Capítulo 39: Siempre Estaré
La cama nunca me ha parecido un lugar tan seguro hasta ahora, un lugar en el que llorar mis penas y destrozarme la cabeza por una canción que me ha salido del alma. ¿Lo sigo amando? ¿Sigo sintiendo algo por él?
No sé lo que me ocurre, pero al verle la cara apenada me dio un vuelco el corazón que no sé lo que pensé en ese mismo instante.
¿Acaso quería abalanzarme a él para decirle que todo está bien y que volveremos a ser algo?
Me prometí a mí mismo no hacer esa estupidez, sería un error en mi vida porque de seguro no sería tan bonito como lo quiere pintar en su pared.
Para colmo, ahora vive aquí con nosotros, lo que me va a estar molestando verle triste. ¿O lo va a superar bastante rápido y volverá con su sonrisa?
Los recuerdos son tan confusos que me estoy poniendo bombas en mi cerebro para que, cuando suelte esa chispa, explote.
La puerta es aporreada una y otra vez, intentando entrar.
—No se puede pasar. Si vienes a dejar la cena, ponla en el suelo. Ahora la recojo.
Sin hacer caso, la puerta se abre y de ella aparece la persona que más he necesitado en estas horas.
—Es un poco asqueroso coger un plato del suelo cuando puede haber pasado un bicho por encima —su sonrisa ya me está empezando a alegrar el día.
Entra sin pedir permiso, con el plato entre las manos, y se acerca a mí con rostro desconcertado al verme en este estado.
—¿Te ocurre algo? —pregunta Ricky mientras deja el plato en el escritorio—. Cuenta —se sienta en el borde de la cama y yo me quedo de piernas cruzadas delante de él.
Al final acabo abriéndolas para que apoye su cabeza en mi abdomen, lo cual acepta.
Mientras le miro a los ojos estando al revés, le acaricio el cabello y le explico mi situación.
—Pues... Ha ocurrido algo esta tarde que no me esperaba jamás que ocurriría de nuevo.
—¿Te ha llamado tu padre? —el tono de voz que emplea es de rabia, lo cual me sorprende por la rapidez con la que ha actuado.
—No.
—¿Te ha insultado alguien? Dime quien ha sido que voy ahora mismo y recibe la paliza de su vida.
—Tampoco.
—¿Las chicas del chantaje?
—Ya les dejamos claro que no conseguirían nada. Por cierto, han publicado el vídeo.
—Mira el lado positivo de eso. Seremos un poco famosos en nuestra comunidad.
—Sí, supongo que es bueno.
—¿Qué ha sido entonces?
—Es... —no quiero decirlo tan directo—. ¿Has visto al chico nuevo que va a vivir aquí?
—¿El que me ha recibido en la entrada?
—Supongo, si no es Farren, sí.
—¿Qué pasa con él?
—Es del pasado —intento no mirarle, pero estando apoyado en mí llama toda mi atención—. Se llama Hansel —noto su mano en mi mejilla mientras hablo—, es mi ex novio de hace años.
Posa su otra mano en mi mejilla y me atrae para besarle, pero mi espalda tiene un máximo y no puedo arquear más mi espalda, así que no llego para hacer lo que él quiere. Al final apoya sus codos en el colchón y llega a acercarse lo suficiente para rozar sus labios con los míos.
Cuando nos separamos, mis labios piden más, pero mi olfato me pide alejarme un poco.
—Apestas —acabo por reírme.
—Lo siento, me pillaba de camino el venir a verte.
—Te agradezco que hayas venido.
—Bueno, yo me alegro que me hayas contado lo de tu ex novio. Quiero tener una pequeña charla con él antes de que me vaya, y tú vas a estar presente —se levanta y me agarra de la mano para levantarme de la cama.
—¡Ricky, espera!
Salimos de la habitación y caminamos por el pasillo hasta llegar al salón, donde solo está Farren viendo la televisión, el canal de cocina. Nos mira y cambia de canal al momento.
—No estaba viendo cocina, sino... —mira la televisión y se da cuenta de lo que ha puesto—. ¿El canal adulto?
—Imaginaba que tenías ese canal —comenta mi acompañante.
—Entonces el ruido de las una de la mañana no era que habías ligado, sino de la tele —todo tiene sentido ahora.
—¡No es lo que parece!
—Eres adulto y no eres el único que lo hace —la verdad es que tiene razón—. ¿Dónde está ese tal Hansel?
—En la puerta, tomando el fresco.
Al abrir la puerta, un fuerte olor a tabaco llega a mis fosas nasales y me golpea una ráfaga de humo que crea un escozor en mis ojos y una leve tos.
Cuando ve que estoy en la puerta, sus ojos brillan por alguna razón que desconozco, pero desaparece al momento al ver a Ricky a mi lado, agarrándome de la mano.
—Imaginaba que sería él —agacha la mirada.
—Hansel, ¿estás fumando? —me acerco a él, observando más de cerca el cigarro que lleva en la boca.
—Es lo único que me tranquiliza ahora, mejor que llorar por ti supongo.
—Hola, yo soy Ricky. El chico que ha estado para Marth todo este tiempo que no estabas.
—Hansel, el chico que le rompió el corazón con mi partida hace años —le ofrece un apretón de manos, lo cual acepta.
—Solo te voy a decir unas cuantas palabras antes de irme a casa —se nota la tensión y la fuerza que emplean en el apretón para saber quien es más duro—. Como intentes hacerle algo indebido o que le haga llorar, créeme, pasarás un mal rato. He estado practicando boxeo y mi abuelo me enseñó como luchaba en la guerra.
—Vaya miedo me entra. No estarás siempre para alguien querido, eso lo aprendí por las malas.
—Para Marth, siempre estaré. Así que no me pongas a prueba.
—Tomo nota —sus miradas echan chispas, una explosión de odio sin siquiera conocerse.
—Bueno, chicos. Ricky, tú a casa a ducharte, que lo necesitas. Y tú, Hansel, creía que no fumabas, pero supongo que tendré que soportar eso ahora.
—No fumaba desde hace dos años. Solo fumo cuando quiero desahogarme.
—Para lo que sea, me da igual.
—Marth, cena lo que te he dejado en el escritorio y vente a mi casa. Mañana no hay instituto y me gustaría pasar una noche contigo. Mis padres no están en casa hasta dentro de una semana, otra vez.
—Te llamaré, ¿vale? —me da un beso antes de irse a su hogar para poder quitarse la suciedad del cuerpo.
—Tu novio me llama la atención, es un poco odioso.
—Lo odias porque te ha advertido, pero es todo un trozo de pan —nos quedamos un momento en silencio, al final quiero entrar para cenar—. Termina de fumar y entra a casa, pronto hará mucho fresco.
—Casi estamos en invierno, se pasa totalmente rápido el tiempo.
Entrando en casa, vuelvo a pillar a Farren viendo el canal de cocina. Antes de que lo cambie, le explico una cosa.
—Sabes que no es malo ver el canal de cocina, ¿verdad?
—Lo sé.
—¿Y por qué lo cambias cuando pasamos?
—Para hacer la gracia y alegrarte un poco, que he notado que ha habido un momento triste cuando me fui un momento.
—¡Eso es muy tierno, Farren! Dame un abrazo, por favor.
Con dudas de si hacerlo o no, me acerco y acabo por abrazarle y él acaba aceptando. Cuando me separo, tengo una cara de alegría que se emociona lo suficiente como para sonreír también.
—Ya está, puedo decir que el gran Farren me ha abrazado por preocupación.
—¡No lo vayas contando!
—Iba de broma —le saco la lengua y me vuelvo a mi habitación para cenar viendo vídeos en el portátil.
Bueno... Una noche con Ricky, en su casa... ¿Cómo será volver a estar con él en el lugar en el que nos conocimos más a fondo y donde me dijo que le tocara el cuerpo para no ser tímido?
Ricky, eres todo un sujeto de lo más increíble.
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Bueno, ya os he traído un nuevo capítulo que espero que os guste al menos una pizca y le deis amor a nuestro querido Ricky, porque por su Marth mata.
Siento no escribir tan rápido como me gustaría, pero los estudios me tienen bien ocupado.
Capítulo dedicado a:
leojan7
Me parece el nombre de "Leonardo" de las tortugas ninja, ¿te gustan?
x_vxvr_x
Esto ya me supera... No tengo yo memoria para memorizar un nombre así.
L_William
Ay, William... ¿Es tu nombre verdadero o es de alguien que admiras?
__Aiko_Chan__
He encontrado un montón de nombres en japonés, coreano y demás tipos de idioma de Asia, ya me parece normal esto.
_spiceboy_
Me suenas de algo, pero no sé de qué.
No he mirado si alguno estaba repetido, pero pronto lo miraré.
Si quieres una dedicatoria, solo tienes que pedirlo por comentarios o por mensaje privado. No se puede repetir.
Ahora me voy, hasta luego, queridos Ángeles Lectores.
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