, tienes muchas explicaciones que dar."

Me limito a suspirar por lo bajo aceptando el destino que me espera, mientras, levanto el maletín que contiene la loza. Recuerdo lo difícil que fue que Shadow me lo devolviera (aunque sé que en su mayoría se resistía por provocarme). Una pequeña sonrisa surca mi rostro ante ese pequeño momento con el azabache.

En eso recuerdo lo cerca que estuvimos en el tornado, viendo su blanco pecho subir y bajar al ritmo de mi acelerado corazón. Sintiendo los surcos de sus dedos sobre mi espalda.

-Ammes.- escucho de repente.

Levanto la vista aún algo absorta en mis pensamientos. Sonic me mira fijamente. Los demás van subiendo la escalera para salir del laboratorio.

-Ehhh... ¡hay algo que quería comentarte!- responde más exaltado de lo normal. Se ve algo tenso.

-Si claro. Dime en qué puedo ayudarte.- respondo alegre, ahora acomodando unos papeles.

-Bueno... Te quería proponer algo, y... ¿No tienen que ir a algún otro lado?- esto último lo comenta con tono irritado.

-Cariño, te estamos esperando. No seas descortés.- argumenta Rouge.

-Bueno. El punto es que te iba a proponer algo que estoy seguro no puedes rechazar.- argumenta el erizo azul más alegre.

-Y yo te estoy escuchando. A ver, cuéntame.- respondo.

-¿Te parece si vamos a recorrer el lugar? La verdad está muy bonito.- comenta.

Veo de reojo al azabache subir la escalera y detenerse a mitad de marcha. Sus iris bailan incandescente sobre la mesa donde estoy colocando todos nuestros equipos, lo cual me pone algo nerviosa, y esa sensación aumenta, dado que hace unos segundos mi mente divagaba con él.

-Claro, me gustaría ayudarles a recorrer el perímetro, pero ya Tikal los encargó de ello y yo tengo mucho trabajo acá. Sino fuera por eso, lo haría con todo gusto.- respondo sin mucha importancia, intentando huir de la mirada del azabache.

-¿Ehh? No-No me refería a lo del patrullaje. Creo que no me hice entender, hablo de ir a recorrer el bosque y todo eso, una vez delimitemos el terreno y estemos seguros.-

-Por supuesto. Me encantaría acompañarte. Estoy segura que ya te mueres por estirar las piernas, después de todo hace mucho no sales a correr. Podría registrar alguna marca de velocidad para tí si eso quieres.- respondo mientras enciendo la computadora.

Necesito acoplar los antiguos archivos y ajustar su configuración con la nueva información que recopilamos estos días. Tecleo algunos pendientes en un block de notas que manejo en el dispositivo. Tener la penetrante mirada carmesí de Shadow no me ayuda a concentrarme más.

-No quiero que me registres ninguna marca.- le escucho resoplar -Solo quiero que salgamos un rato. Ya sabes, a despejar la mente.- agrega.

-Sonic dijo indirectamente la palabra con c.- susurra Silver.

-Oh. Por. Caos... No es posible.- escucho a lo lejos mascullar a Rouge.

"¿La palabra con C?" Pienso internamente.

-¡Amy. No estás prestando atención!- exclama Sonic con tono indignado.

Levanto la vista, sus iris esmeraldas se ven más intensos que de costumbre, tiene las mejillas algo sonrojadas y se ve irritado.

Veo las miradas expectantes de todos. Inclusive, el zorrito amarillo me observa con la boca semiabierta. Tails se ve sorprendido. Cuando le regreso la mirada extrañada, el zorrito desvía la suya, a buscar algo inexistente entre unos papeles.

-¡Uh! Tienes razón. No estoy siendo cortés.- contesto bajando la tapa de la laptop -Lo siento, por favor, prosigue.-

-¿Te gustaría... Ya sabes, acompañarme?- dice algo inseguro.

-Ya te dije que si. Es un lugar muy lindo, y tal vez necesite un poco de aire para despejar mi mente. Hasta podría ponerme un vestido, hace días que no uso uno.- divago.

Le dedico una sonrisa, definitivamente salir me hará bien. Sonic se ve confundido, pero me regresa la sonrisa.

-Si no necesitas más, me pondré a trabajar. Deberías hacer lo mismo.- comento levantando la tapa de la laptop de nuevo.

-Rose.- escucho a Shadow llamarme repentinamente. Siento un pequeño brinco en el estómago.

-¿Shadow?- contesto a manera de respuesta. Al verlo fijamente, sus ojos siguen igual de intensos.

Sigue a media marcha de la escalera. Da un paso al frente y se reclina levemente por el barandal de esta.

-No sabes usar las cuchillas. Será mejor que te ayude a entrenar.- comenta. Su tono es más enérgico de lo usual. Suficiente para alterar mis nervios.

-¡¿Lo dices en serio?!- el azabache asiente -¡Eso sería maravilloso. Me muero por aprender a usarlas. Es como un sueño!- chillo emocionada.

Recuerdo el nivel de decibeles en mi voz y retomo algo de compostura.

-Lo que quiero decir... ¡Tu solo dime cuándo y estaré listísima para ti! Seré una dura adversaria.-

-Eso lo veremos.- responde desafiante. Le veo ver fijamente al azulado por unos instantes. Otra vez... Es la cara de satisfacción.

El hurano erizo retoma su marcha y sale del laboratorio.

Yo, doy pequeños brincos emocionada.

-¡No puedo creer que Shadow vaya a enseñarme. Estoy demasiado feliz!- exclamo entre la euforia y retomando mi posición frente a la laptop.

Veo de reojo a Sonic salir casi como un rayo del lugar, al igual que Tikal. Y
Los demás permanecen estáticos en la escalera.

-Ahora si, definitivamente lo he visto todo.- comenta Rouge con cierta picardía. Su fija mirada me genera incordio.

-¿Y ahora por qué me ven así?- pregunto algo irritada.

-Por nada querida Pinky... Solo observo al impredecible tornado rosa.- espeta con burla y algo de doble sentido en su voz -Vamos, Blazy, tenemos mucho trabajo por hacer.-

Acto seguido la vampiresa arrastra a la felina y al albino tras de si.

-No entiendo que le pasa a veces a tu novia. La quiero, pero si ella dice que yo estoy loca, pues ella también tiene algo de eso.- comento a Knuckles. Ahora solo estamos Ray, Tails, mi hermanito y yo.

-Amy... ¿En verdad no te diste cuenta de nada?- levanto el rostro para verle confundida -¡Sonic dijo la palabra con C!- alega en voz alta.

-No directamente... Pero es la primera vez que lo veo insinuarlo de esa forma.- puntualiza Tails.

-Ammm y ¿cuál es la palabra con C?- pregunto aún más confundida.

-Amelia, por favor. ¿En serio no lo notaste?- espeta el zorrito irritado -¡Sonic te pidió una cita!- recalca al ver mi silencio.

Yo, me limito a verlo extrañada. Luego, procedo a reírme.

-Jajajaja Tails, por favor. Ni siquiera dijo que fuera una cita. Es ridículo. Sonic no es de esos. Al menos nunca lo ha sido conmigo.- comento entre la burla.

-Los seres vivos estamos sometidos al cambio, ¿O no?- inquieta Tails.

-Si, es cierto, pero lo que dices es una imposibilidad. De cualquier forma, no pienso volver a ese dilema, lo sabes.- respondo incómoda y extrañada de la situación.

-¿Y si dejamos está discusión para luego?- mi hermano toma una postura más sería de repente -Creo que para lo que tenemos que discutir no disponemos de tanto tiempo.- argumenta.

Lo veo subir la escalera y cerrar la entrada al laboratorio.

Bueno... Empezó la ronda de la verdad, parte 1.

-Supongo... Que tengo muchas explicaciones por darte. Está bien. Te contaré todo.- comento prestando mi completa atención al asunto.

-¿Amy? ¿A qué te refieres con todo?- pregunta Tails temeroso por el abrupto cambio de tema.

-Knuckles estuvo ahí, él vio a Nocturna en ese recuerdo... Y es el momento de decir la verdad. En este punto, es justo que el ser que ha cuidado de mi por tantos años sepa toda la verdad.-

... Continuará...

Buenas, queridos lectores.
Les traigo otra dosis de suspenso de este trabajo. Espero les guste y los dejé al borde de la inquietud.
Tranquilos, lo sé, son muchos enigmas, pero se van a ir revelando muy pronto ;)

Gracias como siempre, por su paciencia, tiempo y cariño.

*Datos nuevos:

*Cuchillos de Luna Creciente Long Horn: son armas, de origen chino, que consisten en dos prolongaciones de hojas afiladas en cada extremo de un mango recubierto normalmente de cuero que permiten su agarre. Este tipo en específico, cuenta con una de las hojas más largas en cada cuchillo.

Por cierto, trabajo en un nuevo proyecto con una escritora en especial, así que, permanezcan atentos ;)

Sin más que agregar, les dejo besos y abrazos.

Atte: Mafercha09.

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