Decirto II
Jin siguió caminando con cautela asegurándose de que lo que estaba viendo era real, pero rápidamente su rostro padeció al ver a Namjoon completamente lastimado, recostado en el tronco viejo que contenía la sustancia viscosa. Jin corrió hasta donde se encontraba Namjoon, para luego empezar a mirarlo con sorpresa y angustia mientras trataba de despertarlo con suaves golpes en su rostro. Su pulso era suave, sus heridas tenían un aspecto terrible, dando a entender que llevaban ahí largo tiempo, entre Jin más lo miraba, su preocupación más crecía, pues la persona que tanto amaba, yacía casi muerto en aquel tronco viejo.
—¡Jin! ¿Qué tanto haces? —gritó J-hope sintiendo como la arena movediza empezaba a tragarlo nuevamente.
—¡Encontré a Namjoon! —exclamó Jin con su voz rota.
—¿Qué? ¿Cómo está? —preguntó J-hope angustiado.
Jin decidió no contestar aquella pregunta, si lo desesperaba más, solo lograría que aquella maldita arena lo tragara más rápido, así que solo dejo a Namjoon allí por un momento, mientras seguía tratando de prender el fuego que necesitaba, por suerte, aquella sustancia viscosa prendió fácilmente con las endebles chispas de las piedras. Jin rápido corrió hasta donde se encontraba J-hope, haciendo que los dinosaurios huyeran sintiendo el fuerte calor que causaba el fuego.
Una vez que Jin llegó, tomó una rama para que J-hope la jalara y poder salir de allí, gracias a la suerte de Jin, J-hope pudo salir sin ningún problema y pudieron ir junto a Namjoon, quién aún se encontraba inconsciente, con su rostro levemente fruncido, como si a la hora de desmayarse, lo última que hubiera sentido, hubiera sido el dolor de sus heridas. Rápidamente Jin y J-hope lo cargaron hasta lo que parecía una lugar seguro, pues a lo lejos, podían ver una gran selva con una casa en un árbol.
—¿Crees que realmente sea seguro? —cuestionó J-hope sosteniendo los brazos de Namjoon.
—Es eso o quedarnos aquí con esos animales. —respondió Jin tomando con más fuerza los pies de Namjoon.
Ambos siguieron caminando hacia llegar al árbol, donde con dificultad subieron el cuerpo de Namjoon hasta llegar a la casa, pero una vez que estuvieron allí, dentro de lo que parecía una cama, había algo que se movía con cautela, como si supera que ellos habían llegado al lugar. Rápidamente Jin encendió un pequeño trozo de tela para defenderse y se dirigió hacia la cama donde quitó la tela que cubría lo que fuera que hubiera allí. Una vez que la quitó, Yoongi se levantó sacando un palo afilado que el mismo había creado, llegando hasta el cuello de Jin.
El cabello de Yoongi estaba algo despeina, algunos mechones de su negro cabello se encontraban tapando su rostro, su piel blanca como la nieve estaba expuesta hacia los ojos de los demás y su rostro serio poco a poco empezaba a relajarse al ver que no era un dinosaurio más, si no que tan solo eran sus amigos. Jin también se alegró al ver a Yoongi y a Jimin durmiendo plácidamente, apagó la antorcha que había creado y sonrió forzosamente.
—Esto sería un encuentro feliz si tan solo Namjoon no se encontrara en esas condiciones. —musitó Jin acariciando el rostro de Namjoon.
—Saldré por una ramas que seguro ayudarán con sus heridas. —informó tomando su ropa para vestirse y salir.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó J-hope.
—No lo sé. —suspiró Yoongi.
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