VEINTIDÓS

¿Quién se veía bien a las ocho de la mañana? Pues...yo definitivamente no, y Jin como buen amigo me lo restregaba una y otra vez. Él no tenía sentimientos algunos, o al menos pensaba en el de los demás superficialmente. Porque sabía porque mi cara estaba toda hinchada, mis ojos estaban rojos como si hubiese consumido pura marihuana y tenía unas ojeras como si no hubiese dormido en semanas. Era un retrato que Jin le haría Screenshot mientras me hacía la videollamada mañanera para quedarsela de recuerdo y recalcarme que él si que se veía guapo levantado. No lo culpaba, él era guapísimo, fuera levantado o sin levantar seguía siendo el mismo Jin de siempre y la misma cara de siempre. Ventajas de la naturaleza que lo favoreció a él.

—Te vez horrible ¿sabías? —me recrimina, haciendo una mueca de evidente asco. Yo me froté mi ojo derecho con el dorso de la mano, estoy segura que podía ver las lagañas mañaneras que tenía. Gracias a Dios y es mi amigo —Estás peor que ayer —me recuerda.

—Gracias Jin, de verdad agradezco tanto tus palabras —ironizo, pasando de él, como siempre, ya sus palabras sean cual sean ya no tienen efecto en mi.

—¿Cómo se despiden los químicos?

—Hay no, Jin, de verdad, no tengo humor para uno de tus chistes —ruedo los ojos, se me está empezando a cansar la mano de sujetar el teléfono y como Jin siga como va le cuelgo con la palabra en la boca.

—No seas aguafiestas, y siguele, quiero levantarte el ánimo —suspiro, los chistes de Jin en vez de levantarme el ánimo lo que hace es bajármelo más. Aún así, se que de verdad quiere hacerme sentir mejor.

—¿Cómo se despiden? —pregunto. Jin antes incluso de decir la respuesta, suelta su risa rompe vidrios que si, es muy graciosa y me hace soltar una risa nasal.

—Á-cido un placer —y rompe a reír, incluso cuando su chiste es malísimos, y no da ni pizca de gracia, me hace reír, no se si su risa o que simplemente lo esté haciendo él —Te has reído, cabrona —añade limpiándose las lágrimas que tiene a los costados de los ojos por la risa de diez segundos.

—Como no me voy a reír con tu risa —le suelto. Jin coge aire poco a poco para estabilizarse.

Pasan unos minutos bastante cortos en los que se sigue recuperando de su muy mal chiste. Yo simplemente le observo, incluso cuando vuelve a retomar la risa de momento y vuelve a estar serio. Sólo Jin, de verdad, solo él para estas cosas.

—Por lo que veo tus padres no saben que llegaste ayer —habla por fin, una conversación normal. Lo cotidiano.

—No, ellos piensan que llegué hoy mismo —le respondo.

—¿Te dijeron para que era la cena? —pregunta curioso, también yo tenía curiosidad del porqué una cena hoy, si ni siquiera era el cumpleaños de YunMin. Pero después ya entendí mejor, y no me hacía ni puta gracia.

—Minie tiene novio, supuestamente, y como vive en Seúl y quedó en venir hoy, le van a hacer una cena especial para conocerle —le explico, tal y como me los dijo mi mamá por teléfono ayer, en la noche, rompiendo mi tranquilidad. Tal y como el día antes de ayer y el momento en el que estaba nuevamente echa mierda por la conversación con chico rata.

—Vaya, quien quiere a tu hermana debe de tenerlos bien puestos —suelto una risa nasal por su comentario.

Minie es de esas chicas normales, que te encuentras donde vayas, es muy común, le gusta estar arreglada, salir de fiestas con sus amigos, tener un novio que diga es mejor y nadie lo puede mirar porque o tengo yo, simplemente es una chica típica y a la vez con un mal carácter de mierda que solo cambia cuando quiere algo.

—Si Minie te escucha...

—Tu hermana me ama, sabes que le gusto o le gustaba —asiento, porque es la verdad, se llevan un montón de año y aún así Minie cuando lo conoció quedó flechada, sin embargo, Jin es algo ocupado, y no es amante de las colegialas, por eso me acuerdo cuando la rechazó, pero al parecer mi hermana cambia de gustos como cambia de zapatos, y mira que cambia de zapatos en la semana.

—Es verdad, espero que este sea al que debemos de darle las gracias —y eso espero realmente, porque hace falta que alguien llegue y le ponga orden a la vida de Kang YunMin.

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Minie salió a mamá, eso quiere decir que el mismo comportamiento de mierda lo tenía mamá, el cual solo cambiaba si necesitaba algo. Papá era increíble, de la tres era el único que se merecía mis respetos y cariños aún cuando siquiera es mi padre de sangre, por eso soy el patito feo de mi mamá y por supuesto el de mi hermana, las cuales piensan que pueden hacer conmigo lo que le viene en gana. Me usaban como un muñeco inservible que para lo único que servía era para darles dinero. Además de que siempre que venía mamá no tardaba en sacarme en cara que el trabajo que yo hacía no era de chicas, que pude haber hecho algo mucho más femenino. A mi ya me importa una gran mierda lo que me diga, pero que tu madre no te apoye desilusiona y mucho. Pero yo me sentía bien en lo que hacía, y si me siento bien pues que lo demás se joda ¿no?

Pero sabía también una cosa, que aunque hoy fuera una cena más que nada para Minie, y el punto de atención debería de ser ella, también iba a hacer yo, porque mamá sacaría el momento indicado para joderme la existencia tal cual como lleva haciéndolo hasta ahora.

Me encontraba ayudando a mamá a realizar la cena. Se notaba a tres leguas que venía invitado, porque estaban preparando un manjar, uno que yo no me puedo permitir por culpa de ella y de mi hermana, pero ellos si, pero como yo importo bien poco, importa también bien poco que yo coma y deje de comer. Faltaban unos diez minutos para las nueve y el invitado aún no llegaba, según Minie, lo había citado para las ocho, y ya hace cuarenta cincuenta minutos y nada que aparece. Va comenzando mal, porque la impuntualidad es irresponsabilidad, y una persona irresponsable no vale nada, o tal vez es que se dio cuenta de quien es mi hermana y se a arrepentido, que puede ser también, ni lo dudo, yo siendo él huiría pero bien lejos de Minie.

—¡Ya llegó! —no había que decir quien porque que lo haya dicho mi hermana ya es bastante contexto, y nadie era tan bobo como para no saber que su entusiasmo era porque su nuevo novio había llegado.

—¿Puedes quedarte costando lo que falta? Quiero ir a recibir al invitado —me pregunta mamá, deteniendo todo. Yo me la hubiese mandado a la mierda, porque ahora es la pregunta ¿para qué tengo que estar aquí si ni siquiera puedo ir a recibir con ellas al nuevo novio de mi hermana? No entiendo, de verdad.

—Vale —aún así, acepto, tampoco pierdo mucho si me quedo, me imagino el prototipo de novio de Minie sin siquiera verlo, algo así como Jin, pero sin ser Jin. O sea, un chulito y creyente de mierda, que no es porque Jin lo sea, pero algo si que tiene de chulo mi amigo, parecido a alguien que no me gustaría recordar ahora porque no he pensado en él en todo el día y seria arruinar mi día completamente si pienso en él.

Mamá se pira como un rayo, como si no hubiese querido nunca cocinar. Y yo me quedo, sin saber nada de lo que estoy haciendo, porque mientras ella estaba aquí me daba instrucciones, pero yo de cocinar se lo mismo que Jin de chistes.

Desde la cocina escucho claramente el recibimiento de mamá, con un: "qué guapo, querido, pasa, ven" muy animando, más animado que cuando me vieron entrar por la puerta en la tarde, pero que se podía hacer. Y claramente, si mamá decía que era guapo, es que ese chico era guapo de cojones. Tal y como lo imaginé.

—¡Yun, cariño, ven a recibir ahora al novio de tu hermana! —chilla mamá, yo, que tenía muchísimas ganas de salir de la cocina, dejo el cuchillo en la tabla de cortar junto con lo que estaba cortando a medias, me limpio las manos con el delantal para después quitármelo por la cabeza, dejando al descubierto el vestido negro hasta las rodillas que me había puesto, porque Minie insistió y caminé hacia la sala.

En cuanto pegué un pié y fui muy animada (fingiendo, claro) hacia donde estaban los cuatro que me daban la espalda en el sofá, estiré la mano educadamente hacia el invitado. Pero cuando su rostro se giro con una sonrisa más grande que mi vida en el rostro para mirarme, todo se vino a bajo, incluso la mano desapareció para el saludo. Y no pude evitar tragar fuerte y pronunciar más confundida que nunca. Y quien entienda esto, que por favor me explique porque ahora si que no entiendo nada.

—¿Chico rata?

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¡Hola! Después de un tiempo he regresado y con unas vacaciones que me hacían falta, porque de verdad que no tenía vida con la escuela.

Pero como no quise hablar de mi sino de lo que a pasado en este capítulo... Ese final ¿se lo esperaban? Hay😓 yo es que sufro. Pero a esta historia le queda un poco todavía. ¿Qué piensan del capítulo?

Para las que quieran saber más de mi y de mis historias y de esta historia, se puede pasar por el libro de entrevistas que dejé en mi tablero, me divertí mucho en dicha entrevista hablando de mi y esas cosas y me gustaría que ustedes también me conocieran un poco.

A lo mejor nos vemos mañana de nuevo si no ocurre un inconveniente.

Lxs sarangheo

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