•Siete:

El Omega de desordenados cabellos rubios — más lacios ahora debido a que está mojado por la lluvia— está sentando en su sofá de cuero rojo en la sala principal. Cubierto en una manta azul mientras le entrega una taza de café humeante que suerte le sobró bastante y aún está caliente.

Lo mira en busca de alguna explicación, y queriendo saber porque exactamente dijo "escape de casa".

—... Ángel, ¿Por qué escapaste de casa?— preguntó por fin, rompiendo aquel silencio que habitaba en todo el lugar.

Ángel parecía perdido hasta que formuló aquella pregunta. Dio otros dos largos sorbos a su café antes de responder.

—Tuve un inconveniente con papá por culpa de mi hermano. — dijo omitiendo el nombre de esté. Alastor adivinó que seguramente, debe tener una mala relación con él.

—¿Qué clase de incoveniente? — insistió en saber lleno de curiosidad.

Ángel dejó la raza de café en la mesita enfrente suyo, hizo una mueca pensativa y después lanzo un suspiro.

—Un problema. Pero no es la primera vez que me escapó de casa. Por lo general solo duró dos días máximo antes de que regrese a casa por mi cuenta o me encuentren. — comenta encogió de hombros, como si decir aquel dato extra fuera a tranquilizar al contrario.

—¿Y crees que te encuentren?— arqueó la ceja inseguro.

—Nadie sabe dónde vives. Ni mi hermana. Y no me siguieron, estoy seguro de eso. — respondió sin mucho interés en seguir hablando de ese tema.—¿Te molesta si me quedo a dormir contigo? ¿Si me quedo en tu casa por unos días?— lo miró como cachorro abandonado.

No es que Alastor no fuese un caballero, ni estuviese muy alarmado por imaginar que pasaría si Ángel de alguna forma descubriera su reciente asesinato que ahora es carne molida o carne envuelta en jamón que está escondida en el refrigerador del sótano. Claro que eso no le preocupa tanto como lo es, el tener a un Omega durmiendo en su mismo techo después de haber escapado de casa. Y que ese Omega provoque a su Alpha interior. Porque aunque todavía no la admite en voz alta, él sabe que Ángel Dust es su Omega.

—Nunca serás una molestia para mí, Omega. — le sonríe sentándose a lado suyo. Pasando su brazo alrededor de sus hombros, lo suficiente como para darle algo de su propio calor corporal. O su "apoyo" emociona o moral. Alastor no es muy bueno en eso, jamás lo ha echo. Pero por algo se empieza, es lo que piensa.—Y dime, ¿Te gustaría que te preparara agua caliente para que te des una ducha? Podría darte un resfriado.— dijo amable, recibiendo una grata sonrisa del menor.

—Un resfriado no me matará, Al.

—Pero no me gustaría verte en cama por eso, todo enfermo. Sería muy aburrido y te sentirás fatal, ¿No crees?

Ángel se mordió el interior de su mejilla, pensativo. Al final accedió.

Minutos más tarde, el rubio ya se encontraba en el cuarto de baño del Alpha. Donde había una tina con agua caliente.

—Al, no tengo más ropa. Con la que vine está mojada, hasta el abrigo.— dijo mientras se cubría con una toalla.

—Mm, puedo ponerla a lavar mientras te bañas. Y buscaré algo para que te pongas.— dijo tomando la ropa mojada del chico y llevarla al cuarto de lavado.

—De acuerdo.

El rubio al entrar a la tina sintió una sensación cálida y relajante apenas entró por completo en el agua. Relajó sus huesos y sintió grandes cosquilleos por  toda su espalda. Sumergiendo se un poco y casi, quedándose dormido. Realmente había estado muy cansado. A esas horas ya debería estar dormido, siempre trata de dormir temprano. O por lo menos antes de la una de la madrugada. Ya que a veces suele quedarse hasta tarde leyendo alguno de sus libros, escribiendo fantasías en su diario, componiendo letras para sus futuras canciones o incluso aprendiendo a cocinar más postres. Su hermana le dijo que "Para conquista a un hombre, debes conquistar su estómago con comida primero". Y aunque al principio le pareció estúpido y muy idealista, a veces se deja llevar por aquellas palabras.

Al terminar, se envolvió con la toalla y se secó sus pies con otra que había en el piso.

La puerta fue tocada, y Ángel no dudo en abrirla un poco.

—Veo que terminaste. Ten. — le entregó lo que sería una nueva muda de ropa. Encima también había talco. Y le sorprendió que Alastor tuviese talco, por lo general solo se usa para bebés, mujeres (sin importar la casta aunque muy rara vez que una Alpha lo usé) o en su caso Omegas varones. Pero lo agradecía internamente.

—¿Todo es tuyo?— preguntó tomándola entre sus manos, esperando que la toalla no se le cayera a pesar de que la envolvió muy bien.

—Es lo único que tengo. Pero te quedará grande. ¿Puedes sobrevivir con ésto hasta mañana?

—Claro que si.— le regaló una sonrisa. Sus pecas la hacen ver mejor, formando arrugitas al sonreír. Y antes de que cerrará la puerta para comenzar a vestirse, le preguntó:— ¿Dormiré en el cuarto de invitados?

—No tengo cuarto de invitados. O por lo menos no un colchón extra. Así que yo dormiré en el sofá y tú en mi cama.— respondió encogido de hombros, hasta que vió la cara de inconformidad del Dust. Frunciendo su nariz respingona y haciendo un puchero en sus labios. Debía admitir que comenzaba a verlo muy lindo haciendo eso.— ¿Quieres que durmamos juntos?

—Si. — se le iluminaron los ojos.

—Lo más cerca que puedo dormir de ti es en el suelo. — agregó, Ángel hizo un sonido bajo de no estar muy de acuerdo con aquello. Seguía insatisfecho.— Vístete Ángel, ya es tarde y debes tener mucho sueño, ¿No?

El Omega asintió, tenía más sueño con la ducha caliente que se acaba de dar. Así que se despidió de Alastor para después cerrar la puerta y proseguir a secarse bien y vestirse. Mientras intentaba recordar cuánto falta para que su celo venga.

Esas cosas las tenía anotadas en su agenda personal; pero no la había revisado desde hace una semana. Y por obvias razones se le olvidó tan siquiera traer consigo sus supresores. Aunque por alguna razón, no le preocupaba demasiado si su celo llegase en compañía de Alastor.

Inspecciona la ropa que el castaño le entregó, y solo hay dos prendas. La primera que se pone son unos shorts muy cortos, que debe suponer debe ser lo que se asemeja a sus panties. Podría decirle calzoncillos. De rayas blancas y azules. Lo bueno de estos es que, aunque son grandes (no tanto), tienen un cordón para que pueda ajustarlos a su cintura. Poniéndolos lo más estrechos posibles. Y le quedan hasta por debajo de sus muslos. La segunda prenda es una camisa de manga larga de botones. Cuenta unos seis en total. Esta última se la puso con más emoción, porque ósea, podrá estar limpia y planchada pero sigue desprendiendo bastante del olor de su querido Alastor. Cómo a árboles, el bosque, chocolate y licor.

Dios, las mangas son tan largas que cubren sus manitas. Y en si la prenda le llega hasta escasos centímetros por encima de la rodilla. Apenas le cubre sus calzoncillos. Y en verdad, se siente hasta cierto punto apenado por cargar los calzoncillos de alguien más. De un hombre mayor, alto y fuerte. Mierda. Es lo que piensa, deteniendo sus impuros deseos o ganas de fantasear en ese momento. No quiere empezar a lubricar y manchar la nueva prenda que carga que ni siquiera es suya. Sería tan vergonzoso decirle a Alastor "¿Me prestaría otro de tus calzoncillos? Lo que pasa es que los que me diste los llene de lubricante". De tan sólo pensarlo se sonroja mucho. Y no podía dormir sin nada abajo ni con calzoncillos mojados de lubricante. Sería entre incómodo y podría ser también peligroso.

Se termina de secar su cabello y deja la toalla tendida en su lugar. Mira sus pies descalzos y el piso está frío. Se siente más porque todavía están en invierno aunque ya no esté nevando.

Al salir del baño, puede ver en la entrada unas pantuflas. Pensó lo conveniente que es que no sean tan grandes.

X

Alastor se estaba desvistiendo para irse a la cama a dormir. Hasta que recordó dos cosas importantes. La primera es que no iba a dormir en la cama porque Ángel lo haría. Y la segunda que no podía dormir desnudo porque Ángel lo vería. Así que al final sólo se dejó su prenda íntima. Unos calzoncillos similares a los que les dio a Ángel. Solo que estos son totalmente blancos.

Fue al cuarto de lavado y cuando la ropa de Ángel estuvo lista, la tendió cerca de la ventana para que lo fresco de la noche le diera por lo menos. Aunque solo la abrió un poco, ya de por sí se sentía algo de frío adentro.

Al regresar a su habitación, sintió como era empujado hacia la cama en un movimiento brusco. Y aunque estuvo apunto de aplicar una maniobra y golpear a su posible atacante, no fue necesario cuando de inmediato notó que sólo se trataba del rubio de ojos azules.

—Ángel, debo dormir en el sofá.— le dijo teniendo al Omega encima de él en una posición que cualquiera podría mal pensar.

—No, creo que no. — negó sonriendo traviesa mente. Alastor bufó.—Quiero que duermas aquí conmigo .  Puedes hacerlo, Al. La cama es muy espaciosa. Bueno, casi. Pero no dormiremos tan estrechos. — agregó mirando el tamaño de la cama. Podrá no ser una cama matrimonial, pero pueden dormir perfectamente los dos sin mucho problema. Aunque rocen un par de veces sus cuerpos.

—No, no se puede.— siguió negando, mirando a Ángel como diciéndole "Bajate de mí, por favor".

—Como mi Alpha debes hacerlo. — se quitó por fin de él. Aún así, no le permitió escapar tan fácilmente.— ¿Sabes? Cualquiera en tu lugar estaría emocionado de dormir con un Omega muy bonito como yo. — dijo con presunción.

—Pero no soy cualquiera Ángel.— notó como el Omega se molestó de verdad cruzándose de brazos, frunciendo el ceño. Y no quería echar a perder las cosas por una pequeña discusión, por algo que los dos si quieren pero el trata de alentar más las cosas. Suspiró atrayendo al Omega enojado y cruzado de brazos hacia él, sin levantarse de la cama.— No estés molesto, mi pequeño. De verdad no sonidero prudente que duerma contigo con poca ropa.— dijo posando su barbilla en su hombro. La espalda del menor chocar contra su pecho.

—No haremos nada que no sea dormir y... Abrazarnos quizás. Hace frío.  — aunque él quería dormir muy cerca de Alastor. Sus pieles rozando suena tan bien.

—Si tu padre se entera de esto... Aunque no sea con dobles intenciones, no me parece correcto. — opinó torciendo un poco su sonrisa.

—No se debe enterar.— volteó a verlo.—
Por favor, Al. Mi Omega quiere descansar contigo.— pidió, casi rogó por ello. Alastor maldijo en ése momento haber caído por un Omega tan manipulador y lindo como Ángel. Por no resistirse tampoco a esa aroma dulce y provocativo que llena sus fosas nasales y está a poco de romper su cordura.

—Esta bien... Pero, quiero que me contestes unas preguntas. No ahora porque ya es muy tarde. Mañana después del desayuno.— condicionó, a lo que el otro sonrió en demasía. Pudo observar mejor que la camisa que trae Ángel si que le quedaba muy grande.

—Lo haré, te lo prometo.

Alastor lo libero del agarre y se acostó casi en el centro de la cama. Debajo de las colchas, observando como el Omega hacia lo mismo solo que acurrucando se  —para su sorpresa— cerca de él. En realidad, recostando su cabeza en su pecho, cerca del cuello y su barbilla.

—Descansa, mi ángel. — sonrió llevando su mano hasta rodear el pequeño cuerpo que está cerrando los ojos, poco a poco.

—Sueña conmigo, Al.

—Presumido. — dijo divertido.

—Me gusta cuando me dijiste mi pequeño. — admitió sin mirarlo, solo acurrucando se más y más. Cómo si quisiera sentir todo el calor de Alastor, como si quisiera fundirse con él de esa manera. Ya de por sí verlo segundos atrás en ropa interior lo había encendido un poco. Por qué Alastor semi desnudo es mucho mejor de lo que alguna vez quiso imaginar.

—Duerme, mi pequeño. — le depósito en beso en su frente, para proseguir a cerrar sus ojos y esperar a que el Dios Morfeo lo lleve con él. Queriendo cumplir los deseos de Ángel de soñar con él, y sólo con él.

Pudo escuchar un pequeño gemido del Omega cuando lo llamó así, gustoso y complacido y su Alpha lo aceptó con todo gusto apretando un poco más su abrazo. Alastor nunca creyó que terminaría en una situación así, o que permitiría una situación como aquella.

No hay silencio con dos respiraciones escuchando se. Ni con dos corazones latiendo por el otro.

X

A diferencia de otras mañana, Alastor está vez despertó con el aroma más dulce y embriagador que alguna vez olió en sus días al despertar, ni siquiera fue necesario abrir sus ojos todavía. Y con un peso extra encima suyo, claro que está.

No solo pudo ver la despeinada y alborotada cabellera rubia del Omega en su radar, también como tenía su boquita semi abierta y de está desprendía un hilo delgado de saliva el cuál formaba un pequeño charquito de saliva encima de su pecho.

Y lejos de la que la escena le pareciera asquerosa (aunque debe admitir que si sintió algo de sorpresa y exaltó por eso), le pareció más bien adorable. Como un niño apenas.

Aunque recordó que Ángel sigue siendo un niño. Apesar de estar cerca de ser un adulto.

Al principio fue difícil zafarse del Omega, quién estaba tan dormido abrazándolo. Después reemplazo su caliente torso con la almohada más cálida que pudo encontrar con su aroma. Y tapo lo más que pudo a Ángel con las colchas de la gran cama.

Bajó a preparar el desayuno. Apenas puso a calentar la sartén, fue hasta el calendario que está a lado del refrigerador colgado en la pared y tacho el día "Domingo 07" de su mes perteneciente.

Pensó entonces en las preguntas que debía formular para Ángel, y también en si sería realmente capaz de darle de comer en algún momento comida de carne humana. Aunque nunca ha tenido excepciones con este tipo de cosas. Él mismo las come y a veces las da de comer, aunque sean escasas las veces para así evitar alguna mínima sospecha. Incluso en la caridad de algún orfanato les prepara casi un banquete para todos los huérfanos. Y ellos no saben que están comiendo al ser tan sabroso y abundante.

Aunque claramente si cocinas bien la carne, envuelta en otras carnes de res y especímenes, nadie sospecharía ni un poco que no sea carne de animal también.

Pasaron varios minutos y ya había puesto la mesa además de terminar de cocinar unos hot cakes con miel de manzana y mermelada de fresa encima. Acompañados de café sin mucha azúcar (por lo dulce de los hot cakes con la miel y mermelada) y galletas de coco en formas de flores.

Justo había pensando en subir para despertar a Ángel, esté ya venía bajando mientras se frotaba sus ojitos. Su cabello se notaba un poco mojado, indicando que se lavó la cara para limpiarse sus lagañas y desaguar su boca.

—Justo a tiempo, el desayuno está listo. — avisó.

—Huele muy bien.— dijo acercándose a Alastor, depositando un beso en su mejilla aprovechando que esté se inclinó para servir el café en la mesa.— Gracias. — dijo solo un poco somnoliento.

Alastor quedó sorprendido por el gesto tan cariñoso. Ya habían echo otras cosas más calientes, pero el beso en la mejilla rosando sus labios fue algo que lo dejó desprevenido, en una mañana y con Ángel que traía su ropa puesta encima dejando expuestas sus piernas rellenitas en la parte del muslo. Expandiendo sin querer todo su aroma en la casa, la cuál se hacía más cálida y dando un buen color a todo.

No entendió porque sintió sus mejillas calientes, no mucho. Él jamás había experimentado algo similar a eso.


—¿Estás bien, Alastor?— preguntó al percatarse de lo estático que se quedó el hombre.

—Claro que sí, querido.— reaccionó de inmediato sonriendo como si nada.

—Bien, entonces a comer porque tengo mucha hambre. — dijo tomando asiento y dando los primeros bocados. Muy rápido.— ¿Por qué cocinas tan delicioso? — dijo deleitado por el sabor.

—Es mi don, mi maldición.— agregó divertido.

Entre risas,  anécdotas graciosas y extrañas por parte de ambos hombres, por fin habían terminado el delicioso desayuno. Alastor sintió que ese fue su desayuno más largo y en compañía de toda su vida, él más alegre desde que su padre murió. Que se sintió muy bien no estar solo.

—Entonces Ángel, ¿Estás listo para responder a mis preguntas?

—Tanto como tú lo estés cuando respondas las mías.— respondió con una sonrisa despreocupante.

El Alpha sonrió, pensando en lo divertido que podría ser la interrogación por parte de ambos bandos.

Por saber más del otro.


Palabras: 2,868
Fecha de publicación: Domingo 02, 02, 2020.
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse - Human's
Historia: "Polvo de Ángel"
Nota del escritor:

Me tarde más de 40 minutos editando este capitulo, y eso que ya lo tenía terminado.

La inspiración vino muy a mí, porque no acostumbró (al menos en historias de este fandom que son ya de por sí pocas) a actualizar rápido. Literalmente la última actualización fue hace menos de tres días.

En fin, espero lo agradezcan y dején sus votos gay ^∆^

Ahora, esté capítulo iba a quedar mucho más largo, porque se supone que no tardaría el celo de Ángel. PERO, como dije, iba a quedar muy extenso y no quería sobrecargar lo. Yo tengo un límite de palabras en cada capítulo con respecto a esta historia. Para no acostumbrarlos a qué haré capítulos largos. Por eso tuve que cortar varias escenas que se verán hasta el próximo capítulo.

En fin, ya me estoy tardando más en actualizar y ya es casi la una de la madrugada por dónde vivo y prometí dormirme temprano porque tengo que llevar temprano mañana.

Nos vemos hasta la próxima!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top