Capítulo 32: Cocinero En Prácticas

Llevo dando vueltas en mi habitación por tantos días que ya no sé si el suelo es del mismo color o es que lo he desgastado.

Mi mente está indecisa, quiero agarrar el móvil para llamar a alguien, para hablar y llevar mi vida más duradera en vez de quedarme aquí sin hacer lo que tanto he querido.

Ahí me espera, me susurra que lo haga, que no espere más, que es mi oportunidad.

—¡A la mierda! —grito sin saber porqué y corro a por el móvil.

Acabo tumbado en la cama, mirando el techo, con el móvil en mano a punto de llamar. Miro la pantalla, pienso detenidamente lo que voy a hacer y marco el número, ya con las ideas claras.

Un tono, dos, tres... ¡Contesta!

Julia al aparato, ¿diga?

—Esto... Hola. Soy Marth, el del bar.

Me acuerdo perfectamente de ti, el chico que canta como un ángel. ¿Qué se te ofrece? ¿Has pensado aquello de hacer un dueto?

—Eh... ¡Sí! Lo he pensado varias veces.

Han pasado semanas.

—Sí, siento tardar tanto.

No te disculpes, lo mismo hice cuando mi discográfica quería mi potencial. ¿Y bien? ¿Aceptas?

—¡Acepto! Creo que tengo una letra que espero te guste.

Si quieres me lo muestras mañana en persona, será mi día libre.

—¿De verdad? —mi alegría va a hacerme gritar con ella al otro lado de la llamada.

¡Pues claro! Es lo mínimo que puedo hacer ya que incluso has escrito algo.

—¡Genial! Pues... ¿Dónde y cuándo quedamos?

Ya que tengo tu número te mandaré un mensaje con la hora y el lugar, ¿te parece bien?

—Me parece bien, ya que eres la que está muy ocupada.

Pues bueno, luego hablamos, que me están llamando. Nos vemos, Marth.

La llamada se corta y me quedo sólo de nuevo en estas paredes, con mis instrumentos apoyados en la pared, esperando a que los toque, pero no tengo ganas de mover mis dedos para crear melodías.

Tengo otra cosa pendiente que aceptar que tengo ganas de empezar, y la persona perfecta está en el salón, seguramente tumbado en el sofá.

Me levanto de la cama y salgo de mi habitación para llegar al salón y ver que tenía razón. Está tumbado en el sofá, viendo un programa de televisión bien embobado, tanto que si sonara la puerta ni lo notaría.

Aclaro la garganta, haciendo ruido a posta, y nada. Al final le hablo para despertarle del trance, funciona.

—Farren, querría hablar de la oferta que me hiciste sobre aprender a cocinar.

Silencia el televisor y me mira.

—¿En serio quieres? Ya sabes que puedo cocinar cuanto quieras si no quieres aprender.

—Quiero aprender, por si acaso tú no tienes ganas de cocinar y yo sí, así preparo algo para los dos.

—¿Pero qué quieres aprender en concreto?

—Quiero saber cocinar de todo.

—Sabes que tengo un límite de conocimiento.

—Pues aprendemos juntos, así, si se quema, nos echamos la culpa mutuamente.

Apaga el televisor y se levanta, estirando los músculos para desperezarse.

—Pues vamos —sonríe mientras camina a la cocina.

Voy tras él. Ya en la cocina, se acerca al frigorífico y saca una docena de huevos. También saca un bol, una sartén, aceite, un batidor, un tenedor y una espátula.

—Vamos a empezar con lo más sencillo, que es una tortilla. Si quieres añadirle algo, dilo ahora.

—Atún.

—Vale —saca de un armario una lata de atún, lo abre y le quita el aceite—. Ya está. Bueno, el primer paso es cascar los huevos. Solo vamos a coger dos. Te lo voy a mostrar —agarra un huevo y le da unos cuantos golpes suaves para abrir una brecha y así abrirlo con los dedos—. Venga, inténtalo.

Me acerco, agarro un huevo e intento hacer lo mismo, pero no consigo hacer una brecha porque le doy demasiado suave por miedo a que lo rompa entero y se caiga la yema. Al final lo consigo, lo abro y dejo que caiga el contenido dentro del bol.

—Te ha costado mucho.

—Ya, es miedo a estropearlo.

—¿Qué mas da? Al fin y al cabo, sin fallos no se aprende. Vamos a lo siguiente. Quiero que, con la batidora o el tenedor, hagas círculos con las yemas hasta que sea homogéneo —¿desde cuándo se usan palabras científicas para esto?—. De mientras, prepararé el atún con otro tenedor —suelta una leve risa que no entiendo porqué.

Empiezo lo que me ha encomendado y agarro el tenedor, que me crea más confianza, y empiezo a batir los huevos con intensidad, aunque al ver que se ha salido un poco rebajo la potencia de mi brazo. Cuando veo que está igual, se acerca Farren y echa adentro el atún. Lo remuevo un poco más.

Pone la sartén en la placa, le echa un poquito de aceite y me dice que lo eche dentro. Acerco el bol y vierto el contenido en la sartén caliente.

—Estate atento, con la espátula vas a ir metiéndolo un poco para saber si la tortilla se le puede dar la vuelta. Si quieres unos huevos revueltos solo tienes que mover la espátula como loco para que se triture.

Esperamos juntos y me dice que lo intente. Al meter la espátula se puede ver que está bien hecho, así que le doy la vuelta sin mucha complicación. Sigo los avisos de Farren y al final saca un plato para que la eché ahí. Ya fuera la tortilla, dejo la sartén en remojo y observo mi primera creación.

Los bocadillos pueden esperar, mis dotes de cocina están empezando a brotar.

—¡Enhorabuena! Has hecho una tortilla de principiante.

—Gracias, Farren —me sonríe, incluso me abraza.

—No pienses mal de esto, solo es que estoy orgulloso de que tu primera vez salga muy bien.

—Tranquilo, no iba ha hacer tal cosa.

—Y ahora —saca un par de tenedores y me da uno—, a probarla.

Cortamos un par de trozos y lo probamos, está muy bien. El atún le da sabor y mi paladar se queda a gusto.

—Te dejo con tu comida. Yo voy a mi habitación.

—¡Espera! —lo corto en dos trozos iguales y lo pongo en un plato aparte, el cual le ofrezco—. Toma, tú has ayudado.

Sonríe de tal forma que me siento orgulloso de que él lo esté.

—Vale —lo acepta y toma el plato—. Cuando quieras aprender más, me lo pides.

—Por cierto, Farren. Mañana no voy a estar por la tarde.

—Mientras me digas que no vas a estar me parece bien, así tomo precauciones por si me tengo que ir también, aunque igualmente lo hago.

Se va a su habitación con su plato y yo me quedo sólo en la cocina, catando el mío con gran alegría en mi mente.

Estoy aprendiendo a cocinar con mi amigo y compañero Farren. ¡Y voy a ver a Julia mañana para enseñarle mi dueto! Espero que le guste, sino a saber si puedo llegar a ser cantante en mi vida.

Mi libreta de canciones... ¿Qué me harás escribir en estos años?

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Siento tardar tanto esta vez, estaba probando juegos nuevos en mi móvil, buscando uno nuevo para muchas cosas y demás, ya que se acerca mi cumpleaños.

Da igual, mi recompensa especial me lo darán el mes que viene por falta de dinero 😥😩😞😭

Julia y Marth llegarán muy lejos, incluso seguro le gustará su libreta tanto que querrá que nuestro adolescente las cante todas.

Farren ahora va a ser el profesor particular de nuestro pequeño, esperemos que aprenda bastante. ¡No mal penséis!

Muchas ideas en mente... Os vais a quedar de piedra... O eso espero.

Capítulo dedicado a:
HayatoSenWorld
Nombres complejos
MaiteSaotome18
Igual de complejo
_Juli_7u7_
me suenas mucho
Majo1911
Y igual
NancyBarradas
Nancy... Me suena a marca de muñecas
suzuki-takahashi
Madre con los nombres japoneses
Javi16A
Al fin uno normal
pusheenscarlet
Ok...
melivelardez
Meli, enciende la vela... Lo siento.
ana1923
Otra con nombre normal, gracias.
@krb_kun
lo siento, no me aparecía

Si quieres una dedicatoria puedes pedirlo por comentarios o por mensaje privado. También diré lo que me parecen vuestros nombres de perfil, es nuevo y espero que saquemos alguna que otra risa.

Nos vemos, queridos Ángeles Lectores.

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