Los ángeles son seres espirituales creados por Dios. Criaturas increíblemente hermosos que ayudan a los humanos y son guías para que se acerquen más a Dios.

Hay niveles para ser más allegados a su Dios, divididos en jerarquías:

Primera jerarquía los

• Serafines
• Querubines
• Tronos

La segunda jerarquía

• Dominaciones
• Virtudes
• Potestades

La tercera jerarquía

• Principados
• Arcángeles
• Ángeles

Si bien son los más populares, en el Nuevo y Antiguo Testamento los ángeles han sido nombrados numerosas veces y cada uno tiene un puesto clave en el paraíso. Según la Biblia, estos son los tipos de ángeles y su función protectora.

Se establece la diferencia entre ángeles buenos y lo ángeles malvados o demonios, servidores de Satanás, pues decidieron seguir a Lucifer en su caída tras rebelarse. Seres que solo ocupan su tiempo de hacer verdaderas maldades a los humanos y causarnos problemas a los ángeles en ayudar acercar a los humanos a Dios. Seres realmente malvados y crueles desde mi punto de vista, más sin embargo, no comprendo cual es su propósito ante desafiar al todo poderoso.

Esa pregunta venía a mi cabeza una y otra vez. Hasta que lo conocí a él, a un demonio.

Antes de conocer las nuevas experiencias y sentimientos, más exquisitos, agradable y también dolorosos que jamás en mi vida conocí. La vida que yo llevaba, era más pacífica y muy brillante, al ser un ángel, mi rago era muy bajo para siquiera estar cerca de Dios, pero mi amor por él, antes de todo era profundo e infinito.

Mi amiga y yo solamente queríamos acercarnos más a él, al todo poderoso, para eso además de ser realmente fieles; luego de dar alabanzas y ofrecer incesante adoración a Dios, teníamos que subir peldaños, para ser un Arcángel para hacerlo teníamos que escoger a un ser humano para servirle como guía, más bien, convertirse en un ángel de la guarda o ángel custodio es según la creencia de varias religiones el ángel al que Dios da la misión de proteger, guardar y guiar a una persona durante su vida en la tierra.

Mi amiga siempre fue más decidida y más fuerte, es por eso que no tardo mucho para buscar en un creyente que aspirará a ser gran guerrero, yo me lo pensé mucho en un principio, pero al final me decidí en ser guardiana de un joven pastor.

Quién diría que en una de mis tantas guardias, con vistas de un gran paisaje, lleno de pastos verdes, montañas, cielos intensamente azules y aires puros, con vistas tan hermosas nunca hubiera pensado que la maldad pudiera llegar a mi pastorcito.

Una serpiente intento atacar al rebaño, a tiempo te tome segundos antes de que empezarás a repartir tu veneno, se supone que los ángeles caídos como ustedes son nuestros enemigos, del hombre y por sobretodo de nuestro señor y cuando estuve a punto de arrojarte contra una pared de piedra, me detuve en seco.

La maldad está siempre rondando en la oscuridad, mi deber es este muchacho para que la oscuridad no lo consuma, pero no soy una asesina.

Me alejé suficiente del rebaño y dejé libre la serpiente. Perdonar, eso hace mi señor, para llegar a él, debo aprender de hacerlo también, además que los demonios antes fueron ángeles, que simplemente perdieron el rumbo, nunca le guardaría un rencor a ningún ángel hermano mío.

Oh eso pensaba en ese momento.

(•••)

Tan dulce es la tentación, ¿por qué Dios no me había dejado conocer el amor? Será que además de tierno y exquisito, ¿también es igual de doloroso?

Cuando convivía más junto a mi pastor, más escuchaba, veía y experimentaba, nuevas cosas y se y sentimientos tan llenos de color que me hacía amar la vida terrenal y sencilla, incluso cuando siempre lo negué en su momento envidiaba un poco al humano de esa libertad.

De pronto tu volviste a las montañas, pero ahora con tu forma original. Con la apariencia de ser un muchacho buen mozo, de cabello algo largo de un marrón oscuro, con unos grandes cuernos en su cabeza y unas grandes alas de murciélago, que a mí en un principio me dejó petrificada del miedo; fue entonces que pensé en mi protegido, debía mantenerlo a salvó.

— ¡N-no te acerques! — trate de sonar amenazante mientras me ponía de pie —. ¡No lograrás hacerle ningún daño, mientras yo esté aquí!

El se rió — Si un pastor tiene un ángel guardián que tiembla de miedo ante un demonio, es que ese joven está acabado — se acercó de una manera muy peligrosa a mi, al punto que su rostro estaba demasiado cerca contra el mío —. "Y que me proteja de todo mal", vaya ángel tan débil que resultas ser, no eres ni capaz de matar una serpiente.

Eso me hizo hervir la sangre, y contesté:

— No lo hice, porque yo no soy una asesina (no como tú), y es que tú antes eras como yo, un ángel que servía a nuestro Dios.

Te quedaste serio un segundo y miraste al suelo por un minuto.

— Hasta que no lo veas por cuenta propia, sabrás que adorar y alabar a una deidad te priva de muchas libertades.

Eso me hizo abrir los ojos como dos platos, fue en ese instante que desapareciste de mi vista.

Adoraciones y alabanzas, no mi amor era absoluto, sin embargo desde ese instante me pregunte, porque todo mi cuerpo se sentía pesado como si unas pesadas cadenas las llevará arrastrando desde hace tiempo.

En instante no lo sabía, pero tus ojos rojos se quedaron en mi mente. Cada vez que bajaba de los cielos, esperaba por tí, y de vez en cuando venías, solo me observabas a lo lejos, disimulaba, sin embargo a pesar del miedo que sentía, al poco tiempo, eso transformó en emoción en verte.

Eras un misterio, que quería conocer.

— ¿En qué piensas?

Mi amiga como siempre, era una oportunista que me hacía despertar de mis sueños que tenía por tí.

— Nada, en mis rezos y mi pastor que es tan buen muchacho, aunque a veces se olvidé de agradecer al señor — era feliz con mi protegido, era tan responsable y bueno con sus ovejas, que creo que tomé en una buena elección en ser su ángel de la guardia.

— Pues es un muchacho muy malagradecido, mi protegido es un guerrero de renombre, un verdadero luchador, cada muerte que hace, lo hace como un sacrificio en nombre de Dios, y siempre lo nombra y agradece y alaba a cada rato — indicó mi amiga.

— ¿Pero es realmente necesario pare ser cercanos a él? Mi niño, no lo menciona a cada minuto, sin embargo es agradecido con él, nunca resonga, se levanta temprano para llevar a las ovejas, es atento, dulce, amable y siempre disfruta como nadie de las vistas en las montañas. A pesar de tener algunos defectos encima como cualquier humano, siempre aprende algo nuevo por él mismo, para llegar a ser un hombre de provecho el día de mañana — admiración, eso era lo que sentía por este simple muchacho —. Es fascinante.

Mi amiga acarició mi cabello con ternura — Tu siempre eres tan dulce, a mi tu niño me suena como cualquiera otro niño que apenas y va conociendo de la vida — me avergonce por lo que dijo, a veces suelo extenderme mucho con las cosas más simples y pequeñas —. No dudo que cualquier niño sea puro e increíble a su manera, aunque tú ves lo más bello de la gente a pesar de que no muchos no tengan nada bueno — se lanza para abrazarme —; pero por ello te adoro y eres mi mejor amiga, si hubiera más que viéramos al mundo y su gente como tú, no habría demonios con los cuales lidiar.

Éramos tan diferentes, que eso fue lo que nos hizo muy cercanas, yo te quise muchísimo y no dudo que tú también me quisieras de la misma manera, sin embargo nunca pensé que tú pudieras hacer algo así.

Hermanas del alma, un encuentro por coincidencia y nos volvimos muy unidas por decisión, una meta en común de conocer al creador juntas. Así que aprendimos nuestra vocación y cada norma que debíamos cumplir al pie de la letra, para alejarnos a toda costa del camino del mal, sin embargo aún no logro comprender, ¿por qué el amor era un pecado?, oh bueno no el amor en sí, pero si alos que una vez fueron iguales a nosotros, si los demonios también fueron ángeles, simplemente, simplemente decidieron que ellos querían más libertad.

(•••)

Es por eso, que no era un pecado enamorarse, pues los ángeles se nos criaba para ser unos niños dispuestos a conocer, repetir todo lo que se te decía en el cielo para ser unos servidores perfectos, ahora me doy cuenta de ello. Era un pecado pensar diferente e involucrarse con un demonio, hacía temblar al cielo de miedo de perder a otro ciego y fiel seguidor.

Tú mi amor, cuando una mañana de dignaste hablar conmigo, me sentí tan feliz, que pensé todo era un bonito sueño, al fin supe lo que era soñar. Tu mundo era diferente, extraño y tan complicado, no repleto de llamas, caótico o ruin como me habían dicho mi compañeros, para empezar, ustedes los demonios no tenían un reino en ningún lugar, ni siquiera bajo tierra.

Ustedes se encontraba entre los hombres, pero no en obrar el mal, era más confuso, les daban cosas que los humanos siempre han codiciado desde lo más profundo de su alma, ustedes lo cumplen de alguna forma, bajo la propia responsabilidad el humano decide en que usar ese "deseo" al fin concedido a su propio antojó y beneficio propio, porque el ser humano a pesar de negarlo, está lleno de pecados muy grandes y tienen pensamientos egoístas, pues de tanta miseria, horrores de su misma realidad, quieren tener un momento donde creen tener la paz y el control de su propia vida; egoístas si que lo son, aunque debo decir que tú mi querido amor y en especial yo, somos completamente egoístas, y sucumbir a mis deseos más primitivos contigo no me dolió y mucho menos me hace sentir culpable. Pues me gustó probar todas las experiencias que el amor puede dar.

Solamente ella no logro entenderme.

(•••)

Mi amiga y yo fuimos inseparables, por una razón, la valiente y hermosa ángel de cabellos rubios, una belleza de espíritu que cualquier humano vería como un verdadero ángel y una fiel devota. Tan perfecta que se hizo amiga del ángel con más defectos, por hacer preguntas raras con respecto a Dios o los humanos, a ti jamás te importo, decidiste defenderme a capa y espada contra todo aquel que me hizo sentir mal, por mi propia felicidad; supongo que fuí muy egoísta cuando me hice amante de un demonio.

Mi demonio era un espectador de la vida humana, al igual que yo, un pasatiempo raro, pasar ratos observando las historias de cada humano en este mundo, además de mi querido pastorcito. Supongo que lo descuide de cierto modo a mi protegido, solo para pasar ratos e increíbles momentos con el chico de cuernos. Y apresar de compartir el pasatiempo de ver a los humanos, mi parte más egoísta quería más de ti querido.

Más, más que tiernos besos a escondidas del cielo, más que simples que lindas palabras, que a pesar de ser las palabras que más me hacen sentir con vida y muy querida, pero más, necesito más.

— ¿Te sucede algo? — pregunta el chico de cuernos, quien con gentileza aparto un cabello rebelde sobre mi rostro.

Me acurruque en su pecho para evitar contestarle.

— Nada.

— ¿En serio nada? Estás realmente rara hoy.

Lo tomo por el cuello y lentamente pase mis brazos alrededor de esté — Tengo una pregunta importante que hacerte y una propuesta que hacerte.

— Tu dirás — acarició con una de su manos cálidas en mi mejilla.

Tan agradable es esté sentimiento que no tuve miedo de preguntar lo siguiente:

— ¿Me amas? — cerré mis ojos esperando la tan ansiada respuesta y con miedo que está no fuera una agradable.

— Por supuesto — abrí los ojos de inmediato, creí en un principio que lo decías era una especie de broma, sin embargo tú me brindaste una bonita sonrisa mientras me veías a los ojos —. ¿No me digas que no lo sabías? Vaya que eres lenta.

— ¡O-oye! Si nunca me lo dices yo jamás lo hubiera imaginado, y yo de verdad te amo muchísimo — me puse sería por lo último que dije —. Que, de verdad, me dolería que tú no sintieras lo mismo que yo.

Él junto su frente junto la mía — La verdad es que desde la vez que no me arrojaste contra la piedra capturaste mi atención, luego el observar a ese hermoso ángel siendo tan gentil y maravilloso con un joven pastor ya no aparte la mirada nunca más, ahora que me has dicho que me amas ya no te soltaré tan fácil.

Yo sonreí complacida — Bien entonces voy a pedirte algo — me puse encima de él para tomarlo del mentón para que no dejará de observar me a los ojos —. Quiero que tú seas completamente mío y yo quiero ser completamente tuya. Que tú y yo nos volvamos uno.