Especial de Navidad 1/2
Mentiría si dijese que esos ojos verdes no lo habían conquistado en tan solo segundos. Había quedado embobado, de eso se dio cuenta cuando chocó con seis personas por andar en las nubes. Solo charló con ella menos de cinco minutos pero fueron suficientes para saber que le gustaría verla de nuevo, le había encantado su alegre carácter.
Todos sus compañeros se dieron cuenta de que algo le había pasado en su viaje a la enfermería ya que había vuelto más alegre de lo normal ¿Pero cómo no estarlo? Sentía que había encontrado a "esa chica" de la que tanto le había hablado su padre.
Esa chica que lo haría sentirse completo.
En los días que le siguieron al festival deportivo, pensó que sería una excelente idea fingir que pasaba "casualmente" por donde estaba la castaña y se saludarían y posteriormente se pondrían a hablar, pero ni bien se acercó hacía donde estaba su florecita se puso más nervioso que estudiante en un examen final por lo que terminó huyendo del lugar.
Y esa no fue la única vez que trató acercarse a la ojiverde, lo hizo un sin de veces pero en todas ellas terminaba atravesando el piso o salía corriendo y si por obra de dios se encontraba con ella en los pasillos, cuando abría la boca para saludarla solo le salían palabras incoherentes.
Por lo que lo único que le quedó hacer fue observarla de lejos como si fuese un vulgar acosador.
A días de comenzar los entrenamientos con los chicos de primer y segundo año, se encaminó junto con sus dos mejores amigos rumbo a la cafetería; ordenó todo lo que comería ese día y, una vez que lo Pagoda, se fue a sentar en una de las mesas junto con sus compañeros y amigos. Como era de esperarse, Divisó a la ojiverde a lo lejos y no pudo evitar sonreír bobamente mientras abría la caja de jugo y comenzaba a beber el liquido de la misma.
En cierto momento una de las que parecía ser amiga de Mei se dio cuenta de que sus miradas hacía la joven, por lo que le susurró algo al oído a su ángel quien rápidamente fijó su vista sobre su persona provocando que apretara la caja del jugo con más fuerza de la necesaria y terminará explotándole en la cara.
Como era de esperarse, las amigas de Mei e incluso sus propios amigos comenzaron a reírse de su pequeño accidente.
—Ya Mirio-san, ¿Por qué solo no le hablas? —Le preguntó la peliceleste mientras le entregaba un pañuelo—. No creo que esa chica muerda.
—Juro que lo he intentado miles de veces pero no puedo, cuando estoy cerca de ella me pongo muy nervioso —Le explicó para luego soltar un pesado suspiro—. No entiendo que me está pasando.
—Yo sé que te sucede —El ojiazul miró a su amiga con interés—. Estas enamorado.
— ¿Tu crees? Quiero decir, solo le hablé una vez ¿Es suficiente para que me enamore?
—Q-Quizás Nejire-chan tiene razón —Se atrevió a decir Tamaki—. Andas muy distraído, sonríes más de lo normal...y siempre la miras, incluso cuando está entrenando. Me asombra que no se haya percatado de tu presencia.
—Supongo que debe ser algo distraída —Murmuró el rubio para luego regresar su mirada hacía la ojiverde, sonriendo suavemente—...me gusta eso.
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Haber pasado todo ese día junto a Mei había sido más de lo que se podría haber imaginado ni en sus sueños mas locos; en no menos de siete horas se habían contado prácticamente toda su vida, desde que tipo de películas les gustaban hasta cual había sido el momento mas vergonzoso que habían vivido, ninguno se sentía incómodo para poder hablar de esas cosas. Durante las horas que habían pasado hablando, Mirio se tomó el tiempo de detallar cada una de las facciones de la menor, porque ya había descubierto que era menor de él, y hubo una que le llamó la atención.
Mei estaba llena de lunares y pecas.
La mayor parte de sus hombros y pecho estaban adornados con esos pequeños puntitos oscuros que la hacían ver mas bonita, o eso era lo que pensaba el mayor mientras recorría aquella zona sin pudor alguno. Así que, mientras la ojiverde le contaba animadamente la vez que habían luchado contra varios villanos y habían salido victoriosos el mayor contaba mentalmente cada peca y lunar con la cara mas tierna del mundo.
Si, definitivamente estaba enamorado.
Después de comer algo, estuvieron varias horas en una de las salas de entrenamiento "entrenando", lo cual consistía en luchar cinco minutos y ponerse a charlar los siguientes veinte. Al final terminaron separándose porqué debían irse a distintas partes de la ciudad para intentar atrapar a dichoso asesino de héroes. Ambos se despidieron con la idea de que se volverían a ver en un par de horas.
O eso creyó él.
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—Bien, creo que aquí ya no queda más que hacer —Comentó Sir Nighteye para luego mirar a su estudiante—. Trataré de comunicarme con Warlock para ver que sucedió con ellos.
Mirio asintió firmemente para luego sacar su teléfono de uno de los bolsillos del traje y marcó el número de la castaña rápidamente, estaba ansioso por oír su voz diciéndole que estaba bien. Sin embargo le llamó la atención que lo mandara directamente al buzón de voz. Intentó llamarlas varias veces, ya con un poco de nerviosismo, hasta que sintió que su jefe le ponía una mano sobre el hombro.
—Tu princesa fue atacada por el asesino de héroes —La sangre se le congeló al ojiazul mientras un escalofrío le recorría toda la espina dorsal—. La están trasladando al hospital de Hosu junto con los demás jóvenes, está muy grave.
Mirio soltó su teléfono, el cual cayó contra la fría calle, para luego dar unos pasos hacía atrás. Sintió que todo a su alrededor se paraba al tiempo que un escalofrío le recorría todo el cuerpo; la respiración se le cortó por varios segundos mientras negaba casi por inercia, no podía creer que su ángel estuviese tan mal...no quería aceptarlo.
Después de dejar todo en orden, partieron rumbo al hospital en donde fueron recibidos por varios agentes de la policía y otros héroes profesionales. Fueron llevados a la sala de espera donde fueron revisados por varias enfermeras al tiempo que Endeavor les contaba que era lo que había sucedido, sin embargo Mirio solo podía pensar por lo que debía estar pasando Mei dentro de ese quirófano. Si tan solo se hubiese ido con ella, quizás todo sería diferente.
De pronto, un doctor salió del quirófano provocando que se levantaran una mujer de rubia cabellera seguida por otra de mayor edad, quienes se acercaron rápidamente.
—La jovencita sobrevivió a la cirugía —Explicó el hombre a lo que las dos mujeres y el rubio soltaron un suspiro de alivio—. Sin embargo ha perdido demasiada sangre y necesitamos de donaciones de personas que sean 0 positivo.
— ¡Yo soy 0 positivo, donaré todo lo que sea necesario! —Exclamó el ojiazul mientras se levantaba rápidamente de su asiento.
Todos los presentes lo miraron fijamente para luego sonreír, sobre todo las dos mujeres presentes.
—Le agradecemos su intención joven, pero solo puede donar hasta dos litros de sangre —Le informó el doctor para luego sonreír—. Por favor, vaya con la enfermera, ella se encargará de todo. Los demás que quieran donar esperen a que los llamen.
El joven se apresuró a seguir a la mujer, quien lo llevó hasta un cuarto donde tenía todos los elementos necesarios para realizarle la extracción.
—Joven, le voy a pedir que se levante la manga del traje por favor —Le pidió la mujer mientras preparaba la aguja y el tuvo.
El mayor chasqueó la lengua para luego sacarse la parte superior del traje lentamente. Vergüenza de exponerse de esa forma no tenia, la había perdido con los años, pero tenía un sentimiento raro de desnudarse frente a alguien que no fuese la dueña de sus fantasías. Una rara y nueva forma de demostrar lealtad.
Cuando la enfermera se dio vuelta para empezar con la extracción, pegó un pequeño saltito por la sorpresa de ver a ese chico semidesnudo ante ella; las mejillas de la joven se tornaron algo rojas pero de todas formas se acercó a la camilla en la que estaba sentada Mirio, le sujetó el brazo con cierta timidez y empezó con el procedimiento.
— ¿Es su novia?
— ¿Disculpe? —Le preguntó el rubio sin entender.
—La joven, la que entró al quirófano —Lo miró fijamente—. ¿Es su novia?
—Me temo que no, señorita —Le contestó el chico mientras abrís y cerraba la mano para evitar que esta se le adormeciera—. Pero me encantaría que lo fuese.
—Se ve que la quiere mucho.
—Si... —Susurró para luego sonreír bobamente—, la adoro demasiado.
Después de terminar el proceso de extracción se puso nuevamente el traje, recibió el paquete de galletas y jugo de la enfermera y salió del lugar muy lentamente, se sentía algo mareado. Ni bien terminó salir del cuarto se encontró de frente con las dos mujeres que estaban en la sala de espera.
—Gracias por donar, cielo —Le agradeció la más grande de las dos con ternura—. Estoy segura que mi nieta te estará agradecido como lo estamos nosotras.
—De nada señoras —El rubio hizo una pequeña reverencia y pestañeó varias veces—. Haría lo que sea con tal de ver a Mei-chan mejor...incluso sería capaz de cambiar de lugares. Ella no merece estar pasando por esto.
—Eres un buen chico, te prometo que cuando hija despierte la podrás ver —Le aseguró la rubia—, porqué se va a despertar...estoy segura.
—Por supuesto que lo hará, su hija es muy fuerte —Les sonrió amablemente para luego regresar a la sala de espera, donde se sentó junto a Sir Nighteye y el padre de Mei, Daisuke.
Con el paso de la horas, Mirio terminó durmiéndose profundamente de la manera más incomoda posible en aquella sala; el padre de la castaña le propuso que se fuera a recostar en la habitación en la que había sido colocado pero el menor se rehusó a abandonar el lugar, tenía el miedo de que Mei empeorara mientras el estaba en otra parte.
Sin embargo, fue despertado como a las 7:30 de la mañana por la enfermera que lo había atendido. Curiosamente estaba eufórica.
— ¡Despiértate, chico! —Le dijo mientras le pegaba pequeñas palmadas en el hombro.
— ¿Qué hora es? ¿Qué paso? ¿Le pasó algo a Mei? —Le preguntó con desesperación mientras se levantaba de su asiento.
—Ya recuperó la consciencia, está mejorando favorablemente —El ojiazul esbozó una gigantesca sonrisa, sintiéndose extremadamente feliz—. La madre de la joven pregunta si desea verla, se encuentran en la habitación 503.
— ¡P-Por supuesto! Dígale que iré en unos momentos —La mujer hizo una reverencia y salió del lugar rápidamente.
Mirio no pudo evitar pegar un salto de la emoción y salir corriendo rumbo a la habitación donde se encontraba la castaña. Durante el trayecto, se encontró con una pequeña tienda de regalos a la cual decidió entrar rápidamente para ver que podría comprarle a la menor, seguramente flores y chocolates serían la mejor manera de alegrarle el día. Caminó por el interior de la pequeña tienda hasta que se encontró con varios ramos de flores de diferentes colores, de entre los cuales le pareció más bonitas la rosas...le recordaban al color de las mejillas de Mei cuando esta se sonrojaba.
Tomó el ramo de rosas, agarró los osos de peluches más tiernos que había encontrado y una pequeña caja de chocolates con almendras, que eran los favoritos de la menor, y pagó todo. Salió de la tienda con una sonrisa de bobo enamorado y con las manos llenas de regalos rumbo a la habitación de la joven. Varias enfermeras y pacientes lo vieron con ternura y diversión por todo lo que llevaba en sus brazos.
Parecía el chico más enamorado del mundo.
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Cuando llegó a su casa luego de haber tenido ese espectacular día en la academia, solo pudo tirarse a la cama y soltar una suspiro bastante atolondrado. Haber tenido la oportunidad de volver a besar los dulces y suaves labios de la castaña, que fueron más de dos veces, se había sentido como lo mejor del mundo. Finalmente había podido recorrer el pequeño cuerpo de la menor con sus brazos, por supuesto sin llegar a ser demasiado osado, no quería asustarla ni nada por el estilo.
Sin embargo, cada día le costaba más mantenerse sereno frente a la ojiverde sin el deseo mal sano de comérsela a besos; durante las semanas en las que pudo relacionarse de manera más estrecha con la menor se dio cuenta de que tenía un fetiche, amaba la piel blanca...la consideraba demasiado perfecta para dejar marcas
Se mordió el labio inferior para luego dar vueltas sobre la cama, hasta que en uno de los giros sintió cierta "molestia" en los pantalones. Se sentó en la cama y al darse cuenta de que tipo de molestia era soltó un suspiró para luego fruncir el ceño. Se levantó de su cama, agarró ropa limpia y una toalla y se metió la baño.
Odiaba ser un maldito masturbador hormonal.
Media hora después salió del baño más relajado y con ropa más holgada; se dispuso a recostarse en su cama y agarró el control de su televisor cuando sus mejores amigos entraron a la habitación abruptamente.
— ¿Ya terminaste de masturbarte? —Le preguntó la peliceleste causando que el rostro del rubio se tornara rubio.
— ¿Podrías bajar la voz? —Se levantó de la cama y cerró la puerta rápidamente—. No creo que mi papá y TODO el edificio quiera saber de mis...pecaminosas actividades. Y si, ya terminé.
—Muy bien, entonces cuéntanos que sucedió hoy —Le pidió mientras se sentaba en una de las sillas junto a su novio—. Después de que hablaste con esa niña bonita no estuviste con nosotros...ni con nadie en realidad.
—Yo...la volví a besar.
— ¡Oh, me alegra escuchar eso! —La joven aplaudió varias veces con emoción— ¿Cómo te sentiste? ¿Qué tal fue?
—N-Nejire-chan, no le hagas preguntas tan intimas —Le pidió el pelinegro con cierta vergüenza.
—No te preocupes Tamaki-kun, no me molesta en lo absoluto —Mirio sonrió dulcemente para luego suspira—. No sé ni como explicar lo que sentí, fue extremadamente satisfactorio volver a besarla y más cuando ella me correspondió...pero...
—Siempre hay un maldito pero —Bufó la ojiceleste con molestia— ¿Qué no todo puede salir bien a la primera?
—No todos tenemos su suerte —Murmuró el rubio con cierta melancolía—. Pasa que Mei no solo gusta de mi, sino que también hay otro chico del que gusta...un compañero suyo.
—Oh...eso es malo, pero en mi experiencia si te gusta alguien y de pronto alguien mas te gusta también quédate con el segundo —Los dos jóvenes la miraron sin comprender mucho—, porque si realmente quisieses al primero no te habrías enamorado del segundo.
—Pero no le puedo decir eso, sería meterle más presión de la que ya siente...sería como decirle indirectamente que me elija a mi —Le explicó para luego rascarse la nuca—. Sabes, le dije que no importaba si me elegía a él o a mi, yo siempre estaría cuando me necesitara...pero no sé si seré capaz de soportar verla con otra persona que no sea yo, no sin morirme un poquito por dentro.
— ¿Crees que ella te elija a ti? —Le preguntó el pelinegro.
—Conocí al otro chico en cuestión y solo te puedo responder con otra pregunta —Sonrió con cierta tristeza— ¿Por qué me elegiría a mi si lo tiene a él? Yo soy muy poca cosa para ella, jamás estaré a la altura de lo que se merece o de su familia.
—Tú no eres poca cosa, Mirio Togata —Le dijo Nejire con seriedad—. Eres la persona más amable y carismática que conozco, no solo eres bonito por dentro sino que también lo eres por fuera. Quiero decir, mira esos malditos bíceps...y tríceps...ese tercero duro como dos cocos... ¡No me digas que no eres lindo porqué te romperé la cara!
— ¿Cómo sabes que tiene el trasero como dos cocos? —Le preguntó Tamaki con curiosidad- ¿Acaso nos espiaste en los cambiadores?
—No necesito espiarlos para darme cuenta de esos detalles —Le dijo la joven con diversión-. Además él no es el único dotado en esos sentidos.
—Chicos...hoy no estoy de humor como para escuchar sus conversaciones subidas de tono —Se recostó nuevamente sobre la cama.
—Lo sentimos ¿Qué harás ahora?
—Esperar, Mei me pidió un tiempo para pensar bien a quien elegirá —Soltó un suspiro y cerró los ojo—. Solo espero no sufrir tanto con su elección.
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—Mirio, ¿Te gustaría ser algo más que mi amigo? —Le preguntó le castaña mientras entrelazaba sus manos con las del rubio.
El nombrado abrió los ojos con sorpresa, sintiendo como su corazón se detenía al tiempo que empezaba a temblar como gelatina. Poco a poco una sonrisa se formó en su rostro una enorme sonrisa para luego estrechar a la castaña entre sus brazos.
— ¡No te puedes dar una idea de lo feliz que me yace escuchar eso! —Le besó ambas manos— ¡Te prometo que trataré de ser el mejor novio de todos! ¡Trataré lo más feliz que pueda y apoyarte en todo lo que necesites!
Mei le saltó encima para darle un efusivo abrazo, Mirio correspondió aquel gesto y comenzó a girar suavemente. Se sentía excepcionalmente feliz, su larga y desesperante espera por fin había dado frutos y jamás desaprovecharía semejante oportunidad que se le había presentado. Haría todo lo posible para hacer feliz a su pequeño ángel de ojos verdes como sabía que ella también haría lo mismo.
Esa noche se la pasó bailando con la castaña, llenándola de besos y abrazos, los cuales eran devueltos con las misma intensidad y ternura. De no ser porque todos estaban enloquecidos con la música y el baile ya se habrían dado cuenta de lo que estaba pasando entre ellos dos. Por suerte...tenían demasiada suerte.
La felicidad de la nueva pareja siguió hasta el día siguiente cuando se reunieron para una cita romántica con todo incluido; cine de terror, comida de a montones y pequeños besos de vez en cuando. Tanto Mirio como Mei estaban encantados con la manera que estaba sucediendo todo, trataban de llevar la situación de la manera pero al final sus hormonas les terminaban jugando una mala pasada por lo que terminaban pegamos como dos garrapatas. Después de todo...eran unos adolecentes.
Al final de aquella maravillosa cita, el ojiazul regresó a su casa, se encerró en su habitación y se tiró a la cama para luego rodar en la misma. Estaba completamente feliz que nada que le pasase a partir de ese día podría entristecerlo. De pronto volvió a sentir la misma maldita molestia en sus pantalones por lo que soltó un suspiro cansado y se levantó rápidamente de la cama rumbo al baño.
Esperaba que esas cosas pararan en algún momento.
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¿Les gustó el cap de hoy?
7u7
Hola gentecita bella! Como stan?
Espero que hayan pasado una linda Navidad y un prospero recalantado del 25 jajajajaajjaa
Perdon por haber tardado tanto, pero este especial me costó un chorro pero bueh, aca estamos jajajajajajja
Traté de hacerlo lo más tierno y romántico posible. Espero que se haya sentido eso :3
Pd: aprobé el final que tenía que rendir 7u7
En fin, si les gustó dejen estrellita y comenen, se los agradecería de corazón.
Nos vemos en el otro especial y....
Ustedes como creen que se vería el hijo del Meirio? 7u7
Les tengo regalito we
Bye Bye
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