El Pasado

Dedicada:
A todos los pacientes amantes del ShadAmy <3

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La intensa batalla entre tonalidades verdes era todo un espectáculo, pero no precisamente uno que pudiera disfrutarse, ya que las sensaciones se debatían entre la intriga y la incomodidad.

Los esmeraldados iris de Sonic The Hedgehog observaban con profunda tristeza y vergüenza a los suaves y comprensibles iris jade de Amy Rose.

El silencio que se había instaurado tras la respuesta de la eriza, era quizás el más ensordecedor que habían sentido todos los presentes. Cada cabeza estaba sumida en infinidades de pensamientos, todos enfocados a la actual situación.

Regresando al erizo de tono azul, su cerebro y racionalidad estaban sumidos en el caos. ¿Con qué cara tenía él derecho de pedirle a esa eriza que lo amara de nuevo?

-Soy un completo estúpido.- comentó rompiendo el denso silencio.

-Sonic... En teoría, acá somos dos estúpidos.- le corrigió la eriza con suavidad.

La última vez que habían hablado del tema, también fue de forma pública. Esa vez, frente al ahora ausente erizo azabache, el héroe de Möbius había hecho quizás la más ridícula escena de celos. Digna de ser televisada por dramática, innecesaria y absurda.

Irónicamente, en ese tiempo, el azulado asumía que la postura infantil y terca que había tomado la eriza no era más que un arrebato de celos por su relación con la princesa Sally.

Tan egocéntrico fue, que no se había esforzado en tomarse el debido tiempo para analizar sus propias acciones, al menos no de forma honesta. Siempre que buscaba su culpa en aquel asunto, no le daba tantas vueltas al momento de aquella noche nevada. Por más que intentaba buscar que encajara, no podía visualizar a la eriza de pie ante tan íntimo acto.

"Estaba celosa de Sally, porque él la había incluído como miembro del Sonic Team. Por eso, a los días de declararlo, Amy renunció."

Ese era el pensamiento que, en ese entonces, se formulaba para justificar el esquivo y desobediente comportamiento de la rosada. Ahora, enfrentando la realidad de los hechos, se reprochaba internamente lo poco coherente e inmaduro que había sido.

-No. Solo yo.- reanudó la conversación -Hice comentarios despectivos y acusatorios, asumiendo algo que tú no sentías. No me...-

-Sonic. Eso pasó hace tanto... Ya no necesitas hablar de eso. Todo está bien.- le interrumpe comprensiva.

-¡Déjame terminar. Por favor. Para mí, sí es importante!- le reclamo algo exaltado -¡Jamás tuve la suficiente valentía para afrontar lo que nos había alejado. Ahora, que sé la verdadera causa, necesito que me escuches!-

-Sonic...-

-Sé que el tiempo ha pasado, y estoy consciente de lo tonto que es recapitular algo tan incómodo, pero te lo debo. Es algo que todos acá saben mejor que yo.-

La eriza, un poco resignada e intrigada, decide ceder en el abordaje del inesperado tema.

Que irónica era la vida, trayendo a su vieja decepción amorosa del pasado para plantarla al lado de su actual vicisitud sentimental hacia el azabache.

-Desde hace algún tiempo, muchos años atrás en realidad, empecé a sentir un molesto golpeteo de mi corazón. Era extraño, pero a la vez me hacía sentir cálido y muy confundido. Un poco después, descubrí que era producto de tu presencia.- el erizo traga saliva nervioso, ya que, por primera vez en su vida, estaba siendo honesto consigo mismo y con ella.

-Me gustabas... Me gustas mucho.- declaró -Cuando descubrí que sentías algo similar por mi, me sentí tan feliz y aterrado. Tenía la incoherente y tonta idea que, de corresponderte, estaría limitándome y dejaría de ser libre. También, pensé en el riesgo en el que te pondría.-

El emocional erizo sube un peldaño más, acercándose a la eriza.

-Me comporté como un patán, un miserable y un completo imbécil. Era inmaduro, no me importaba salir corriendo con tal de alejarme de tus afectos. Era incoherente con mis acciones y mis inesperadas retribuciones.-

-¿Eras?- le recriminó la implicada levantando la ceja con algo de burla.

-¡Ammes!- le reclama él, abochornado por su falta de seriedad. Sus mejillas se tiñeron de un ligero tono rosáceo.

-Continúa.- le ánimo ella.

-¡Al punto que voy..!- retornó exaltado -Es que nunca tuve la suficiente valentía, madurez, coraje, decencia... cómo quieras llamarle, de decirte con sinceridad como me sentía. Me llené de dudas cuando empezaste a ser más insistente, hasta llegar a causarte daño con mi indiferencia.-

Ahora, la miraba fijamente. Esos mismos ojos que antes había visto con miles de emociones, le devolvían su reflejo agobiado. Aún así, solo podía encontrar tranquilidad y comprensión en aquellos iris jade. Se sentían como la entrada al mismísimo Caos.

-Es tarde, ya lo sé. Debí enfrentarte y decirte que dejaras de insistir o, al contrario, corresponderte como era debido. Me limité a ser indiferente, sin darte muchas esperanzas, pero tampoco apagándolas del todo. Me creí importante e irremplazable en tu vida, todo porque te desvivías por estar a mi lado. Esa jugarreta entre los dos me hacía feliz, porque no importaba qué tan mala fuera la situación, siempre estabas allí... Y luego... Un día tras el invierno, dejaste de estar.-

La conmoción que desbordaba el erizo era evidente para todos.

Fuera de eso, lo más importante, era que estaba siendo honesto. En verdad lo sentía, y eso, era lo único que a Amy le importaba.

A su manera, la disculpa había llegado. De forma lenta y en un momento inoportuno, pero después de tanto tiempo, sentía un inmenso alivio por escuchar toda ese palabrería.

-No debí dejarte asumir toda la culpa. Todo este malentendido es causa mía y... Creo que nunca podré compensarte el gran daño que te hice.- cada vez, el erizo abría más sus sentimientos reprimidos -Te dije que fueras a mi casa esa vez, porque pensaba decirte que ya no siguieras persiguiéndome, pero luego llegó Sally y yo... ¡Soy un completo imbécil!-

Sonic apretaba sus puños con furia hacia sí mismo. Había sido tan irracional e irresponsable de la gravedad de sus actos. Haber cedido en esa ocasión a un deseo efímero y carnal, le había salido caro. También había lastimado a la ardilla castaña, porque le había dado falsas expectativas de sentimientos que él hacía ella no tenía. Y no solo había alejado a la chica que en verdad amaba... La había destrozado.

-Deja de darte tanta importancia, tonto y egocéntrico erizo.- le reprendió la rosada con dulzura, cosa que lo sobresaltó -No eres el culpable completo de todo nuestro caos emocional. Yo tuve demasiado que ver.- le aseguró con cierto afecto.

Amy tomó con delicadeza una de sus enguantadas manos, hasta que, anestesiado por el suave tacto, finalmente relajó aquellos puños que se habían formado.

-Lo lamento tanto... Perdóname por hacerte tanto daño.- susurró Sonic conmocionado, sintiendo las poco usuales lágrimas acumularse en sus ojos.

-Yo también debería disculparme, ¿No lo crees?- anunció tomando la batuta del asunto -Debí causarte muchos problemas, ¿No?- cuestiona con una risa -Fui absurdamente irracional. No me detuve a pensar en lo mucho que me estaba extralimitando. Me quise convertir en tu sombra y en vez de pensar en cómo te sentías, solo me volví más insistente, al punto que te hice sentir incómodo. Fue estúpido e infantil... Me obsesioné contigo, lo cual no fue sano para ninguno de los dos. Era inmadura, porque creía que eso era amor y no, no lo era.-

-Eso no es...-

-¡Es cierto!- afirmó ella con un tono un poco más severo -No respeté tu privacidad, al punto que yo misma me encargué de presenciar esa escena.- ahora el erizo le regresaba la mirada avergonzado -En esa ocasión, algo me hizo detener ante tu puerta. Cómo si me avisara que tenía que parar con todo aquello y no entrar.-

Amy recordó el desdibujado reflejo de Shadow que esa vez presenció. Tenía una mirada de decepción menos marcada que la más reciente dedicada por el mismo erizo.

Sabía que solo había sido un reflejo generado por su mismo cerebro. Ahora, analizando ese hecho, descubrió que desde entonces ese erizo azabache ya había capturado su atención.

Y así, aprendió con el tiempo.

A veces, solo aprendemos la lección hasta que cometemos el error, haciendo caso omiso a las advertencias y consejos.

-Aún así, decidí irrumpir en tu casa. Ni siquiera tuve la delicadeza de llamar a la puerta.- el erizo tiene una cara tan seria, que ella estaba segura de jamás haberla visto en su rostro. Por eso, empieza a reír suavemente. A lo cuál, el implicado la ve extrañado -¡Por favor. No es como si hubieses cometido un delito!- le reprende ella con burla.

-¡No da risa. Para ti debió ser incómodo e hiriente!- le reclama ruborizado.

-Bueno, ciertamente no estaba disfrutando como ustedes dos.-

-¡Ammes!- exclama completamente avergonzado. Era bastante claro que no se esperaba esa reacción de la eriza, la cual dejaba salir una sonora carcajada, disolviendo algo de la tensión.

Los aún silenciosos espectadores, sentían un poco de alivio al ver la postura de la eriza; estaba calmada y comprensiva. Eso solo indicaba una cosa: ella dejó hace tiempo de sufrir por aquellos eventos.

-Aunque eres un idiota. Debiste cancelar conmigo o al menos esperarte hasta después de que hablaramos.- le reprocha con sorna y lanzándole un golpe en su brazo derecho -Sin embargo, creo que como sucedió ha sido quizás lo más oportuno...- ahora, suavizaba su mirada -Soy terca y obstinada. Estoy segura que si no hubiese visto aquello, me habría seguido negando a como eran las cosas en realidad... Lo siento, Sonic. Ahora sé lo difícil que también debió ser todo para ti. Y, finalmente, me siento tranquila. Agradezco tu honestidad, con todo mi ser.-

-¡Ahhh. Tu no tienes por qué disculparte!- vuelve a recalcarle exaltado -Yo soy quién debe hacerlo.-

El erizo inclina una de sus rodillas sobre el escalón más alto de su posición. Este acto toma desprevenido a todos.

-¡So-Sonic!- exclama ella sorprendida.

-Ammes... Mi Ammes... En verdad lo siento. Estoy consciente de lo difícil que es para ti, pero espero poder hallar tu perdón en lo que me resta de vida.-

La eriza, completamente conmovida por el acto, se siente incluso más vulnerable que antes. Jamás pensó en que ese altivo y veloz erizo azul pudiera llegar a someterse de esta forma... Sobretodo por ella.

Amy Rose se agachó, jalándole para poder ponerlo de pie. El intérprete del acto se encontraba con los ojos cristalizados, facción que su rostro en estas ocasiones permitía ver. Y, entonces ella se inclinó desde su superior altura y le besó con delicadeza sobre la frente.

-Todo está perdonado, erizo tonto.- él le regresó la mirada conmocionado -Gracias.-

Y en verdad tenía que agradecerle; porque siendo esto lo mínimo que él podía hacer tras todo el daño causado, también generó la liberación de una cadena gruesa que aún aprisionaba a la eriza:

No había sido completamente su culpa.
Nunca lo fue.

La culpa y los errores eran algo que compartían los dos, y ahora, tras casi dos años, ese peso se esfumó. Descubrieron que sus emociones eran mutuas y habrían sido correspondidas, de no ser por la inmadurez y torpeza de ambas partes.

... Y no pudo pensar en que todo aquello también era algo recientemente experimentado. En el actual dolor que la aquejaba.

Ella tuvo la culpa de sus acciones, pero ¿Cuál era la culpa de Shadow en todo aquello? O, este quizás sería de esos casos en dónde ¿la culpa era completamente suya?

Sintió una punzada de molestia consigo misma. No era justo que mezclara las dos situaciones, ya que ambas narraban contextos e historias diferentes. Compararlas era algo estúpido, pero no pudo evitarlo.

El erizo azabache, si bien no le había hecho ningún daño, estaba siendo impertinente. No sé había detenido a escucharla, a hablar con la misma calma y paciencia que siempre lo hacían... Sin embargo, no podía culparlo completamente de su falta de tacto. Ciertamente, era una verdad dura, cruel y difícil de procesar en el acto.

-Qué alivio ver cómo han madurado. Se les estaba haciendo tarde.- comentó de repente una voz firme pero maternal, distrayendo a la eriza de la circunstancialidad de sus pensamientos.

La mamá coneja les observaba orgullosa desde el costado bajo de la escalera. Junto a ella, las miradas de alivio y felicidad de todos los demás eran demasiado obvias y difíciles de disimular.

El erizo azul se ruborizó al punto de parecerse en el tono al equidna y, sus púas estaban ligeramente erizadas. Había olvidado a sus silenciosos pero felices espectadores.

-Aún me falta tanto por madurar. Supongo que sólo el tiempo lo dirá.- le responde cantarinamente la eriza a su figura materna Vainilla -Bueno, habiéndo dejado todo claro, procedo a guardar estas pesadas cosas y lavarme las manos.- puntualizó señalando a su mochila. La rosada empieza a subir nuevamente los escalones.

-¡Esp-pera. Aún no hemos acabado!-

-¿No?- no pudo ocultar algo de cansancio que se coló en su voz.

-No... He estado analizando algo.-

La postura de Sonic vuelve a ser una firme. Muy decidido de su convicción.

La eriza, resignada, vuelve a girar sobre si para observar nuevamente a su actual amigo y viejo amor.

-Lo que sentíamos siempre fue mutuo... ¡Era correspondido!- retoma el asunto -Sé que ha pasado tiempo y ¡Sé que soy un completo idiota y descarado por sugerir ésto! Aún así, necesito hacerlo, para no seguir arrepintiendome de mi cobardía por lo que me resta de vida.-

La rosada eriza, siendo una buena conocedora de los actos del erizo, supo de inmediato por dónde iba el asunto.

-Yo... Aún siento todo ésto por ti; creo que es incluso más fuerte que antes. Sé que es bastante tarde, pero quizás podríamos intentar ...-

Su frase queda a medias porque la eriza ha colocado su mano derecha sobre su cabeza.

-Sonic, debo ser clara y no solo por lo que vivimos. Es algo que me debo a mi misma.- ahora, su mirada lo refleja todo.

El erizo, al notar esa expresión de sus ojos jade, entendió lo que ella estaba a punto de sentenciarle.

-Nuestro tiempo ya pasó, Sonic. Decirte que volveré a sentir lo mismo y corresponderte, sería falso. No quiero mentirte, pero igualmente, no quiero invitarte a persistir... Justo ahora es algo imposible para mí, y no es por resentimiento... es que...-

Ante su búsqueda de palabras para continuar con su argumento, observa como la decepción y tristeza se va colando en el semblante de él.

Toma de forma inconsciente el relicario de oro que reposa sobre su pecho. Ese caos emocional recientemente descubierto le gusta y le duele; por eso, le cuesta encontrar las palabras adecuadas sin dejar expuesta su vulnerabilidad.

-Así estamos mucho mejor.- puntualizó -Nunca habíamos sido tan cercanos. Es como si fuéramos mejores amigos, casi hermanos y... Eso me ha hecho inmensamente feliz.-

El erizo azul suspira resignado.

La eriza rosada ha dejado su sentir en claro.

Eso es algo que él va a respetar.
Se lo debía.

En cuanto las miradas serenas y comprensivas de ambos iris verdes culminan, está más que claro que esa intensa batalla de tonos ha terminado.

Amy Rose se da media vuelta y, finalmente, retoma su camino hacia su habitación, dejando al fatigado erizo cobalto detrás.

En la sala, el silencio parecía querer persistir; repentinamente una intrépida, audaz y preocupada murciélago, decide tomar una compleja pero sabia decisión.

-¡Oh no lo harás. No ésta vez!- masculla algo molesta.

-¿Qué cosa?- inquiere el zorrito algo desorientado.

-Tú y tú. Vienen conmigo.- señala con su enguantada mano a unas confundidas felina y joven coneja -Y Vainilla, querida, ¿podrías por favor llevar la comida de Amy a su habitación?- la mamá coneja le ve extrañada pero asiente.

-A ver, a ver. Detén tu huracán, Rouge.- le reprende su compañero equidna -Todos ustedes tienen muchas cosas que explicarme; además, ¿De qué va todo este repentino arrebato tuyo?-

-Mi ingenuo y confundido rojito, de verdad que tú nunca te enteras de nada.- responde con ternura, tomando su rostro entre sus manos -Primero los asuntos de chicas. Además, si tanto quieres saber, pregúntale a Sonic.-

El mencionado da un respingo, ganando a su vez una mirada interrogativa.

Sin dar muchas explicaciones, la vampiresa agarra y prácticamente arrastra de las manos a las dos jóvenes féminas detrás de ella.

Tenía esa molesta sensación de frustración e impotencia.
¡Esa niña no se escaparía de nuevo!

Ella presenció minutos atrás cómo estaba aquella eriza rosada y, tras ver su aparente calma, supo que, como siempre, negaba con gran habilidad su emocionalidad alterada y marchita.

-¿De qué va todo esto, Rouge?- le cuestiona algo irritada la felina por el brusco trato.

-¡Ella nos necesita, solo es tan terca y obstinada qué aún no lo sabe!- le asegura irritada.

Rouge The Bat no les da tiempo de rechistar a sus acompañantes, ya que prácticamente abre la puerta de la habitación de la rosada sin siquiera tocarla.

Adentro, una sorprendida eriza evidencia la escena. Una murciélago albina halando de las manos a la joven coneja y la resignada felina. Tras cerrar la puerta tras ellas, les observa con una completa cara de confusión.

-¿Rouge?, ¿Pasa algo?-

-¡Eso debería preguntártelo yo!- le refuta con ese tono de voz molesto y elevado.

La eriza suspira dejando escapar una risa de burla y cansancio.

-No es necesario que te preocupes, lo de Sonic ya no me afecta desde hace mucho tiempo. Tu lo sabes mejor que nadie.- responde serena y burlona -Estoy muy feliz por lo que dijo. ¡Ya era hora! Aunque, honestamente pensé que jamás llegaría este día y...-

-¡¿Y quién te dijo que me refería al asunto de él?!- le interrumpe escandalizada.

-¿Ahh? ¿No es por lo que pasó con Sonic? Si es así, entonces no sé a que te refieres.- su respuesta no pareció ser válida, ya que se gana una mirada de incredulidad -¡Rouge. En serio que estoy bien. Ya me conoces, siempre hallo una manera de estarlo!- le responde más animada pero algo irritada.

-¡No aceptaré esa respuesta, porque es una mentira!- refuta.

-Rouge.- le llama una calmada felina para tranquilizarla.

-¡No importa que situación es la que nos agobie. Siempre tienes que callarlo todo! ¡Deja de ser una cobarde y por primera vez en tu vida ponte a ti como tú más importante prioridad!- alega interrumpiendo.

-¿Qué carajos te suce...?- intenta argumentar la eriza, siendo en vano.

-Hace años, cuando pasó lo de Sonic... ¡Yo no estuve para ti!- sentencia explotando -¡Ninguna lo estuvo. Nos sacaste de ello, porque te encerrarte en una coraza y no le permitíste a nadie entrar! ¡Por mucho los bobos de Tails y Silver sabían que estaba pasando!-

-Eso ya no tiene impor...-

-¡Si la tiene, porque lo estás haciendo de nuevo!- le interrumpe nuevamente -¡No pudimos ser ni un apoyo ni nada! ¡¿Qué sentido tiene que nos llames amigas, si en los momentos más difíciles no nos dejas estar ahí?!-

-...Rouge...- susurra sorprendida.

Amy Rose comprendió de qué iba aquel arrebato molesto de su amiga; no solo porque tenía razón, sino porque la fragilidad que había tenido en el bosque nevado, nuevamente la sobrecogió.-

-Esa vez no estuve, pero hoy si puedo estarlo... No está mal que te sientas así, tampoco está mal que no quieras contarnos, pero no lo reprimas más, o terminarás por lastimarte.- la voz de la albina se suaviza -No estás sola, Pinky. Aquí nos tienes a nosotras... Debes afrontarlo, pero no necesariamente sola.-

-Ay... Rouge...- responde abrumada y derrotada. Frágil. Consumida otra vez por las lágrimas que empiezan a salir sin ningún control -¡Soy una tonta! ¡Tan ilusa y tonta!- exclama finalmente rompiendo su ser a través del llanto -¡Le hice daño y también me lo hice a mi!-

Las tres féminas se conmueven por la escena, siendo Rouge la real conocedora de toda la situación.

Ya después les explicaría, después de todo, no era algo fácil de hablar.

La albina se arrodilla junta a la ya desplomada eriza, la cual procede a abrazar con una intensa fuerza. A este emocional momento se suman también Cream y Blaze.

-Teniendo tantas opciones, decidiste irte por la más atrevida e imposible ¿Pero en qué estabas pensando?- le reclama la murciélago.

Amy se derrumba con cada espasmo de aquel acto triste y patético.

-Supongo que no lo pensaste... No puedo culparte, el amor nos hace perder la capacidad de razonar.- le dice a manera de consuelo.

"-¡Pero en cuánto al estúpido de Shadow, ese no se salvará del par de cosas que pienso decirle. Es tan culpable como ella en todo este asunto! ¡Claro, lo más fácil para él fue huir en vez de afrontarlo. Cobarde!"- pensó para sí.

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*Inicio flashback*

-¿Es necesario que te vayas?- preguntó algo preocupada.

-Mi trabajo está hecho. Pude intervenir ligeramente, más no puedo abusar de ese favor.- le responde con mucha calma.

A una alta y considerable hora de la noche, la tormenta había empeorado; aún así, Tikal estaba decidida a partir. Después de todo, su prolongada estadía era antinatural. Ya no pertenecía a este mundo.

-Confía y no pierdas la esperanza. Las cosas saldrán bien.- le repite muy convencida, algo que la eriza desea profundamente sentir.

-Tikal... Las runas que se reflejan en mi cuerpo y en el de Shadow, ¿Podría ser qué...?-

-Tanto las respuestas como una posible solución, se encuentran perdidas en el tiempo, en la historia y en los recuerdos.- responde interrumpiendo esa creciente inquietud de la fémina rosa -Amy Rose, podrás encontrarle. Debes hallar la forma de atar los cabos sueltos.-

La ceremonia, presidida por el Equidna Rojizo, da inicio.

-¡Oh poderoso caos, permíteme nuevamente entregarte mi existencia, por el bien de todo este mundo! ¡Permítenos unirnos a tu sublime presencia!- exclama la equidna sumamente concentrada.

¿Permítenos?

La eriza se encontraba tan concentrada en la mítica transformación de la gran gema y su antigua guardiana que, dejó pasar por algunos instantes la repentina y sorpresiva aparición de unos brillantes cabellos rubios.

El repentino sobresalto es consecuencia de la aparición de María... la cuál, ya ha perdido ese aspecto de eriza. Ahora, luce tal cual era realmente. Es humana.

-Hace muchísimo tiempo que, mi existencia dejó de pertenecer a este plano de la realidad. Finalmente, puedo partir como es debido.- comenta con una enorme sonrisa, respondiendo a la interrogante de la cabeza de la eriza.

-Pero...- susurró algo aturdida al ver su real aspecto.

¡Está incluso más traslúcida e incorpórea que Tikal!

-Mi alma atrapada en este mundo, sentía el deber de velar por Shadow; por sacarlo de ese abismo de oscuridad... Ya no necesito preocuparme más, ahora sé que estará bien.-

-No puedo hacerlo sola. Ni siquiera sé cómo verle a la cara de nuevo.-

-No he dicho que sea tu responsabilidad, Amy.- le reprende con dulzura -Solo puedo pedirte que seas paciente, y que, como siempre has hecho, mantengas viva la esperanza.-

*Fin del flashback*

-¡Estoy lista!- exclama una no tan disimulada voz con entonación risueña.

La señora Vainilla tenía listo ya el ligero equipaje: algunas bolsas de tela y una enorme canasta de mimbre.

Al ver la dispersión de su futura compañera de compras, decide llamarle con más delicadeza.

-Debemos irnos, Amy.- comenta con suavidad.

Saliendo del más reciente y anterior recuerdo, la eriza permanece aún con la vista fija en la pintura que realizó en días pasados.

La impecable y luminosa apariencia de la blanca fachada del edificio hacia un precioso contraste con las flores y el invernadero del jardín, las cuales destellaban con tonos vibrantes en todo el cuadro.

Se veía apacible y feliz.

Cómo añoraba vivir de nuevo esos días.

Tras un suspiro resignado y, dando la razón a la mayor y sabia coneja, ambas féminas salen con paso decidido de la casa.

-Por favor, les encargo esa lámpara de calor para las flores. Tails me ayudará a instalarla tan pronto vuelvan.- insiste la pequeña coneja que ya se encontraba afuera con una gigantesca sonrisa.

-¿Estás segura que no deseas ir? Podría ser bueno para ti salir un rato.- le consulta la eriza.

-Me encantaría, pero no deseo dejar ni a Tails ni al doctor Ray solos. Ahora que el señor Silver y la señorita Blaze se han ido a su dimensión, la casa se siente más sola.-

-Ya hace una semana que se fueron, ¿Verdad? Como pasa rápido el tiempo.- comenta la mamá coneja.

-Asi es, Vainilla. Espero las cosas vayan bien en su dimensión.- asegura el erizo cobalto quien estiraba las piernas en frente de la casa.

-Me gustaría saber que habrán encontrado en su regreso. De ello, dependerá el proceder de muchas cosas.- musita la eriza algo anonadada.

-No te preocupes de más. Seguramente regresan pronto.- asegura la joven coneja.

-Bueno, además no tenían otra alternativa, ya que el apático de Shadow les sembró esa duda en la cabeza y luego se largó.- aseguró el erizo con algo de recelo.

La inquietud, de la sombría y siniestra especie que residía en el cetro mágico que se resguardaba en el reino de fuego, era una de las incógnitas más escalofriantes y confusas de todo el asunto actual.

Y es que como no serlo, parecía que aquel suceso era una realidad fantasiosa. De esas pesadillas que no recuerdas tras unos días.

El pasado, parecía ser un factor reiterativo de los últimos días. Con el paso de los minutos, se sentía cada vez más fantasioso, irreal, insuperable.

¿Ya había pasado una semana?
Tan solo una semana, cuyo tiempo era volátil. A veces transcurría rápido, otras veces, parecía detenerse.

Hace 9 días había partido el erizo azabache.

Aún no habían señales de él.
Aún permanecía la zozobra de lo que habría pasado con él.

Cada día, cada noche; esa misma tanda de inquietududes atajaba en la mente de la eriza.

-Quizás prepare algunas galletas para que coman al regresar.- responde muy serena y segura, combatiendo la creciente presión del ambiente.

-¡Guárdame toda una bandeja!- exclama repentinamente el erizo azulado guiñándole el ojo.

-Señor Sonic, le guardaré bastantes, pero no será toda la bandeja.- añade con una gigante sonrisa -En todo caso, espero poder ser útil a Tails y el doctor Ray en sus labores.-

-Con tu compañía es más que suficiente, Cream.- agrega el zorro amarillo agitando enérgicamente sus dos colas.

-Me habría gustado quedarme a hacer galletas, pero ya nuestras reservas están algo escasas, y no puedo dejar ir a vainilla sola.- comenta resignada la eriza.

Y realmente las manos extras estaban algo escasas.

Con el equidna y la murciélago por fuera desde temprano, en busca de la oportuna señal de una Chaos Esmerald, el número de voluntarios se había reducido drásticamente.

-Bueno, entre más rápido nos marchamos, más pronto regresaremos. Andando, que es mucho lo que debemos traer.- comenta el erizo terminando sus estiramientos.

Y así, tras otros cuantos minutos de despedidas y artículos de último minuto. El grupo de las compras se va.

.

La tarde cae con mucha tranquilidad, acompañado de una delicada nevada que transmitía paz a ese paisaje. Con la pequeña compuerta del garaje abierta, los dos científicos y la coneja degustaban con emoción las galletas de semillas que la menor había preparado.

-Es sin duda, de las mejores galletas que he probado.- argumenta la ardilla con el paladar lleno de comida.

-Y no has probado todo lo que Cream puede cocinar. Ella es muy talentosa.- le argumenta el Zorro con orgullo.

-¡Ay, Tails. No es la gran cosa!- exclama algo ruborizada la coneja, blanco de los halagos.

-Solo digo lo que es cierto.- le replica el joven de dos colas con una sonrisa.

Mientras la conversación se hacía más amena y entretenida, el contenido de las tazas con chocolate iba disminuyendo.

-Descuiden, iré por un poco más de chocolate. Ustedes relájense.- comento Tails ante la nueva necesidad de aquel líquido espumoso, el cual encajaba perfectamente con el ambiente helado que ahora se establecía.

Tras desaparecer en el interior, los otros dos seres siguieron hablando animadamente.

Y así transcurrió unos cuantos minutos.

-Tails se está tardando para haber ido solo por chocolate.- argumenta el doctor ardilla.

-Espero no esté comiendo más galletas, o el señor Sonic se enojará con él.- responde la coneja con algo de burla.

Cuando la fémina, se disponía a entrar a la casa, se escucha un estruendo provenir del interior de ésta.

Rápidamente el frío del clima y la creciente caída del sol se caló con fuerza en los cuerpos de ambos seres. Cómo si una fuerza los mantuviera paralizados en su sitio.

-Cream, manténgase detrás de mi.- comenta con una aterradora firmeza el doctor ardilla.

-¿Doctor Ray?- susurra presa del pánico.

-Tal vez, sería prudente que escuches a tus mayores, pequeña mocosa.-

Al girarse lentamente sobre sus talones, la coneja es consumida por la maldad que desbordan dos pares de orbes que les regresan la mirada desde la oscuridad del exterior, a escasos metros del pórtico del garaje.

-Agradecemos mucho que nos permitieran pasar a su refugio, después de todo, sin la presencia de ese Chaos Control hace unos días, no habríamos podido encontrarlos.- argumenta una burlona pero siniestra voz -¿Y si mejor, vamos a dar un paseo?-

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.
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El eco del cristal quebrándose, resonó con fuerza por todo el establecimiento.
Los delicados duraznos del frasco se esparcieron con rapidez por todo el suelo y el almíbar se desbordaba cada vez más y más.

.
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La cálida sangre teñía la fría y blanca nieve. El carmesí y espeso líquido se esparcía con rapidez por todo el blanco suelo y los copos de nieve caían cada vez más y más.

... Continuará...

Buenas...¿Feliz San Valentín?

Y de paso, feliz navidad, año nuevo, reyes, cumpleaños XD

Espero todos se encuentren muy bien.
Acá otro capítulo ¿fluctuante? de esta historia. Sin duda, las cosas parecen tomar un nuevo rumbo.

Abuso de este espacio para hacer una recomendación literaria :3
Si te gustan los fanfics de BTS, les recomiendo el libro 'Un deseo inconcebible - BTS' de mi amiga Kaede415. Su libro es ciertamente diferente a lo que se acostumbra a ver en este tipo de fanfics y la verdad lo recomiendo <3. Está en proceso de actualización así que si gustan pasar, sería hermoso.

Sin más que añadir, yaa nos estaremos viendo.

Gracias por su paciencia.

Atentamente,

Mafercha09 <3

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