CINCO
—¿Cinco de la mañana en serio, Yun? —mis intentos por caminar sigilosamente fueron en vanos, porque sabía muy en el fondo que Jin estaría esperándome. ¿Porqué? No tengo idea, este chico tiene una manía de ser mi mamá que no se de donde viene, de verdad. Me giro para encararle, está apoyado en el marco de la puerta de su apartamento que queda justo enfrente del mio, yo sonrío de la manera más inocente que puedo mientras él está súper serio.
—¿Lo siento? —miro hacia un lado un segundo para luego volver a ubicarlo.
—Hoy no tenías guardia, por lo tanto, creo que me debías una cena con SoHe —me pego en la cabeza internamente y con mi cara le muestro que no tenía la intención de quedarle mal, de verdad que no me había acordado de la cena con Jin y mucho menos con su hija, (si, este chico de treinta años tiene una hija preciosa), pensé que después de tanto tiempo pensé que esa cena no se llevaría a cabo.
—Lo siento mucho, Jin, de verdad, se me olvidó por completo lo de la cena, ¿porqué no me lo acordaste? —pregunto y él suspira.
—De verdad es que no entiendo que haya tecnología por gusto, y tampoco entiendo como yo que soy mucho mayor que tú sepa que existe el teléfono, Yun, te he dejado miles de mensajes desde las seis de la tarde, SoHe se fue súper triste porque no pudiste estar en la cena con nosotros —me siento mal, por él y por la niña de siete años que tiene que me adora.
Desde que me mudé a este piso he hecho una amistad con Jin inseparable, él siempre a estado para mi si me enfermo, si dejo de comer, si no duermo bien, me cuida mejor que mi madre (madre que nunca me ha cuidado en sí) y estoy eternamente agradecida con él porque le quiero y es una persona súper importante en mi vida, y su hija, es preciosa, es educada, estudia desde los cinco años en una academia música y es un amor de niña, y desde que nos conocimos una vez que Jin la trajo a su piso (porque él está separado de la madre de la niña) nos hicimos muy amigas y debido a un caso que tuve hace unos meses no había podido asistir a su fiesta de cumpleaños y le prometí una cena los tres juntos, ya ha pasado tanto tiempo que de verdad pensé que no se llevaría a cabo, pero por un día que Jin quiere realizarla, yo tengo el teléfono muertísimo. Me doy cuenta cuando lo saco de mi chaqueta y no enciende.
—Está muerto, lo siento de verdad Jin, no se en que momento se me ha quedado el móvil sin batería —insisto en pedirle perdón porque es lo único que puedo pedirle en estos momentos porque ya no puedo hacer nada.
—Olvidalo, Yun, SoHe me dijo que iba a convencer a su madre para que la traiga el fin de semana que viene y espero, que esta vez sí que puedas venir a la cena —señala.
—Por supuesto, no me perdería la comida del mejor chef de este edificio —le saco una sonrisilla que me sabe a gloria.
—Ya bueno, ¿Estabas con el bajito con cara de chulo? —ruedo los ojos, sí, se refiere a Jimin, y aunque lo pregunte sabe que es así porque no tengo otro ligue que no sea él. A venido varias veces a mi piso y una vez Jin lo vio y dijo que no me pegaba nada porque era bajito y tenía cara de querer ligar todo el tiempo, según él me merezco a alguien más alto (sabiendo que Jimin es incluso más alto que yo) y con más masa muscular, cosas de Jin, que me la sudan bastante.
—Jiiin —lo acuso con la mirada.
—Sí, estabas con él, no necesita decir nada, pero mañana tienes trabajo, bueno en unas horas y no me gusta que te pases tantas horas de sueño por sexo, Yun —chasqueo la lengua.
—He dormido en su casa hasta ahora, de verdad, no nos hemos pasado toda la noche...ya sabes —le explico y él alza una ceja no muy convencido, pero le estoy diciendo la verdad, he dormido hasta las cuatro y media porque puse una alarma para venir temprano a mi piso, es verdad que no he dormido especialmente mucho pero tampoco es para tanto.
—Bueno, como tu digas, ¿vamos dentro, te preparo el desayuno mientras te das un baño y te arreglas? —se me pinta la cara de ilusión al oírle.
—¿De verdad me vas a preparar el desayuno Jinnie? —lo miro como si fuera un ángel caído del cielo porque ya empezaba a cansarme de la comida recalentada porque no se freír ni un huevo, y que Jin me diga que me va a cocinar es magnifico, podré dejar la comida asquerosa al menos por un día, lo amo, de verdad, amo a Kim SeokJin.
—Por supuesto, aunque no debería, se que no has estado comiendo bien en estos días que no he estado en casa —me quita la llave de las manos y la introduce en la cerradura.
—Te amo —lo digo en serio, él sonríe y veo por la poca luz del pasillo que las orejas se le han puesto rojísimas.
—Venga, adentro —me insiste aún con su sonrisa y yo no pierdo el tiempo para entrar a mi departamento seguido por él.
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—¿Por qué no me sorprende que ese tal Jeon Jungkook no te caiga bien? —indaga Jin mientras yo me meto un pedazo de carne en la boca, tiene que esperar a que trague porque me he llenado la boca de arroz completamente, es que apenas la carne me cupo.
Cuando trago todo con algo de dificultad porque Jin se aburre rápido si espera mucho, hablo.
—Es un puto pesado Jin, se cree el rey del universo y que tiene a todo el mundo comiendo de su mano —le digo, Jin agarra de su bol una gran cantidad de arroz para comer porque también se a preparado comida para él, y no le digo nada sobre que ha gastado de mi comida solo porque esto que me ha preparado es delicioso.
—Yun, a ti pocas personas te caen bien, ¿entiendes la parte en la que eres antisocial? Según me has dicho le a caído bien a todo el mundo menos a ti, ¿eso no te dice nada? —me encojo de hombros porque teniendo comida delante es difícil pensar en otra cosa, me llevo un cantidad mas pequeña que la anterior de arroz a la boca y luego unas cucharadas de sopa de algas que está de puta madre, Jin me devuelve el espíritus con su comida.
—Jin, te estás desviando de lo que te estaba contando ¿no crees? —le chisto cuando trago.
—Vale vale, lo capto, ¿y cual es el problema en que trabaje contigo? —ruedo los ojos, a veces Jin es un poco lentito para captar las cosas.
—Puef efe, gue me fae mal —digo con la boca llena pero Jin entiende. Tomo un sorbo de agua para bajar la comida y poder hablar mejor —Y que tiene que ser mi pareja, ¿entiendes? Mi-pa-re-ja —puntualizo eso último.
—Claro, pero es solo trabajo, tu misma me has dicho que eres muy profesional en lo que haces —asiento porque tiene razón en esa parte —Oh espera, ¿no querrás trabajar con él porque te gusta? —el arroz que estaba tragando en ese momento se me va por el lado incorrecto y me empiezo a ahogar, Jin viene a mi rescate dándome palmaditas en la espalda y diciéndome que suba los brazos, gracias a dios fue leve y con un trago de agua todo se calmó. Hasta se me salieron las lágrimas, puto Jin.
—¡Estás loco! Por supuesto que no me gusta, ¿que parte de que me cae como el culo no entiendes? —inquiero un poco enojadilla.
—A pues no se, solo preguntaba —levanta sus brazos en son de paz e inocencia, a veces no le soporto.
Por un momento Jin se queda calladito, como más bonito se ve siempre y decido que es momento de disfrutar de este desayuno delicioso, pero claro, ¿cuando la surte a estado de mi lado alguna vez? Pues nunca, porque mi teléfono que lo había dejado cargando en lo que me bañaba, lo siento sonar en mi habitación, y Jin bufa, porque no soy muy solicitada y la única persona que me llama a las seis y media de la mañana es mi jefe, y el que tengo al frente lo sabe, y yo lo se y como también conozco a Kyun, una persona que se arriesgó a contratar a una mujer en su comisaría como policía y a la que le debo mucho por eso y me ha dado bastante confianza como para tutearle, se que es exigente y que esa llamada solo grita trabajo, por eso me pongo de pie y voy a responder, y también le digo a Jin que vaya recogiendo por mi porque a parte de que grita trabajo, voy a tener que estar en la comisaría a más tardar, en media hora. Todo era muy bonito para ser verdad, me estaba creyendo que un día en mi vida podía disfrutar de un desayuno delicioso y con paz.
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—Bien, el club al que irán se llama Afrodita y según lo que a encontrado Namjoon al respecto se inauguró hace poco, y casualmente, desde que comenzó el lavado de dinero de BamBam en la ciudad —suelto una risilla de la que nadie se entera porque creo que soy la única que se da cuenta de que Kyun acaba de asegurar que ese club tiene algo que ver con BamBam. Vamos, que tampoco hay que ser tan inteligente —Suelen ir personas de alto rango, con mucho dinero y...según algunas personas y críticos que han visitado el lugar se usa mucho la droga para...divertirse —declara mi jefe —Kang y Jeon se harán pasar por la pareja Han, señora y señor Han, le hemos hecho dos identidad falsas con sus nuevos nombres —Min YoonGi es el encargado de pasarnos las tarjetas tanto a mi como al...señor al lado mio. Todos estamos aquí porque es un caso que nos incumbe a todos al fin y al cabo.
Cuando tengo dicha tarjeta entre mis manos me detengo un segundo al observarla. Me llamo Lim Jiwon y soy empresaria, joder, tengo pasta aunque sea en un papelito falso por una vez en mi vida, no es que yo sea pobre ni nada de eso porque lo que me pagan en la comisaría es...adecuado, pero tampoco soy rica, y no puedo permitirme lujos como muchas personas, y aunque sigo siendo tan pobre como antes, esto de ser una señora de esas que nada en dinero aunque sea mentira me alegra, por supuesto. Quiero enterarme de cual es el nombre de Jeon, porque soy una cotilla y no me puedo aguantar, pero no se lo quiero pedir porque no quiero que me vea como una persona con la que puede hablar ni nada de eso porque que vaya a trabajar conmigo no quiere decir que me vaya a caer mejor. Por eso, estiro todo lo que puedo mi cabeza para mirar su tarjeta, cosa que es casi imposible porque no tengo vista de águila y de lejos veo un poco borroso.
—¿Qué haces, enana? —chasqueo la lengua porque es él, me lo a susurrado porque estamos con muchas personas, y la verdad, es que yo tampoco quiero que nadie se entere que estoy entablando una conversación con este chico.
—¿A quien le dices enana tú? —pregunto ofendida frunciendo el ceño apartándome como si antes no estuviera intentando cotillear su tarjeta. Él suelta un risita, y claro, no podía dejar en su casa tranquila la sonrisa de chulo porque o sino, no es él. Es que llevo tres días y medio conociéndolo y ya se más de lo que me gustaría de este chico.
—Pues...no veo a nadie mas aquí que mida un metro cincuenta —se burla, yo abro la boca afendidísima, ¿quien se cree este chico? Es que lo he dicho, me cae malísimamente mal.
—Metro cincuenta y tres, para que te enteres, y solo quería saber el nombre de tu tarjeta —le hago una mueca de desagrado y me vuelvo a mi asiento para no seguir hablando con él porque no me apetece y no creo que me apetezca nunca.
—¿Quieres saber como se llama tu esposito? —ruedo los ojos y bufo a la misma vez cuando lo siento decir eso cerca de mi oído, yo giro la cabeza en su dirección para encararle.
—De mentirita, no te ilusiones tanto —alzo una ceja.
—No te ilusiones tú, que seguro estás emocionada por tener un esposo así de guapo que yo, mira, que ese privilegio no lo ha tenido ninguna hasta ahora —vuelvo a rodar los ojos porque este chico me colma la paciencia, de verdad.
—Tu flipas, mira lo emocionada que estoy de tener ese magnífico privilegio —le apunto mi cara que no es para nada bonita, pero claro, a este tipo yo le debo de parecer un conejito súper tierno o un mono de feria porque se ríe, y como estamos en publico, se tapa la boca para no soltar su carcajadota. Lo detesto.
—La ropa que usaran la tenemos apartada aquí porque le pondremos micrófonos y localizadores, por lo tanto, saldrán de aquí hacia ese lugar a las ocho, por lo pronto, los quiero ver hacer algo productivo en lo que nos preparamos para la noche —Kyun, que es una persona a la que quiero muchísimo (noten mi sarcasmo) interrumpe la ofensa que estaba por soltarle al chico toca ovarios. Y que agradezca, porque le iba a soltar la Virgen María y todo lo que se me ocurriera después, y dicho, mi diccionario de insultos es graaandísimo.
—Vaya, algo productivo, dice —festejo con falsedad cuando mi jefe sale de la sala de reuniones y da por finalizada la reunión —¿Es que acaso nunca hacemos nada productivo? Yo creo que estar sentada aquí es productividísimo ¿no creen? —mis compañeros (y no muy amigos) me miran negando, porque claro, soy yo la única que ve productivo estar sentada. Ellos si que están para trabajar.
A mi me encanta trabajar, siempre he amado eso de estar en cubierta en los casos como estos porque aprendes muchísimo, pero no se si es que estoy de mal humor porque siempre lo estoy y es normal, porque haya dormido como máximo ocho horas en tres días, que Kyun me haya interrumpido me delicioso desayuno que no había tenido en meses o que tenga que trabajar con este tío que me cae como un puto grano en el culo, es que uniendo todo, mi vida es un poco una mierda, y eso que no está todo todo incluido, porque si unimos a mi gran familia, he vivido en mierda todo este tiempo. Pero como me dijo Jin esta mañana, soy siempre una profesional y este caso me viene como anillo al dedo para ascender en el mundo de las leyes, y quien sabe, y si logramos atrapar a BamBam logre entrar en las grandes ligas como la DEA, o la policía internacional, no se, todo puede suceder, por eso debo de enfocarme y pensar menos. Pensar en que este tío que tengo al lado, nunca lo he llegado a conocer.
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Holi! ¿Cómo están? Yo bien, mejor de lo que puedo hacerles saber por aquí, y eso es bueno, porque entre mejor me sienta más escribo. Por eso me e decidido por hecer este capítulo porque ya tocaba.
Voy un poco en orden, primero Police, segundo Pince of fire ice cream (POFIC) y tercero Mafia Kingdom. Y seguiré ese orden por ahora.
Y centrándonos en el capítulo, ¿Les a gustado? ¿Qué piensan de Jin y la relación que tiene con Yun? ¿Y del pequeño -mínimo- acercamiento que han tenido el Jk y la Yun? Bueno, espero sus comentarios.
Me despido porque de verdad que siempre me exceso escribiendo aquí.
Lxs sarangheo❤
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