Capítulo 1: Llegamos, tu destino está aquí.
Ese día... Esa canción... Ese domingo...
Todos tenemos una canción especial; esa canción que nos hace recordar a esa persona.
Ese día... Esa canción... Ese domingo...
Algunas nos hace sonreír, otras llorar, otras enamoran y otras decepcionan.
—Jessie levántate.- dijo mi padre.
Como habrán visto, soy Jessica Smith; llámame Jessie.
—¡Jessica!— gritó.
Dí un salto en mi cama.-Ya me levanté.
—Baja a desayunar, llegarás tarde.
Tengo 17 años y estoy en la preparatoria. Mi cabello castaño oscuro siempre está desgreñado. Mi ojos claros y mi estatura me juegan en contra.
—Vamos, sube al auto.
—Sí, si.— caminaba mientras me ponía la casaca.
—Muy bien, ahora va— mi móvil sonó—señorita, cuántas veces he dicho que el celular es una ma—
—¿Hola?— contesté, dejando hablando solo a mi padre con su aburrido discurso.
—Esta juventud de ahora.— lamentó.
—¿Qué? ¿Amanda? No te escucho.
Amanda Harrisen, chica promedio, alta, cabello marrón, ojos claros, mi mejor amiga.
La conozco desde siempre. La distancia entre su casa y la mía no es problema.
—¡Jessie! Te tengo que contar algo.
—Pues habla.
—Estoy muy emocionada.— se notaba por su voz— ¿Por dónde debo empezar?
—Te doy un consejo.—levanté mi dedo índice—Empieza por el inicio.
—Ya, está bien. Yo...—Mi padre frenó bruscamente; evitó que escuchara— ...Y por eso me emocioné.
—¿Qué dijiste?
—¿No escuchaste?
—No.— declaré tímidamente.
Suspiró.—Te lo diré cuando llegues.
—Pero tengo tiempo.—Colgó—¡Rayos! Papá.
Lo miré fijamente a los ojos pero fue en vano porque miraba concentrado a la carretera.
—Llegamos, tu destino está aquí.
—Gracias.—le besé en la mejilla- Me voy.
—Cuídate.
Me dirigí a mi clase, con la esperanza de encontrar a Amanda.
"Al fin me dirá" pensé mientras caminaba por los pasillos.
Llegué y lo que encontré fue inesperado. Muy inesperado.
Encontré a mi mejor amiga pero lo inesperado fue...
—Jessica Smith.— Amanda caminaba a mi dirección.
—Señora Ronquidos.— Liam se burló.
—No ronco.- le saqué la lengua.
Estarán pensando quién es Liam Scott ¿No es así? Y si no lo piensan igual se los diré. Liam es mi otro mejor amigo.
Cabello castaño, ojos azules, buenas notas, deportista, buscado por las chicas; en otras palabras: El chico perfecto. Así es, el chico perfecto es mi mejor amigo.
—Sigues siendo la Señora Ronquidos.
—Ya, mi amor, basta.
—¡Alto! Esperen un momento.- mi cerebro analizaba todo lentamente- ¿Tú le dijiste mi amor?
—Sí, empezamos a salir desde hace una semana.
—¿No lo sabías?-Liam preguntó.
—Claro que no, mi amor.- bromee.
—Sí, sí, hazte la graciosilla.
¡Genial! no me lo esperaba. Amanda si era atractiva y todo pero que sea novia de su mejor amigo era novedad.
—Oye, romanticón, ven.— Iván, el capitán del equipo, lo llamaba.
—Bueno me voy.- la besó.
—Que repugnante.—dije.
—Es mi novia, esto es normal.— se fue, dándole un beso volado a su amor.
En serio da asco tener un novio
Si notaba los cariñosos afectos entre los dos desde hace tiempo. Después de todo se lo merecían.
—Cuando tengas novio me reiré de ti.—Mi amiga se burló.
—Nunca tendré— crucé mis brazos.—El amor es una pérdida de tiempo.
—Nunca digas nunca.— su mirada era maliciosa.
—Muy tarde, ya lo dije— sonreí.
********************
Al término de las clases decidí quedarme.
Y por "decidí" me refiero a que estaba castigada. No es mi culpa que Liam me distraiga. Bueno. Lo admito, me dormí en clase; pero no era la única, porque Will también fue castigado.
Tendré que describirlo ¿No es así?
Will es un completo mujeriego, es guapo con su cabello negro despeinado y sus ojos claros, alto, delgado, le gusta los postres y lo sé porque en su tiempo me gustó. No éramos amigos pero tampoco enemigos. Will se sentó a mi lado.
—Hola, Nessie.— dijo mirándome.
—Es Jessie, ignorante.
—Te queda bien Nessie. — sonrió y por cierto su sonrisa pícara enamoraban a todas.
—A ti te queda bien Monstruo.
Su vestimenta era la de siempre: Unos jeans, camisa a cuadros rojos, sus zapatillas; mientras que la mía era un desastre. Mi polo negro que dice Kiss me y mi falda blanca... Da igual.
—Srta. Smith, silencio.— el profesor me calló.
—Ya ves, Nessie, me distraes.— susurró.
—Sr. Wilmer Manfred Parks.— reí entre dientes
Así es, mis queridos amigos, se llama Wilmer Manfred pero de cariño le dicen Will y yo, monstruo.
"Mis amigos se salvaron" pensé "Qué suerte".
—¿Podemos pasar?— dos chicos en la puerta le preguntaron al profesor.
—Tomen asiento.— señalo detrás de mí.
Pasaron; mi mandíbula casi se cae.— ¿Ustedes?
—Sí, Srta. Ronquidos.— Liam y Amanda se sentaron.
—¿Qué hicieron?— volteé mi cabeza.
—Alentar a mi novio no debe ser considerado un castigo.— cruzó sus brazos.
—Si lo es.— el profe interrumpió.—no lo alentaste, gritaste como loca y casi le pegas a una alumna por decir que Liam es guapo.
Rió nerviosamente.— Cosas de la vida.
—¿Y tú?—Monstruo intervino en la conversación.
—Es un misterio.—Liam respondió.
—¿Misterio? Que usted me lance un huevo no es un misterio, señor.
—Usted resolvió el misterio, es muy sabio.
—No te salvarás fácilmente.— Profesor Maligno al ataque.
—Manfred, ¿por qué te castigaron?— Amanda preguntó.
—Ya sabes, coqueteo indiscreto.—me reí.
Después de una hora de agonía y sufrimiento por el discurso que nos dio, el profe se quedó dormido.
—Fue la hora más larga de mi vida.— susurré.
—No exageres.— Monstruo me golpeó el hombro suavemente
—Así es ella, muy dramática.
—Gracias Liam por apoyarme.
—Déjala en paz, mi amor.- lo besó.
—¡Qué asco!- Will y yo lo dijimos a la vez.
—Cállense, no queremos que se despierte.—"Mi amor" señaló a un profesor profundamente dormido.
—Oye, Liam, hay que decirles.— susurró.
—¿Decirme que?— Will y yo coincidimos otra vez.
—Mira lo que tengo.— sacó de su cartera unas entradas.
—¿Qué es eso?— pregunté.
—Unas entradas para el Karaoki-Doki.
—¿Esto es un sueño?
—No lo es Nessie, por cierto ¿para cuándo es eso?
—Para el domingo.— los tortolos hicieron un unísono.
—Aprovechemos que el profe está dormido.— Sugerí.
—Muy bien—Liam hizo que nuestras manos se coloquen en el centro; ya saben, al estilo de los tres mosqueteros.
Susurramos al unísono—Todos para uno y uno...—Vi que Will no puso su mano.
—Vamos, no nos dejes colgados.
—Pero no soy su amigo.
—Solo pon tu mano, después de todo no quiero ser el único chico.
—Está bien- colocó sus manos.-Y uno para todos.— completó la frase.
—Ahora eres parte del Grupo Loquitos.—dije.
—Gracias, amiga.— sonrió.
Este fue el comienzo de cómo cambió mi vida.
>.<
N.A.: Holas :D espero que les guste esta historia ya que es mi nuevo proyecto y deseo que me apoyen con unas estrellitas o un voto (no es mucho pedir) porfa me ayudarían bastante.
Me despido y hasta la próxima mis queridos lectores.
PD: La de la foto es Jessica <3
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