Capítulo 34: Reunión
—Así que eso es lo que pasó cuando te llamé —entiende al decirle todo lo que pasó en casa de Julia—. La verdad es que es una oportunidad muy grande para ti, ¿no crees? Puedes ser reconocido mundialmente, cantas y la gente disfruta de tu voz...
—Lo sé, muchas cosas positivas, pero también otras negativas.
—Conozco un poco el sector musical. Los cantantes se mudan, hacen giras, van a ciudades lejanas de sus seres queridos... Es difícil, pero uno se acaba acostumbrando.
—¿Cómo sabes todo eso? —le miro a la cara, está un poco nervioso.
—Digamos que tengo un amigo cantante, pero se fue y ya no nos hablamos. Todos los que lo conocemos echamos de menos su presencia.
—Es duro eso de alejarse, es por eso que tengo miedo de que una discográfica quiera cambiarme de ciudad.
—No lo aceptes si no quieres, es tu decisión.
—Sé lo que quiero hacer, lo tengo claro. ¡No voy a irme de aquí jamás! Solo quiero veros a todos, porque sois mi inspiración —me levanto mirando los ojos de Ricky—. Por cierto, estoy escribiendo una canción que querría cantarte en la cita.
—¿De veras? Lo voy a esperar impacientemente por escuchar tu voz.
—Ya la estás escuchando ahora.
—Eso es cierto, pero digo en un ambiente romántico —me agarra del brazo, tira de mí y, con su fuerza, me pone encima de sus piernas—. Ya lo tengo todo casi listo, solo me falta el dinero.
—Espero que sea pronto —no sé porqué acabamos susurrando—, porque no puedo esperar para ver lo que un chico como tú puede llegar a crear.
—Mucho, te lo aseguro. Si estoy decidido, consigo algo muy bueno —se acerca a mis labios, apoya su mano en mi nuca y va cerrando los ojos lentamente. Sé lo que quiere, yo también quiero de sus besos.
Acabamos besándonos, con nuestros cuerpos juntos, emitiendo un calor asfixiante que, si no nos separamos de inmediato, acabaremos como pollos en el horno.
Acaricio su mejilla y su mano libre acaba encima de la mía. Entrelaza nuestros dedos y pasa su lengua por mis labios, haciendo que desee más de él.
Nuestras lenguas se juntan, el beso se intensifica y el calor aumenta por cada segundo que pasamos así.
Al final, acabamos separándonos por el sonido de mi móvil, el cual recibe una llamada entrante de un número desconocido. Me siento al lado de Ricky, nos miramos, dudando en si contestar o no.
Con coraje, acabo contestando y escuchando una voz masculina que me da una sorpresa que me pone muy nervioso.
—¿Eres Marth, amigo de Julia?
—Eh... Sí. ¿Por qué? —pongo el altavoz para que el chico de mi lado pueda escuchar.
—Soy Mario Salazar, mánager de Julia Michaels y empleado de la discográfica Terra Records. He recibido una canción de mi estrella y parece ser que es un dueto contigo. Lo he escuchado y me ha encantado la letra.
—Espere... ¿No le dijo nada Julia? ¿Cómo consiguió mi número?
—Ella misma me lo dio. Y sí, me dijo que no querías publicarlo ni nada, lo cual me extraña, pero bueno... Estaba pensando en que podrías pasarte por la discográfica con ella para que lo grabemos y podamos publicarlo en su próximo álbum. ¿Qué te parece?
—No sé yo... Publicarlo iría contra lo que quiero hacer.
—Muchas discográficas querrán contratarte, y puede que el nuestro esté interesado en ti. Rechazarlos es cosa tuya.
—Entiendo todo eso, pero si aceptase una discográfica sería con mi condición de seguir viviendo en este pueblo.
—La nuestra puede hacer eso, sino Julia no estaría aquí. Si mi jefe está interesado en ti, ¿aceptarás?
—Eh... —eso me ha pillado muy desprevenido—. Esto... —no puedo garantizar que entraría sin antes pensarlo—. Me lo pensaría.
—Entonces estamos en contacto. La sala de grabación podría ser nuestra mañana por la tarde, a eso de las cinco de la tarde. Si quieres ocultar tu rostro, puedes. Si quieres venir o no, le mandas un mensaje a Julia, o me lo mandas a mí, ya que tienes mi número.
—Claro... Si eso te digo mi respuesta.
—Cuando quieras, chaval. Hablamos.
Y la llamada se corta, parece que tiene prisa o está muy ocupado. La vida de un mánager.
Miro a Ricky con preocupación, muchas cosas podrían salir de esa decisión tan importante en mi vida.
—¿Y ahora qué? —me pregunta Ricky, preocupado también—. ¿Qué piensas?
—Tenemos que organizar una reunión general.
—¿Una qué?
—Voy a ir llamando a todo el grupo para decidir esto con vosotros, quiero vuestra opinión. ¿Podrías ir por Jennifer?
—Está bien. Envía un mensaje a mi móvil con la dirección.
Asiento con la cabeza y, de mientras sale de mi habitación para ir a su coche, le envío el mensaje.
De mientras tanto, llamo a todos mis amigos en los que confío y les pido que vengan de inmediato, que es una emergencia que se debe de resolver ahora mismo.
MÁS TARDE...
—Más vale que sea de máxima urgencia, Marth —dice Dana—. He cancelado una sesión de compras con mi madre por ti.
—Pues te agradezco un montón que hayas venido.
—Yo simplemente no tenía nada que hacer —suelta Jorge—. Menos mal que me has llamado, sino me quedaba todo el día con la consola.
—¡Ya estamos! —grita Jennifer desde la acera delate de casa, quien viene acompañada por Gloria y Ricky.
Entran todos en casa, pero falta una persona a la que he invitado porque ahora me cae bien. Lo veo de lejos, me saluda con la mano y, cuando llega, nos saludamos.
—Es toda una sorpresa que me llamases para una emergencia —dice Jacob, entrando.
Cierra la puerta y lo llevo al salón, donde están todos sentados en los sofás, ocupados.
—No eres el único al que he llamado. Y parece que no queda ningún hueco.
—¡Un nuevo amigo! Ven, aquí a mi lado —Jennifer se sienta en las piernas de Farren, quien se sonroja como un tomate mientras Jacob se sienta al lado.
—¿Jacob? —le reconoce el chico duro.
—¿Farren? Que mal...
—Sí, que mal. ¿Cómo es que lo has llamado, Marth? Este chico no se merece estar en mi casa.
—Me iría ahora mismo, si no fuera porque el que me ha llamado necesita mi ayuda también.
—En cuanto salgamos de aquí, te voy a partir la cara por chulo.
—¡Ni lo intentes! —exclama la víctima.
—Farren, quieto —le pone el pie en la entrepierna y se queda de inmediato como un cachorro.
—Está bien —traga saliva, se escucha bastante.
—Farren, Jacob ya no está en el grupo de Britany, así que relájate. Os he llamado a todos hoy para una reunión de emergencia para saber vuestra opinión sobre una cosa.
—¿Qué cosa? —pregunta la morena de Gloria.
—De si grabar una canción con Julia Michaels y publicarlo en su álbum o no.
De repente, todos comienzan a hablar y a soltar lo que piensan, a murmurar todo lo que ello puede causar en mi persona. No logro escuchar la mayoría de lo que dicen.
—¡Silencio! ¡Silencio! —grita Farren, levantado. Todos guardan silencio—. A ver, de uno en uno, sino no va a escuchar nada. Primero Dana.
—Gracias. Marth, me parece algo único que puede pasar en la vida, hacer un dueto con una cantante mundial que te podría hacer famoso y no depender del dinero de nadie. ¡Te podrás permitir caprichos!
—Yo estoy un poco en desacuerdo —se mete Jorge—. ¿No has visto lo que han tenido que dejar atrás todos ellos? Me parece una falta de respeto a los cantantes que, trabajando, tengan que alejarse de sus familias.
—¿Pero el cantante no pone condiciones? —pregunta Gloria.
—Ni idea —le responde Jennifer—. Yo creo que podrías cantar y luego hacer tus propios vídeos musicales, en los que cantas, bailas, haces lo que quieras...
—Esa es una buena idea —la apoya Jacob—. Pocos han triunfado con ello, pero Marth podría conseguirlo. Si se esfuerza mucho, claro.
—Podría poner a la venta sus canciones en alguna plataforma web, siempre funcionan —sugiere Farren.
—Hay tantas posibilidades —dice Dana.
Entre todos, dan ideas para una carrera musical, una un poco arriesgada, pero a la vez segura. Mientras tanto, miro a Ricky, quien está apoyado en la pared donde hay una ventana, mirando a la calle, pensando en algo. Me acerco a él y apoyo mi mano en su hombro, llamando su atención para que me mire a mí y no al atardecer.
—Ricky, ¿estás bien? Estás raro.
—Sí, solo pensaba.
—¿Sobre lo que se está hablando? —no responde en ningún momento—. Quiero saber lo que te parece, quiero escuchar tu más sincera opinión.
—Sinceramente... No sé lo que me parece. He escuchado la idea de cantar en una plataforma web, esa me parece una buena idea. Es que... El pensamiento de que te alejan de nosotros me entristece de una manera sobrenatural.
—No me digas que llorarías por mí.
—¿Y por qué no? Eres el único al que le he pedido una cita tan seria porque me pareces de lo más especial. Yo solo quiero que seas feliz —me mira a los ojos—. Y si cantar por todo el mundo te hace feliz, por mí está bien.
—No quiero hacer eso, aunque esté muy bien.
—¿Entonces qué vas a hacer?
—Tengo una buena idea —le agarro de la mano y lo llevo con los demás para darles mi veredicto—. Chicos, chicas y Farren —suelta una leve risa—, he decidido qué hacer.
—¿Y bien? —pregunta Dana.
—Voy a ir a grabarlo.
------------------------------
Sí, así se corta el rollo.
Siento si ha sido un tanto repetitivo el tema, pero bueno, mejor pedir perdón que permiso.
Capítulo dedicado a:
HayatoSenWorld
Otro nombre que parece japonés.
anys_val
¿Por qué me suenas tanto? Es como si ya te hubiera dedicado un capítulo antes.
JhoannismarGuerrero
Dios, que difícil.
lodipam
Me ama, lo sé 😏
Si quieres una dedicatoria solo tienes que pedirlo por comentarios, por mensaje privado o por Instagram. No se puede repetir.
Si quieres pedir dedicatoria por Insta, tiene que haber un mensaje con tu perfil de Wattpad.
Instagram cambiado: pj_1899
¡Nos vemos, mis queridos Ángeles Lectores!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top