Capítulo 41: Notas Declaradas (I)
—Vaya... —al entrar en casa para llevarme a su coche e ir a donde comenzará nuestra cita, sus ojos se fijaron en mí—. Estás... Hermoso.
—¿Quieres decir que antes no lo estaba?
—¡No! ¡No es eso! Antes también eras hermoso, y hoy también, es que... Esto...
—Estaba de broma —acabo riéndome y acercándome a su cuerpo vestido por una camisa blanca a botones y unos vaqueros que le quedan muy bien.
—Tú siempre tan bromista.
—¿Acaso te hice una broma en el pasado? Lo dudo mucho.
—Era una expresión. ¿Nos vamos? —me ofrece su brazo, el cual acepto.
—Vamos —miro atrás por un momento para despedirme de Farren y Hansel, quien está más apagado que hace unas horas.
Al salir a la calle, subo al coche que hace tiempo no veía ni tocaba. Un vehículo que me resguardó de la lluvia el primer día que hablamos oficialmente y llegamos a pasar de simples vecinos a amigos.
Aún me sorprendo de la fiereza con la que trató al chico que me puso la zancadilla.
—¿Has visto algo que te guste? —me pregunta mirando al interior del coche.
Dirijo mi mirada al interior y veo que en el asiento del copiloto hay una pequeña bolsa de color turquesa que me llama a gritos con una nota pegada. Abro y lo agarro mientras me siento.
—¡Espera! —entra de inmediato al ver que iba a abrir la bolsa de primeras—. Primero la nota, por favor.
—Está bien —agarro la nota y la leo en voz alta—. "Comenzando esta esperada cita, esperemos que empecemos mañana con un buen día y una bonita sonrisa". ¿Ahora eres poeta?
—Tengo mis momentos. Ya puedes abrirla.
Sin esperar un segundo más, observo el interior de la bolsa, el cual contiene una bolsa aún más pequeña, del tamaño de mi palma.
—¿En serio?
—Ahora el bromista soy yo.
Abro la pequeña bolsa. En su interior hay una pulsera con una placa metálica que contiene dos iniciales. "M&R". Le miro con los ojos brillando, su mano me acaricia la mejilla mientras sonríe cómplice por sus actos.
—¿Por qué tan pronto?
—Porque estoy seguro de que esta cita no será en vano.
Sin decir nada más. enciende el motor y conduce por las carreteras de esta ciudad para llegar a nuestra primera parada, a donde cenaremos esta noche.
Las luces de la ciudad, sus carteles de neón acaban por iluminar mi rostro y hacer daño a mis ojos por la potencia de estas. Apoyo mi cabeza en el cristal y fijo mi vista a la persona que conduce, a sus brazos extendidos al volante y su sonrisa que no se le borra ni echando una riña de lo más dolorosa.
Es como si por esta noche no le importara nada del exterior, sino lo nuestro. Aún no ha acabado la cita y ya estoy diciendo que es mi novio, o al menos pensándolo.
Después de un cuarto de hora, giramos la última esquina y se puede ver el restaurante en el que cenaremos. Se detiene y nos salimos.
Viendo el exterior y por lo que muestran los ventanales, es un restaurante de alta clase, donde la comida es pequeña y el estómago mata por querer más, donde los platos cuestan un riñón.
Cuando nos acercamos a quien parece ser un tipo de recepcionista, Ricky habla con él para intentar dejarnos pasar.
—Buenas, tenemos una reserva a nombre de Ricky y Marth.
—Un momento, señor —le echa un vistazo al libro—. Sí, tienen una reserva, pero han pagado más por la mesa, por lo que no hay disponibles.
—¡¿Qué?!
—Sentimos la molestia de que haya venido. Si quiere, podemos aplazarlo para mañana.
—Esto... No, gracias. Marth, ve al coche, por favor —sin decir nada, vuelvo al vehículo, suspirando.
El maletero se abre y se cierra en tan solo un minuto, como si hubiera guardado algo ahí. ¿Qué será?
Vuelve a subir al coche y suspira, molesto porque su mesa no haya sido reservada totalmente, sino vendida a unas personas más adineradas.
—Lo siento, este era el restaurante al que quería venir con alguien como tú, porque te lo mereces.
—¿Un restaurante donde venden comida pequeña a precios agigantados?
—Eh... Sí.
—Me conoces bien, pero no lo suficiente. ¿Por qué no vamos ahí? —le señalo una hamburguesería al otro lado de la calle—. Venden unas hamburguesas gigantes y jugosas por menos de lo que cuesta aquí una pizca de tomate.
—¿Estás seguro? —me mira con ojos de cachorro, ¿por qué me mira así? ¡Me muero de ternura!
—Totalmente, prefiero estar satisfecho que morir de hambre.
—Está bien —enciende el motor—. Aparcaré al otro lado de la calle, quiero tener el coche cerca.
Levanto los hombros dando la señal de que no importa.
Ya al otro lado de la calle, bajamos y nos acercamos a la pequeña cola que hay. Cuando es nuestro turno, me pido una hamburguesa completa y él una de queso. Tarda unos minutos, lo habitual, y nos las entregan.
Ya con nuestras hamburguesas en mano, nos sentamos en una de las mesas que hay en la calle y comenzamos a devorar nuestra cena bajo las estrellas y las luces de neón. Los carteles me siguen cegando un poco.
—Me sorprende que quisieras llevarme a un lugar caro, con lo simple que yo soy.
—¿Tú un chico simple? —le doy una patada en la pierna bajo la mesa—. ¡Vale! ¡Lo eres!
—No lo dudes —le reto con la mirada.
—Nunca. Al menos me devolvieron el dinero, que sino hago una reclamación.
—Y perderíamos la noche ahí.
—Tampoco tardaría tanto. Lo tengo todo controlado, y esto ha sido un contratiempo que nos ha ahorrado media hora.
—¿Cronómetro en una cita? Eso no es bueno.
—Ya, esto... —se sonroja, me encanta—. Quiero que sean tantas emociones juntas que no llegues a explicarte cuál sientes.
—Por ahora siento un par.
—¿Cuáles? —pregunta con la boca llena.
—Ahora tres. Rabia porque hablas con la boca llena; alegría porque estamos en una cita y amor porque estás intentando enamorarme más.
—Lo siento —traga lo que estaba masticando—. Pues aún quedan por hacer dos cosas antes de irnos a mi casa.
—No puedo esperar a saber qué haremos.
—Ya verás —me guiña el ojo mientras saca una bonita sonrisa en la que se ve un trozo de lechuga entre los dientes.
—Esto... Tienes... —rasco mis dientes para que se dé cuenta de lo que ocurre.
Se saca el trozo de lechuga y ese sonrojo vuelve a florecer por la vergüenza. Me río, es tan mono que no sé si llorar de la risa o acariciarle el cabello.
¿Por qué tengo pensamientos tan cursis? Necesito darme un golpe en la mejilla para despejar mi mente.
—Vaya, vaya... La parejita del año —aparecen dos personas tras de mí, ¿por qué me suena esa voz?
Al darme la vuelta, veo a Kyle junto con un chico que le supera en altura. Sí, es su novio. Sino no estarían agarrados de la mano.
—¡Kyle! ¿Cómo tú por aquí?
—Una salida con mi chico, ¿y tú?
—¡Ricky!
—¡Pablo! Que bueno verte —se levanta y se acerca al chico para un apretón de manos y unos golpes en el hombro.
—Así que este es el chico del que me hablabas —me mira con esos ojos de color miel.
—Así es. ¿A que es hermoso?
—No me pongas en un aprieto, está aquí mi pareja.
—¡No te contengas! —suelta Kyle—. ¿A que es guapo? —se pone detrás mía—. Lo es. Venga, dejemos aquí a los que soplan la nuca y vámonos a pasarlo bien, Marth.
—¡Kyle! —su pareja le retiene—. Hay que dejarles solos.
—¿Por qué? —mira a Ricky, luego a mí y así seguidamente—. ¡Oh, vale! Mejor nos vamos. ¡Disfrutad la cita, pareja!
Se despide de un modo infantil y se aleja con su novio agarrado del brazo. ¿Así seremos Ricky y yo? ¿O simplemente es una tontería pensar en ello?
—Ha sido un encuentro extraño.
—Y que lo digas —me da la razón—. Creo que esto no tendría que haber pasado.
—Por la calle te puedes encontrar a cualquier persona, así que da igual.
—¿Nos vamos? Ya que hemos terminado...
—Claro, vámonos.
Volvemos al vehículo y ponemos rumbo al siguiente destino que Ricky tiene pensado.
Los destinos son un misterio, me tiene en ascuas por saber cómo serán. ¿Y cómo será el final de esta cita?
--------------------------
Primera parte terminada.
Sé que es un poco estúpido el encuentro entre "¿Un Amor Real?" y "PNBP", pero hay que demostrar que hasta en las citas no tan perfectas, te encuentras con amigos.
Intentaré terminar la cita lo más pronto posible para que no os vayáis a morir de intriga, si es que la hay.
Después de la cita, faltan unos pocos capítulos para terminar la historia, en la que NO habrá segunda temporada.
Capítulo dedicado a:
abcsjjg623xvz
El nombre no se me quedará jamás grabado.
andresmangurri
Ya que no has podido esperar, pues te dedico este por petición tuya.
JairBcrra
Bcrra es igual a becerra... ¿No?
JavierJessVillabonaJ
Hay personas que ponen su nombre o el apellido, pero tú te llevas la palma.
GabrielContreras166
Otro más con nombre y apellido...
mon421
Mira, uno sencillo y sin tener que romper me la cabeza para recordarlo.
Si quieres una dedicatoria, puedes pedirlo por comentarios o mensaje privado. No se puede repetir.
Espero que os haya gustado al menos un poquito el capítulo y nos leemos pronto.
¡Hasta luego, Ángeles Lectores! 😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top