•Nueve:
Capítulo censurado
—Pequeño, ¿Olvidaste tus supresores?— preguntó de una forma tan amable y suave que si no fuese por el hecho de estar precisamente en su celo, se hubiese quedado tan sorprendido. Alastor lo rodeó de sus hombros, apegando lo más a él, sentando lo un poco en su regazo. Ángel asintió mirándolo con un destello en sus grandes ojos azules, gustoso por la manera en la que le habló, con aquel apodo tan cariñoso. Sus largas pestañas rubias adornan más aquel par de zafiros dilatados.— Mmm, ¿Por qué no me dijiste que entrabas en celo?— sentir las llemas de sus dedos acariciar la piel del Omega jamás fue tan suave y ardiente a la vez.
Ver tan de cerca el cuerpo desnudo del Omega, ni en sus más lujuriosos sueños sucedía, incluso tomando en cuento que hasta donde el recuerda jamas ha tenido algún sueño húmedo. Su blanquecina piel destacaba más por algunos pequeños lunares en algunas zonas recurrentes. Uno estaba cerca del ombligo y apostaba que era el más grande, incluso más que el que tenía en su trasero. Su vista siguió por su abdomen donde se le marcan un poco las costillas, no demasiado. Tenía una pansita adorable y su cintura era estrecha hasta llegar a sus caderas que tienen más curvas.
—Alastor... — balbuceó, más el nombrado dirigió su vista hacia la mirada del Dust, despejando la de aquellos apetecibles pezones rosados y levemente de un tono durazno. Tenías que ser muy observador para poder notar aquel detalle, y vaya que el Alpha lo es.
—¿Qué pasó, pequeño?— sonrió está vez divertido, sabiendo que al contrario le encanta que le diga así. Sin querer soltarlo de entre sus largos y fuertes brazos acaricio sus hombros con la mano del brazo que lo rodea. — ¿En qué necesitas que te ayude?
— Escurre...
—¿Huh? ¿Escurre que, lindo?
Alastor nunca le había dicho tantos apodos cariñosos en menos de cinco minutos. En sólo un momento. El castaño todavía tenía un sagrado autocontrol intacto. Pero, si el Omega desea ir más allá, tampoco lo va a torturar.
—Entre mis piernas...— lanzó un pesado suspiró, olfateando más el aroma del Alpha, acurrucando se en su pecho.— Es bastante. T-Tienes que ver... — pidió.
Alastor con permiso del chico, abrió un poco sus piernas y pudo notar como se deslizó más rápido aquello que el mismo Omega está produciendo. También se detuvo a observar el pequeño y delgado miembro del rubio, como estaba semi erecto. De cierta manera le causaba ternura los redondos testículos del menor, pequeños y lampiños. Él de inmediato rozó su entrada, sintiendo como el menor se estremece por sus toques.
—Es tu lubricante natural, Ángel... Sólo te está preparando.— agregó depositando un suave beso en su frente.
Su mente está en blanco, sin saber que más hacer o que decir. No sabía si llamar aquella situación alguna clase de oportunidad. No sabía si dejarse llevar o hacer lo correcto. Porque en su mente sigue pasando la idea de "es un menor", "en unas semanas va a cumplir dieciocho años, aún así es tan joven". Pensar en qué Ángel podría quedar embarazado siendo tan joven es algo que lo pone a pensar demasiado.
Luego no habría marcha atrás.
—Necesito más.— dijo llamando la atención del castaño, quién lo miró con cierta sorpresa.
—Ángel... Princesa, — debía admitir que también le fascina llamarlo así, y ver esos preciosos y tiernos sonrojos que abundan en sus mejillas.—¿De verdad quieres esto?
El nombrado estiró sus manos hasta tocar su pecho, y comenzar a desabotonar su camisa. Quitarle la prenda suavemente hasta dejar su torso desnudo. Él cuál podía observar con deleite. Su pecho marcado, el color de su piel y así fueron viajando sus dedos hasta llegar cerca de su pelvis, donde le impide avanzar por aquel molestó pantalón. El Omega lo miró suplicante, y de inmediato Alastor supo que le estaba pidiendo.
—Siempre he soñado con esto Al. En unirme a ti. Sólo estamos. . . Apresurando las cosas.— se acercó para besar el cuello del mayor.
—Precioso, ¿Quieres que te anude? ¿Qué te marque? ¿Eso es lo que quieres?— con su otra mano libre tomó una de sus mejillas y parte de mentón. Acariciando aquellos delgados labios en forma de corazón.— Porque apenas inicie esto, no me podré controlar hasta hacerte mío. Pequeño, ¿Estás seguro?— volvió a retomar con seriedad. El pecho del más bajito subía y bajaba por el ritmo de su respiración, el aroma seguía siendo tan dulzón y agradable. Además de estar mezclado con algo.
El aire parece tener afrodisíaco. Es lo que piensa, más sabe que eso es lo que provoca el celo de un Omega. Incluso cuando nunca ha estado presente en alguno de estos, se ha informado mucho sobre la anatomía de los Omegas chicos en varios libros de medicina y anatomía, que son los que más llaman su interés al igual que las mujeres Alphas.
—Si. . . Quiero ésto.— respondió luego de un largo silencio. Sin dudarlo, apenas el dedo pulgar de Alastor rozó tan de cerca por encima de sus labios, hasta presionarlos un poco, esté entre abrió su boca permitiéndole introducirlo un poco. Sólo para chuparlo de manera provocativa.
—Mira lo bonito que estás. Has aumentado un poco de peso aquí. — deslizó su mano ahora hasta su vientre. Depositando al rubio en la cama nuevamente para ponerse en medio de sus piernas.
—E-Es tu culpa que esté engordando un poco.— le recordó. Después de todo le gusta comer las delicias que Alastor le cocina. Incluso aunque su último platillo haya sido carne humana, ¿Qué más daba?
Los humanos comen animales, los humanos están por destruir al mundo. Así que no le importa comerlos. Aunque tampoco es como si comiese un porcentaje importante del mundo, sólo fue un cuerpo. Incluso cuando Alastor llevase tantos años, la gente no dejaría de reproducirse. Y no dejaría de haber gente mala. ¿Qué clase de personas escoge Alastor para asesinar y luego comer? Quizás se lo pregunté en alguna otra ocasión. Porque ahora, ahora solo puede ofrecerle su cuello. Ahora sólo quiere pensar que son ellos dos.
—Y así me gusta, Ángel. — se acercó hasta su vientre, su bonito ombligo y lunar. Depósito un beso húmedo causando un jadeo por parte del nombrado.
—Dime princesa.— demandó haciendo un puchero en sus labios. Cada vez que le hablaba con algún apodo cariñoso, su pecho se llenaba de un orgullo y calidez instantáneo.
—Esta bien, princesa. — rió enternecido. Su Alpha y él se sentían tan afortunados por tener un hermoso y especial Omega en sus aposentos. Desnudo y pequeño, no sabía si en unos años el chico crecería más. Pero por el momento, así le encanta.—Te verías hermoso embarazado. — comentó, tomando desprevenido al chico.—Dime Ángel, ¿Te gustaría tener bebés?
Aquella pregunta lo tomó tan de sorpresa que se quedó callado por unos segundos. Podría estar al punto de quiebre en su celo. Sólo un poco más. Sin embargo, eso no significa que no se ponga meloso y pueda esperar. Eso no significa que abriera los ojos en grande ante la pregunta del mayor. Porque nadie nunca le había preguntado eso. Aunque muchos piensan que sería obvia su respuesta.
—Por supuesto que sí. S-Seria muy lindo.— confesó tímido de repente. Una de las manos de Alastor viajó hacia su pecho, dando sutiles caricias en uno de sus pezones causando un cosquilleo mayor.
—¿Cuántos bebés, pequeño ángel?— siguió dejando más besos en aquella zona del vientre, hasta llegar a la pelvis y descender hasta la pequeña y rosada punta de su miembro.
—No lo sé. . . — mordió un poco su rosado labio inferior, un pequeño gemido logró salir.
—Te verías tan hermoso con un par de cachorros dentro.— hizo una breve pausa, su mano rodeó el miembro de Ángel e inició un masaje que iba subiendo de ritmo con cada par de segundos. Le dedicó una sincera sonrisa a su compañero. Porque aunque jamás lo hayan aclarado o dicho en voz alta por varios sucesos que han pasado en estos días, son compañeros. — Con un par de mis cachorros. — masajeó su zona erogenea y apretó un poco la punta, deleitando a Ángel.— Nuestros cachorros. — corrigió de inmediato dedicándole una cantarina sonrisa al rubio.
No hace falta mencionar el gran sonrojo que apoderó la cara del menor. Incluso llegó hasta sus orejas haciéndolo ver mucho más tierno. El corazón del Omega se llenó de una calidez y calor que jamás pensó en sentir, que rozaba sus límites de imaginación por querer sentirse así de especial y lindo. Oír la voz seductora y grave del Alpha castaño decir aquéllas cosas le removía varias partes de su cuerpo, y no tan sólo su corazón.
—Oh Alastor~— ronroneo, pero poco después gimió cuando el Alpha posicionó su rostro entre sus piernas las cuales abrió para mejor comodidad y espacio, y prosiguió sin vergüenza
Y a Alastor no le importaba mancharse del lubricante natural de Ángel, parecía incluso disfrutarlo. Porque de eso se trata todo ésto, de que ambos lo disfruten.
—¿Has tenido experiencia en esto, Alpha?— le preguntó entre pausas y gemidos, sentía que el hombre siempre le robaba su último aliento.
—Eres el primero Ángel. — respondió, sin dejarle de comerle.. — Por los Dioeses, estás tan mojado y sabes tan bien. — confesó succionando, y mordiendo sin mucha fuerza alrededor de su aro. En especial sus glúteos. Incluso su barbilla estaba mojada y no precisamente por el sudor.
Alastor no media como podía avergonzar al rubio, pero esté tampoco lo tomaba mucho en cuenta. Incluso había tomando un poco de iniciativa, apenas el Alpha se alejó de su entrada aprovechó para alejarse y recostar lo a él en la cama.
—¿Qué haces mi pequeño? — dijo con curiosidad en un toque falso de inocencia. Observó como Ángel gateaba hasta quedar enfrente de su entrepierna, encima suyo y él debajo. El Omega desabrochó sus pantalones con desesperación y logró bajarlos. — ¿Quieres comer tu también, amor? ¿Quieres mi pene en tu boca?
Maldición. Ángel nunca escuchó o imaginó que Alastor podía ser tan erótico, provocaba tanta excitación en él y eso causaba que produciera más de su lubricante natural.
—Oh Ángel~ — Alastor también tenía una buena vista del trasero del chico, que seguía produciendo su famoso líquido.
Ya no sabía si era por la vergüenza de sus impuros pensamientos, el bochorno de la situación, su propio celo o estás tres cosas juntas lo que provocaba que sus mejillas se tiñeran de un rojo hermoso.
—Ángel, ven pequeño. — le indicó y jalo un poco.
Así que apenas el Omega se movió se despojó de todas sus ropas para estar en las mismas condiciones que su pareja.
—¿Cómo te gustaría, cariño?— le preguntó con interés, acariciando con cautela sus cachetes y aquellos delgados labios que hace no mucho succionaron su hombría.
Ambos eran torpes y nuevos (vírgenes) en todo ésto; sólo se dejaban guiar por el instinto. Pero Ángel si que disfruto del sexo oral que le dio hace poco.
—N-No se... Me entrada hormiguea.
—Claro si que princesa. Esta ansiosa por tener algo dentro. Estás muy mojado y preparado. ¿Verdad?— el menor asintió varias veces y embobado con está nueva faceta de Alastor. Parecía una mezcla entre cariñoso y seductor. — Nunca pensé que serías tan lindo. O que yo dijera estás cosas. A este punto, me desconozco.— agregó con una pequeña risilla.
—Eres mi Alpha, es todo lo que sé. Quiero tenerte dentro.— se sentó en su regazo y lo rodeó del cuello. Podría ser una escena totalmente amorosa sin olvidar el trasfondo caliente.
—Lo tendrás pequeño, no seas tan impaciente.— se rió para sus adentros de lo insistente que es el Omega.
—Calma, va a pasar el dolor. — dijo en medio del beso, sujeto con firmeza su cintura para seguir adentrándose en la estrechidad del menor. Quién apretaba con fuerzas sus labios.
Pasó un rato, Alastor esperó a que el Omega se fuera acostumbrando a su tamaño y grosor.
—¿Quieres que continúe?
—Si...— gimió. Alastor empezó a moverse lentamente.
—¿No te duele?— preguntó preocupado.
—Ya no tanto. Además... Te siento muy duro adentro.
Lo que en un principio fue dolor, se convirtió en algo más placentero. Había tanto calor y electricidad en ambos cuerpos, tan cerca el uno del otro.
—Ángel, ¿Seguro que quieres que te anude?— preguntó en medio del placer.
—¡S-Si! H-Hazlo, — pidió sintiendo su vientre entumecerse. Un calor fuerte recorrer esa zona.—Ahhh. . . — gimió con fuerza, jadeante y con sus ojos desorbitados. Para que, poco después venirse con más fuerza al sentir como la glande de su pareja se expande.
La punta del Alpha se fue inchando, consiguiendo abotonarse en el interior del Omega causando así un insoportable dolor. Y como si eso no fuera suficiente, Alastor encajó sus dientes en la parte trasera del blanquecino cuello del menor debido a que ya no podía aguantar más la tentación. Su Alpha le gruñía muerde. Marca. Omega. Tuyo. Mío. Y su corazón solo se encogió al escuchar el chillido de dolor del Omega debido a la fuerte mordida.
Por una milésima de segundo Ángel había tenido miedo. No evitó recordar los gustos de su pareja por la carne humana. Pero aquel temor se esfumó cuando el Alpha dejó de presionar sus dientes contra su carne. Dónde sangre empezó a salir, y él de inmediato fue lamiendo la para curarlo.
Ángel se sentía tan dicho y su espalda se estremecía por los espasmos, si bien el nudo sigue siendo doloroso ahí dentro — no sabía si le dolía más el nudo o la mordida—, también sentía un placer descomunal por la fuerte corrida de Alastor, quién descargaba toda su esencia en su interior.
Le gustaba tener a Alastor tan cerca suyo y desnudo, mientras seguía "curando" su herida en el cuello. Su mordida.
Y ahora por fin, ya estamos unidos. Ahora somos compañeros de por vida.
Ángel le acarició su cabello y esperó hasta que el nudo bajará. Quería continuar y ser bañado con el semen de Alastor, de todas las maneras posibles.
—Te quiero tanto, mi ángel. Mi Omega.
Ángel ya había perdido la cuenta de todos los besos que se habían dado esa noche.
Palabras: 3,089.
Fecha de publicación: viernes 14 de febrero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse - Human's
Fandom: Hazbin Hotel
Historia: "Polvo de Ángel"
Nota del escritor:
Este capitulo iba a ser subido hace varias horas; osea cuando aquí en México dieran las 00:00 iba a ser publicado. Pero el pedo es que me quedé dormido y ya no terminé de editar nada. Hasta hoy en la mañana después de desayunar.
Creo que es el capítulo más largo de la historia, Creo. Y siento que aún le faltó más pero me, no quiero mal acostumbrarlos.
Estuve investigando, y en está época las píldoras anticonceptivas aún no han sido creadas.
Sólo diré eso y... Espero lo hayan disfrutado. Tarde más de una hora en editarlo.
Ah, para los que siguen mi fanfic de Essencia de Helluva Boss, será actaulizado como en dos horas. (Lo que me tardó en editar) nos vemos ahí~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top