•Cuatro:

Alastor está tan frustrado, porque no se supone que pase un momento vergonzoso enfrente del Omega al cuál no quiere dañar.

Jamás le sucedió algo como un adelanto de su celo, al menos ya no a su edad. Siempre suelen ser los días que él tiene en mente que sucederán y le da tiempo para prepararse en pasar aquella asfixiante y dura etapa que dura veinticuatro horas completas.

Quería disculparse por arruinar tan bonito momento con el rubio menor, quién seguía pasmado en su mismo lugar procesando las palabras duras del castaño.

—Debes irte, te lo compensaré después Ángel.— dijo seguido de una larga bocanada de aire. Sonando ciertamente insistente.

—¿Te encerraras?— preguntó y antes que el Alpha tan siquiera pensará la respuesta, el Omega se apresuró a decir:— Prométeme que no te irás con alguien. Que no te acostarás con algún otro Omega.

El entre cejo fruncido y su mirada determinada le hizo comprender la determinación y seriedad del Omega. A pesar de estar en una situación peligrosa donde él como Alpha no podría resistirse a estar en un mismo espacio con muy poca lejanía, aún sigue ahí para asegurarse que no se acostase con alguien más. Porque de ser así le rompería su corazón.

Y él jamás se permitiría aquello, no con aquel joven rubio de pecas en sus mejillas. Hacerle daño de esa manera no sería algo propio de él. Por lo general, nunca ha tenido algo en contra de los Omegas. Los considera a veces la casta más "débil" y frágil, la que más tratan mal en ciertos aspectos y nacieron en una época donde les ofrece pocas oportunidades para el éxito propio.

Alastor es más sensible ahora; el olor de Ángel, de sus celos es muy fluyente y lo golpea duro en su rostro, y más abajo. Realmente odia esa parte de si, el echo de tener que entrar en una etapa como lo es su celo es fastidiosa. Casi no puede concentrarse en aclarar sus pensamientos al sentir como el calor se concentra en cierta parte de su anatomía humana.

Aquella que está caliente y dura.

—No lo haré.— dijo seriamente, tampoco pensaba en realidad irse a costar se con cualquier otro Omega y menos en una ciudad que no conoce bien. Pero si de algo estaba seguro es que iba a cumplir su palabra.— Por favor, ¿Podrías dejarme solo y regresar pasado mañana?—  lo tomó de sus hombros y lo llevo hasta la puerta. La oleada de calor se hacía más intensa con cada minuto que pasaba, en una misma habitación con aquel Omega más joven que él.

La mirada no tan desapercibida del Dust hacía su entrepierna le comenzó a excitar, él no disimula su interés en él estando de esa manera. ¿Por qué se hacía el difícil?

—P-Podría ayudarte sabes.— se atrevió a decir con un medio rubor en sus mejillas.

—No estarás hablando enserio, Ángel. — realmente perdía la paciencia, y no quería usar su voz para hacer que el Omega se marchara. No quería ser más duro con él.— Si te quedas aquí, voy a tomarte y no me voy a detener por más que llores, me supliques o grites. — comenzó a decir, su voz grave hizo eco en la cabeza del Omega, quién trago duro. Estaba nervioso, pero no le temía.— ¿Sabes lo que te haré?

Una de sus manos fue hasta la mejilla del rubio, su pulgar acarició sus labios que están semi abiertos. Ángel parece saber en lo que se metía, por algo lo seguía provocando. ¿Acaso no comprendía lo grave del asunto y las posibles consecuencias?

Es muy pronto para subir el siguiente escalón de la supuesta relación que están formados apenas. Por Dios, apenas se estaban conociendo el uno al otro, bailaron y han ido de compras juntos. Sin mencionar que Ángel diariamente ha ido a desayunar hasta su casa. Pero las cosas no debían arruinarse o acelerarse sólo por culpa de su celo. Aunque el locutor de radio seguirá pensando que el pequeño Omega tan sólo sentía una profunda admiración por él y la confundía con sentimientos amorosos.

Y aunque en cierta manera las "intenciones" del Omega podrían ser buenas, se iba a sentir culpable consigo mismo si follaba con Ángel sólo por andar de caliente. Quizás no ahora, pero mucho después sí. Además está seguro que muy en el fondo, Ángel todavía no quiere eso, por más que ande insistiendo. Es muy joven, quizás inocente y virgen.

Sobre todo virgen.

Es pronto, solo eso.

—Me gustaría que lo hicieras.— le sonrió de medio lado con picardía,  mordiéndose levemente su labio inferior. Alastor no pudo no pensar en devorar aquellos carnosos labios del Omega.

—No es el momento, cariño.— le sonrió con malicia, con su otra mano apretó una de sus nalgas con fuerza para que sintiese su piel ardiendo a través de la tela que le impide tocar su desnudo cuerpo.

—Por lo menos déjame darte algo antes de irme de aquí.— pidió casi suplicante. El castaño no tuvo que pensar, sólo habló.

—Hazlo y sal rápido.— dijo en forma que casi sonó a una orden, dejándolo libre de su pequeño agarre. Sin tener la menor idea de que más podría darle.

Ángel asintió y pidió que se volteara, y que podría volver a volteara cuando ya se fuera. El Alpha siguió la indicación, y pasaron dos minutos en silencio hasta que escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse.

Se volteó para mirar incrédulo lo que dejó en el suelo. Se agachó para tomarlo y cerró la puerta con seguro. Su pantalón comenzó a ser muy molestoso.

De inmediato, fue a su habitación y se encerró también. No sin antes parar el toca disco para que la música se acabará.

—Oh Ángel, que atrevido eres.— se dijo para si mismo liberando su hombría y olfateando aquella prendía íntima que el Omega posee y amablemente dejó en el suelo antes de marcharse.

Su estimulación a su pene reaccionó adecuadamente ante el provocativo aroma que desprende dicha prenda interior. Imaginar que las partes más exquisitas del chico rozan en esa zona le prende más. Incluso podía oler si olfateaba más fuerte, una pizca del lubricante natural del Omega. De tan sólo pensar que Ángel se excito por la situación y atmósfera hasta el punto de comenzar a producir dicho líquido le enciende todavía más. Y que seguramente estará caminando de regreso a casa sin ropa interior. Realmente le hubiese encantado sentir el lubricante mojando toda su polla apenas está entrará.

Sus dientes parecieron picarle por unos momentos, mientras que su sagrada imaginación le ayudaba ante la caliente situación.

Su mano fue aumentado el ritmo con cada minuto que avanzaba, maldiciendo en voz alta. Masturbarse no podría ser suficiente, y comenzó a arrepentirse de no haber dejado que el Omega se quedará un poco, solo un poco más.

Aunque la realidad es que no lo hubiese dejado quedarse una o dos horas.  Lo hubiese tenido encerrado hasta que su celo terminase, o más tiempo. Le hubiese echo tantas cosas en aquella piel de un tinte durazno o más clara. Imaginar más de ese lubricante natural escurrirse, deslizarse por sus piernas hubiese sido tan erótico y perfecto.

Ahora podía pensar todas esas cosas, pero aún así sabía que es mejor que el Dust estuviese lo más lejos posible de él.

X

Apenas llegó a casa y saludando a paso rápido a su padre quién estaba borracho y recostado en el suelo junto a otros amigos y compañeros de trabajo, fue hasta su habitación pidiéndole a su gemela de favor que lo dejará sólo porque debía entender un asunto urgente y privado. Por no decir también discreto.

Tan privado que Molly no podía estar ahí. Ella ha sido su gran confidente sobre su "secreto amorío" que tiene con alguien mucho mayor que él. Le había contado tan sólo poco de aquel Alpha que robó su atención, y siente que cada día más que pasa hará lo mismo con su corazón por completo. Caerá en una red de telaraña donde con suerte, las cosas saldrán bien para él, para los dos.

No tardó mucho para comenzar a desvestirse y taparse con las sábanas. Tal como sospecho, su entrada comenzó a lubricar y su pene está semi erecto. Es increíble que haya resistido tanto hasta llegar a su casa, aunque tuvo que tomar un taxi de por medio.

Imaginar que ahora muy posible Alastor esté masturbándose con su ropa interior le avergüenza, ¿En qué demonios pensó cuando hizo eso? Fue tan repentino y extraño. Y aún así, deseó por completo que haya servido su ayuda.

Aún así, deseó haberle echo compañía al Alpha de profundos ojos color chocolate. Recordar la sensación de sus brazos en su cintura mientras bailaban, o el apretón que le dio a uno de sus muslos, como su mano encajaba perfectamente en ese pedazo de piel, le dará un orgasmo y es lo que quiere. Y también le desea uno a Alastor.

Sueña tanto con aquel hombre, con el que piensa que esconde tantas cosas y le teme a algo. Todavía no sabe si es a enamorarse, al futuro incierto, algo de su pasado o quizás otra cosa diferente. Pero Ángel no se rendirá hasta ser merecedor de estar a su lado.

X

Alastor jamás se considero un hombre que se metía en los asuntos de los demás, a menos que fuese de su total conveniencia y entretenimiento. Curioso es algo que de vez en cuando podría ser parte de él.

Pero jamás se había inquietado por algo. No que recordase. Ni por estar cerca de que lo descubrieran quemando un cuerpo o sus tendencias hacia cierto tipo de carne en especial.

Fue de repente toda la situación, en realidad. Había salido de casa, en camino al banco más cercano para sacar algo de dinero e ir al bar que Dust le recomendó la otra vez. Mucho antes de que pasara lo de su celo que llegó justo en su cumpleaños número treinta.

Ya habían pasado cinco días desde que el rubio de ojos azules no lo visita en las mañanas para hacerle compañía y conversar como suele ser. Lo cuál le resulta raro conociendo al chico y que esté debería saber que su celo sólo dura un día. Cómo no sabía su dirección no podía enviarle una carta, así que había decidido esperar.

Lo que si sabía, es el nombre del bar y la dirección de esté donde trabaja el Omega, ya que esté mismo se lo había dicho una vez.

Lo que le causó curiosidad, y lo hacía sentir un poco intrigado fue reconocer aquellos sujetos que la otra vez estuvieron a punto de hacerle algo malo a Ángel en un callejón. Donde le encontró literalmente drogado.

Y ahora que seriamente lo pensaba, ¿Por qué mierda se drogó? ¿Lo sigue haciendo? ¿Su hermana lo sabrá? ¿Por qué antes nunca le preguntó?

Había olvidado por completo aquello, pero ahora se aseguraría de hablar con el rubio de ese tema si o sí. Aunque no estaba del todo seguro si hacerlo en su trabajo donde su familia también está. Por lo que recuerda es un negocio "familiar".

Suspiró, mirando el gran letrero de madera, donde tenía escrito con pintura: "The Blue Bar".

—Es increíble que enserio te extrañe, mi ángel.— se dijo para si mismo mientras entraba el bar, el cuál para su suerte no se encontraba tan lleno. O por lo menos consiguió lugar rápidamente cerca de la barra. Donde un solo hombre atiende la barra al parecer.

O eso creyó.

—Disculpe, ¿Piensa tomar algo?— le preguntó lo que de inmediato supo por una corazonada, debe ser la famosa Molly.


Palabras: 1,946
Fecha de publicación: Martes 14 de enero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Hazbin Hotel
Au: Omegaverse - Human
Historia: "Polvo de Ángel"
Nota del escritor:

¡No pensaba publicar hoy, pero aquí me tienen! Y tengo escuela más tarde. Ese café de la otra vez si que me inspiró ya que adelante mucho de esté capítulo y por eso está noche puede continuarlo y terminarlo más fácil. Iba actaulizar hasta el jueves por lo menos.

Ya saben, las imágenes no me pertenecen y sinceramente a estas alturas y como las tengo guardada desde hace días o semanas se me olvidan los nombres de su autor. Pero todas están en Twitter o Tumblr. Más la primera.

Cosas curiosas:

•El bar lo iba a llamar "Polvo de Ángel", pero nop :v puede que en el último capítulo o penúltimo se revele porque la historia se llama Polvo de Ángel y no quería que lo confundieran con el nombre del bar. Y no, no sólo es por la droga.

•The Blue Bar si existe en Nueva York, lo que si no se es si estaba en la época de los 30.

•Iba a poner bragas con encaje en la ropa interior de Ángel, pero nuevamente me puse a investigar y me acordé que en esa época todavía no existía ese tipo de ropa interior provocativa.

Respecto al hard, no mamen está historia no es como la otra de "Bittersweet" que al primer capítulo llovieron vergazos, aquí quiero todo más despacito y dulce. Pero esto no quiere decir no habrá hard pronto. Aún no estoy seguro en qué capítulo exactamente, pero quiero hacerlo en el celo de Ángel.

Ahora "Spam".

En unas horas (aquí en México será como a las diez u once de la mañana) pienso actualizar mi historia "Essencia" de Helluva Boss. La gay esa. Si la terminó antes de que me dé sueño o se descargue mi celular pues la actualizó en cuarenta minutos.

No sean gays, si no la han leído vayan ahora mismo >:v

Hasta la próxima actualización!

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