Capitulo 9 » Retrasando la cena
(Narrador omnisciente)
Era hora de cenar para el seleccionado Argentino, y como siempre había demoras por parte de algunos y enojos por parte de otros.
¿Por ejemplo?
En una de las tantas habitaciones del hotel se encontraban Messi y Agüero durmiendo.
En otro lado estaba Lavezzi que había caído en un sueño profundo después de tanto llanto.
Y no iba a faltar Banega, que estaba escondido por algún lugar del hotel con nada más ni nada menos que Julieta Bauza.
(Narra Agüero)
Volví a la tarde después de hablar con Gonza y me acosté a dormir la siesta, tuve la suerte que me despertaron en medio de ella para acostarse junto a mi ¿Quién? La persona que amo, Lionel Messi.
Claramente accedí.
La alarma sonó un par de veces hasta que la logre apagar con movimientos un tanto bruscos. Lio ni se inmutó, estaba lo suficientemente cansado como para despertar.
No pude evitar sonreír al verlo así, acurrucado en mi pecho como siempre lo había deseado, con una mano en mi cintura y la otra junto a la mia, con nuestros dedos perfectamente entrelazados. Siempre pensé que éramos el uno para el otro, y creo que no me equivoque.
Comenzó a abrir sus ojos levemente lo que me produjo una pequeña risa, se lo veía tan lindo así, con su carita de dormido. No soporte más y lo bese, él solo me correspondió.
(Narra Mascherano)
Todavía no entiendo como estos pelotudos pueden retrasar los horarios de la comida. Si pudiera ya les hubiera bajado los dientes a más de uno..
Me decidí por ser yo mismo el que los buscaba, ya que al parecer no iban a dar señales de vida alguna.
Camine el extenso y odioso pasillo hasta llegar a la habitación de Lio y el Kun. Golpee la puerta un par de veces pero nadie contesto, dije "permiso" y abrí. ¡No podía creer lo que veía! ¡Se estaban besando! Que día de confesiones hoy..
- Em, hay que cenar - dije nervioso ya que no tenía muchas opciones para que pararan su tan apasionado beso
Se separaron al instante, Messi estaba rojo mientras que el otro boludo se reía
- Se pusieron de acuerdo para salir del armario todos juntos - dije para después apurarlos - dale, vamos a comer que es tarde ya
Se levantaron y empezamos a caminar por el pasillo hasta que Lio en un momento se acercó a mi y me susurro algo en el oído creo que dijo algo así como "¿Me seguís queriendo?" no iba a contestar nada, era innecesario, solo lo abracé y le hice una pequeña sacudida cariñosa en la cabeza...
... Si supieras Leo, si supieras...
Después de asegurarme que se quedarán en la cocina fui en busca de los otros dos boludos .
¿Adivinen dónde estaba Banega?
Escondido detrás de un sillón con .. Nah, no puede ser.. no! No puede ser tan pelotu.. sí definitivamente es un pelotudo. ¡Esta con la hija del DT!
- Salgan ya de ahí! - exigí
Se notaba que la chica estaba avergonzada pero no me importo mucho
- Vos andate de acá, que si tu papá se entera no salís más en tu vida.
Julieta hizo caso y se fue corriendo
- Siempre la cagas - susurro Ever
- ¿Yo la cagó? Mira que si se entera Bauza vos no volves a pisar un estadio con la camiseta de la selección eh! - le advertí
- Cerra el orto si no querés terminar mal
¿Me estaba amenazando? ¡Lo mató!
- Baja un cambio imbécil, conmigo no te hagas el canchero - le contesté
Pude notar la bronca que tenía, y como soy un tan buen compañero no lo voy a dejar con las ganas, si quiere pelear vamos a pelear..
Le pegue, estuvo a punto de devolverla pero me adelante y volví a pegarle. Paramos por el simple hecho que apareció Di María .
- Vos decís una palabra y yo me ocupó de que te quedes sin bolas, esta claro? - le dije al fideo y luego me dirigí a Ever - si no queres más problemas alejate, haceme caso, alejate de ella.
Me fui de allí bastante enojado, estaba camino a la cocina hasta que me acordé que faltaba el pocho. Fui a su habitación pero no estaba, en el lobby tampoco. Lo busque por todos lados pero no lo encontré, hasta que se me ocurrió ir a la terraza. Estaba escondido y dormido atrás de unos tarros de pintura y un árbol.
Lo desperté, y fuimos directo a la cocina no era necesario decir que era tarde, la oscuridad del lugar lo hacía notar
- ¿Vos no te vas a alejar de mi, no? -me preguntó tímido
- No boludo - lo abracé
Se lo notaba tan mal, nunca lo había visto así. Tenía los ojos rojos, y no sonreía ni de casualidad.
Cenamos bastante bien, no hubo ningún comentario fuera de lugar.
Solo un par de miradas fulminantes por parte de Gonzalo a Ezequiel a lo que este solo bajaba la mirada.
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