•Tres:
Año nuevo llegó sin hacerse del rogar. Alastor no tenía plan alguno para salir a festejar alguna parte por si mismo, sería demasiado solitario ir por su cuenta. Sin embargo, recordar que probablemente Ángel le haría compañía ese día lo iluminó un poco. Por no querer admitir tal vez, que se entusiasmo.
Extrañamente, se animó al pensar que quizás su cumpleaños podría ser diferente en compañía del extravagante chico. Que sin duda en su presencia hacia el día más divertido, entretenido.
Después de presenciar el colapso del mercado de valores en 1929, nunca había visto algo que le entusiasma se tanto.
—Pobres huérfanos. — murmuró para así mismo, a pesar de que estuviese solo en casa.
Mientras prepara su desayuno, se ponía a pensar como hacer más entretenidas sus vacaciones. Algún Hobbie que pudiera tomar.
El único que tenía sería la caza, fuera de eso no se imagina haciendo otra cosa. No es de esos Alphas que van a bares para entretenerse.
Al terminar y no ver señal del Omega con atrevida personalidad y cariñoso carácter, fue al sótano donde tenía algunas cajas de mudanza que había decidido guardar, mantener escondidas. No quería dejarlas allá, por eso las trajo.
Sacó un álbum viejo de fotos, las cuales carecía un poco de estás. La gran mayoría son desde que era un bebé hasta su niñez mayor. No tenía fotos suyas de cuando era un adolescente o un adulto. Realmente no había mucho que ver.
Sus padres habían sido muy felices con su yo de niño, ¿Por qué las cosas cambiaron tras la muerte de él?
Decidió guardarlas aún quedándose pensativo, el reloj de bolsillo que traía marcaba apenas las nueve de la mañana. Quizás aún es temprano. Sacó el toca discos que siempre le ha gustado desde muy joven y lo llevo a la sala, tras unos discos de su música favorita.
El sonido de la puerta se hizo presente antes de que colocará el disco; al abrirla no fue sorpresa suya ver ese par de inmenso azul en una persona. A veces se ponía a pensar seriamente si Ángel lo está acosando o acortejando, y cualquiera de las dos le parece muy linda la idea.
Un Omega cortejando a un Alpha, es algo único sin duda, o al menos es la primera que ve algo así en pleno año 1933. Por lo general se acostumbra que sea al revés, pero la sola idea le excita. Quizás por qué jamás lo vio y mucho menos vivirlo en persona. En cierta forma, le gusta un poco que sea Ángel quién de el primer paso.
—¡Feliz cumpleaños!— exclamó entrando a la casa radiando felicidad. Detrás suyo sacó un pequeño paquete. Con obviamente algo adentro.
—Gracias Ángel, ¿No tuviste muchos problemas para llegar hasta acá?— sonrió mirando con atención al más bajito, analizando sus ropas. Mientras lo ayudaba con aquello que llevaba, dejándolo en la mesa con cuidado.— Ya sabes, por tu familia.
El rubio se deslizó su abrigo y bufanda, dejándolas en un perchero cercano. Dejando ver unas ropas más ajustadas pero formales, se nota que había estado en una fiesta de etiqueta. O algo parecido.
—¿Quién, yo?— hizo una breve pausa y se acercó al comedor donde Alastor dejó lo que había traído. Razón por la cuál se tardó.— El año nuevo se celebró a media noche, y en parte de la madrugada. Aunque trate de dormir temprano. Así que no hubo muchos problemas en la mañana.
Ángel sacó lo que traía, dejando ver un pastel blanco con decoraciones rosas hechas por la manga pastelera.
—Espero te guste.— dijo con ilusión, pero a la vez muy nervioso. Su aroma también lo delató, y el Alpha no comprendía porque.
—¿Por qué no habría de hacerlo? Me encanta, Ángel.— le sonrió acariciando sus cabellos como agradecimiento por el regalo, sonrojando lo al instante.
Sacó los cubiertos rápidamente y regreso a la mesa. Partió dos pedazos de la dulce tarta.
—No debiste molestarte, querido. — dijo para romper el extraño silencio que se creo.
—Quice hacerlo. — respondió rápidamente, llevándose un pedazo de pastel a la boca, mirando con mucha atención los gestos de Alastor al llevarse una a la boca. —¿Y bien?— lo miró insistente.
El mayor probó el primer bocado, luego el segundo. El pastel estaba perfecto, el pan no estaba ni muy seco ni muy húmedo. Además el sabor del merengue sobre esté es exquisito, y le queda perfecto con el té que acaba de preparar. O que aún le sobra.
—Esta muy bueno Ángel, no sabía que los pasteles de Nueva York supieran tan bien. — se relamio los labios encogido de hombros.— ¿Dónde lo compraste? Desde ahora seré cliente frecuente de ahí.— agregó con una pequeña sonrisa.
Ángel sonrió alegre por la noticia. Su pecho se sintió caliente y agradecido, su Omega interior le gustó ser halagado en cierta forma. Si bien no es fan de cocinar, pero si hay algo que siempre le ha gustado hacer son galletas, cupcakes, pasteles, etcétera.
—L-Lo hice yo.— balbuceó. Tomó ánimo y valentía para decirlo en voz alta.— Lo prepare yo, Alastor. — agregó aún con emoción.
La cara del mencionado le fue graciosa, estaba muy sorprendido.
—¿En serio Dust? No pensé que supieras cocinar pasteles. Y que aparte lo hicieras tan bien.— comentó aún sorprendido, haciendo que el contrario lo mirará "ofendido".
—Admito que mi hermana me dio instrucciones, pero no es la primera vez que hago un pastel. Sólo no lo hago seguido, me faltaba práctica en realidad.— agregó nervioso.— Hecho con mis propias manos.— agregó con cierto orgullo.
—¿Hermana dices? ¿Mayor o menor?— dijo para sacar más tema de conversación y de paso conocer más sobre la familia del Omega.
Ayer se habló de él, ahora quería conocer más de la familia Dust.
—Ella es. . . Mi melliza. Compartimos el útero de mamá.— dijo con una risita, el parecido entre él y ella a veces suele ser mucho. Y más si usan vestimenta similar.
—Me parece increíble que tengas una hermana gemela.— hizo una breve pausa dando otro bocado a su pedazo de pastel.— ¿Cuándo lo hiciste?
—Estuve toda la noche haciéndolo. Es chico porque bueno, solo quería que fuese para nosotros dos. Aunque quizás lleve un pedazo para mi hermana, ella dijo que quería probarlo.— contó tranquilizando se.
—Se ve que eres muy unida a ella.
—Sin duda si. Me alegro que te gustará.— suspiró quitándose un peso de encima. Desde la noche anterior había estado estresado y preocupado con la gran posibilidad de que al Alpha no le gustase. O no fuese de su agrado las cosas dulces.
De alguna manera quería hacer un momento especial.
—¿De que parte de Nueva Orleans eres?— preguntó llenó de curiosidad. Sabía que Alastor sólo se iba a quedar por unas semanas más, y que al terminar sus vacaciones regresaría y posiblemente no lo vuelva a ver. Imaginar eso lo entristecía, y había tenido la idea de quizás visitarlo o enviarle cartas.
—Soy de Louisiana.— respondió con calma.
Ambos supieron que podían pasar un bonito día, y que poco a poco su relación iba a florecer.
A menos que tuviesen un gran empujón.
X
Luego de terminar y guardar lo que sobró que fue poco, decidieron continuar hablando un poco más sobre la familia de Ángel.
—¿Tienes otro hermano?— cuestión el castaño, prestando atención al Omega.
—Es menor que nosotros por casi tres años. Él sin duda se parece mucho a papá. Tiene apenas quince.
—¿Qué casta son tus hermanos, si puedo saber?— preguntó.
—Mi hermana Molly es Omega como yo. Y mi hermano Martín es beta. Algo curioso es que mi madre quería ponerle a Molly Ángela, para que nuestros nombres combinarán.— agregó divertido. — Aunque en realidad es su segundo nombre. ¡Oh! Ella de cariño me dice Angie. — dijo sonriente.
Alastor paseó su vista alrededor de la habitación ante el repentino y corto silencio que se creo entre ellos dos, miró el tocadisco que había traído desde temprano y se le había olvidado por completo cuando Ángel llegó para hacerle compañía.
—Ángel. — se puso de pie y dirigió su mirada hacia él.
Ante la mención de su nombre se removió en su lugar, preguntando se que le diría.
—¿Si, Al?— dijo de forma cariñosa. Cruzado de piernas y esperando paciente a qué el mayor continuará.
—¿Te gustaría bailar conmigo?
Ahora es Alastor quién se permite reír por la cara de Ángel, que fue de suma sorpresa, ilusión y confusión. Pero lo considero adorable, en cierta forma.
El rubio pensó si estaba soñando, o si había escuchado mal. Porque su corazón se aceleró y sus mejillas no dejaban de arder, resultando algo molestoso o vergonzoso.
—¿Con que música?— se puso de pie emocionado. Musica o no, no iba a rechazar estar cerca de él.
El Alpha señaló con su mirada el tocadisco cerca de ahí, pero ocultó tras un florero, el rubio entendió de inmediato y se emocionó aún más. Su aroma de expandió por casi todo el lugar.
—Por supuesto que me encantaría, compañero. — respondió con cierto toque coqueto. Mirando como Alastor ponía un disco en el aparato.
El Alpha había escogido uno de sus favoritos del género swing, un trompetista que igualmente nació y se originó en Nueva Orleans, Louisiana. «Louis Armstrong» es muy famoso en su ciudad.
—¿Qué insinúa, señorito Ángel? — arqueó su ceja siguiéndole el coqueterío. Acercándose al rubio y tomándole de la cintura, el menor de inmediato rodeó su cuello.
Algo que jamás le había comentando a Ángel pero pensó en esos momentos, es que él es el primer Omega varón que conoce. Siendo entendible.
En el mundo la mayor parte son Betas, otra parte son Alphas, y sola una muy pequeña porción son Omegas. En Nueva Orleans los pocos omegas que conoció han sido mujeres. Por lo que un hombre Omega es algo que si bien sabe que existen, más jamás se topo con alguno. Por lo cuál su interés en enterarse que Ángel es uno desde aquella vez que lo conoció, fue grande. Más fue tan sólo curiosidad en un principio. Nunca creyó que esté lo iba a seguir.
—Nada que no sepas, Alpha. — soltó con una risita dulce, pegándose más al mayor. Usando aquel tono tan insinuante al decir Alpha. Lo cuál provocó al castaño, oír lo decir del menor fue tan provocativo. Mirar con intensidad sus labios rosados y saber que podría probar siempre es una tentación que ha mantenido lejos.
El Alpha de Alastor gruñó en su interior, sintiéndose extraño consigo mismo. Más controlando se, sus manos se posaron en la cintura del rubio quien le seguía el paso con la música de fondo.
—Oh Ángel~, te estás metiendo en la boca del lobo.— dijo divertido, o más bien advirtió. Cómo dándole una última oportunidad que si iba a escapar, que lo hiciera ahora. Porque luego no se lo iba a permitir.
El menor se estremeció por lo tan malditamente excitante que se escuchó Alastor, diciendo su nombre. Por encima de sus prendas, incluso podía sentir sus partes íntimas rozar. Por suerte el Alpha no podía verlo, pero sentía tantas cosquillas recorrer todo su cuerpo. Estar tan cerca de él y por su aroma territorial, sus pezones comenzaron a endurecerse.
Por suerte aún no se humedece en su parte trasera o delantera, sería tan vergonzoso. Aunque le gustaría imaginar que haría Alastor ante esa situación.
¿Se dejaría llevar? ¿Seguiría su instinto y lo haría suyo en ese momento? Niega a pesar de que la idea le es muy tentadora. Alastor es todo un caballero y probablemente no se aprovecharía de él. Él es el único pervertido ahí. Pero en su defensa no pueden culparlo. Es normal que tenga deseos "impuros" hacia aquel hombre.
—Tu también. Y sabes, yo puedo ser más peligroso que tú.— dijo sin muchos rodeos.
—¿Tú crees? — cuestionó interesado y curioso por lo que dijo. Preguntándose a qué se refería.
Ambos cruzaron miradas, con algún sentimiento de por medio en ello. Quizás diferentes, a lo mejor similares. Pero había tanta ilusión en sus ojos.
—No me conoces del todo Al, todavía no. . . No sabes todo de mí.— murmuró más el mayor consiguió escucharlo. Se acurrucó en su pecho mientras aún seguían bailando lento. Cada uno perdiéndose en el aroma tan fuerte del otro, y de alguna forma de su agrado.
"Tu tampoco, Ángel. Y aún así, no pienso permitir que te alejes de mí. Ya no puedes echarte para atrás." Pensó llevando una de sus manos hasta los cabellos rubios y acariciarlo, la otra tan sólo apretó el agarre en su cintura y espalda baja. Cerca de sus glúteos.
Entonces el Alpha comprendió porque comenzó a calentarse con dicho contacto y porque la cercanía del otro le gustó demasiado.
—Ángel. — lo llamó, su voz sonó más ronca de lo que esperó. El contacto con el menor le comenzó a quemar.
—¿Si?
—Vete. — dijo con seriedad apartándose del contrario. Sorprendiendo al Omega por su repentino cambio de actitud.
—¿Qué? ¿Q-Qué dices?— preguntó sin comprender, sus ojos se veían tristes. Alastor sintió algo partirse en su interior cuando notó como Ángel se asustó, o mejor dicho se alarmó por creer que hizo algo mal y arruinó las cosas con él.
"¿Realmente no te has dado cuenta? Oh Ángel, que despistado. Me sorprende de ti."
—Por favor. Vete a casa, ahora.— soltó en un tono más duro, aunque no quería hacerlo. Estaba siendo muy paciente con él.
—¿Qué te sucede?— recriminó con obvio dolor. Sin importarle, se abrazó del Alpha para estar enfrente de él, alzando su mirada. Con intención de no apartarse hasta que le de una razonable explicación de porque lo quiere lejos suyo.
Alastor no podía soportarlo más, y no sabía si sentirse estúpido por olvidarlo.
Pero no sé supone que le toque ahora.
—¿Acaso no te has dado cuenta?— preguntó con cierto tono irónico, dejando totalmente confundido al contrario. Suspiró. — ¿Acaso no lo sientes?
Ángel se quedó pasmado, bajó de inmediato su mirada sintiendo sobre su vientre la erección de Alastor a través de su pantalón. Dura y sobresaliente.
"Eso explica el ambiente caluroso". Pensó el Omega, tragando duro y comprendiendo porque la prisa del Alpha para que se fuera y que está por perder la paciencia.
Realmente quería hacerle compañía a Alastor durante su celo.
Palabras: 2,374
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: viernes 10 de enero del 2020.
Au: Omegaverse-Human.
Historia: "Polvo de Ángel"
Fandom: Hazbin Hotel.
Nota del escritor:
Si se me pasó algún error ortografico o puse otro palabra que no cuadra con la narrativa mis disculpas. Llevo casi tres horas escribiendo entre pausas. Debido a que esté capitulo no lo tenía para nada listo. Osea días sin publicar y el borrador no lo llevaba adelantado en nada. Así que me puse a tomar café y la inspiración vino a mí.
Recuerden las imágenes no son de mi pertenecía, me las encuentro en Twitter. Derechos a su respectivo autor.
El siguiente capítulo trataré de avanzarlo de una vez para traerselos en la próxima semana. Quizás viernes o sábado.
No sé si esto es "Spoiler"; pero el final de la historia será muy gay :v depende de cada persona tomárselo como quiera.
Ojalá les haya gustado uwu realmente al notar que les debía públicacion y leer sus comentarios me puse al chile para escribir algo bueno.
Así que si quieren que continúe dejen bellos comentarios que siempre me animan uwu
Me puse a investigar sobre las canciones de la época de los 30, y también en qué año se murieron los personajes (Ángel y Alastor) y quede más o menos cringe.
Por una razón puse que Ángel tiene 18 (o los cumplirá) y Alastor 30. También un poco sobre lo la caída en 1929.
En fin, nos leemos la próxima!
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