2 días después.

La operación había sido un éxito, lograron sacar aquel fierro sin ningún tipo de complicaciones. Y, quizás en 2 semanas podrían darle el alta a Miriam.

La joven de cabello negro, estaba en su hogar respirando tranquilamente, si no hubiera sido interrumpida por unos golpes en su puerta.
Se acercó a ver, era Matthew.

-¡Matthew! Qué sorpresa, ¿en que puedo ayudarte?.

El joven de ojos miel se rasco la nuca un poco nervioso, mientras frente a el le indicaba a Adeline un ramo de tulipanes rosados y blancos, y la miraba un poco avergonzado por estar frente aquella joven cautivadora.

-Quise invitarte a salir, ¿puedes hacerme el honor?.

-¡Lo haria! Pero ahora no es el momento. Quizás pueda ir el sábado, ¿te parece?

Un rechazo sutil para aquella propuesta, el joven se avergüenzo un poco. Pero al darse cuenta lo último sonrió un poco para sólo entregarle el ramo de tulipanes.

Se despidió del chico cerrando la puerta suavemente, para poner los tulipanes en un jarrón haciendo juego con la sala de su hogar.

-Esas son unos lindos Tulipanes.

Habló con sigo misma, mientras se dirigía al comedor por un vaso de agua, tapándose con la caja abierta.
Su corazón se paralizó un momento para luego latir rápido.

La tomó en sus manos, mientras veía el interior de esta, encontrándose con una nota pequeña.

"¡¿Dónde esta Alisson?!"

Al leerla, se empezaron a escuchar lamentos y lloriqueos de niños, mientras repetían una y otra vez el nombre de su madre; Alisson.

-Prometiste estar conmigo toda la vida.

Se escuchó como una voz, diferente a de los niños, mientras hablaba hacia varias pausas.

-¡Tú me la quitaste!

Una extraña sombra se acercó a ella, agarrandola del cuello, contándole la respiración, haciendo su vista más pesada hasta finalmente caer rendida ante la fuerza del ser.

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