•Doce:

Alastor y compañía habían tomado asiento en una gran mesa circular. A su costado derecho se encontraba su pareja, al izquierdo alguno de los trabajadores del señor Henrion mientras que esté mismo enfrente suyo y a lado de él Molly.  Sin embargo del lado contrario el asiento estaba vacío. Más bien parecía apartado.

—Asi que señor Walker, ¿Cierto?

La mirada del hombre de cabellera oscura y ojos verdes era bastante seria e intensa. Seguramente quería ver a través de sus capas para descubrir algún secreto suyo a la vez que se controlaba para no gritarle y agarrar su escopeta para dispararle. Alastor es muy observador así que no le fue difícil saber que el padre de Ángel tenía una escopeta oculta y cerca de ellos. Incluso podría decir que debajo de la mesa donde había platos, saleros, copas de vidrio y variedad de salsas.

Molly hizo una señal a otro hombre que estaba al otro extremo del lugar para que ya fuese trayendo la comida.

Alastor miró brevemente su reloj, no acostumbraba a almorzar a esas horas pero parecía casi la cena, más debía admitir que se encontraba hambriento.

—Si, a su servicio. — respondió casi de inmediato. Ni muy rápido ni muy perezoso.

—Debo admitir que se ve más joven de lo que me dijeron. — comentó hechando una rápida mirada a su hijo menor que se encontraba sonriente a lado del alto Alpha. Parecía muy feliz y Alastor también le daba su atención para que no se sintiera ignorado o de lado a pesar de también tener que ver lo a él para no parecer grosero.—  A simple vista parece alguien de unos veinticinco años. Sin embargo, eso no quita el hecho de que mi hijo le entregará su tesorito.— agregó con un gruñido al final dejando expectante al castaño.

Molly intento no reír, pero si calmarlo.

—Disculpe, ¿Su qué dice?— preguntó con confusión.

—Padre, espero no me estés avergonzando. — dijo en voz alta el único Omega de la mesa, casi en un regaño y haciendo una mueca de enfado en sus labios.

Todos los trabajadores de su padre son Betas, extrañamente encontrará algún Alpha pero mucho menos un Omega. Hay reglas muy estrictas respecto a quienes pueden estar en la mafia. No Omegas, ni Betas mujeres. Y las únicas mujeres que si pueden estar son las Alphas las cuales ya de por sí son escasas en toda la ciudad. Sin embargo su querida hermana Molly entra en esta última categoría.

—Sólo estamos platicando hijo.— le sonrió para calmar al rubio menor. Alastor no podía creer lo que sus ojos veían. Una dulce sonrisa paternal de ese señor que tiene instintos asesinos hacía casi cualquier cosa.

—Alastor quería comentarte algo muy importante. — cambió de tema Ángel, tomando la mano de Alastor por debajo de la mesa, la cuál rápidamente el mayor la envolvió con seguridad.

—¿Sobre que quiere casarse contigo?— preguntó Molly. Su padre hizo un gesto con la mirada como diciendo "es lo menos que puede hacer después de que lo marcó". Obviamente omitiendo alguna grosería de por medio. Alastor entendió perfectamente dicho gesto facial y lo preocupado que debe estar el padre de entregarle a un "desconocido" al menor de la familia.

—Aparte. — musitó y le dedicó una mirada a su Alpha inquisitiva.

—Señor Dust,— se aclaró su voz intentando sonar natural pero firme. ¿Por qué la comida tarda tanto?— lo que sucede y como usted quizás sepa, soy de Nueva Orleans.

—Ajá. — asintió arqueando su ceja.

—Vine hasta Nueva York por unas vacaciones en un principio. Sólo me dieron dos meses como tal. Y  mañana necesito estar de regreso en mi ciudad natal. — comenzó a explicar y sintió que necesitaba ponerse de pie. Más nunca soltó la mano de su ángel, tan pequeña y cálida. Todo lo que necesita para agarrar más confianza.—
Estuve hablando con su hijo sobre si le gustaría vivir conmigo allá o de verdad no puede dejar esté lugar donde está toda su familia. Lo de casarnos pensamos hacerlo meses después de que cumpla los dieciocho. — notó que el señor Henrion concordó de inmediato en esa última parte.— Pero en verdad necesito regresar para arreglar unas cosas que tengo allá en casa. Y es por eso que necesito su respuesta para saber si dejará que su hijo se venga conmigo, o prefiere que me mudé hasta acá y así renunciar mi trabajo como locutor de radio en Nueva Orleans. — finalizó el de tes morena.

Hubieron unos segundos lleno de un silencio ni muy agradable ni muy incómodo. Tan sólo insólito. Y antes de que el señor Dust diera su respuesta o comentario, fue interrumpido por su hijo mayor que justo en ése momento se acercó a la mesa para sentarse en la silla vacía que está a su lado.

—¿En serio mi hermano anda con un locutor de radio?— preguntó con desaprobación y mirando incrédulo a la pareja.

Ésto sin duda arruinaba sus planes que tenía.

Alastor inspeccionó al primogénito. Se había olvidado cuántos años poseía más sabía que debía tener más de veinte años. Su cabellera tan oscura como su padre al igual que sus intensos ojos verdes olivo. Pero esté también poseía algunas pecas en sus mejillas.

Apostaba que presumía debido a su casta y ser el hijo mayor. Se creía todo un experto en la vida.

—Deja de joder Mark. — le dijo con fastidió Ángel, hasta recibir una mirada de su padre que le decía que se calmará.

—Yo sólo me preocupo por el futuro de mi hermanito, — sonrió malicioso y después miró con una cara de pocos amigos a Alastor. —¿Qué clase de vida tendrá con alguien con un trabajo de sueldo promedio? El sueldo mínimo.

—¿Usted sabe hacer alguna otra cosa que hablar por la radio?— preguntó está vez Henrion lleno de intriga y duda. Alastor tuvo que reprimir algún suspiró de cansancio o fastidio.

—Desde joven y por mi difunto padre, practiqué la caza de animales y aprendí a cocinar variados platillos debido a mí solitaria vida luego de la muerte de mi madre. También antes de ser locutor de radio a mis veintitantos años, fui leñador.— hizo un ligera pausa. Notó que Mark iba a decir algo, quizás alguna tontería o comentario sarcástico. Sin embargo prosiguió con voz alta.— El mejor de la ciudad, señor Dust. Y le puedo prometer que a su hijo no le faltará nada ni sufrirá hambre alguna. Lo llenaré de cualquier lujo si es posible, y lo más importante es que nunca lo dejaré solo, jamás le levantaré la mano. Ángel jamás se sentirá solo como ya dije. Y si no cumplo con mi palabra usted mismo me puede mandar a golpear o matar. — sonrió con debida confianza a la ves que sus ojos no temblaban. No les tenía miedo. Y no dudaba de sus propias palabras. Estaba ahí para enfrentar al hermano y padre de su pareja y demostrar lo digno que es de recibir algo tan bello como es el amor de Ángel. Y parte de su orgullo también necesitaba la aprobación de la familia de su pareja.

Ante las palabras tan seguras y la compostura que daba el Alpha de cabellos y ojos castaños, Henrion sonrió por escuchar algo que por fin alegrará sus oídos. Sabía que matar a Alastor o dañarlo sería como dañar a su pequeño hijo debido a que ya están enlazados.
Aunque Mark tan sólo bufó asqueado. Y obviamente los más emocionados son Molly y Ángel, en especial esté último.

—De acuerdo. Me gustaría que si de ser posible, se venga a vivir acá, usted. Al menos la primera temporada luego que arregles sus cosas en tu ciudad. — añadió Henrion para indicar le con un ademán en la mano que podía volver a tomar asiento.

—Claro que sí.

Husk llegó para servir los vasos mientras que otros que tenían pinta de meseros servían la comida.

Alastor quería gritar pero se estaba controlando, ¡Había Jambalaya! Su comida favorita. Le gustaba tanto como la carne humana. Aunque también pudo divisar otros platillos que no conocía. No eran del país.

Al menos el almuerzo había sido más ameno.

X

Al paso de dos horas, la noche ya estaba entrando y varios de ahí estaban embriagados. Había cantidad grande de vino blanco y vino tinto rosado. El prefería al segundo.

Los únicos que estrictamente todavía no bebían de este tipo de alcohol son los mellizos. Aunque Molly asegura de que todas maneras que tampoco son sus favoritos. Ángel en cambio sólo siente gran curiosidad por probarlo. Y Alastor en cambio, sólo ingiere cantidades controladas.

La cosa se puso interesante cuando pusieron una canción por medio de un toca disco.

Al parecer a la mayoría si no es que a todos les encanta esa canción y se la saben. De hecho el también se la sabía pero rara vez la escucha en la radio.

—Oh vamos Alastor, ¡Canta con nosotros!— pidió Ángel apenas se enteró que si se sabía la letra, ya que lo descubrió tararear un poco al principio.

Henrion y Mark lo miraron impacientes. Ellos no bailaban pero si que cantaban a todo pulmón, en especial el padre que sentía bastante nostalgia por la letra y como es cantada.

Alastor después de pensarlo un poco se puso de pie y fue a bailar con Ángel ante la atenta mirada de su padre y hermano.

—Esta bien.— sonrió, de repente se sintió nervioso. Por lo menos la pronunciación le podría salir de maravilla. Ángel le dedicó una de sus más hermosas sonrisas. Y justo cuándo él comenzó a cantar, todos los demás guardaron silencio para comprobar si el Alpha se la sabía. Incluso parecía como si fuese algún himno nacional la canción para ellos.— O partigiano, portami via, O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao. O partigiano, portami via Ché mi sento di morir.

Le había tocado en ése momento un ritmo pausado pero perfecto e incluso la más emocionante según los Dust. Su interpretación fue perfecta y eso ánimo bastante el ambiente apenas vieron que el jefe estuvo de acuerdo en que siguieran.

—¡Oh Bella ciao Bella ciao Bella ciao ciao ciao!— le siguieron en coro el resto. Parecían más gritos que cantos como tal. Tanto la familia Dust, tanto los empleados y Husk que para ellos es parte de su familia seguían la letra.

Y así se pasaron cantando por lo menos media hora más, y de vez en cuando bebiendo entre ratos para que la garganta no se les sequé.

En medio de la fiesta— se supone que había sido una alegre comida o convivió pero parece ahora una fiesta—, aprovechando que Ángel estaba distraído bailando con su hermana, Henrion se pone de pie para llamar la atención de Alastor que miraba al Omega mientras comía una manzana del frutero que está en el centro de la mesa.

—Señor Alastor, tenga. — le entrega una pistola.

—¿Un arma?

—Nos gustaría ver su puntería, si no es alguna molestia.

Henrion llevó a Alastor detrás de un gran árbol no muy lejos de la mesa. Pero si en un punto ciego para los demás personas.

—Oh claro que no. Se que es normal que usted quiera que su hijo esté bien protegido, y que su Alpha por lo menos sepa utilizar el arma. — agregó encogido de hombros. Por lo menos podía des cifrar mejor las intenciones del padre de su prometido y había un poco de confianza en el aire. Aunque a él le iba mejor los rifles.

—Correcto.

Alastor miró a Mark en medio del árbol, entonces entendió cuál debía ser el objetivo. El Alpha mayor suspiró y lo apuntó hasta que después de unos segundos contados, jaló el gatillo.

Un disparo se escuchó por el lugar haciendo a las aves volar. Y no sólo llamó la atención de dichos animalitos.

—Creo que fallaste, Walker. — agregó con arrogancia el azabache, la bala le había rozado apenas el cuello. Aunque no iba a admitir en voz alta, que por un segundo había notado la mirada de cazador en el Alpha castaño.

—No falle. Sencillamente no me hubiese gustado dejar mal herido al hermano de mi pareja. — respondió sin más devolviéndole el arma a Henrion. No pasó mucho para que Ángel fuera hasta aquel roble mirándolos con preocupación.

Alastor le sonrió y ofreció su brazo para que el menor caminará con él.

—Como digas.— añadió Mark sin gracia. Luego miró a su padre el cuál parecía menos preocupado.

X

Alastor había accedido a pasar la noche en la gran casa, en la habitación de Ángel. Ya habían tenido intimidad, así que tampoco se les podía prohibir mucho. El Alpha todavía no podía creer que la comida resultará mucho mejor de lo que creyó. Esperaba por lo menos más gritos de parte del papá de Ángel.

Alastor debía levantarse a las seis de la mañana para regresar a su cabaña y empacar sus cosas. Ángel lo acompañaria pidiendo algún coche que su familia posee.

—¿Qué pasa cariño?— preguntó Alastor, aunque era algo evidente que le ocurría a Ángel.


—¿A qué hora pasa tu tren?

—Debo tomar el tren de las nueve de la mañana. Será un viaje largo pero tendré tiempo de desayunar.

—Sólo será un mes, ¿Verdad?— preguntó con ansiedad.

—Puedes enviarme una carta cada semana. Yo te responderé enseguida. Lo prometo. — le tomó de las manos para envolverlas con las suyas y besar sus nudillos. Podía notar la tristeza del Omega y lo único que quería es alzarle el ánimo.

Ángel se paró para ir a buscar algo entre sus cosas, dejando confundido al Alpha.

—Ten. — dijo cuando por fin lo encontró y le entregó un portaretrato.

—Oh Ángel, eres bellísimo. ¿Hacé cuanto la tienes?— sonrió de oreja a oreja apreciando el bonito obsequio.

Es una fotografía donde él posa en una fuente rodeado de flores. El Omega vestía un elegante y pomposo vestido con bastantes bordados. Es la primera vez que ve al rubio usando un vestido como tal, pero le parece tan precioso.

Aunque la fotografía sea en blanco y negro y todavía no pueda apreciar bien los vivos colores del chico, ya sean sus brillantes ojos azules, el rosado de sus labios o su precioso cabello rubio, con tener aquel momento capturado en una imagen es más que suficiente para Alastor. Quería recordar tanto la bonita cara de su pareja cuando esté en Nueva Orleans. 

—No más de un año seguro, es reciente. Me gustaría tomarme una fotografía contigo antes de que te vayas. ¿Si? Mi padre tiene una camara fotográfica. — sugirió bastante emocionado. Si bien no la sabía usar, ya vería como arreglárselas.

—Me parece bien. Sería lindo grabar un recuerdo de nosotros juntos. — agregó convencido dejando un beso en la mejilla de su pareja.

—¡Perfecto!

Alastor dejó el portaretrato en la mesita de noche para que mañana temprano al irse no se le olvidará llevárselo.

Poco después ya se encontraba durmiendo con Ángel cubierto por las grandes colchas que les brindan calor.

X

Todo ya estaba listo, ambos habían desayunado y bien vestidos. Ahora estaban en la estación del tren metiendo el equipaje del Alpha.

—¿Sabes que es lo mejor de estar enlazados?

—¿Qué significa que somos del otro? ¿Qué no habrá más celo? ¿Qué sólo el otro podrá distinguir mejor sú aroma?— mencionó el Alpha pensativo. Ángel negó divertido.

—Aparte. — hizo una ligera pausa intentando ignorar esa sensación de vacío que se iba a comenzar a formar. Le dolía que Alastor partiera por varios días, pero sabía que luego de dicho tiempo, regresaría y ya nada podría separarlos.—Y Es que sabes cómo se siente el otro, incluso por más lejos que esté. Sabes Alastor, puede parecerte gracioso o tonto pero yo sí creo en eso de los destinados. — lo miró con detenimiento, sus mejillas se enrojecieron y le dio un abrazo de oso al mayor el cuál fue correspondido.

—Yo no lo creía Ángel. — acarició los suaves cabellos dorados del chico.

—¿Pero...?

—Te conocí.— le tomó del mentón para que alzará la vista y se mirarán a los ojos. En el fondo se escuchó a un hombre diciendo que el tren iba a arrancar en cinco minutos. Junto a un silbido. — Y te amo como no tienes idea. No importa donde y cuando, siempre seremos tu y yo. Siempre estarás grabado en mi memoria.— unió si frente con la del menor quién se sentía tan dicho y enamorado.

—Alastor... Dios, parece cómo si fueras a la guerra. — se puso de puntitas para besarle la comisura de sus labios.

—Eso está lejos de la realidad. Espero tus cartas, terrón de azúcar. — agregó dando otro beso pero está vez en su pequeña nariz.

—Y yo un cerdito. — sonrió burlón.

—Ya veremos. Pero de todas maneras... Yo comprare las sortijas. Así que espero que tu papá por lo menos no haga esos gastos. Se supone el novio ósea yo, debe comprar el vestido y la sortija. — argumentó, no sabía de dónde iba a sacar tanto dinero para una digna sortija para su ángel, pero lo haría.

—Y la novia paga lo demás de la boda, lo sé, lo sé. — asintió. Y antes de que Alastor se apartará para tomar el tren, le dijo un último: —Te amo Alastor.

El mencionado le sonrió con amor y profundo cariño. Luego abordó el tren el cuál empezó a avanzar.

Pasaría un buen tiempo hasta que vuelvan a oírse. Hasta que se abracen y se llenen de besos. Hasta entonces, cada quién tiene la fotografía del otro y aún pueden seguir enviándose cartas.

Ángel se sentó en una banca cercana, viendo el humo del tren salir. Sacó de su chaleco color salmón una fotografía reciente dónde se aprecian ambos debajo de un roble, sonrientes. Alastor descansando su barbilla en uno de sus desnudos hombros y rodeando su vientre.

El Omega volteó la fotografía por puro instinto y se dió cuenta que decía algo con una bonita caligrafía.

"Todos hablan del amor verdadero, pero no lo que sufres para encontrarlo. Recuerda ésto Ángel, llorar no significa ser débil, significa que tus sentimientos son reales. No supe que era perder la cabeza hasta que te conocí. Y te amaré siempre. Diga lo que diga, haga lo que haga, sufra lo que sufra, duela lo que duela, pasé lo que pasé, sea como sea, de cerca o de lejos, siempre te amaré mi dulce y polvoriento ángel."

No evitó que una lágrima se le escapará por lo hermoso que fue aquello que leyó. Hasta que sintió que una paloma blanca se posó a un lado suyo sin hacerle daño a alguien.

—El amor es real, pequeña paloma. No puedo esperar a que pronto regresé. — agregó con una angelical risa al final.

La paloma se fue volando hacia la dirección del tren.


Palabras: 3,122
Fecha de publicación: sábado 29 de febrero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse:
Historia: "Polvo de Ángel"
Fandom: Hazbin Hotel
Nota del escritor:

¡Ufff, terminé de editar el capítulo!

Ahora, es probable que esté domingo también publiqué debido a que el capítulo está casi terminado y creo que si podré editarlo.

Los que han leído mis fanfics de Billdip ya sabrán que pedo con la paloma. Y no vayan a decir nada en los comentarios.
Los que no saben digamos que la paloma es como Stanley que hace cameos en sus propias películas.
Solo que la paloma no soy.

Ahora, como siempre yo trato de investigar. Las fotografías en esos años si existían pero eran a blanco y negro. Recuerden que estas fechas están ambientadas en una época machista. O por lo menos más que la actual.

El siguiente capítulo me emociona porque... Agh, estará bien bonito(?

La narración será diferente al inicio del capítulo. Ya verán porque, no se espanten xd.

Mi canción favorita es la de Bella ciao por si no se quedó entendido :v

Tengo grandes planes para Husk xd

¡Una última cosa! Creo que la historia tendrá en total 15 capítulos y no 13 como creí. Aparte del epílogo, obvio.

Hasta la próxima!
Dentro de poco Essencia también será actualizada :3

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